LIVIO ABRAMO – VIDA Y OBRAS
LIVIO ABRAMO fue un dibujante, grabadory acuarela, nacido en Araraquara, estado de São Paulo, Brasil, de padres italianos.
Se mudó y vivió en Paraguay y fue en este país donde desarrolló la etapa madura de una obra que hoy es considerada emblemática en las artes visuales alrededor del mundo.
La cita anterior pertenece a la presentación de la exposición “Etapas de un itinerario: grabados, dibujos, acuarelas de Livio Abramo”. En ese escrito autobiográfico el gran artista brasileño expresa además, continuando ese itinerario: “Soy dibujante, grabador y expreso a la pintura por medio de la acuarela. Soy enteramente autodidáctico en arte. Mis primeros grabados y diseños coincidieron con mi actividad política y social y tuvieron corte nítidamente expresionista."
PRIMEROS PASOS
Con el premio mayor de grabado obtenido en 1950 le fue posible viajar, durante casi dos años a Europa en compañía de su hija Larissa, y de visitar los principales museos europeos.
Ha sido periodista durante 33 años y ha intercalado la actividad artística con la actividad periodística y sindical. Por ello había ido a parar a la cárcel varias veces.
Refiriéndose de manera más concreta a su obra, en el mismo catálogo ya aludido, Abramo afirma: "Y si como dice el refrán, "recordar es vivir de nuevo", pues ahí está una parte de mis recuerdos que tomaron forma plástica".
En cuanto a su estilo artístico, Livio Abramo afirmaba: "Se ha dicho que soy uno de los exponentes del "realismo fantástico" brasileño. En verdad nunca –a no ser por brevísimos momentos en mis comienzos artísticos- me he preocupado con etiquetas. Creo pertenecer a esa gran corriente que desde los artistas de la prehistoria hasta nuestros días tiene a lo natural como fuente de inspiración."
TRAYECTORIA
El primer contacto entre Livio Abramo y el paisaje físico y cultural del Paraguay data de septiembre de 1956. Invitado por el instituto Cultural Paraguay Brasil, expone sus obras en Asunción y dicta conferencias sobre temas artísticos. Por entonces Abramo era un artista reconocido en su país y el exterior.
Las derivaciones de aquella primera visita irían mas allá de lo que cabría esperar de una exposición: La empatía que despertó la muestra -y la propia personalidad del artista- motivó que le solicitaran un curso breve de grabado (que fue el origen del Taller de Grabado del Centro de Estudios Brasileños, donde por espacio de medio siglo se formaron varias generaciones de artistas locales, hasta su reciente clausura por Itamaraty, a inicios del presente año)
En fecha posterior a 1956 el artista retorna al Paraguay en varias oportunidades y en 1962 se establece definitivamente en el país, como jefe del Sector de Artes de la entonces Misión Cultural Brasileña- cargo que ocuparía hasta su deceso, ocurrido en 1992. En ese puesto desplegó Abramo –a más de la docencia citada- una prolongada y significativa actividad de preservación, difusión y valoración del patrimonio cultural paraguayo; Sea del arte sacro misionero colonial , o de expresiones visuales de la cultura popular rural e indígena.
Si a lo anterior sumamos el desarrollo de su propia obra (en particular la referida al paisaje que aquí nos ocupa) entendemos que la extensión y variedad de su aporte al Paraguay requiere reseñarlo, al menos, desde una triple óptica. Más en concreto: Desde una esquemática descripción de su obra previa; A partir de breves datos del escenario cultural paraguayo que lo recibiera, y; Finalmente, desde la influencia ejercida por dicho medio y los diversos cruzamientos que –según entendemos- desde allí el artista propuso en sus trabajos, durante más de tres décadas.
Otros datos relevantes de su cautivante personalidad artística refieren que:
Año
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Actividades Resaltantes
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1951
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Tuvo una sala especial en la primera Bienal de Arte Moderno de Sao Paulo (quizá el más prestigioso de los eventos de artes visuales en América Latina); en la sexta Bienal tuvo su segunda sala especial
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1956
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Realizó una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y otra en el de Sao Paulo.
