LA QUEMA DE JUDAS
Novela de MARIO HALLEY MORA
(BIBLIOTECA POPULAR DE AUTORES PARAGUAYOS Nº 2)
© de esta edición Editorial El Lector/
© de la introducción Francisco Pérez-Maricevich
ABC COLOR y Editorial El Lector, Asunción-Paraguay 2006
Director editorial: Pablo León Burián
Coordinador editorial: Bernardo Neri Fariña
Guía de trabajo: Francisco Pérez-Maricevich
Asunción - Paraguay
2006 (117 páginas)
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INTRODUCCIÓN
HALLEY MORA Y LA NARRATIVA DE AMBIENTE URBANO
Mario Halley Mora (Coronel Oviedo 1926 - Asunción 2003) es una figura relevante de la literatura paraguaya de la segunda mitad del siglo XX.
Ocupó durante treinta años el espacio escénico sin que en ese lapso disminuyera la aceptación popular de sus obras, tanto si éstas pertenecieran al sainete (pukarä), la comedia de crítica social o la de exploración sicológica inducida por conflictos de conducta propios de contextos sociales represivos e hipócritas.
Similar escenario social constituye el ambiente de su narrativa. Este género fue progresivamente dominando su escritura a partir de LA QUEMA DE JUDAS (1965), hasta culminar en novelas tales como LOS HOMBRES DE CELINA, AMOR DE INVIERNO, CITA EN EL SAN ROQUE y otras de sostenida dignidad y valor estéticos.
En sus comienzos en los años '50, el escritor produjo textos tan variados como libretos para audiciones radiofónicas (radioteatros y "glosas") y guiones bilingües para las primeras historietas hechas en el país y que fueron firmadas con el seudónimo de "Alex". A lo largo de su vida, el escritor dedicó sus afanes al periodismo, actividad que le permitió desarrollar sus cualidades de observador agudo y perspicaz. A pesar de trabajar en un diario políticamente comprometido con el régimen entonces vigente, no puede afirmarse que el escritor haya compartido las valoraciones ideológicas que identificaban al medio. El contenido crítico de su teatro significativamente cuestionaba y denunciaba la realidad que el discurso político omitía o deformaba cínicamente.
Introvertido, llevó una vida de retraimiento laborioso, profundamente leal a su vocación de creador de mundos y vidas a través de la palabra. "Mediante rnis obras -confesó hacia el final de su vida-, tuve en iris manos existencias, pasiones, caracteres, sensaciones y alucinaciones. Viví con y en mis personajes. Algunas veces yo los moldeaba. Otras, fueron ellos los que me impusieron sus propios temperamentos, los que me utilizaron como instrumento de sus caprichos y deseos". Y agregó: "Hoy, aprovechando el silencio, suelo conversar con aquellas criaturas mías, a las que puedo encontrar en cualquier rincón de esta Asunción que en muchas de mis obras me brindó su complicidad...".
Tal como se dijo más arriba, Mario Halley Mora ayudó decisivamente a infundir vigor creativo insospechado al teatro paraguayo tras la desaparición del extraordinario Julio Correa (1890 - 1953), a quien, sin duda alguna, sucedió en la aceptación popular.
En las tres décadas de infatigable creación teatral, vinculó su nombre a textos fundamentales de nuestra literatura dramática como INTERROGANTE, UN ROSTRO PARA ANA, MAGDALENA SERVÍN, LA MADAMA, EL ÚLTIMO CAUDILLO, TESTIGO FALSO, EL JUEGO DEL TIEMPO y otras en las cuales la aguda visión crítica de la realidad humana construyó notables testimonios de la ambigüedad, la ambivalencia y los secretos egoísmos y traiciones de que está hecha la trama social que envuelve a la persona destruyéndola o transformándola conforme sea la fuerza interior de la personalidad en juego.
