CRONOLOGÍA
1868- Nació en Pilar, hijo de Concepción Domínguez y del Cnel. Matías Goiburu.
1884- Ingresó al Colegio Nacional.
1887- El 27 de octubre pronuncia una conferencia titula "El Asia", en el Ateneo Paraguayo.
1890- Egresa como Bachiller del Colegio Nacional y empieza a enseñar en dicha institución la materia "Historia del Paraguay".
1891- Confirmado en el Colegio Nacional como profesor de Zoología y Principios de Fisiología Humana e Higiene.
1892- En febrero se publica un homenaje a Alón, junto con Manuel Gondra, Blas Garay, Emeterio González y otros.
1895- Elegido Diputado nacional. Por este motivo renuncia al cargo de Director del Colegio Nacional. Se casa con Manuela González Filisbert.
1898- Confirmado en el Colegio Nacional como docente de Geometría Plana y del Espacio y de Historia Romana y de la Edad Media. El 2 de agosto, por decreto, se lo nombra miembro del Consejo Nacional de Educación.
1899- En marzo renuncia al Consejo Nacional de Educación. Doctor por la UNA con la tesis La traición a la patria. Defiende a José S. Decoud en la Cámara de Diputados, acusado de alta traición.
1901- En julio es nombrado Rector de la Universidad Nacional de Asunción.
1902- Electo como Vicepresidente de la República.
1904- Renuncia a la Vicepresidencia y se pliega a la causa de los revolucionarios del Partido Liberal.
1911- Fue designado como Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública por el coronel Albino Jara.
1915- 25 de febrero se le acepta la renuncia como Profesor del Colegio Nacional de la Capital.
1916- 1 de marzo renuncia a su cargo de docente en la Universidad Nacional de Asunción.
1918- Publica su libro "El alma de la raza”.
1924- Se casó en segundas nupcias con Carmen Urbieta Peña.
1927- Integra la Delegación Paraguaya sobre la disputa en el Chaco que participaría de la Conferencia de Buenos Aires.
1935- 29 de octubre Fallece en Asunción a consecuencia de una afección pulmonar.
Fuente: MANUEL DOMÍNGUEZ. Por SERGIO CÁCERES - Colección GENTE QUE HIZO HISTORIA N° 10 © El Lector (de esta edición). Asunción – Paraguay, junio, 2013 (86 páginas)
MANUEL DOMÍNGUEZ: "Fue, en síntesis, el más poderoso cerebro que haya producido el Paraguay", afirma O'Leary. "El más encumbrado de los talentos paraguayos", lo juzgó Goicoechea Menéndez. Descendiente por línea materna de una de las tantas ramas desprendidas de Irala, había nacido en Pilar el año 1866. Su primera infancia transcurrió en el pueblo de Itauguá y su primer destino en la ciudad de Asunción fue un puesto de ordenanza en la redacción de La Democracia, periódico de Ignacio Ibarra. Se doctoró en Leyes con la tesis Traición a la patria, tema cuyo dominio le serviría más tarde para su brillante defensa de José Segundo Decoud, acusado de anexionista ante el Senado.
Manuel Domínguez ejerció la docencia desde muy joven, enseñando en el viejo Colegio Nacional disciplinas tan dispares como Historia, Geometría, Ciencias Naturales; y por años dictó la cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad, al lado de profesores tan ilustres como Cecilio Báez. Hizo una brillante carrera política desde 1894 a 1904, año en que desempeñó la vicepresidencia de la República durante el gobierno del general Escurra. Luego fue ministro del coronel Jara. Pero "la política no era un campo propicio para su espíritu brillante, sintético y amigo del dilettantismo -al decir de Justo Pastor Benítez-. Conoció la ascensión promisora, las tardes declinantes, la injuria, el destierro y la consagración... Su capital político hizo bancarrota pero quedó en pie su valor espiritual...". El esteta que alentaba en Domínguez no era diestro, en realidad, para andar los torcidos senderos de la política criolla.