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1957
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Fundó en Asunción el taller de grabado “Julián de la Herrería”.
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1960
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Fundó, con la grabadora María Bonomi, el Estudio Gravura en Sao Paulo, instituto que ejerció particular influencia en el desarrollo del grabado paulista.
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1964
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Se estableció de manera permanente en Asunción, desarrollando una extraordinaria labor en la formación de artistas paraguayos.
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1976
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Realiza, a invitación de la Bienal de Sao Paulo, una muestra retrospectiva.
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1988
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El Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro le invita a repetir esa retrospectiva en sus locales.
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1983
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Expone en el Centro Cultural de Sao Paulo.
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1990
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El Museo Lassar Segal organiza una retrospectiva de su obra.
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LAS SERIES PARAGUAYAS
Muy frecuentemente ligada a la representación paisajística –sea del espacio natural o cultural- Livio Abramo produce en Paraguay diversas series de estampas, dibujos y aguadas. De entre otras: La genéricamente denominada Serie Paraguay (preferentemente xilográfica, realizada entre 1956y 1970); Lluvias (también xilográfica con ocasionales versiones litográficas y dibujisticas, iniciada en los primeros años de la década del 60); Misiones (dibujos y grabados, data de mediados de la misma década y se prolonga hasta los 80’s); Caballos (de fechas diversas, en alguna medida, continuación de la mencionada serie brasileña Pelo Sertao); Itaipú (dibujos y litografías, de inicios de los 80’s); Asunción y el Río (dibujos y grabados, iniciada en 1981) En 1988 expone en Paraguay, Brasil y México la serie Sao Paulo, Los Frisos del Partenón.
Retrotrayéndonos a los inicios de aquel taller de grabado fundado en 1956, podría resultar contradictorio señalar que por entonces dicho medio gráfico se tuviera como relativamente novedoso en un país con extensa tradición gráfica, pues las primeras imprentas construidas y montadas en las misiones jesuíticas produjeron, desde inicios del siglo XVIII, imágenes afectadas a la conversión de los indígenas. Más adelante, durante la Guerra de la Triple Alianza o del Paraguay (1865-1870), aparecen en el país varios periódicos ilustrados que difunden la propaganda oficial en el frente de batalla.
Si bien queda mucho por considerar en la gráfica del periodo de posguerra del 70 en Paraguay; Podría sugerirse –con los debidos reparos- que en su acepción de medio expresivo autónomo, generado en el marco de una producción autoral/ disciplinaria relativamente sistemática y perfilada, el grabado no fue un medio expresivo extensamente utilizado hasta la primera mitad del siglo XX. Luego, la presencia de Abramo fue central –si no inaugural- en el desarrollo sistemático de las primeras experiencias modernas en grabado; Al menos, si por moderna, se entiende aquella expresión gráfica prescindente de su tradicional función ilustrativa; En tanto lenguaje que asume las implicancias ideológicasy estéticas de la tirada múltiple; Como resultante del empleo reflexivo de las posibilidades expresivas de las herramientas de incisión, y que –en su concepto—se sustenta en la exploración autonómica de los elementos sintácticos del discurso visual.
No resultó entonces casual, ni el protagonismo(o cuasi predominio) de la imagen gráfica en la escena plástica paraguaya en los años 60’s y 70’s., ni que en conexión con dicho taller se formulasen las principales orientaciones (experimentales incluidas) que caracterizaron dicho grabado en décadas posteriores.
SU LEGADO
Grabados suyos se encuentran en el British Museum de Londres, el Museo del Vaticano, el Museum of Modern Art y el Metropolitam Museum de Nueva York, el Riverside Museum, el Philadelphia Museum, la Biblioteca Nacional del Louvre en París, los Museos de Arte Moderno de Sao Paulo y Río de Janeiro, el Centro de Artes Visuales/Museo del Barro de Asunción, así como en numerosas colecciones privadas.
