POETISAS DEL PARAGUAY (VOCES DE HOY)
MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA
Primera edición española: Septiembre 1992
Derechos reservados para España:
Ediciones Torremozas, S. L. Madrid
© Ediciones Torremozas, S.L.
© Miguel Ángel Fernández, 1992, de la Introducción.
© Las autoras correspondientes, de los poemas antologados.
I.S.B.N.: 84-7839-096-0
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Con POETISAS DEL PARAGUAY iniciamos la inclusión en nuestra Colección Torremozas de una serie de Antologías por países hispanoamericanos. Pretendemos con ello dar a conocer a nuestros lectores las voces femeninas actuales más representativas de aquellas tierras entrañables, que tan riquísimo caudal han aportado -, siguen aportando- a la poesía en lengua castellana.
Agradecemos desde aquí la valiosa colaboración de la escritora Renée Ferrer de Arréllaga, que elaboró las fichas biobibliográficas y nos facilitó el material de cada autora -que, posteriormente, nuestro equipo editorial seleccionó y adaptó a la paginación de este volumen-, y la del poeta Miguel Angel Fernández, autor de la Introducción.
También, nuestro especial agradecimiento al Banco General S.A., de Asunción, Paraguay, que con tan cordial interés acogió la idea de esta coedición, haciéndola posible con su apoyo.
Y a todas las poetisas antologadas, nuestro abrazo fraternal desde este puente poético por el que, una vez más, quedan unidas nuestras dos orillas.
EDICIONES TORREMOZAS
INTRODUCCIÓN
Las primeras manifestaciones poéticas en el Paraguay datan del siglo XVI, pero no se encuentra ninguna voz femenina hasta el siglo XX. Es en la generación postmodernista de los años 20, donde aparecen los primeros nombres relevantes de la poesía femenina paraguaya.
Vocera de esa generación fue la revista JUVENTUD (1923-1926), que en su última época recoge poemas de una autora de origen español, recién llegada al país: JOSEFINA PLÁ (1909). La misma se suma a los escritores y poetas paraguayos nacidos, en su mayoría, en la primera década del siglo.
Los poetas de JUVENTUD, sin excepción, son en un primer momento deudores de las concepciones literarias del modernismo, pero muchos de ellos fueron asumiendo paulatinamente posiciones estéticas que implicaban una superación de la retórica rubendariana. Las figuras más notorias fueron HERIBERTO FERNÁNDEZ, JOSÉ CONCEPCIÓN ORTIZ, HÉRIB CAMPOS CERVERA y JOSEFINA PLÁ.
En los años 10 y 20 se produce en Hispanoamérica un movimiento literario femenino que cuenta con voces tan destacadas como DELMIRA AGUSTINI, GABRIELA MISTRAL, JUANA DE IBARBOUROU y ALFONSINA STORNI. Las tres últimas son ya postmodernistas. Josefina Plá se inscribe en este movimiento, pero tiene sus raíces en la «modernidad» de Baudelaire, lo que le confiere un particular acento poético.
Si bien la producción poética de Josefina Plá comienza a publicarse, en diarios y revistas, a partirde 1926, sólo en 1934 ve la luz su primer libro, EL PRECIO DE LOS SUEÑOS. En el mismo recoge composiciones escritas en un lapso de diez años, aproximadamente, y que responden, en su mayor parte, a motivos intimistas y existenciales, con un lenguaje que ya afirma una voluntad estilística personal. Algún poema, como el titulado «Soy» (recogido en esta Antología), de 1932, parece apuntar hacia formas expresivas a las que en efecto accederá poco tiempo después.
Dentro del período postmodernista pueden incluirse también las manifestaciones poéticas, algo más tardías, de Dora Gómez Bueno de Acuña (1903-1985) e Ida Talavera de Fracchia (1910).
DORA GÓMEZ BUENO publicó en la década del 40 dos libros de rasgos también postmodernistas con un contenido sentimental y a veces erótico.
Más concentrada -menos dispersa en su expresión- es IDA TALAVERA, autora que recoge tardíamente sus poemas en un pequeño volumen titulado ESTO DE ANDAR, en 1964.
LA RENOVACIÓN POÉTICA
La poesía paraguaya moderna no se afirma sino a mediados de la década del 30, con los poemas que en esos años escriben HÉRIB CAMPOS CERVERA y JOSEFINA PLÁ, ambos provenientes del periodo postmodernista. Estos poetas toman contacto con la poesía de las generaciones españolas e hispanoamericanas del 27 y del 36 y se suman a las corrientes poéticas postvanguardistas que, particularmente en la década del 40, recogen la herencia de las experiencias estéticas más radicales de la poesía de vanguardia -que desde el futurismo hasta el surrealismo cuestionan el arte literario tradicional-, al mismo tiempo que recuperan formas como el endecasílabo, el romance y el alejandrino, en una interesante síntesis expresiva.
La producción poética de JOSEFINA PLÁ en esos años se halla dispersa en diarios y revistas. Parte de esa labor se recoge en algunos cuadernos editados ya en la década del 60, a partir de LA RAÍZ Y LA AURORA, título en el que se encuentran algunas de las más logradas expresiones de la poesía paraguaya moderna. A partir de ahí publica doce poemarios más, que en conjunto constituyen, seguramente, la aportación más importante del Paraguay a la poesía moderna en castellano.
La expresión poética de JOSEFINA PLÁ recorre un camino que, arrancando del postmodernismo inicial, alcanza formas y estructuras rigurosas en algunos textos, libres y abiertas en otros.
Su influencia estética se hizo patente ya en los poetas paraguayos del 40, pero sólo en la década del 60 la generación más joven reconoce plenamente el valor intrínseco de su creación literaria y crítica.
LA GENERACIÓN DEL 50
Si en los años de la década anterior no se habían hecho sentir sino dos poetisas de una generación precedente, JOSEFINA PLÁ y DORA GÓMEZ BUENO, en la década del cincuenta aparecen tres figuras coetáneas de los grupos más activos y homogéneos de poetas reunidos en la a Academia Universitaria» y la «Facultad de Filosofía».
El ejercicio creador de la mayor parte de estos autores está signado por el magisterio de algunos poetas españoles e hispanoamericanos del 27 y del 36, y de vates locales como HÉRIB CAMPOS CERVERA, AUGUSTO ROA BASTOS y ELVIO ROMERO.
De las dos primeras en manifestarse, es MARÍA LUISA ARTECONA (1924) la que presenta rasgos más afines a los de la retórica dominante en la generación. Sus preocupaciones la llevan a abordar temas de carácter existencial o social. Ha escrito además obras de poesía infantil.
ELSA WIEZELL (1927), en cambio, se aparta de las formas más prestigiosas del momento, para escribir una poesía despojada de recursos brillantes. Es también la única mujer, en su generación, que llega a practicar un cierto tipo de poesía experimental. Aunque nacida en el Paraguay, ESTER DE IZAGUIRRE (1924) se forma y publica casi todos sus libros en la Argentina, donde reside. Su aparición es algo tardía -ya en la década del 60- y su único volumen poético editado en el Paraguay, una antología, es de 1986. Su expresión va de las formas cerradas, especialmente el soneto, hasta los versos libres. Su discurso, llano, toma como referentes las cosas cotidianas, los recuerdos, las vivencias.
LA GENERACIÓN DEL 60
Al comenzar la década del 60 aparecen nuevos grupos poéticos, ya distanciados de la estética dominante en los años anteriores. Las preocupaciones
histórico-existenciales del momento, y una crítica de los recursos expresivos más transitados de la poesía moderna, perecen determinar una nueva actitud poética, que sin embargo se relaciona con algunas manifestaciones raigales de la «modernidad».
La primera voz femenina en manifestarse en este período es RENÉE FERRER (1944), que publica su primer libro en 1965. Aunque no aparece adscripta a ninguno de los grupos que surgen sucesivamente en esos años, los rasgos de su obra se desarrollan paralelamente a los de sus compañeros de generación. Varios libros jalonan su trayectoria poética. Su registro expresivo es amplio y diverso su ámbito temático (la Guerra del Chaco, la catástrofe nuclear, la dictadura, los «Nocturnos» de Chopin). Ha escrito también poesía infantil.
GLADYS CARMAGNOLA (1939) comienza publicando títulos de poesía infantil, pero después, ya en los años 80, recoge sus poemas de la década del 60, junto con su producción más reciente, en libros que tocan desde los temas amatorios hasta los de la rebeldía ante las condiciones del hombre.
La poesía de RAQUEL CHAVES (1938), que se publica en volumen recién en la década del 70, se caracteriza por un despojamiento expresivo que parece ser el rasgo dominante de su generación. Su temática asume, en uno de sus libros, los motivos de la mitología indígena guaraní.
NILSA CASARIEGO (1944) ha publicado dos volúmenes en la década del 70. Y otro en 1991. Sus poemas en versos libres expresan, con sencillez, una intensa experiencia de vida.
LA GENERACIÓN DEL 70
La primera en manifestarse poéticamente en esta década es MARÍA EUGENIA GARAY (1949), cuya temática dominante es la del amor. La sigue SUSY DELGADO (1949), que también escribe en guaraní, con libros de melancólico acento íntimo.
NILA LÓPEZ (1954) publica dos libros en la década del 80. En ellos expresa un hondo sentimiento de la vida y del amor.
LOURDESPÍNOLA (1954) y AMANDA PEDROZO (1955) representan quizá la más aguda conciencia de mujer en la poesía de esta década. Sus poemas, sin embargo, tienen acentos personales.
ALICIA CAMPOS CERVERA (1948), nació en Buenos Aires (Argentina) y ha publicado en el Paraguay en 1982 su único opúsculo poético. Sus versos aluden a su experiencia existencial de una manera directa y franca.