Porque Manuel Domínguez fue, antes que nada, un depurado esteta, un poderoso aliento artístico enamorado de la belleza. Había nutrido su espíritu con la filosofía positivista y progresista de Locke, Schopenhauer, Berkeley, Voltaire y con cultura de los enciclopedistas. Aprendió método y claridad expositiva en Legouvé, Pascal, Renán, Taine y Pelletan. Elaboró y pulió su estilo con la ideología alada de los grandes escritores franceses del siglo XIX. "En su corazón dormía un poeta que no sabía hacer versos -dice Benítez-, pero que buscaba afanosamente el ritmo como condición de belleza. Daba vueltas a la oración, cambiaba el adjetivo, sustituía anónimos; cortaba sin piedad, castigaba el estilo para darle matices y cadencia, color y resonancia. Lo atormentaba el deseo de sintetizar". Esa torturadora ambición de síntesis es, quizás, la razón de que todos sus ensayos no abarcaran la extensión del libro y quedaran resumidos en opúsculos de enjundiosa densidad. Sus condiciones excepcionales de prosista fueron reconocidas por grandes escritores con admiración. "¡Qué puedo decir -opinaba Salvador Rueda- de este gran maestro de la prosa castellana y de la historia! Es el escritor más conciso que tiene hoy nuestra lengua; lo es más que Tácito y más intenso. Así como un cuadro antiguo, en un retrato la luz da sólo en las partes características y culminantes del rostro, así Domínguez dice las palabras donde da luz, sólo las que esculpen y retratan la idea, renunciando a todo el resto del ramaje filológico de la dicción. Es Domínguez un burilador sobrio, hondo; y lleva la ventaja a otros también sobrios, de ser luminoso y sanguíneo; su pincelada es un rasgo de carmín pasional y vibrante".
Pero ese magnífico escritor era -al igual que Oscar Wilde- más brillante expositor oral. Hablaba mejor que escribía. Los que tuvieron la suerte de conocerlo saben del encanto fluido de sus palabras, salpicadas de sal ática, que prendían como un sortilegio la atención de sus oyentes. Las conferencias de Domínguez eran un puro deleite para cualquier auditorio.
A pesar de su dilettantismo, de la perenne ansia de perfección que torturaba su lirismo, la producción histórica y literaria de Manuel Domínguez fuera, sin duda, más copiosa si su acendrado patriotismo no le hubiera llevado -igual que a Moreno- al estudio excluyente del problema nacional de límites con Bolivia. El gobierno de Ferreira le confió la negociación de un tratado que materializó en el ajuste Soler-Pinilla, de 1907. Desde entonces, el sagaz investigador histórico que alentaba en el artista siguió trabajando sin desmayo en la tarea, hurgando empolvados documentos de archivo, componiendo alegatos con su maravillosa dialéctica, a la par que inflamaba el alma nacional alertándola para la defensa del patrimonio patrio con monografías y conferencias. Por eso, Domínguez, además del más grande ensayista que ha producido el Paraguay, debe ser considerado el primer soldado de la guerra del Chaco.
Aparte de la profusa producción histórica y literaria dispersa en periódicos y revistas nacionales y extranjeros, se han editado en libro las siguientes obras suyas: Derecho Constitucional, trabajo inconcluso que recoge en tres voluminosos tomos sus lecciones sobre la materia; El alma de la raza; Paraguay, sus grandezas y sus glorias; El Chaco boreal; El Dorado, enigma de la historia americana; y la colección de ensayos reunida bajo el título de Estudios históricos y literarios.
Manuel Domínguez falleció en Asunción el 29 de octubre de 1935.
BIBLIOGRAFÍA
Justo Pastor Benítez: Manuel Domínguez, el animador (en El Solar Guaraní).
Juan E. O'Leary: Prólogo a El alma de la raza.
Natalicio González: Manuel Domínguez (en GUARANIA).
Carlos R. Centurión: Historia de las letras paraguayas.
Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)
DOMÍNGUEZ, MANUEL: Ciudad de Pilar, 1868 - Asunción, 1935. Periodista, historiador y ensayista. Integra la promoción de escritores de 1900 cuyos miembros - Manuel Gondra, Alejandro Guanes y Juan E. O'Leary, entre otros - son los verdaderos fundadores de la cultura paraguaya moderna.-
Como los demás integrantes de su grupo, Domínguez escribe cuando todavía está muy vivo el recuerdo de la Guerra de la Triple Alianza y en su obra trata de afirmar los valores espirituales de una nación que renacía de la catástrofe.-
De sus varios libros de ensayos sobresalen en particular: “El alma de la raza” (1918), “El Paraguay, sus grandezas y sus glorias” (1946), “Estudios históricos y literarios” (1956) y “La traición a la patria y otros ensayos” (1959).-
(Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – Autora: TERESA MENDEZ-FAITH - Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1998).