ÚLTIMOS AÑOS
Admirado por su extraordinaria humildad, su trato esencialmente humano y su bonhomía, lo certero y claro de su pensamiento, el rigor impuesto en la formación de decenas de artistas fundamentales de las artes visuales contemporáneas del Paraguay y considerado con justicia como uno de los renovadores del lenguaje xilográfico en el s. XX, falleció en Asunción, capital del país al que dio los mejores años de su vida, el 26 de abril de 1992, pocos meses antes de cumplir 89 años.
OBRA
En otro apartado de la autobiografía que ya se citara antes, Abramo señala: "Tales recuerdos reúnen algunos de mis primerísimos trabajos realizados cuando ya adulto (los trabajos de mi primera juventud, alrededor de 200, se perdieron casi todos) en principios de la década del 30, a los cuales sigue la serie de retratos de mis hijos, de María, mi primera y fallecida esposa, así como otro, muy posterior, de Dora, mi actual compañera".
Siguen los estudios sobre la naturaleza brasileña: “Itapecerica", “Campos de Jordao", y otros, de temas eclécticos. Después vienen las series “Obrero" y “Guerra civil española" y después de varios años llegamos a la serie de xilograbados realizados en 1948 para ilustrar el libro “Pelo sertao", del escritor brasileño Alfonso Arinos.
En los tres años siguientes, 1949, 1950 y 1951, me dediqué enteramente al diseño. Pertenecen a esta fase los diseños y aguadas sobre los temas de "Río de Janeiro", "Macumba" y "Negritude" en los cuales traté de fijar el encanto de la ciudad carioca y en la figura de "Dina" el fascinio de la belleza negra.
Con mi primera y breve visita a Asunción en 1956 se inicia la “fase paraguaya", fase esta que aún no ha terminado… Tal itinerario enfoca los temas más diversos: el espectáculo de la naturaleza y los espectáculos humanos. En todos mis años de trabajo artístico siempre evité lo típico, lo anecdótico y en especial modo lo pintoresco.
REFERENCIAS
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Centro Cultural de la República.
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Diccionario Biográfico "FORJADORES DEL PARAGUAY", Primera Edicción enero de 2000. Distribuidora Quevedo de Ediciones. Buenos Aires, Argentina.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
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Mendes de Almeida, Paulo, De Anita ao Museu, Perspetiva, Sao Paulo, 1976.
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Echauri, Maria Gloria, Livio Abramo y su contribución las artes visuales del Paraguay, tesis de grado, (mimeo), ISA, Asunción, 2002.
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Plá, Josefina, “Comentario del XX Salón de Primavera”, diario El País, Asunción, 1956.
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Ferreira, Ilsa, Livio Abramo, tesis de Maestría,(mimeo), USP, Sao Paulo,1983.
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Abramo, Livio, Grabados, diseños y acuarelas, en catálogo de exposición retrospectiva. Misión Cultural Brasileña. Asunción, 1967.
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Abramo, Livio, en catálogo del Museo Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro, 1990 (rep. en Echauri, cit.)
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Silverstri, Graciela y Aliata, Fernando, El paisaje como cifra de armonía, Claves, Buenos Aires, 2001.
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Tavares de Araujo, Olivio y Escobar, Ticio, Livio Abramo, 133 Obras Restauradas, Embajada del Brasil, Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, Ministerio de Cultura del Brasil, Asunción, 2001.
LAS SERIES PARAGUAYAS
TRANSFORMACIONES EN EL GRABADO
No obstante, la influencia local sobre la obra de Abramo fue significativa en tanto modificaciones del carácter previo de su obra. De entre otras: Aquella exuberancia abierta y centrífuga de los Mandalas; las Macumbas y las Festas de las series brasileras, se transforma aquí en propuestas más austeras; Mismas que progresivamente se tornan cerradas y centrípetas. Una topografía local de verticales menos acusadas –sobre todo la del paisaje misionero- modera los anteriores ritmos contrastantes, que se hacen mas pausados, y—como si de un Miércoles de Ceniza se tratase—desaparecen las Festas. De hecho, prácticamente desaparece la propia figura humana, cuyo empleo se limitará preferentemente al retrato, para retornarse –desde otras necesidades expresivas- en sus últimas obras, según veremos más adelante.