LA GENERACIÓN DEL 80
Tres nombres cierran, por ahora, el panorama de la poesía femenina contemporánea del Paraguay: DELFINA ACOSTA (1958), MARÍA ELINA PEREIRA (1962) y MABEL PEDROZO (1965).
La primera ha publicado un libro en que se encuentran formas poéticas cerradas y libres.
MARÍA ELINA PEREIRA OLMEDO, después de un primer opúsculo promisorio ha publicado poemas alusivos a la experiencia de la guerra chaqueña.
Los textos de Mabel Pedrozo sólo han aparecido en volúmenes colectivos de poetas jóvenes, pero anuncian una definida vocación.
ESTA EDICIÓN
En la presente antología se procura dar un panorama amplio y representativo de la producción poética femenina contemporánea del Paraguay.
Su ámbito histórico abarca sesenta años, desde 1932 hasta 1992, coincidiendo, en líneas generales, con el desarrollo de la poesía moderna de lengua castellana en España e Hispanoamérica.
La selección de textos de cada poetisa va precedida de una nota biobibliográfica, actualizada hasta la fecha.
MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
Asunción, junio de 1992
INTRODUCCIÓN - 9
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA - 15
JOSEFINA PLA - 19
IDA TALAVERA - 25
MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON- 29
ESTER DE IZAGUIRRE- 33
ELSA WIEZELL - 37
RAQUEL CHAVES - 41
RENEE FERRER DE ARRÉLLAGA- 45
GLADYS CARMAGNOLA - 49
NILSA CASARIEGO - 53
MARÍA EUGENIA GARAY - 57
SUSY DELGADO - 61
NIZA LÓPEZ - 65
LOURDESPÍNOLA - 69
AMANDA PEDROZO - 73
ALICIA CAMPOS CERVERA - 77
DELFINA ACOSTA - 81
MARÍA ELINA PEREIRA OLMEDO - 85
MABEL PEDROZO - 87
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JOSEFINA PLA
Nació en Las Palmas, Islas Canarias, en 1909. Poetisa, crítica de arte, ensayista, historiadora, narradora, periodista, autora de obras de teatro y radiofónicas, ceramista, grabadora, y docente.
Obra poética: EL PRECIO DE LOS SUEÑOS (1934); LA RAÍZ Y LA AURORA (1960); ROSTROS EN EL AGUA (1963); INVENCIÓN DE LA MUERTE (1965); SATÉLITES OSCUROS (1966); EL POLVO ENAMORADO (1968); DESNUDO DÍA (1969); LUZ NEGRA (1975); ANTOLOGÍA (1977); FOLLAJE DEL TIEMPO (1978); TIEMPO Y TINIEBLA (1983); CAMBIAR SUEÑOS POR SOMBRAS (1984); LA NAVE DEL OLVIDO (1985); LOS TREINTA MIL AUSENTES (1985); LA LLAMA Y LA ARENA (1987).
Primer Premio Unión Club por su libro LOS TREINTA MIL AUSENTES. 1982.
SOY
Carne transida, opaco ventanal de tristeza,
agua que huye del cielo en perpetuo temblor;
vaso que no ha sabido colmarse de pureza
ni abrirse ancho a los negros raudales del horror.
¡Ojos que no sirvieron para mirar la muerte,
boca que no ha rendido su gran beso de amor!
Manos como dos alas heridas: ¡diestra inerte
que no consigue alzarse a zona de fulgor!
Planta errátil e incierta, cobarde ante el abrojo,
reacia al duro viaje, esquiva al culto fiel;
¡rodillas que el placer no hincó ante su altar rojo,
mas que el remordimiento no ha logrado vencer!
Garganta temerosa del entrañable grito
que desnuda la carne del último dolor:
¡lengua que es como piedra al dulzor infinito
de la verdad postrera dormida en la pasión!
Haz de inútiles rosas, agostándose en sombra,
Pozo oculto que nunca abrevó una gran sed;
prado que no ha podido amansarse en alfombra,
¡pedazo de la muerte, que no se sabe ver!
(El precio de los sueños)
DESDE CUANDO
A ti, siempre, nunca
...Desde cuándo marchabas a mi lado,
desde cuándo...? Tus pasos
desde cuándo, en la noche, aproximándose
ocultos tras de cada latido...? Desde cuándo...?
Desde cuándo, en la noche por los valles sin nombre
rastreando mi angustia?
Y tras de cada puerta abriéndose, y de cada recodo
del camino, desde cuándo?
Desde cuándo tus sienes en las salvias
del reposo tranquilo?
Desde cuándo tus brazos en los cálidos ramos
del viril eucalipto, bajo las siestas altas?
Y desde cuándo el pedregal desnudo;
desde cuándo el desierto irredimible?
Desde cuándo la brasa entre los párpados;
esta sed, desde cuándo?
…………………………………………………………………….
...Desde cuándo este siempre irrevocable;
esta muerte creciendo, desde cuándo...?
(La raíz y la aurora)
LETANIA DE LOS OTROS
«Pasado es aquel amor urgente»...
Y el amor sólo es hoy el de los otros
El río que lavó mis rostro joven
jóvenes rostros lava que son otros.
No ha pasado la calle de mi infancia
pero ella es la calle de los otros
Aún florece el jazmín del viejo patio
pero es estrella en el cabello de otros
Pasó el tiempo de hacer un tiempo nuevo
y ahora el tiempo nuevo es de los otros
Ya la esperanza se quedó allá lejos
para llevar su júbilo a los otros
Pasada es la canción Pasado el sueño
Todo a este lado pertenece a otros.
(Tiempo y tiniebla)
EL REGRESO
A tí ¿hasta cuándo?...
...«Estoy cansada amor volvámonos a casa ... »
(Ascendían trizados jardines siderales
crepitando colores juegos artificiales)
Y volvían tomados de la mano hecha brasa
Más tarde desde el muerto relámpago amoroso
regresaban al sueño del cual habían salido
Volvían de la casa del amor al olvido
y vestían la túnica opaca del reposo
...Alguien cortó la trama de aventura posible
y su urdimbre Penélope de mágicos regresos
Encendido quedóse el hogar de los besos
Y el recuerdo a su orilla se postró irreversible
(Recuerdo Ancla que resta del barco que perdimos
Nuestro único futuro volver donde vinimos...)
(Tiempo y tiniebla)
YO TE CONOCI
... Yo te conocí cuando
era tu cuerpo un arca llena de simientes
cuando tu boca era capaz de agotar todo un río
tus brazos ramos verdes sacudidos
por un viento caliente
y tus ijadas ardorosas parecían
capaces de oprimir los flancos de la tierra
Yo te conocí cuando llevaba todavía
entre los párpados
las lluvias augurales de septiembre
Cuando mis manos eran magnolias aún no abiertas
por el viento amarillo
Mi lengua tentación de las abejas
y nido de jilgueros
Hoy el arca está vacía
quietas en el callado atardecer las ramas
Y los párpados secos
y la lengua de abejas y jilgueros desierta
Y sin embargo
en algún sitio un pájaro desconocido a veces
aun me dice en olvidado idioma
algo Algo quizá lo más hermoso
por secreto Acaso la palabra
que se quedaba siempre
por decir cada día
porque se pierde siempre
en el camino
(Cambiar sueños por sombras)
TIEMPO VESTIDO DE MUJER
Yo no tuve otro viático
que mi ansiedad de cielos
mi furia por vivir
y ver la espalda esquiva de los sueños
mi ciego anhelo de perder
mi cuerpo
en otro
cuerpo ciego
Yo no tuve jamás sino esa sed
yesca oculta de todos los incendios
En ansia
de alcanzar mis raíces descolgándose adentro
desde este corazón que ya consume
en tizón el cansancio del recuerdo
y en que germina oculto
el musgo del silencio
(La llama y la arena)
MI BESO ES MUCHEDUMBRE
Mi beso es muchedumbre.
Con él te sellan siglos y estaciones,
te condecoran légamos y nubes.
Se reencuentran en él
los valles con la cumbre:
el ojo del pavón con la amapola.
Mi beso es una escala por donde un mundo sube.
En él se juntan
rugidos y laúdes.
Cigarras y serpientes,
abejas y escorpiones se confunden.
En él están Lázaro y Judas,
mártires y asesinos su médula resumen.
Arden en él los que vivir esperan:
los que esperan matar, en él se encubren.
Mi beso es horca, es látigo, es cadena.
Mi beso es muchedumbre.
El puñal del rufián, la espada del valiente,
en él juntan relámpagos y herrumbres.
Cuando digo besar, digo legiones.
Y el nombre de mi beso es muchedumbre.
(La llama y la arena)
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IDA TALAVERA
Nacida en Asunción en,1910. Poetisa, narradora y pintora. Obras publicadas: ESTA DE ANDAR, 1966.
PUEDES PONERLE UN NOMBRE
Puedes ponerle un nombre,
tú que lo sabes todo,
a mí, ya no me importa.
He soltado los remos
y voy a la deriva,
no me importa si hay playas
o puertos que me esperan,
o dunas solitarias,
o cantos de sirena.
Me voy con estas manos
vacías, sin estrellas,
no llevo nada, nada,
ni brújula siquiera;
he olvidado los mapas
y perdí los caminos,
ya no tengo una meta
ni me importan las rutas,
que bifurcan sus brazos
acercando las vidas;
he soltado los remos
y voy a la deriva.
(Esto de andar)
...YSE LLAMA
Ven
y contemplemos juntos
los ojos que nos miran desde el cielo.
Cuántos ojos contemplan este suelo
donde tú y yo naufragamos
lentamente,
tú en tu propia soledad,
y yo en la mía.
Y este fluido extraño que desciende;
¿de dónde viene, de dónde?...