MANUEL DOMÍNGUEZ (1869-1935) es cronológicamente el primer gran prosista de la literatura paraguaya. Se gradúa de bachiller en el Colegió Nacional en 1890 y de doctor en derecho en la Universidad de Asunción en 1899. Tras egresar de una y otra institución, se incorpora a su personal docente. Domínguez es maestro de vocación. Ya enseñe zoología o derecho constitucional, matemáticas o historia, su don didáctico infunde a todas estas disciplinas un interés absorbente. Gran orador, habla mejor que escribe aunque pocos escriban en su tiempo un español tan expresivo y conciso como el suyo.
En 1902 es ministro de Relaciones Exteriores y al final del año asume la vicepresidencia de la república; en 1911 vuelve a desempeñar sucesivamente dos ministerios, el de Instrucción Pública y el de Hacienda. En el Parlamento -lo eligen diputado muchos años antes, en 1896- se ha hecho ya famoso por la defensa de José Segundo Decoud, acusado de traición a la patria. Este alegato es acaso la pieza oratoria más perfecta en la historia parlamentaria del país.
Su título de gloria como jurista -jurista-historiador- lo conquista no con sus estudios sobre derecho constitucional y derecho civil, disciplinas que le deben páginas notables, sino como defensor del Paraguay en la cuestión de límites con Bolivia. Si su obra como excelso abogado de su patria no hubiera sido en su hora imprescindible, sería de lamentar que un artista tan refinado como Domínguez haya tenido que pasar tantos años encerrado en los archivos. Exento de esta labor ímproba, hubiese podido desarrollar con holgura sus múltiples talentos en el orden de la creación estética. Su fama entonces se hubiera podido extender por todo el ámbito de la lengua. En uno de los géneros que cultivó fiel al quehacer generacional -la historia- logró, si, notoriedad internacional, sobre todo rioplatense. Sus densas monografías elucidan el sentido de las leyendas de El Dorado y aspectos oscuros del descubrimiento y colonización de su patria. Mas como la historiografía, labor erudita, para consumo de especialistas principalmente, no llega con facilidad a los grandes públicos como la del poeta o del novelista, su espléndida prosa no logró la difusión que merecía.
Vindicador de la historia de su país al que los vencedores acusaron de barbarie, Domínguez se unió al apostolado patriótico de O'Leary:
Ya es tiempo de sepultar estas mentiras rioplatenses y no rioplatenses, sepultadas para siempre, mentiras sostenidas también por algunos paraguayos, sea por ignorancia, sea por maldad ancestral, como los descendientes de los emigrados en Francia y de los afrancesados en España. ¡Los traidores!
... Y a las otras mentiras con que se quiso tiznar el honor de nuestra historia, llega su turno. ¡Juro dejarla limpia y tersa!
... Si el pueblo de Israel, según Renán, realizó un milagro de santidad y el pueblo heleno un milagro de belleza, añadamos que el Paraguay realizó un milagro de heroísmo. Ese milagro de heroísmo es también belleza suprema por ser del orden dinámico sublime, y es santidad porque se ejerció en defensa de la Patria. El Paraguay guerrero es caso único en la Historia Universal. (El Paraguay; sus grandezas y sus glorias (Buenos Aires, 1946), págs. 44 y 186, respectivamente).
Sus libros más celebrados son El alma de la raza, Asunción, 1918; El Paraguay; sus grandezas y sus glorias, Buenos Aires, 1946; La traición a la patria y otros ensayos, Asunción, 1959; Estudios históricos y literarios, Asunción, 1959.
LECTURAS: "Causas del heroísmo paraguayo" y "La sierra de la Plata", en El alma de la raza, libro citado más arriba.
BIBLIOGRAFIA: Juan E. O'Leary, en el prólogo a El alma de la raza; Natalicio González, "Manuel Domínguez" prólogo a El Paraguay; sus grandezas y sus glorias, libro también citado; Justo Pastor Benítez, Algunos aspectos de la literatura paraguaya, Río de Janeiro, 1935, y El Solar guaraní, Buenos Aires, 1947; Carlos R. Centurión, Historia de la cultura paraguaya...; Carlos Zubizarreta, Cien vidas paraguayas...