Los personajes que discurren en sus obras son criaturas ordinarias, al nivel de nuestra propia experiencia. Sus peripecias transcurren en un medio ambiente familiar a cualquiera de nosotros. Sus intereses, perspectivas de valores y conducta no difieren de aquellos a los que estamos habituados, y cuyo contacto y contagio no dejamos de experimentar con frecuencia. Su propio lenguaje es el nuestro, tanto como sus dudas, suspicacias, objetivos solapados y argumentos racionalizadores nos pertenecen a nosotros tanto como a ellos. Las mejores obras dramáticas del autor son un espejo virtualmente cruel de cuán hipócritas, traidores y moralmente vacíos se puede ser en realidad a despecho de las autovaloraciones engañosas y también de cuán valerosos para rescatar la propia responsabilidad moral en beneficio de la construcción de una sociedad más justa y más auténtica en términos de la realización práctica de sus valores morales proclamados.
Este mismo universo moral de pasiones y valores encontrados, con profusión de máscaras y traiciones ocultas, de inconsciente autodestrucción, es el que ocupa el mundo narrativo de este notable autor. Obras culminantes de su labor en este campo es la singular novela, sencilla de trama y compleja y profunda en la experiencia humana de que trata, Los hombres de
CELINA, un texto magistral que el autor, en sus sucesivas novelas alcanzó, pero no superó. MEMORIA ADENTRO (1989), AMOR DE INVIERNO (1992), MANUSCRITO ALUCINADO (1993), OCHO MUJERES Y LOS DEMÁS (1994), LOS HABITANTES DEL ABISMO (2000), CITA EN EL SAN ROQUE (2002) y la póstuma AMALIA AL AMANECER (2003), concluida y rehecha por Lita Pérez Cáceres (1940). En todos estos y cada uno de estos libros se contiene un rico proceso creativo en el que la sociedad asuncena y su experiencia moral son descritas con lúcida penetración crítica y certero don de observación aguda.
LA QUEMA DE JUDAS (1965 y ediciones sucesivas) constituyó el punto de partida de la novelística de Mario Halley Mora.
El texto es el de una novela breve en la que se expone el conflicto moral de un cajero de banco víctima de su infidelidad, acosado por el sentimiento de culpa, el que lo lleva a la frustración como paso previo a la autodestrucción física identificado con el muñeco que ha confeccionado y al que le dio su propio rostro.
El tema de la narración le sirve al autor para explorar las motivaciones que secretamente condicionan la conducta del protagonista, un hombre egoísta y pusilánime, que vive experiencias eróticas imaginarias escuchando los discos de Gardel, en cuya compra y en la de un combinado, gastó lo robado del banco. El protagonista, un viudo cuyo único hijo vive con la abuela en Buenos Aires, se contenta con pequeñas y espaciadas satisfacciones materiales y sicológicas, como las de obtener medallas otorgadas por el cura de la parroquia y juntarse con una prostituta que sueña con liberarse de su actividad, mediante una ocupación honesta simbolizada en una máquina de coser. Todo ello le obliga a echar mano a subterfugios, traiciones, hipocresías, malsanas insinuaciones e intrigas.
La acción de la novela transcurre en ambientes cargados de malquerencia y ambición, de conflictos latentes y frágil camaradería, frecuentemente rota por el servilismo, la obsecuencia y la abyección.
Don Jorge Servián, protagonista del relato, en su lenta involución o transformación en el traidor arquetípico cuya efigie es quemada en medio de celebraciones populares, se autoelimina junto con el muñeco conectando un alambre al cable de alta tensión que lo fulmina con cinco mil voltios, mientras el padre Rafael, agitando los brazos y llamándolo a gritos, corre a salvarlo en medio de la desesperación. - FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH
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ENLACE A LA EDICIÓN DIGITAL DE:
LA QUEMA DE JUDAS
Enlace a la edición digital:
LA QUEMA DE JUDAS
Edición digital:
Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2001
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la 4ª ed. de Asunción (Paraguay),
Editorial Comuneros, 1990.