Se desliza en mi piel;
mi corazón se enciende,
como lámpara mágica en la noche
y hay algo que me muerde,
que se hunde en mi alma,
que me pierde
irremediablemente,
que me sensibiliza,
es algo que me envuelve
como leve fragancia
que amasaron los vientos,
y se llama nostalgia.
(Esto de andar)
NO ES LUNES
No es lunes ni es septiembre
y sin embargo
se está llenando el patio
de unos verdores nuevos.
Vuela el alma y picotea
como un pájaro
el alma del misterio.
Esta tarde sin ti
que ya se marcha
me toma de la mano
y tu recuerdo
camina aquí a mi lado
quietamente.
Tu voz
como una música olvidada
acuna mi tristeza
y tiene de otros días
y otras noches
la fugaz trayectoria
de una estrella.
Todo viene de ti
y hacia ti vuelve
y sin embargo
no es lunes ni es septiembre.
(Esto de andar)
ANDUVE CAMINANDO
Anduve caminando
antorcha en la noche,
yendo y viniendo
más allá de las ruinas.
Anduve caminando cerca
del estupor
del escombro y del miedo.
Todo estaba desierto,
y dormido en su lecho;
silencioso el océano,
apagado mi leño.
Regresé
bordeando las márgenes
del tiempo,
apretando a mi pecho
las corolas del sueño.
Anduve caminando
más allá de las sombras
del silencio infinito.
Mi boca amordazada
fue madurando en gritos.
(Esto de andar)
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MARÍA LUISA ARTECONA DE THOMPSON
Nació en Asunción en 1924. Poetisa, docente y narradora de cuentos infantiles. Ha publicado VIAJE AL PAÍS DE LAS CAMPANAS (1960); CANCIÓN PARA DORMIR A UNA ROSA (1964); GRITO DE LOS ANDES (1964); EL METAL Y LA ESPUMA (1965); EL CANTO A OSCURAS (1986).
Premio Doncel de literatura infantil, 1970. Madrid. España.
TIEMPO DEL ÁRBOL
No era el árbol.
Pero la brisa, sí, y el ave
y la plegaria del ave;
y la doctrina del fruto
y el ritual de las mariposas
amarillas.
No era el árbol.
Pero el campanario, sí, de las corolas
y la tierra para el descenso de las flores
y la raíz de las lluvias
y el motivo de las sombras
y el brazo verde en la llovizna.
No era el árbol.
Pero la nube, sí, y el viento
y la voz, el cuerpo y el alma del viento
y los miembros para el ansia del agua
y las entrañas para el deseo del sol
y el camino de alas transparentes.
No era el árbol.
Pero la luna, sí, y las aristas
multiformes de su luz metálica
y la vida en la carne de la fruta
y el instante de las manos
y el sosiego de alguna nostalgia.
No era el árbol.
Pero la tempestad, sí, y el tiempo
y el alba y el crepúsculo
y el hacedor del paisaje
y lo visible de las cosas terrestres
que antes fueron para ser él.
No era el árbol.
Pero la exaltación, sí, de lo pequeño
y el prodigio de la hierba a sus pies
y las puertas de la aurora adamascada
y el fin de la oscuridad;
y tal vez la intimidad de la estrella rosada.
No era el árbol.
Pero el hecho, sí, entre tantos hechos
y la atracción de los recuerdos
y el otoño, el invierno y el estío
y el cáliz de la serenidad
y los inquietos intersticios del cielo.
No era el árbol.
Pero la leyenda, sí, para evocar
la memoria de otros árboles
y de lo que no está en ellos
y tampoco en nosotros
y ha de caer en tiempo inmemorial.
La leyenda del árbol.
No es el árbol.
Nada más.
Es el tiempo inmemorial.
(El canto a oscuras)
ASOMBRO
En un tiempo sin nombre descubrí
entre las manos,
puestas sobre el espejo cotidiano -cristal y celosía
de los años-, esta opulencia de cabellos blancos.
Calladamente, como besos hurtados a un amor
fugaz de adolescencia, se me fueron los años.
¿Adónde fue la rosa nacarada de la dulce inocencia?
La voz que entretejía en el aire el contorno
de las hermosas palabras. Madre. Amor. Cielo.
Las inmaculadas puertas que se abrían
sobre el jardín de los encantamientos.
Los gritos estridentes de la infancia
y los sollozos por aquellas nadas.
El albo traje de las comuniones con sus estampas
y sus letras de oro.
Los espacios del tiempo repartidos en las jornadas
diáfanas, de unas siempre llamadas vacaciones.
Y los rostros. Los nombres. Las edades
que quedaron por siempre en la retina
con sus gestos de asombro y maravilla.
Todo ocurre de pronto tan de prisa,
que al querer atrapar entre las manos
las sinuosas líneas de un juguete,
las falanges responden torpemente
y vibra en ellas un temblor ligero
que más sabe de pan que de caricias.
Indefectiblemente es el otoño,
donde la brisa corre diferente
y hay recuerdos amargos que hoy se visten
de fiesta.
Este manojo de cabellos blancos
señala un puerto de barcos encallados
con quietos pescadores a la espera
de la ofrenda del agua en cada hora.
Pero un secreto ensueño envuelve todo,
porque la vida se ha tornado blanca.
Es como regresar a alguna aldea
donde la magia del amor perdura,
y de cada derrota, sin pensarlo,
fabrica un duende de color de nieve
que juega a los castillos en las sienes.
Esta opulencia de cabellos blancos
es simplemente asombro.
(El canto a oscuras)
UNA VEZ
Hoy anduvimos celosamente humanos,
rescatando el idilio de las horas.
Por eso fui buscando un lapso claro
para ofrecerte mi vendimia simple.
Pero tú, generoso hasta el convite del vino
de mi agrazón oscura, hiciste uvas doradas,
y un poco deslumbrado
de pronto, todo lo cambiaste
y se tiñeron tus ojos de dulzura
y nada más que así fue nuestro encuentro.
Había una vez. No.
Erase una vez. No.
Que fueron muy felices. No.
Ya lo sé, amor,
son los tenaces juegos de tu ausencia.
(El canto a oscuras)
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ESTER DE IZAGUIRRE
Nacida en Asunción en 1924. Es poetisa, narradora y docente universitaria en los Estados Unidos de América. Reside en la Argentina. Obra poética: TRÉMOLO (1960); EL PAÍS QUE LLAMAN VIDA (1964); NO ESTÁ VEDADO EL GRITO (1967); GIRAR EN DESCUBIERTO (1975); QUÉ IMPORTA SI ANOCHECE (1980); JUDAS Y LOS DEMÁS (1981); Y DAN UN PREMIO A QUIEN LO ATRAPE VIVO (1986); ANTOLOGÍA (1986); SI PREGUNTAN POR ALGUIEN CON MI NOMBRE (1990).
Fue distinguida con la publicación de sus libros TRÉMOLO, EL PAÍS QUE LLAMAN VIDA y NO ESTÁ VEDADO EL GRITO, por el Fondo Nacional de las Artes. Argentina. Gran Premio Dupuytren, 1975, por su libro GIRAR EN DESCUBIERTO. Argentina. Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, por su libro QUÉ IMPORTA SI ANOCHECE, 1980. Argentina. Pluma del PEN Club. 1981, por su libro Judas y los demás. Argentina.
DÓNDE ESTABAS
Dónde estabas
que la vida se fue sin que te viera,
en qué resquicio sórdido del tiempo,
en qué mentira gris,
en qué apariencia.
Si volviera el verano
y una señal del viento.
Si todo fuera igual
y descubriera en la arena
alguna huella.
Dónde estabas
que la vida se fue sin que te viera.
(Girar en descubierto)
QUE IMPORTA
Evelina Méndez de Tobelér
Qué importa que la muerte me espere en una es-
como en alguna cita querida y postergada, [quina
y no importa esta larga fatiga que calcina,
ni los vuelos finales ni algún ala quebrada.
Qué importa la moneda de cobre cotidiana
que nos da de limosna, un dios también mendigo,
si a veces cuando vamos subiendo la mañana,
nos saluda de lejos la mano de un amigo.
Si todavía me asombra la lluvia amanecida,
si los ojos del perro me devuelven confianza
en el disfraz absurdo que me miente la vida.
No importa que anochezca si el amor es mi centro,
si del amor me nazco, por el amor escribo
desde el amor existo y en el amor me encuentro.
(Qué importa si anochece)
CONQUISTA
Te acercaste a mi playa. Era la tarde
y el otoño agrisaba las arenas.
Le pusiste tu nombre a mis orígenes
y al fin mis ojos se volvieron tierra
para aceptar la cruz de tu conquista.
Después volvió la historia a ser historia
y la playa de nuevo está desierta.
(Qué importa si anochece)
INSÓLITA
Una paloma apareció en mi cuarto una mañana,
una paloma entera, no le faltó ni el canto.
La rodeaba su bosque y hasta el verdor intacto
y traía con su vuelo el vestigio de todas las distancias,
las nostalgias tatuadas en las alas por todas las partidas.
Se llegó con su cielo hasta mi casa de elemental ladrillo
cotidiano,
y en lugar de mirarme en los espejos,
en vez de arrodillarme, de clausurar avara las ven-
de acariciarla como se acaricia un minuto, [tanas,
cuando la vida es sólo ese minuto,
cerré los ojos cuando se alejaba
transformada en estrella o en olvido.
Ahora no sé si no habrá sido un sueño
que una paloma apareció en mi cuarto una mañana.
Una paloma entera.
No faltó ni el canto.
(Judas y los demás)
TIEMPO
Yo sólo sé que el tiempo me lastima,
no sé si el que se fue o el que no ha sido,
todo es tiempo de honduras y de cima,
lo que es bien conservado y bien perdido.