Fuente: HISTORIA DE LA LITERATURA PARAGUAYA. Por HUGO RODRÍGUEZ – ALCALÁ. Universidad de California, RIVERSIDE - Colección Studium-63 - México 1970 © HUGO RODRÍGUEZ – ALCALÁ/ DIRMA PARDO CARUGATTI. Editorial El Lector, Diseño de tapa: Ca´avo-Goiriz. Asunción – Paraguay. 1999 (434 páginas)
MANUEL DOMÍNGUEZ (1868-1935). Docente, periodista y brillante orador.
Nacido en Pilar del Ñeembucú en 1868. Hijo de Matías Goiburú y Concepción Domínguez. Bachiller del Colegio Nacional de la Capital. Posteriormente se graduó en leyes con una tesis doctoral que denominó "TRAICIÓN A LA PATRIA".
Domínguez fue director del Archivo Nacional y del Colegio Nacional de la Capital, donde también se desempeñó como profesor. En la Facultad de Derecho dictaba la cátedra de Derecho Constitucional al lado de ilustres personalidades como el Dr. Cecilio Báez.
Fue Vicepresidente de la República durante el gobierno del Cnel. Juan Antonio Escurra y fue célebre su actitud ante la Revolución Liberal de 1904 cuando con un manifiesto a la opinión pública se sumó a las filas revolucionarias. El 15 de octubre de dicho año acusaba al Presidente de la República no haber puesto en práctica el plan de gobierno por él redactado.
Era un enciclopedista, su prosa era admirada pero era más brillante expositor oral. Fue el negociador del Tratado Soler-Pinilla de 1907.
Entre su vasta producción bibliográfica citamos:
· "EL ALMA DE LA RAZA" (1918);
· "PARAGUAY, SUS GRANDEZAS Y SUS GLORIAS" (1946);
· "EL CHACO BOREAL",
· "EL DORADO ENIGMA DE LA HISTORIA AMERICANA"
· y la colección de ensayos reunidos bajo el título "ESTUDIOS HISTÓRICOS Y LITERARIOS" (1956).
Falleció el 29 de octubre de 1935, año del fin de las hostilidades en dicho territorio, el que defendiera como "abogado de la patria", en encendidas conferencias y monografías.
Fuente: LA GENERACIÓN DEL 900 - UN SIGLO MÁS TARDE. EJEMPLO: OBRAS Y LEGADO - Del libro: PERIODISMO ESCRITO PARAGUAYO 1845-2001 - DE LA AFICIÓN A LA PROFESIÓN por BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay 2008. (2da. Edición. 276 páginas)
DOMÍNGUEZ, MANUEL: Del gran poeta español Salvador Rueda... Carta al Doctor Viriato Díaz Pérez.................. "yo leí que usted me mando, lo leí varias veces y hablé a usted de todos, menos de Manuel Domínguez, ¡ Qué podré decir de este maestro de la prosa castellana y de la historia ! Es el escritor más conciso que tiene hoy nuestra lengua: lo es más que Tácito, y más intenso. Así como un cuadro antíguo, en un retrato, la luz da sólo en los puntos característicos y culminantes del rostro, así Domínguez dice las palabras donde da la luz, solo las que esculpen y retratan la idea, renunciando a todo el resto del ramaje filosófico de la dicción. Es Domínguez un birulador sobrio, hondo, y lleva la ventaja a otros también sobrios, de ser luminoso y sanguíneo, su pincelada es un rasgo de carmín pasional y vibrante. No podía yo imaginarme que tuvieran ustedes en esa República gloriosa, un narrador de la epopeya de la raza, como ese Domínguez soberano. ¡ Pídale usted que me quiera como yo le quiero!"
SALVADOR RUEDA ( Fuente "LA TRAICIÓN A LA PATRIA Y OTROS ENSAYOS" - Año 1959)
MANUEL DOMÍNGUEZ - LA OBRA VIVIENTE: Para dar una idea de la proyección de Domínguez en la cultura paraguaya y su inserción en la de nuestra América se han soslayado, voluntariamente, aquellos planos de su actividad que no se refieren a la herencia intelectual que ha dejado y que es, sin duda alguna, lo que de él perdura.
