PUERTO DE ITA ENRAMADA, ASUNCIÓN
Dibujo a tinta sobre papel de LIVIO ABRAMO
35 x 27 cm. - Año 1988
PARAGUAY-TORMENTAS, 1985/ PARAGUAY STÜRME
EL GRABADO PARAGUAYO EN CONSTANTE EVOLUCIÓN
La llegada de LIVIO ABRAMO a Asunción, a fines de la década del cincuenta, fue un hecho providencial para el arte paraguayo contemporáneo. El gran artista brasileño traía no sólo una sólida experiencia en el dibujo, sino también en el grabado, y fue precisamente esta la disciplina que él volvió a divulgar, través de su propia obra y la de sus alumnos.
Livio Abramo traía algo más: fue tal vez el primer artista de este siglo - vasto conocedor del folklore y del paisaje de su patria - a quien tocó descubrir y visualizar la conformación y el espíritu de las aldeas jesuíticas y franciscanas del Paraguay y transferir después sus impresiones al dibujo y el grabado. Este punto de partida se enriqueció con sus interpretaciones del paisaje y posteriormente con sus observaciones de los estados atmosféricos de las suaves planicies paraguayas.
La identificación de Livio Abramo con su país de adopción, sumada a su despierta sensibilidad ante la realidad social, le permitió adaptarse rápidamente al nuevo medio y dio como testimonio la creación del “Taller de Grabados" en el Centro de Estudios Brasileños de Asunción.
Esto tuvo como resultado la formación de una primera generación de nuevos grabadores paraguayos.
De esa nueva generación, que habría de tener el privilegio de retomar el grabado en las artes plásticas, surgieron artistas como EDITH JIMÉNEZ, OLGA BLINDER, LOTTE SCHULZ y LEONOR CECOTTO, quienes tomaron la xilografía y el linograbado no sólo como una disciplina accesoria a sus ya formadas carreras de pintoras y dibujantes, sino como un vehículo de expresión propia, en estilos altamente individualizadoras a pesar de la influencia de un maestro común.
EDITH JIMÉNEZ fue, precisamente una de las más intuitivas alumnas de Abramo y pronto descubrió en el grabado posibilidades que la pintura no le ofrecía. Traía como experiencia una pintura de raíces post-impresionistas y ya con la gubia y el buril descubrió en la madera paraguaya una textura rica en matices expresivos, optando por la composición abstracta con empleo exclusivo de la tinta negra. Superada esta primera etapa, Edith Jiménez llegó en la década del setenta a conciliar en forma milagrosa la abstracción de sus grabados con la riqueza cromática de sus pinturas y en un nuevo estilo de impresiones encontró el camino para obtener un primer premio en la Bienal de San Pablo de 1975.
No menos audaz que Edith Jiménez y no menos entusiasmada con el empleo del grabado, OLGA BLINDER aprovechó rápidamente las enseñanzas de Abramo para crear su propio camino en la xilografía: traía como carta de presentación su papel protagónico en el movimiento Arte Nuevo, en 1954, cuya intención era la de acelerar la actualización de las artes plásticas en el Paraguay. Su estilo es más bien expresionista y su tema favorito la figura hmana. Las posibilidades de la madera dieron a su obra un nuevo curso y sus búsquedas se desarrollan en tres niveles: en la composición, en la elección de nuevos colores y en la experimentación de materiales tan diversos como la madera, el metal y el cartón.
De LOTTE SCHULZ se admiran sus grabados de animales, con gatos, caballos, avestruces e inclusive peces. Lotte Schulz es extremadamente sensible a la armonía del entorno y ve en grabado un medio para profundizar los estudios que ya iniciara en el dibujo.
El grabado en madera le sugiere delicadeza, pero también un suave juego de luces y sombras. Igual que sus maestros Livio Abramo y el también brasileño Augusto Rodrigues, Lotte Schulz se interesa en el paisaje y el folklore paraguayo y utiliza motivos de la arquitectura típica y de la artesanía como fondo a sus gráciles figuras de avestruces y revendedoras. Lotte Schulz se dedica también al grabado en cuero y desde hace varios años domina también el arte del aguafuerte. Su curiosidad constante la acompañó a países distantes como Italia, Botswana, Venezuela y los Estados Unidos y su importancia en las artes plásticas del Paraguay queda demostrada en sus frecuentes exposiciones en el exterior.
A una generación posterior pertenecen JACINTO RIVERO y JENARO PINDÚ, el primero se dedica no sólo a la xilografía sino también a la talla dulce y el segundo ya era un conocido dibujante cuando descubrió en el aguafuerte un medio para la reproducción de sus trabajos. Jacinto Rivero posee una visión del mundo espontánea y fresca, como lo representa en sus grabados de animales, plantas silvestres y bonitas mujeres desnudas, temas frecuentes en sus trabajos. Domina la técnica de la xilografía, lo que le permite equilibrar armoniosamente las luces y las sombras. Pindú, en cambio, dio en 1970 un nuevo rumbo al arte paraguayo con sus dibujos y consiguió algunos años después dar con el aguafuerte nueva sugestión y nuevos colores a sus temas de arquitectura surrealista.
Ya en las más nuevas generaciones surgen nombres como el de ANDRÉS CAÑETE, profundo conocedor de la madera y de la técnica de trabajarla. Cañete vuelve una y otra vez a los simples temas del campo paraguayo y lo hace también como ilustrador de novelas y poemas.
CARLOS SOLANO LÓPEZ no necesita grandes formatos para sus miniaturas, técnicamente perfectas: su tema son con frecuencia los paisajes urbanos, de nostálgico efecto sobre el público; DAVID LEGAL, a su vez, basa sus temas en la sencillez de los suburbios asuncenos.
EMY ROMEI busca en lo cotidiano el arranque para sus composiciones, impregnados con frecuencia de un mágico realismo y FABIOLA ADAM, finalmente, se ha convertido en una auténtica revelación gracias a su interpretación creativa de los mitos paraguayos: a la perfección de sus trabajos contribuye también el dominio técnico, ganado en largos años de aprendizaje.
JUAN MANUEL PRIETO
PARAGUAY - VISIÓN, 1966 - Grabado de LIVIO ABRAMO
PARAGUAY - RÍTMOS, 1966 - Grabado LIVIO ABRAMO
Fuente: GRABADO PARAGUAYO CONTEMPORANEO.
Homenaje a Livio Abramo - Año 1988
Exposición del KunstBetrieb, Dachau,
en colaboración con Luis Acosta,
Galería Sidharta, Asunción y el Instituto Cultural Paraguayo-Alemán, Asunción
Fotografías: Juan Manuel Prieto/ Niels P. Jörgensen
Organización y creación gráfica de la Exposición y del catálogo:
Bruno Schachtner, für den
© KunstBetrieb, 1988
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