Es tiempo la hidalguía
de la rosa que reina en el jardín un corto día,
tiene un cielo fugaz de mariposa
y un largo invierno de melancolía.
Es largo tiempo la ilusión buscada,
que cuanto más se busca más se aleja
a la vuelta de cada encrucijada,
y es tiempo esta certeza de la queja
que contra el tiempo ya no puede nada
más que mirar la nada que nos deja.
(Judas y los demás)
JUDAS
Soy Judas, el traidor,
y te di más que todos,
yo te di más que amor.
Para ellos la merced del heroísmo
y la docilidad de serte fieles,
porque ellos no afrontaron tu mirada
allá en Getsemaní.
-Ojalá me hubieras dicho: «te comprendo,
lo estás haciendo bien. Animo, Judas».
Ellos navegaban en barcas
que el prodigio salvaba de mareas tenaces,
yo me hundí hasta tocar fondo en los abismos
de este mar de ser hombre y acordarse.
Todos vieron los clavos y lloraron,
yo te inmolé para que amanecieras.
Convocaron a tantos para el drama,
Caifás, Anás, Herodes y Pilatos,
por qué también a mí. Yo te quería.
Por qué habrán acuñado las monedas,
por qué las profecías.
Por qué el árbol aciago
como un ojo hechicero reclamándome desde la sangre intacta de la Biblia.
Soy Judas, el traidor,
el que mejor cumplió con su destino.
El que entregó al que amaba. Por amarlo.
(Judas y los demás)
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ELSA WIEZELL
Nació en Asunción en 1927. Poetisa, narradora, periodista y pintora. Ha publicado: POEMAS DE UN MUNDO EN BRUMAS (1950); BARRO DE ESTRELLAS (1951); POEMA CIEGO (1956); TRONCO AL CIELO (1960); ORBITAS DE VISIONES (1963); POR LAS CALLES DE CRISTO (1963); EL CANTO Y LA LUZ (1964); TIEMPO DE AMOR (1965); PARAGUAY CON SU HORIZONTE SECRETO (1966); TEMBLOR DE ACACIAS (1966); MENSAJE PARA HOMBRES NUEVOS (1966); PALABRAS PARA OTRO PLANETA (1967); ECO TRIDIMENSIONAL (1968); POEMA ULTRASÓNICO (1969); PUENTE SOBRE EL TAPECUÉ (1969); SEMBRADORES DEL SOL (1970); VIRAZÓN (1972); POBLADORES FIEROS (1974); LA COSECHA DEL VIENTO NORTE (1974); EL AMOR EN LA BRISA DEL SUR (1975); ANTOLOGÍA (1982); EL COLIBRÍ DE LA QUEBRADA (1989); CORCELES DE ALBORADA (1990); POEMAS DEL AIRE PROFUNDO (1992).
Premio García Lorca Amigos del Arte. 1967. Mención de Honor Asociación de Escritores Guaraníes. Miembro de Honor. The National Foreign Language Capitulo. Southwest Texas State University, U.S.A. 1981.
YO TENGO
En los cuatro costados
sacrificio
y en la niñez
una muñeca herida.
Me empujaron
los sueños
en Septiembre
y de golpe,
con urgencia,
conocí al hombre.
Quise salvar el canto
tímidamente
y en la presencia del otoño
levanté mi casa
con dos ventanas
de tronco y rocío.
(Tronco al cielo)
CUANDO
Cualquier día,
nunca
las manos enlazadas
con el río.
Cualquier día.
No en la montaña.
Cerca del mar,
¡nunca!
asfixia lenta.
No en la noche.
Ciega al balanceo de las cosas
y los colores.
(Cuando un beso
queme la garganta
y dos manos buenas
cierren la caricia).
(Cuando un deseo
salvaje de gratitud
para los hombres
enmudezca mi lengua).
(Tronco al cielo)
Sencillo y siempre mensajero
con igual pan
el tornero y el telegrafista
con igual risa
destino sagrado del hombre
Dios poderoso
diciendo adiós
A TODA LÁGRIMA
diciendo adiós
Dios poderoso
destino sagrado del hombre
con igual risa
el tornero y el telegrafista
con igual pan
sencillo y siempre mensajero
(Eco tridimensional)
El amuleto tiene ojos fijos
que da al hombre fatiga
collar de dientes de fiera
muerde lo maléfico
y el sentido pierde el signo
ARA ÑAÑA
al influjo de lo suave
es aparente
vientre quebrado en luz
osadía de Añá
maldito
por montañas poderosas
(Puente sobre el Tapecué)
La estructura
con los números fluctuantes
sustentando células genéticas
fuera de las noches del tiempo
convertido en micronúcleo
el espacio nube cambiante
explicando mecánicamente
los móviles y el motivo
células perdidas
reclamando obstinadamente
algo veraz sin pesadilla
PARALELAS
algo veraz y sin pesadilla
reclamando obstinadamente
células perdidas
los móviles y el motivo
explicando mecánicamente
el espacio nube cambiante
convertido en micronúcleo
fuera de las noches del tiempo
sustentando células genéticas
con los números fluctuantes
la estructura
(Sembradores del sol)
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RAQUEL CHAVES
Nació en Asunción en 1938. Poetisa, periodista y docente en la Universidad Nacional de Asunción. Ha publicado: LA TIERRA SIN MAL (1977); TODO ES DEL VIENTO: SIETE VIAJES (1984) y ESPACIO SAGRADO (1988).
Segundo Premio Municipal por CIUDAD ALMA, texto ecológico, en coautoría con Nila López.
PERTENENCIAS
Dueña de un reino
sin luz propia,
alumbro
porque el sol
visita enero.
Tengo color
por un lapacho
que en el patio
quiso ser visión,
después de haber
nacido árbol.
En mi reino de hojas
de papel tengo maderos:
no son de cruz,
son de naufragios.
Del algodón
y de la lana, tengo las ropas.
Y en mis hojas de papel escribo,
cuando los ángeles
se han ido.
(Todo es del viento: siete viajes)
YVY MARAẼ’Ỹ
Antes de partir
conocía las primitivas costumbres
de Maino, el colibrí.
Antes de los grandes vientos,
en medio de las grandes lluvias,
trajo comida al dios que existía
en el lecho de tinieblas.
Para mí dejó caer
frutas del Paraíso
antes de partir
hacia La Nueva Tierra.
(Todo es del viento: siete viajes)
ÁRBOL DE AGOSTO
a Osvaldo González Real
Floreces este mes porque floreces
nadie sabe por qué, por qué este tiempo,
vestido ya en tu gloria, te desviste
y viste de hermosura a quien te mira.
Yo te proclamo luz de mi paisaje.
En mi callada noche, un alba de oro,
con la oscura presencia de los ángeles.
(Todo es del viento: siete viajes)
UNIDAD DE TIEMPO
Como las piedras del Itao
lentamente
te amo
esperando
el alba
para poder decir
geológicamente
te amo.
(Espacio sagrado)
EL CHAMÁN SUEÑA
No hice
los ojos
del búho
pero miré
la noche
y pude verte.
(Espacio sagrado)
LA SEÑORA DE LAS SIETE ESTRELLAS
Señora:
esta tierra es vuestra
y hasta el final latir
del corazón,
será también de Vos.
(Espacio sagrado)
EN ESE REINO
Este vivir nombrándote
hace saltar las cosas
del reino de la arena
donde me espera insomne
tu piedra, la primera.
(Espacio sagrado)
EL ÁRBOL, EL COLIBRÍ, EL VIENTO
Duerme o sueña
el alma
asida al aire
en donde canta
el ave
asida al viento.
(Espacio sagrado)
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RENEE FERRER DE ARRÉLLAGA
Nació en Asunción en 1944. Poetisa, narradora e historiadora. Obra poética: HAY SURCOS QUE NO SE LLENAN (1965); VOCES SIN RÉPLICA (1967); DESDE EL CAÑADÓN DE LA MEMORIA (1982), reeditado un 1984 en Hamburgo, Alemania; PEREGRINO DE LA ETERNIDAD (1985); NOCTURNOS (1987) estructurado sobre la música de Federico Chopin y Enrique Granados; SOBREVIVIENTE, reeditado en 1988 en Madrid, España, por Ediciones Torremozas; VIAJE A DESTIEMPO (1989); DE LUGARES, MOMENTOS E IMPLICANCIAS VARIAS (1990); EL ACANTILADO Y EL MAR (1992). Ha publicado también poesía infantil: CASCARNA DE NUEZ (1978); CAMPO Y CIELO (1983) y la plaqueta GALOPE (1983).
Primer Premio Amigos del Arte por su libro DESDE EL CAÑADÓN DE LA MEMORIA. 1982. Paraguay. Primer Premio Amigos del Arte por su libro SOBREVIVIENTE en 1984. Paraguay. Segundo y Tercer Premios del Certamen Literario Libertador General San Martín Poesía édita, por poemas de PEREGRINO DE LA ETERNIDAD 1986. Premio El Lector por su libro VIAJE A DESTIEMPO en 1989. Paraguay.
SI TÚ NO ME QUIERES
Si tú no me quieres,
qué vacío insondable de tristeza tan honda,
de mi boca entreabierta indecisa de pena;
qué mirar hacia el cielo apagado de sol,
una estrella caída de su altar promisor.
Qué completo silencio de sentencia oprimida,
qué abundancia de ausencia de rosas sin color.
Qué lágrima suspensa de los huecos heridos,
qué risa detenida con gesto de dolor.
El momento fatídico en que tú no me quieras,
qué golpe de velamen, qué giro de timón,
qué fuerza de un atleta sosteniendo la tierra,
qué bravura salvaje, qué ruido de cañón.