Para dos proyectos de importancia deben mencionarse: el del 23 de marzo de 1911, por el que se procede a instituir cátedras libres de Historia Nacional y de Economía o Finanzas nacionales en la Universidad, y otro de seis días después por el que se da origen al Instituto de Geografía e Historia del Paraguay. Ambas iniciativas llevan la firma del coronel Albino Jara, como presidente, y la suya como ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública.
Los avatares clásicos de aquellos tiempos turbulentos impidieron que el primero fuera el anticipo de una de las más valiosas conquistas de la Reforma Universitaria de 1918 y el segundo el de una incipiente Comisión de Cultura, que hasta ahora no hemos tenido.
En escasos volúmenes, cuatro de ellos póstumos, se ha concentrado el quehacer de Domínguez, a saber: "EL ALMA DE LA RAZA" (1918-1946), "EL PARAGUAY, SUS GRANDEZAS Y SUS GLORIAS"(1946). "EL MILAGRO DE LO ETERNO Y OTROS ENSAYOS" (1948); "ESTUDIOS HISTÓRICOS Y LITERARIOS" (1957), segunda edición del anterior con otro título, y "LA TRAICIÓN A LA PATRIA Y OTROS ENSAYOS" (1959).
Permanecen sin reedición las "DISCUSIONES SOBRE FILOLOGÍA ETNOGRÁFICA Y GEOGRAFÍA HISTÓRICA", que es su polémica con Guido Boggiani (1899), "LA BELLEZA" (Elogio de Grecia), de 1907, el agotado "LA CONSTITUCIÓN DEL PARAGUAY" (1909-1912), "RAÍCES GUARANÍES" (1912), "LA EJECUCIÓN DE ANTEQUERA" (1917 ), sus opúsculos sobre la cuestión del Chaco (1932-1935) y las semblanzas dedicadas a MANUEL UGARTE (1913), ENRIQUE SOLANO LÓPEZ (1917) y JUAN SILVANO GODOI (1927).
Interpretaciones sobre su obra no hay más que éstas: de JUAN E. O’LEARY (1918), NATALICIO GONZÁLEZ (1946); quien esto escribe (1962 y 1973) y una desconocida tesis doctoral de GUY DE HOLLANDA.
Fuente: EL NOVECENTISMO PARAGUAYO. HOMBRES E IDEAS DE UNA GENERACIÓN FUNDAMENTAL DEL PARAGUAY por RAÚL AMARAL- Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2006 (563 páginas).
MANUEL DOMÍNGUEZ: Hijo de Concepción Domínguez y el coronel Matías Goiburú, nació en Pilar en 1868. Pasó su adolescencia en Itauguá e ingresó como becario en el Colegio Nacional de la Capital. Siguió luego la carrera de Derecho, mientras ejercía el periodismo y la docencia. Fue Director del CNC, y del Archivo Nacional. Y enseñó Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho y fue Rector de la Universidad. Y siguió leyendo, especialmente a los pensadores franceses, de donde surge su razonamiento denso, su exposición lúcida, su dialéctica fulgurante. El estilo de Domínguez era particularísimo; conciso, de frases breves y punzantes. Escritor rutilante, orador cautivante, mereció juicios consagratorios de cuantos intelectuales extranjeros le conocieron. " …Qué podré decir de este maestro de la prosa castellana y de la historia... su pincelada es un rasgo de carmín pasional y vibrante. No podría yo imaginar que tuvieran ustedes en esa República gloriosa, un narrador de la epopeya de la raza, como ese Domínguez soberano..." (Salvador Rueda, poeta español; carta a Viriato Díaz Pérez).
Apasionado de nuestra historia, MD produjo un brillante ensayo, Causas del Heroísmo Paraguayo, como parte de un trabajo de mayor envergadura titulado El Alma de la Raza, que contiene además, esclarecedores estudios sobre las expediciones al Río de la Plata durante el siglo XVI; orígenes de la conquista. Además, El Paraguay, sus Grandezas y sus Glorias, El Milagro de lo eterno, y otros ensayos, El Chaco Boreal y muchos opúsculos. Domínguez fue parlamentario, Ministro del P. E. y Vice Presidente de la República, lanzó un manifiesto y se sumó a la Revolución, en 1904.