ESPACIO Y CULTURA
En el transcurso de los varios viajes que realizara Abramo al sur del país con la finalidad de reunir imágenes sacras (registrados en notas y bocetos), el artista demostró especial interés por los pueblos misioneros de la región; Sobre todo por las poblaciones fundadas por los sacerdotes jesuitas entre los siglos XVII y XVIII y que sobrevivieron a la expulsión de la orden en 1767. Interés manifestado por su estructura física –por entonces poco alterada- y por su historia, que remitía a un pasado también “cerrado”, en la medida en que dichas estructuras urbanas se diseñaron, justamente, para excluir el doble peligro de agresiones militares exteriores y la codicia de los conquistadores/encomenderos locales, que buscaban someter al indio a un régimen semiesclavista. Los misioneros buscaban sustraerlos de la encomienda, “reduciéndolos” en pueblos, bajo un control rígido, aunque comparativamente menos cruel. El modelo jesuítico llegó a ser particularmente exitoso y sus reducciones formaron un estado cerrado y autónomo dentro de la estructura socio-política y económica del Paraguay colonial.
Partiendo de estos referentes, las series xilográficas proponen sus motivos (la estructura urbana y a la arquitectura misionera) desde un espacio físico entendido como espacio productivo- existencial, vale decir, como correlato construido de relaciones socioculturales.
Por lo demás, la representación del espacio –sea natural o urbanístico- , en general y el arquitectónico en particular no había sido ajena a intereses previos del artista. Abramo consideró en algún momento de su vida la posibilidad de dedicarse a esa profesión; Ilustró con perspectivas proyectos del arquitecto Oswaldo Bratke, en cuyo estudio trabajara, y realizó él mismo obra estrechamente ligada al espacio arquitectónico. Desde finales de los 40’s Abramo había realizado mosaicos para la residencia de Oscar Americano, en Sao Paulo (hoy Fundación Luiza y Oscar Americano); Y otros elementos decorativos en la Facultad de Odontología de la USP; y en el hotel Termas de Lindoya (Ferreira, 1983)
Resulta razonable inferir que Abramo, a partir de la reinvención sintética de estos pueblos misioneros, clausurados y temporalmente pretéritos, buscase dar cuenta de otras condiciones culturales y sociales del Paraguay, entonces muy presentes. Mencionamos una evidente, de entre otras: la de un país –“una isla rodeada de tierra”, en la expresión de Roa Bastos— que buscaba una apertura al exterior desde la opresión interior del régimen autoritario imperante (de hecho, desde 1870 y hasta 1940 el Paraguay, en gran medida, constituyó, económica y culturalmente, una suerte de provincia argentina insertada en la geografía brasileña) Hacia la segunda mitad del pasado siglo, se busca una apertura hacia Brasil en el marco de una geopolítica pendular con ambos países. Retornando al espacio misionero: A partir de esta vivencia previa de Abramo, y de condicionamientos del medio paraguayo—desde una consideración formal muy resumida- se nota en las obras locales, en primer lugar, una voluntad de ordenar ortogonalmente la estructura compositiva, al tiempo que los elementos discretos que construyen esta grilla ortogonal se hacen progresivamente sintéticos .
En segundo lugar –muy ligado a lo anterior- se plantea una suerte de modularidad como estrategia sintáctica de los grabados y diseños, hecho que de nuevo nos remite a la relación obra-medio cultural/ físico y a la adecuación entre forma y contenido. A su vez, este módulo sintáctico/compositivo remite al lance , la unidad estructural/constructiva de la arquitectura religiosa y civil colonial –mismo que se incorpora a las xilografías de las series paraguayas.