Y después de saberlo, cuando ya no me quieras,
qué intención sin palabras, qué seca de cristal,
mirándote a los ojos de palpitar dormido,
qué ternura infinita por haberte perdido,
qué arranque de jirones mi idílico ideal.
Estático crepúsculo en tu ausencia inmediata,
luciérnaga apagada con dirección de olvido,
con sus rígidos labios movidos sin sentido,
vaga, desubicada, huyendo hacia un erial.
Qué sencillez de piedra en la visión profética
con vértigo violento negada del edén,
y en la última lágrima sentida de sus párpados
qué expresión reprimida, difusa, sola, fue.
(Hay surcos que no se llenan)
HIJO
En qué remoto andar has dejado la réplica
de tu planta viviente.
En qué línea orbital
ha quedado varado tu mojón de silencio,
para venir a mí,
útero en jazmín,
vena luciente.
Qué has sido en ese tiempo desligado del mío,
antes de que yo naciera,
y aun después
y sin término.
En qué playa olvidaste la marca de tu aliento.
Qué valle sideral has dejado
extrañándote,
prendido al universo.
Qué libros has escrito,
qué formas han nacido de tus manos
en un rincón incierto.
Dónde dejaste pena para darme contento,
qué vacío a otra frente y canto a mi silencio,
hermano universal,
hijo de este momento.
Qué minuto fue tal en que me viste a solas,
cóncava de ternura,
esperándote.
Desde quién sabe cuántos años luz me has mirado
sin que yo lo supiera.
Cómo fue que elegiste el recoveco oscuro
de mi sangre azarosa;
maduro, desde lejos, escrutabas mi sueño.
Ya has sido alguna vez con otra madre, hijo,
y serás otra vez, hijo, de alguna madre.
Yo no creo que hayas comenzado
con un roce de cuerpos estrenando la vida.
Has venido de antes,
de un ayer que no cuenta.
Eres un ente único que a mi encuentro se enciende.
(Peregrino de la eternidad)
POR SUPUESTO
Por supuesto he vivido
la mitad de mi vida
y tengo bien guardados
en un baúl hermético,
macerados con lágrimas de esas tan corrientes,
mis andrajos de tiempo.
Los saco a ventilar de tanto en tanto;
les sacudo su polvo de congoja
y los doblo de nuevo bien planchados.
En el aire vacilan madreselvas
y un negro olor a noche.
El ayer son peldaños
llenos de hilachas ciegas,
piezas desbaratadas de un ajedrez
que se retarda.
Reconozco mi vieja partida,
pendiente de un temblor,
de un desencuentro.
(De lugares, momentos e implicancias varias)
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GLADYS CARMAGNOLA
Nacida en Guarambaré en 1939. Es poetisa y docente. Tiene publicados libros de poesía infantil: OJITOS NEGROS (1965); NAVIDAD (1970); PIOLÍN (1979); y los poemarios LAZO ESENCIAL (1982); A LA INTEMPERIE (1984); IGUAL QUE EN LAS CAPUERAS (1989).
Primer Premio Amigos del Arte, 1981. Paraguay. Primer Premio de la Asociación de Críticos de Arte de Miami en 1985 por su libro IGUAL QUE EN LAS CAPUERAS. Estados Unidos de América. Premio Fiambrera de Plata concedido por el Ateneo Casablanca de Cultura de Córdoba, España, por su poemario PARA RECONOCERNOS COMO HERMANOS, 1990. Accésit del Concurso de Poesía V Centenario, convocado por la Embajada de España en Paraguay y el Instituto de Cooperación Iberoamericano, por su libro CENIZA Y LLAMARADA. 1990.
ORIGEN
Porque los sueños mueren
nacen los suspiros
y viven en nosotros
minúsculos o inmensos,
pálidos o encendidos.
Sí.
Tú te irás.
Para entonces, tal vez ya habré partido.
Y cada cual caminará
-sin detenerse a investigar su origen
con su dosis de amor y de suspiros.
(Lazo esencial)
MISIÓN DIPLOMÁTICA
De chica, yo quería
pertenecer al cuerpo diplomático.
Apenas pude, redacté una larga
solicitud de empleo.
La guardé bien doblada
en un sobre oficio americano
y anduve por ahí
buscando a quien pudiera dársela,
a quien pudiese ofrecerme, oficialmente,
un cargo autorizado,
permanente,
de embajadora.
El sobre se me ajó
y la solicitud envejeció inevitablemente.
Y ya no preparé solicitudes
porque entendí hace tiempo
que no hay empleador
para quien quiere ser embajadora del viento,
de la lluvia,
de los pájaros,
de las cosas que son o que no han sido,
del tiempo
que se aferra en seguir
mientras nosotros vamos y venimos;
mientras nosotros
venimos
y nos vamos.
Ya no presentaré solicitud para un empleo
que ejerzo
sin autorizaciones
ni decretos ignoro desde cuándo.
Si defrauda mi voz
la representación que usurpo
y me cancelo la licencia
o me jubilo por invalidez,
siempre seré, a escondidas,
embajadora de mi vocación y de mí misma.
Por entenderlo, gracias.
Por disculparme, gracias.
(Lazo esencial)
INDIA
¡Qué triste vas
rumiando historias viejas
con un rudo bastón
por la vereda!
Mis ojos -tiempos nuevos-
como eras entonces, india, te contemplan,
y ven
no las llagas de ese mudo dolor que ahora
tentas;
no lo que de tu blusa asoma como un harapo
más
-eso que fue semilla, flor y agua mansa y fresca
para nutrir de amor
los hijos de esta tierra.
India: qué triste vas,
y cabizbaja y ciega
que no ves cómo estoy arrebujada
en un turbio rebozo de vergüenza.
(A la intemperie)
CANCIÓN
La canción tiene cuchillos
que hieren, hoy más que antes
-mil puñales asesinos
a los que no acusa nadie-
cuchillos que desde el viento
con el filo de la tarde
apuñalan la palabra
y entre estertores y sangre
dejan una que otra lágrima
(¡Eso no me lo arrebaten!)
cuchillos que se refugian
cobardes, en cualquier parte,
mientras en el aire crece la canción
con letras que son cadáveres.
(Igual que en las capueras)
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NILSA CASARIEGO
Nació en Asunción en 1944. Poetisa. Licenciada en Ciencias Contables. Obras publicadas: POEMAS (1972); POEMAS (1977); LOS PUENTES AL MAÑANA (1991).
Premios: Mención de Honor otorgada por el PEN Club del Paraguay a su libro POEMAS. 1980.
Tenías el olor
del campo.
El viento frío
con la plaza en sombras.
Llevando
entre mis manos un soplo de amor
que te envolvía.
Quería entrar en tí
y quedarme quieta
para olvidar por siempre
el adiós
que una esquina cualquiera
nos pedía.
(Poemas)
Para un hombre
Padre José Harris
Llovizna de gris sobre los techos
y adentro
un gusto añejo de plegaria.
Llovizna mojándose en ladrillos
y en el alma, tus ojos
como leves golondrinas.
Tú salpicado de llovizna
y adentro,
la grande cruz
madurando en su silencio.
(Los puentes al mañana)
Ayer lo he vuelto a ver.
Ya tiene todos los cabellos
teñidos de nieve, y de su rostro
le han robado la alegría.
La luz aquella que irradiaba
se apagó temprano,
como si se cerrasen para él
todas las flores del verano.
Pero ayer
como si no pasara el tiempo,
a sus ojos, al encontrarse con los míos,
se le abrieron nuevamente
ese antiguo mirar
de mar profundo.
(Los puentes al mañana)
O se razona o se ama.
No hay otra salida.
Es terrible ver cómo el amor
puede pudrirse
cuando tienen respuestas
las preguntas.
Cuando todo está claro.
Cuando nada es sorpresa.
Cuando el misterio abrió su puerta
y olvidó de cerrarla.
(Los puentes al mañana)
El viento acuna una plegaria ausente.
La noche reposa
entre mis manos su negra
cabeza adormilada.
Todo está tranquilo.
Parece que la paz
se me hubiese prendido
al vestido y parece que el ayer
se fuera detrás de ti,
convirtiéndose en noche perfumada.
(Los puentes al mañana)
Qué llena estaba yo de ti
y qué pequeño era el cielo
a nuestro lado.
Todo comenzaba y terminaba
en nuestros ojos
sin pedir nada.
Sólo la tarde.
La lluvia, y las mariposas
extrañas
surgiendo del rocío.
Me diste todo, y yo
quería darte más que todo.
Quería darte. otra vida.
Quería continuar en ti
a través de los siglos,
a través de los mares,
siempre en ti
a través de la creación.
Qué distinto era aquel viento
que soplaba entre los cerros.
Qué grandes y tibias las estrellas.
¡Qué cerca había estado Dios
cuando me amabas!
(Los puentes al mañana)
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MARÍA EUGENIA GARAY
Nació en Asunción en 1949. Es poetisa. Obras publicadas: POESÍA (1983); RECOBRARIO (1984); ELECCIÓN PERSONAL (1987); BAILE DE DISFRACES (1987).
Segundo Premio en el Concurso René Dávalos. 1970. Paraguay.
RECODOS
Existes,
sin saberlo
en los recodos
secretos de la tarde soñolienta.
Y su luz
te refleja en los espejos.
Y Noviembre
te nombra
lentamente,
Y tu aroma
de musgo
lluvia y ansias
regresa hasta mis brazos
y se anida
en el obscuro
corredor del alma.
(Poesía)
DESVELO
Deja pasar la noche
Amado.
Remóntame
de nuevo hasta tus playas.
Extiéndeme
delante
de ese extraño silencio,
hecho de hogueras pálidas,
donde las viejas llamas
invaden temerosas
los sueños que soñamos
antes que llegue el alba.