Domínguez alcanzó toda su dimensión a través de sus investigaciones, sus escritos y sus memorables conferencias. Fue el negociador paraguayo que enfrentó al plenipotenciario boliviano Emeterio Cano. E integró la Delegación que negoció el Convenio Soler-Pinilla, firmado en Buenos Aires en 1907. Fue un fallido intento de salvar la crisis motivada por la fundación de los fortines bolivianos Guachalla y Ballivián; en el Chaco paraguayo. Llamado "el abogado de la Patria" tuvo la satisfacción de ver cumplida su premisa, que había acuñado en una frase que se hizo divisa: "Ni más allá ni más acá del Parapití". Falleció en Asunción el 29 de octubre de 1935, con las tropas paraguayas sobre aquel río, antes de pasar a jurisdicción boliviana por imperativo de los acuerdos diplomáticos. Casado con Manuela González Filisbert y en segundas nupcias con Carmen Urbieta Peña, dejó descendencia.
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)
DOMÍNGUEZ, MANUEL: Docente, periodista y brillante orador. Nacido en Pilar en 1868. Fue hijo de Matías Goiburú y Concepción Domínguez. Su primera infancia transcurrió en Itauguá. Obtuvo una beca para ingresar en el Colegio Nacional de la Capital. Llegado a Asunción tuvo un puesto de ordenanza en "La Democracia", periódico de Ignacio Ibarra.
Domínguez se doctoró en Leyes con una tesis "Traición a la Patria", que en palabras de Zubizarreta "el dominio del tema le serviría más tarde para la brillante defensa de José Segundo Decoud acusado de anexionista ante el Senado."
Ejerció el periodismo y la docencia. Le cupo la dirección del Archivo Nacional de Asunción y del Colegio Nacional de la Capital donde se desempeñó como profesor. Hizo periodismo en "El Progreso" diario egusquicista, y en "La Prensa" tras la muerte de Garay. También en revistas de época entre 1901 y 1935.
En la Facultad de Derecho dictaba la cátedra de Derecho Constitucional al lado de ilustres personalidades como el Dr. Báez. Fue vicepresidente de la República durante el gobierno del coronel Juan Antonio Escurra, y fue célebre su actitud ante la Revolución liberal de 1904, cuando con un manifiesto a la opinión pública, se sumó a las filas revolucionarias. El 15 de octubre de dicho año, desde la ciudad de Villeta, acusaba al Presidente de no haber cumplido el plan de gobierno por él redactado.
Poseía una cultura enciclopedista. Su prosa era muy admirada, pero era más brillante expositor oral.
Tuvo una misión muy importante durante el gobierno de Benigno Ferreira, negociar un tratado de límite con Bolivia en el Chaco, lo que derivó en el ajuste Soler-Pinilla de 1907. Le cupo concentrarse en la revisión de gran cantidad de documentos de archivo, y con sus artículos, "inflamaba el alma nacional alertándola, para la defensa del patrimonio patrio a través de monografías y conferencias". Se lo consideró el primer soldado de la Guerra del Chaco.
Tuvo vasta producción bibliográfica entre las que citamos: "DERECHO CONSTITUCIONAL" (inconcluso) "EL ALMA DE LA RAZA"; "PARAGUAY SUS GRANDEZAS Y SUS GLORIAS", "EL CHACO BOREAL”; "EL DORADO ENIGMA DE LA HISTORIA AMERICANA"; y la colección de ensayos reunidos bajo el título "ESTUDIOS HISTÓRICOS Y LITERARIOS."
Falleció en Asunción el 29 de octubre de 1935, año del fin de las hostilidades en el Chaco, territorio que defendiera como "abogado de la patria".
Casó con Manuela González Filisbert y en segundas nupcias con Carmen Urbieta Peña.
Se lo incluye a Domínguez en los anales del periodismo paraguayo porque era permanente colaborador de las hojas periodísticas de la época.
Fuente: FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Dirección de la obra: Oscar del Carmen Quevedo. Tel.: 595-21 373.594 – correo: arami@rieder.net.py – Asunción-Paraguay 2001 (716 páginas).