Por otra parte, las tiras de viviendas misioneras se componen y recomponen, exponiéndose la sintética frontalidad de sus fachadas mediante el uso de procedimientos representativos que proponen un intertexto formal y multitemporal; Ya que simultáneamente aluden a la representación del espacio en la cartografía colonial, como al rebatimiento de planos propio de la multifocalidad de filiación cubista.
Abramo propone allí un cruce entre el pasado y el presente (artístico e histórico), que se fusiona en estas expresivas “tergiversaciones” para proponer una re-lectura de estos pueblos del interior del país suspendidos en el tiempo. Complementariamente, los cruzamientos y la reinterpretación en la obra de Abramo también se extienden de la arquitectura a otras expresiones visuales. Concretamente, a los motivos decorativos provenientes de los textiles populares (con reutilizaciones generalmente fitomorficas ) que se integran a los elementos arquitectónicos. En otras palabras: El motivo decorativo de la trama textil se traslada “naturalizado” (v.g.: convertido en palmera) al paisaje y se liga estrechamente así, con otra trama de naturaleza cultural (la grilla que organiza estos y otros paisajes urbanos)
Si –según se dijo antes- la expresión de contenidos propios a través de formas actualizadas orientó lo sustantivo de las indagaciones modernas locales; en estas obras de Abramo, los contenidos se hacen equivalentes a la propia estructura resignificada del paisaje urbano misionero (lance, tira) y de la cultura popular (v.g.: la iconografía derivada de los citados textiles)
Este diálogo obra/medio, también puede referirse a fenómenos climático/ naturales, como en la serie Lluvias. Sobre esta, comentaría Abramo: “Estos grabados tienen una ligación muy grande con toda mi obra, aunque no parezca. Aquellas líneas rígidas; las luces muy nítidas son resultado de mi nueva manera de trabajar, aunque tienen cierto sentido de expresión muy fuerte, pues yo necesitaba dar la impresión de violencia –las lluvias en el Paraguay no son lluvias, son tempestades (...) las lluvias y los vientos son siempre muy exagerados, tienen una fuerza extraordinaria- y yo quería reproducir esa impresión de fuerza, de cosa que hiere” (Abramo, 1981)
Lluvias se desarrolla entre las imprecisas fronteras que separan la figuración de la abstracción: Planos y líneas esenciales fuerzan el tema al extremo de lo reconocible; la gubia adquiere funciones gestuales y la violencia de su incisión en la matriz refuerza las connotaciones violentas del motivo abordado. En puridad, la obra de Abramo sugiere la poca operatividad de abordarla desde polaridades excluyentes (tales como figuración y abstracción, expresionismo y constructivismo, etc.) pues lo que en ella prima es la síntesis puesta en función de la expresividad, aspecto que deseamos reiterar mas adelante.
EL PAISAJE DESDE EL DIBUJO
Resulta casi un lugar común señalar la relevancia del dibujo en el conjunto de la obra de Livio Abramo. A esto contribuye sus propias afirmaciones: “Me considero –había dicho- al contrario de lo que parece ya establecido, mucho más afortunado como dibujante que como grabador, aun cuando sea más reconocido bajo esta última denominación” (Abramo,1967).
Paradojas al margen, lo cierto es que Abramo empleó temprana y extensamente este medio expresivo. De los dibujos realizados desde la década del 30 en adelante es dado inferir un uso autónomo del lenguaje, en tanto que el empleo de la línea pura licencia al diseño de incurrir en realismos y literalidades.
Aun con un solvente y sensible manejo de la perspectiva lineal –los citados gráficos arquitectónicos realizados para el arquitecto Bratke lo denotan—Abramo fue siempre consciente de la convencionalidad del método perspectivo y lo emplearía de manera muy libre en apuntes preparatorios, ilustraciones y en su obra dibujística autónoma. Las series de dibujo desarrolladas entre 1964 y 1991 abordan temática diversa, si bien la mayoría –numéricamente considerada- refiere al paisaje urbano. La inmediatez de este medio tal vez contribuyó a una expresión más directa y “caligráfica” de determinados contenidos que en el grabado debían mediarse por su tiempo más demorado.