La ciudad
allá afuera,
se ha quedado dormida
bajo el destello blanco
de la luna que pasa.
Mientras el alma vaga
sobre el estanque inmóvil
de esta antigua tristeza
fabricando fantasmas
que acechan escondidos
desde esos corredores,
inciertos,
vagabundos,
profundos de nostalgia.
(Recobrario)
EQUINOCCIOS
Sabemos
de puntos equidistantes.
De galaxias inventadas
y de trenes expresos
hacia ninguna parte.
Aprendimos
con metódica arritmia
los números del viento,
el canto de los árboles.
Y cerramos la tabla pueril
de logaritmos
sin manchar la distancia.
Supimos
de las luces de neón
redondas, suspendidas
alumbrándonos altas.
Corrimos
carreteras serpenteantes
cinta azul, calcinada
bajo junglas metálicas.
Interpretamos
concienzudamente
los solsticios de invierno.
Cambiamos caracolas por horóscopos
y musgo del arroyo
por oráculos.
... Y ahora,
que alcanzamos la quimera,
a fuerza de soñarla
ardientemente,
en las ardidas noches del verano...
nos recorre en la sangre
una nostalgia
dolorosa
punzante e imprecisa,
y al mirarnos
las manos:
¡tan fuertes!
y vacías de ternura,
un tren, sin conductor,
que no abordamos
nos remonta de súbito
hasta el borde
de algún enero muerto
en las cigarras,
donde vaga
descalzo entre los mangos,
el fantasma
del niño que perdimos.
(Baile de disfraces)
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SUSY DELGADO
Nacida en San Lorenzo en 1949. Es poetisa en guaraní y español además de periodista. Tiene publicados: ALGÚN EXTRAVIADO TEMBLOR(1986); TESARÁI MBOYVÓ (ANTES DEL OLVIDO) (1987) en edición bilingüe; y EL PATIO DE LOS DUENDES (1991).
Segundo Premio Amigos del Arte en 1984. Paraguay. Premio Radio Curupayty en 1991. Paraguay. Finalista en el Premio Casa de las Américas, Literatura en Lenguas Indígenas, 1992.
UNA PAVADA TRISTE,
como un ansia pequeña, subterránea,
apenas un intento de ser sobre el papel.
Unas tímidas ganas de llover
lentamente,
de caer, de arrastrarse,
de morir un poquito,
larga, sencilla, silenciosamente.
Como el rumor lejano
de todas las tormentas,
de todas las angustias,
de toda la ciudad.
Como la tarde tibia y despaciosa,
pedazo tierno, estremecido,
de alguna libertad que se adivina
entre el bar, la tristeza y la tarde.
(Algún extraviado temblor)
ES QUE LA TARDE VUELVE
una y todas las tardes
y se va como vuelve,
atardecida siempre, sin remedio.
Es que la lluvia vuelve
a llover esta tarde como siempre,
sin remedio cayendo, yéndose en cada gota,
yéndose siempre lluvia atardecida.
Lloviendo atardecidas lluvias
de resplandores hondos y enloquecidos pájaros,
las tardes que se fueron, ya se han ido.
(Algún extraviado temblor)
ESA TARDE VOLVÍ BAÑADA POR TUS OJOS.
Me costó dar la espalda
a ese encuentro precario
robado a los relojes,
en medio de los rostros, las miradas,
los pasos, los silencios, las paredes.
Cuando volví esa tarde
cruzando la tristeza,
me llovían tus ojos, mirándome hasta el ansia.
(Algún extraviado temblor)
ENTONCES ERA EL TIEMPO
de la melancolía
y era el tiempo de perder el tiempo.
Dulce dolor que consumía el alma,
fatalidad callada, interminable.
Tiempo de ir languideciendo
de tanto derrochar
esa espera obstinada y temblorosa,
tanto desperdiciar los besos
que nunca hallaron el puerto del remanso.
Entonces era el tiempo de llorar
porque los sueños
sobrevivían dolorosamente.
Dolerse sin razón
porque se amaba lo imposible
hasta la desesperación y la ternura.
Entonces era el tiempo
de la melancolía
y era la soledad
el baúl que guardaba los amores,
un olvido cargado de perfumes.
Pero llegó de pronto
esta soledad brutal y áspera,
carcajada imprevista de una urgencia distinta,
que no permite suspirar siquiera.
Y dónde está
el pequeño calor que visitaba
esa melancolía?
(Algún extraviado temblor)
SOBRE TODO, LOS SÁBADOS,
volver cabeceando hacia la tarde,
adormilada
de papeles y rostros y sudores
y montañas de horas
implacables, tiránicas.
Volver
hacia un extraño frío
que me toma las manos y recorre mi piel
palidecida al tiempo que la tarde.
Recobrar los contornos familiares
y deslizarme hacia el cansancio de las horas
de camisón y bañada de espera.
Y la espera me entornará los ojos
cuando la noche llegue de puntillas,
sembrando de suspiros,
las pequeñas colinas de mi pecho.
Y al paso de la noche,
me envolverá con un aliento de guitarras,
despertará una danza sensual en mi cintura,
vestirá de luceros mis hombros y caderas
y embriagará mi sexo con la miel de un recuerdo,
para amar lo que espera.
Amar absurdamente,
sobre todo, los sábados...
(El patio de los duendes)
**/**
NILA LÓPEZ
Nacida en Concepción en 1954. Periodista, actriz, editora, locutora de televisión y poetisa. Obra poética: EL BROCAL AMARILLO (1985) y ARTIFICIOS NATURALES (1987).
Segundo Premio de la Municipalidad por CIUDAD ALMA, texto ecológico en coautoría con Raquel Chaves.
NUEVE LUNAS
me observan desde el vértigo.
La memoria.
Los altos espejos
regresan en su vuelo.
La memoria.
Su despeinado canto.
Su inmóvil transparencia de gitana.
La memoria
que busca esa región
del huidizo rostro sin disfraces.
De pronto soy ahora
una metáfora inútil debajo del paisaje.
Un sueño pertinaz,
amordazado.
(El brocal amarillo)
LA CENIZA ESTÁ CIEGA.
No sabe nada
del color de una mano,
de la humedad,
de mí,
de la ventana.
Déjenla sola,
ser polvo y esparcirse
sin prisa,
viva molécula de dudas:
una nube amarilla que decanta
el mediodía.
(El brocal amarillo)
¿CÓMO SERÁN LOS OTROS SECRETOS?
Los que no pueden contarse.
Nacen sin ningún dato,
con la oscura certeza
de un antiguo llamado
que ya estaba aquí
antes de que yo fuera pensada.
(El brocal amarillo)
EN CADA PORO MÍO
está tu olor grabado.
Vengo del desamor,
de una larga tristeza.
Vengo a acunarme en ti,
mi compañero,
en ti que has convertido
lo imposible en posible
y eres dueño
del tronco elemental
de mi canción.
(Artificios naturales)
TODOS LOS REINOS PERDIDOS DE MI CUERPO
limitan esta siesta con el tuyo.
Concédeme el don de reconocerte,
tan cerca de tu boca mi suspiro,
mostrarte que el reclamo del deseo
puede ceder, sutil, su privilegio
al antiguo llamado del espíritu.
(Artificios naturales)
COMUNES LUGARES
Porque el rosal ha dado otro capullo
inesperadamente, en este enero
salimos a cantar desde la tarde,
terrestres y comunes pero juntos.
Inquirimos muy poco y sí sabemos
espantar sin los puños al temor:
vale más la ternura del abrazo,
esta limpia sonrisa compartida.
Y en el fuego sencillo y susurrante
donde el amor es más que un vocerío
este mundo real y el que inventamos
nos muestran sus paisajes, sus colores,
nos ofrecen la paz y las pasiones
más allá de las trampas del destino.
(Artificios naturales)
TE QUIERO ASÍ,
con ese brillo intenso
que en llama se transforma
entre tus manos.
Te quiero a ti
con todos tus rincones,
con tu humor luminoso,
con tu nombre de mes
y tu pureza.
Con los cuatro elementos
de Empédocles,
con mi aire y el fuego,
con tu tierra y el agua
te quiero
mío como la luna,
satélite incesante
que me impulsas
hacia la catarata de tus besos.
(Artificios naturales)
SIENTO MIS PIES
como dos brújulas sorprendidas,
y tus pasos detrás.
Despierta, mi ángel,
duerme a mi bestia
como un niño
recompone su juego,
el ritmo,
la síntesis,
asunto arriesgado,
el tono.
Despierta, mi ángel,
toma mis falsos nombres,
usados y dejados.
¡Acógeme en tu ciclo!
(Artificios naturales)
**/**
LOURDESPÍNOLA (LOURDES ESPÍNOLA)
Nació en Asunción en 1954. Poetisa, crítica literaria, periodista y doctora en odontología. Ha publicado: VISIÓN DEL ARCÁNGEL EN ONCE PUERTAS (1973); MONOCORDE AMARILLO (1976); ALMENAS DEL SILENCIO (1978); WOMANHOOD AND OTHERS MISFORTUNES/SER MUJER Y OTRAS DESVENTURAS (1985, edición bilingüe); TÍMPANO Y SILENCIO (1986); PARTIDAS Y REGRESOS (1990).
Primer Premio Concurso Internacional de Poesía. Asociación SIGMA DELTA PI. 1978, Texas U.S.A. Primer Premio Santiago Vilas. Concurso Internacional de Poesía. U.S.A. 1980. Ciudadano Honorario del Estado de Texas, U.S.A., por su labor poética. 1978.
NACER MUJER-POETA
La alternativa:
Saltar del balcón; despedazarlo.
Faldas, abanico, hilo, aguja:
me desnudo y rebelo.
¡Basta de mirar la vida
desde este balcón!
Cárcel semicircular
tímpano sordo, sorda boca
grito y digo
del solitario oficio de escribir.
Manuscrito de internas visiones
espejos de mujer abriéndose.
Nazco
rompiendo venenosos manantiales.
(Ser mujer y otras desventuras)
DESDE ESTE DESTIERRO
Empinados cual desventurados ángeles
del silencio desenmascarados,
buscamos lo que fue...
escudriñamos papeles amarillos
antiguos cantos,
las palabras.
Inocencia y culpa entremezcladas
desde este destierro reclamar
las voces que eran mías.
Amasar la inmerecida soledad,
las altas torres
la eternidad de esta raíz sin tierra.
(Ser mujer y otras desventuras)
TRATAR DE SER Y NO
Romper la antigua coraza
y poder en toda la expresión de mi presencia
desgarrar las viejas vestiduras
y ver el propio yo desnudo
el cascarón de inutilidad abierto
tan amado por todos
y de mí tan odiado.
Amoldado
complaciente en su eco
salvaguardia, nulidad
equivalente a nada,
y toda esta magnífica potencia
torciéndose al nacer
gritando
que el tiempo de placenta está acabado.
(Ser mujer y otras desventuras)
COMPRENDES CÓMO TE NOMBRO,
con mente quieta y silenciosa
me escucho
cuando no me escuchan,
escribo tu nombre
con el borde de la lengua,
rodando el filo vacío de los labios.
Y te extiendes luchando
en la humedad de mi deseo,
en la resonancia del silencio.
Te aislo y separo de los otros
sucesivamente incierto,
tiemblas dentro en la garganta,
te atrapo y fortalezco;
como símbolo fresco
te hago mío.
(Tímpano y silencio)
IN MEMORIAM
SIMONE DE BEAUVOIR
SOJUZGAR CADA INTENTO VITAL,
cubrirlo de modestia
como antiguo abanico
escondiendo la boca del deseo.
La palabra sofoca
el furor de la pupila.
Frente
a tanto silencio compartido,
en ardid bien conocido.
La piel, brillante iridiscencia,
en anticipado banquete de los cuerpos.
(Tímpano y silencio)
“La mujer no tiene palabra"
Lacan (?)
DESTINO DE MUJER
o de orificios tapados,
la boca purificada en padrenuestros
para que no diga lo que no se debe.
Agua bendita, jabón.
Una mano cubriéndole,
susurros por lo bajo:
«escribe libros».
Demasiados manuscritos esparcidos,
orificios imposibles de tapar.
Soy mujer,
luego desobedezco.
(Partidas y regresos)
ME MIRO ENTERA
con mis cinco sentidos en alerta
para ver que vacié mi cuerpo de ti,
con deseo y mente detenidos.
Lengua,
vientre
senos... ¡alto!
Que ya no está aquí,
que no estará,
que ni siquiera estuvo;
que todo fue inventado,
que ni siquiera existe él,
o nosotros.
Que no existió nada de eso,
nunca.
(Partidas y regresos)
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AMANDA PEDROZO
Nació en Asunción en 1955. Es periodista y poetisa. Poemas suyos aparecieron en las colecciones colectivas: Poesía Taller, “..Y ahora la palabra" y Poesía itinerante, del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero, así como en Breviario del deseo (poesía erótica escrita por mujeres), de Ediciones Torremozas, Madrid (1989); Las cosas usuales (1985).
Segundo Premio Amigos del Arte, 1982. Paraguay. Segundo Premio de la Municipalidad de Asunción en 1991. Paraguay.
ADAPTACIÓN
Si retirase con esta mano
cuanto hubiese dado con la otra
si a mi mano izquierda no le importase
en qué asuntos anda la derecha
si con buenísimas maneras me convencieran
de que lo cortés no quita lo valiente
si de tanto hacer la ronda
se me diera al fin por elegir pareja.
Si considerase gentil
ceder la última palabra
si viviera nombrando a Dios
en tanto voto por César
si alabase el orden establecido de las cosas
y decidiera consecuentemente
tornarme buey por el camino,
y punto.
(Donde Ud. por supuesto,
decidiera ponérselo rotundamente y absoluto)
(Las cosas usuales)
REFLEXIÓN
Si no tuviera
este enjambre de amor en el pecho
sería perfecto
vivir a tu lado buenamente
como se recomienda
palidecer contándote cuentos
acerca de nietos y de insecticidas.
Si no tuviera
los pies incontrolables
sería edificante
comerme las preguntas
esperarte quieta
con una sombra leve en las manos
limándome las uñas.
Si no tuviera
traumas y pecados inmortales
probablemente
estaría cometiendo padrenuestros
y en silencio
buscaría entre las sacras palabras
alguna que permitiera la desobediencia.
Si no tuviera
tantos argumentos indecentes
estaría mirando
cómo cl aburrimiento
crece
y no sería ésta que te piensa ahora
sobre otro cuerpo
y otra calle
en otra noche.
(Las cosas usuales)
DESUBICACIÓN
Aquí se estila
lavarse las axilas
por tiempo indefinido
mientras se viva
y se acostumbra
el amor por cuotas
el vestido decorosamente
limpio
sin señales de pasto
ni de mariposas
o sea que todo
viene a ser
cuestión de estilo
y de mandamientos
por lo cual entiendo
razono
que aquí no quepo yo
con mis desobediencias lógicas
con mis amores completos.
(Las cosas usuales)
CÓPULA
La cópula es un árbol loco y triste
donde florece repetidamente
esa nada que se esparce desde la carne
hasta la piel y el grito.
La cópula es un cuchillo de angustia
fraccionado en milésimas de júbilo.
Es un dolor en tosco disimulo
una perdida redondez de ausencia
un tiempo sin pulso
Es querer lanzar el cuerpo
lejos del cuerpo
reconocernos en otro cauce antiguo
infinitamente más abiertos
y más impenetrables.
Es casi derramar la sangre
en una ciega profusión de giros
imágenes y rostros.
La cópula es la esperanza
que se traga a sí misma
que se recomienda sin falta
en su propio lamido.
Nosotros copulativos
dadivosos o inhóspitos
agua o llamas
certeza de existir simplemente
y sin embargo borrosos de ceniza
futuros cadáveres.
La cópula es un túnel engañoso y rápido
es hacerle muecas al espejo.
Querer joderle a la vida
es una esquina ávida y sin luces
volvernos repentinamente
muro y milagro
abismo y canto
silencio tumulto.
(Las cosas usuales)
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ALICIA CAMPOS CERVERA
Nació en Buenos Aires en 1948; nacionalizada paraguaya. Es poetisa y periodista. Actualmente reside en España. Ha publicado: EN DETALLE (1982).
ES UNA PENA
que no podamos amarnos para siempre.
Tú no sabes por qué
yo porque no puedo.
Es una pena no ver nuestros hijos juntos.
Es triste no engendrar entre los dos
otros hijos que llenarían mañana
aquellos huecos
que el silencio dejó vacíos en el tiempo.
Es una pena
que no podamos amarnos para siempre.
Pero hay cosas en ti
que agradeceré ya sin remedio:
tu ademán
como si siempre fuese el primero de la
mañana;
tu cuerpo y tu corazón tan sanos,
la ternura de tus brazos seguros
tu amor por la vida
tus semillas que son hijos
en fin,
todo eso.
Crecerás aún,
todo lo tuyo irá creciendo
y en alguna parte
algo de ti seguirá germinando
hasta el final del tiempo.
Yo
estaré abonando la tierra
donde harán cantando una ronda
tus nietos.
Los hombres como tú
son árboles besando siempre el viento.
(En detalle)
CARTAPOEMA
Inmóvil o saltando
acostada o de pie
dormida o despierta
estoy en este cono sur
y quiero que vengas inmediatamente.
Se terminaron las historias,
tú eres el hombre de mi vida
y me molesta que camines por los alrededores
de la calle Calabria (Barcelona 15)
con tu flacura que amo
y alguna interminable bufanda.
Quiero que estés aquí ahora mismo.
Como dijo papá Ginsberg
hace demasiado tiempo que me levanto por la mañana
sin nadie que acaricie mi rodilla
aunque yo digo
sin que tú me acaricies lo que sea.
Esto hay que arreglarlo ahora mismo
de modo que ya te estás
viniendo.
A la sombra de un árbol tropical
te estoy esperando
y ya mi boca tiene gusto a tu presencia.
(En detalle)
EPÍTOME
Quisiera petrificarme en este instante
sentada en esta mecedora
a la triste luz del balcón
mirando el barrio gótico,
por sólo no pensar en nada
por sólo poder olvidar
y salirme del juego cruel de los contrastes.
Quisiera quedarme aquí para siempre
porque mi corazón amó en un tiempo la vida
porque mi cuerpo amó
en algún momento ya olvidado
el frágil calor del sol de invierno,
el viento oloroso a tierra mojada
que traía una remota proximidad de primavera,
el esbozado canto de humilde pájaro
que no se pregunta nada.
Quisiera quedarme aquí
sólo mirando las partículas de polvo del aire
suspendidas en el haz de claridad
que atraviesa los cristales
y que a despecho del dolor humano
continúan rotando en formas espiraladas
con esa natural crueldad de objeto,
con esa tozudez,
ignorando las ganas de morir de los hombres.
Todo el amor que se me dio
resultó no ser mío.
Todo cuanto alguna vez creí resultó ser falso.
Las cuatro estaciones no pudieron
consolarme de tan duros golpes.
Quisiera poder entrar en la nada
por esa diminuta ranura
en la cual no cabe ni siquiera
este pequeño y enclenque poema.