Esta “caligrafía” dibujística de Abramo resulta inconfundible y extremadamente económica a la hora de calificar los distinto motivos: La vasta horizontalidad del paisaje misionero o las inflexiones del río que rodea su “adoptiva” Asunción y en cuyas orillas la ciudad se representa demorada y ajena al tiempo. Abramo pudo conocer la capital antes de que ésta sufriera el deterioro edilicio de la década del 70’s, contrapartida negativa del auge económico de aquellos años. Siempre se sintió a gusto en aquella ciudad y no es improbable que llegara a idealizarla. Por contraste, en una de las últimas series mencionadas, Los Frisos del Partenón (1988) el artista expresa con fuerza poco usual para sus 85 años cumplidos, el reverso de la moneda. Al espacio urbano de Sao Paulo –según lo entiende entonces Abramo, no se lo representa proyectivo, empático, sino coercitivo; Oficia de sombrío escenario para la impersonal y cotidiana tragedia de sus habitantes. Como habíamos señalado antes, la figura humana se reincorpora en otra temporalidad, si bien siempre en función de una sensibilidad humanística nunca abandonada.
EXPRESIÓN Y RIGOR CONSTRUCTIVO
Se ha postulado con agudeza la hipótesis de un Abramo anti expresionista, argumentando que en su obra —aún aquella producida en la etapa que se designa con el nombre de esa corriente— predomina la construcción nítida, económica y ordenada de las formas (Tavares y Escobar, 2001) Avanzando en este señalamiento –pero evitando hacerlo en términos de polaridades excluyentes, como antes dijimos- encontramos que es precisamente la inseparable coexistencia del rigor constructivo y la expresividad (antes que la primacía de lo primero sobre lo segundo) aquello que constituye un rasgo distintivo de su obra.
EL PUENTE Y EL RÍO
Una digresión final: calificar de “pintoresco” a un paisaje, a un pueblo (en su acepción etimológica antes que costumbrista) equivale a afirmar que nombramos lo real desde el artificio del arte. Este “artificio” -empleado de manera sensible y rigurosa—recorre la obra de Livio Abramo y se sustantiva en ella con una amplitud poco usual: ya sea en los grafismos personalísimos y frescos de sus dibujos, en la violencia de sus Lluvias, en la clausurada y esencial geometría de sus pueblos misioneros, o en la simbiosis que reúne a la ciudad con su río. Calibrando con infrecuente precisión sus componentes estructurales y emotivos, la obra de Livio Abramo oficia de puente entre la rutina de la apariencia y el asombro que guarda toda construcción esencial.
Bien se ha dicho: “Es el puente el que nombra al río”.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Livio_Abramo
Registro: Diciembre 2010
OBRA DE LIVIO ABRAMO:
SERIE MISIONES, 1983
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DATOS Y OBRAS DEL MAESTRO LIVIO ABRAMO
ESTELA
Xilograbado de 20 x 28 cm. - Año 1948
Fuente:
EL SIGLO DE LIVIO ABRAMO 1903/ 2003
EXPOSICIÓN RETROSPECTIVA
Colección del
CENTRO DE ARTES VISUALES/ MUSEO DEL BARRO
Centro Cultural da Embaixada do Brasil, Junio de 2003
Gabinete Florian Paucke del CAV/ Museo del Barro
Curatoría: OSVALDO SALERNO
Textos: LUIZ AUGUSTO DE CASTRO NEVES,
TICIO ESCOBAR,
LULY CODAS
y MARÍA GLORIA ECHAURI DE MUXFELDT
Fotografía: MARCIAL BARNI.
Diseño gráfico: CELESTE PRIETO
Impresión: ARTE NUEVO S.R.L.
Asunción – Paraguay, junio 2003.