(En detalle)
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DELFINA ACOSTA
Nació en Asunción en 1958. Poetisa, periodista y narradora. Ha publicado: TODAS LAS VOCES, MUJER... (1986); POESÍA ITINERANTE, publicación colectiva del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero.
Recibió el Murucuyá de Plata en el Concurso Nacional Ciudad de Asunción, 1987. Primera mención en el Concurso de la Municipalidad de Asunción en 1991. Paraguay.
ESTALACTÍTICO
Y cómo cuesta no ponerme triste
en esta tarde abierta al viento norte,
no replegar mis alas y sumirme
en las suaves olas de mi lecho.
Entonces, ya acostada, hacer memoria
de algún afortunado parpadeo,
mi calculada prohibición, mi airosa
tristeza alimentada con argento.
Y cómo cuesta no volver el rostro
en dirección al fresco de violetas,
y preguntarme en dónde he malogrado
los últimos temblores de mi sangre.
Hubiera sido justo que en la hora
exacta del hechizo, cuando terso
aún tenía el rostro que tú amabas,
me hubiera vuelto yeso en la intemperie.
(Todas las voces, mujer...)
MAGIA
Un hombre lleva una mujer al río,
los últimos remeros ya se fueron
y un pájaro amarillo el agua embiste
quebrando el sol en oro circular.
Y todo se repite, el intermedio
durante el cual detalla, el brazo en alto las
crónicas de ahogados mientras ella
arrima a sus oídos caracoles.
Descerrajado caracol, el pecho.
Se van perdiendo azules, se han perdido
en ese sueño de soñar que llegan
mecidos por el agua a la otra orilla.
Resuelto pez. Abrazo. Escalofríos.
El círculo de magia fue cerrado.
El hombre advierte que llegó el momento
de hacer mención al nubarrón de ozono.
(Todas las voces, mujer...)
FIESTA
De golpe una vigilia la aparta de mi lado,
y un azul la devuelve con su luz recobrada.
¿De dónde vino?
¿Cuándo he dejado las puertas entreabiertas
que la tengo de pronto en mis faldas sentada?
¡Y es que se anticipa en cada fiesta ella!
Flamearte, resuelta,
me anima desde el fondo del ropero, desnuda:
pruébate el celeste,
pruébate el rosado,
el de antriscos ardientes cruzándole las palmas,
y hay en su mirada, en su boca pequeña,
el acecho constante de un lagarto en las sombras.
¡Y es que se abandona a baratijas, ella!
¡Qué escándalo incesante de anillos y collares
cuando avanza vidente, en las sombras, su mano!
Pero luego me cerca,
pero luego se atreve a agitar mi abanico,
a fingir un revuelo, un pudor todo chispas,
si en mi escote entreabierto
caben tanto atavío,
tanta hiena aferrada.
¡Dios, el secreto reniego de vivir siempre juntas!
(Todas las voces, mujer...)
PREMEDITACIÓN
Supongo que fue inmensa
la tarde nuestra aquélla:
el pájaro lavándose con aire
y el rápido aleteo de azúcar a la brasa
que el viento se aferraba herido de fragancia.
Después, la mente abierta
y el grillo en el aljibe,
el sol en la pilastra y el gato sigiloso.
Ay, tarde de septiembre
abierta al viento norte,
y aquel lenguaje nuestro que en fiesta se volvía.
Ay, poses de pudor
ya en franca obscuridad,
aún me causa gracia
mi voz premeditada:
¡te digo que no mires!
(Todas las voces, mujer...)
GESTO
Me duermo.
Me estoy quedando ya dormida,
escucho en sueños que regresas,
que bajas las persianas
y que objetas
la dimensión del lecho y la cobija.
Qué bien has hecho en regresar -me digo-,
qué bien de veras, porque ¿sabes?,
yo sé aguardar dispuesta tu regreso
y sé cuidar dormida
y ovillada
tu sueño con mis brazos en cerrojo.
Vigilia inmensa que te vengo amando,
que vengo urdiendo el gesto necesario
capaz de seducirte finalmente:
¡acaso el repentino desenvaine de un seno
Sobre
el otro tras la luz
del faro proyectado en la pared!
Me duermo.
La luz de la mañana no me alcanza.
(Todas las voces, mujer...)
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MARIA ELINA PEREIRA OLMEDO
Nació en Asunción, 1962. Poetisa y doctora en medicina. Publicó: SUEÑO ADOLESCENTE DE UN ARCÁNGEL (1977); SECTOR TOLEDO (1982).
Primer premio Amigos del Arte, por su libro SECTOR TOLEDO, 1982. Categoría menores de 25 años.
DE UN LUNES DE SILENCIO
La soledad
es un lugar
de viento duro,
de noche
sin estrellas,
donde hace frío
y el silencio
se apaga
en medio del vacío.
Y es tan frágil
el equilibrio
entre la vida
y la muerte!
Es tan pequeño
el significado
de cada uno
y el vacío
es tan grande
cuando
se acaba el día!
(El sueño adolescente de un arcángel)
BÚSQUEDA
I
En esta noche helada,
con aroma de otoños del Sur y de Pacífico
me duelen como heridas calientes
las palabras.
La lluvia es un remanso hecho de ausencias
que mansamente cae
con sus agujas de cristal transparente
sobre las calles grises e irreales
que están desiertas y húmedas
un poco más allá de mi ventana.
Las miro desde lejos, desde siempre,
mientras el viento cambia
y el agua se transforma sólo en humo,
que se aquieta o se agita
en una danza mágica, ritual y transparente
envuelta en sus etéreos velos
de niebla y ansias.
Cuánta melancolía florece
en los obscuros bordes de este silencio,
cuánto dolor habita
sobre la nada absurda
de nuestro triste tiempo.
Somos los caminantes insomnes de la angustia
a veces, sólo a veces,
nuestras pisadas quedan indelebles
marcadas en la frágil arena del recuerdo.
(De Voces femeninas en la poesía paraguaya)
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MABEL PEDROZO
Nació en Asunción en 1965. Ha publicado poemas en POESÍA ITINERANTE, 1984, con otros miembros del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero.
Primer Premio Amigos del arte, 1984. Categoría menores de 25 años. Paraguay. Mención en Concurso de la Municipalidad de Asunción, 1991. Paraguay.
Y YA NI PUEDO DECIRTE
Y ya ni puedo decirte
que calles el llanto,
que hay una casa
que huele a madero en verano,
donde se aroma la piel
de lapachos y cantos,
y donde ha muerto una cigarra,
loca de sol y de mangos.
Ya ni puedo hacerte soñar
con senderos anchos,
pues tú ves el puerto
sin una vela en su manto,
y al labriego sin queja que dice:
el silencio es amplio.
Mas sí puedo
intentar la última mueca
y gritar desde mi rancho:
hombre moreno y solo,
¡no vuelvas el paso!-
(Poesía itinerante)
YA NO IMPORTAN
Ya no importan mis manos
dibujando siestas temblorosas.
No importan llantos atrapados,
veredas sin calles
ni horizontes.
Pero sí
importan tu diciembre y sus grillos,
tus poemas sembrados en mi pueblo,
tu tristeza extensa,
tus ausencias sin puerto,
nuestro rincón sin tiempo
tus raíces
y nuestras alas sin vuelo.
Importa que broten gorriones de tu mirada,
que palpes fronteras y plazas,
que colmes tu vela de viento
y que tu grito derrumbe este miedo.
Importa que sepas de este dolor
que guarda tu nombre y que lloro en silencio.
(Poesía itinerante)
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Bareiro Saguier, Rubén, y Villagra Marsal, Carlos: Poésie Paraguayenne du XX. Siècle. Edición bilingüe. Editions Patiño, Géneve, 1990.
Buzó Gómez, Sinforiano: Índice de la poesía paraguaya Ediciones Nizza, Asunción, 1943.
Cardozo, Efraín: Apuntes de Historia Cultural. Biblioteca de Estudios Paraguayos, Universidad Católica, vol. XI. Asunción, 1985.
Carlisle, Charles R.: Beyond the rivers, Antología español-inglés. Troph Springs Press, Texas, 1976.
Centurión, Carlos R.: Historia de la Cultura Paraguaya Biblioteca Ortiz Guerrero, Asunción, 1961.
Díaz Pérez, Viriato: Literatura del Paraguay. Luis Ripoll Editor, Palma de Mallorca, 1980.
Giménez Caballero, Ernesto: Revelación del Paraguay. Espasa Calpe, Madrid, 1958.
González, Natalicio: Los poetas del Paraguay (en Letras Paraguayas). Ed. Cuadernos Republicanos, Asunción, 1988.
Plá, Josefina: Literatura paraguaya del siglo XX, en colaboración con Miguel Ángel Fernández. Cuadernos Americanos, México, 1962.
- Voces femeninas de la poesía paraguaya. Poesía 7, Alcándara Editora, Asunción, 1982.
- Obra y aportes femeninos en la literatura nacional. Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, Asunción, 1976.
- Evolución intermedia (1940-1959) en Literatura del Paraguay. Vol. II de Viriato Díaz Pérez. Luis Ripoll Editor, Palma de Mallorca, 1980.
Rodríguez Alcalá, Guido: La poesía y la novela en el Paraguay de los últimos años (1960-1980). En Literatura del Paraguay, de Viriato Díaz Pérez. Luis Ripoll Editor, Palma de Mallorca, 1980.
Rodríguez Alcalá, Hugo: Historia de la Literatura Paraguaya. Ediciones De Andrea, México, 1972.
- Josefina Plá y la poesía, en Cuadernos Americanos, México, 1972.
- Poetas y prosistas paraguayos. Editorial Don Bosco-Intercontinental Editora, Asunción, 1988.
Wey, Walter: Poesía Paraguaya. Historia de una incógnita. Biblioteca Alfar, Montevideo, 1951.
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