ANTONIO ORTIZ MAYANS
DEMIURGO DE UN MUNDO MAGICO
Selección y presentación FÉLIX DE GUARANIA
Centro Editorial Paraguayo S.R.L.
DEMIURGO DE UN MUNDO MAGICO
Antonio Ortiz Mayans es bien conocido de nuestro pueblo. La gente sencilla del país, trabajadores, campesinos, domésticas y costureritas, mujeres vendedoras de pohã ñana y mandi'o, las burreritas de los viejos caminos de Lambaré (¡ay, hoy sólo en el recuerdo!), las lavanderitas de la ribera del río epónimo, hablan de él como de un viejo conocido. ¡Y cuántas kuñataĩ paraguayas han suspirado al escuchar sus increíbles versos en alguna serenata madruguera o a través de los visillos de ñanduti de algún ventanal paquete, por esas ciudades de su larga trashumancia! Las guitarras de mil arrieros movilizaron sus solfas, aderezando sus profundos pentagramas, para recibir su estro claro, su palabra humedecida de ysapy, su inspirada letra. Y al escucharlas, la maestrita humilde sigue soñando con el viajero sin retorno, lejano en el recuerdo, cercano en la emoción que memora los tiempos idos.
Cerebro y corazón, Don Antonio accede con el primero a las cumbres del estudio y de la investigación. De ahí sus diccionarios, sus artículos, sus monografías, sus clases de guaraní, sus conferencias en aulas universitarias, conquistando los niveles que le acuerdan sus auténticos méritos. Sus poemarios son recogidos por las antologías más autorizadas. Y su nombre está escrito en el frontispicio de la cultura paraguaya, entre aquellos que han contribuido a desarrollarla y dignificarla.
Pero Don Antonio Ortiz Mayans es principalmente un ko'embyja, lucero de la mañana, en el yvága del sentimiento popular, allí donde campea por sus respetos la humildad, don de la sencillez es la toga del alma y la emoción el alimento cotidiano de los seres que del amor hacen la causa de sus vidas. Sus poemas, sus canciones rezuman fragancia de jazmín paraguai, frescura de naranja guy, dulzura de eirete y mosto ro'ysã porã. Nos retrotraen por los caminos florecidos del recuerdo, a las simples alegrías de la niñez, a los ardores nutricios de la pasión juvenil. E insufla en nuestras venas los fuegos de la esperanza, ante el acoso de la desesperanza y del penar.
Demiurgo de un mundo mágico donde, sí, están ausentes la soberbia y la opresión, Don Antonio plasmó en las canciones de este florilegio la inmensa generosidad de su corazón, su anhelo sin medida por la justicia y la libertad, su capacidad de enfrentar todas las adversidades y de oponer su invariable optimismo a la tristeza. Caballero de cota y yelmo, pluma en ristre, nuestro poeta es un luchador, porque el amor a la paz no excluye la disposición para la lucha. Su acendrada lealtad hace que su primer amor, el de la adolescencia, el de la juventud, el de la madurez, sea el mismo: su país con sus campiñas verdes; con sus arroyos claros y murmurantes; con sus legendarias selvas; con sus hombres sufridos y trabajadores; con sus mujeres, diosas de amor, bellas, abnegadas, hacendosas; con los profundos mitos de su origen; con la milenaria lengua de su pueblo...
Pero hablemos del hombre, del intelectual, del trabajador concreto que se da a conocer a través de sus obras, de la conducta que se manifiesta en cada paso que da, en cada palabra que pronuncia, en cada letra que escribe y lo proclaman los días, meses, años de su vida fecunda, de su vida entregada a un sueño...
Y más que decir nosotros las palabras reveladoras de su personalidad y "denunciar" los hechos que conforman su "currículum vitae", su paso por este valle prodigioso que Don Antonio supo y sabe interpretar y ornar, memoremos nada más que lo que en un minuto iluminado las voces de la vida dijeran de él.
Recordamos lo que al saludar la aparición de la Décima Edición de su Diccionario Español Guaraní y Guaraní Español, el Dr. Rufino Arévalo Paris, destacado intelectual, guaraniólogo e investigador de nuestra identidad nacional, decía:
ANTONIO ORTIZ MAYANS nació en Asunción el 20 de junio de 1908. Fueron sus progenitores el Dr. Gregorio Ortiz, abogado guaireño, en su época magistrado de ilustre nombradía, miembro de la Cámara de Apelación Civil y Comercial, como interino en varias oportunidades del Superior Tribunal de Justicia y Presidente del hoy desaparecido Tribunal de Jurados, y de doña Zoila Mayans, dama de castiza prosapia española.
ORTIZ MAYANS es bachiller: perteneció al grupo rebelde del Colegio Nacional, sufriendo persecuciones por sus ideales renovadores; cursó en la Universidad Nacional los primeros años de Derecho y Ciencias Sociales; graduóse como Licenciado en Periodismo en Buenos Aires, ciudad donde contrajo enlace con la fiel colaboradora de su obra, la señora Carmen Bonavoglia, argentina.
Tiene vocación por la docencia y es de antigua data; enseñó literatura en el Colegio Natalicio Talavera de La Asunción, gramática y otras materias en bibliotecas y sindicatos obreros; también Periodismo e idioma guaraní en la Facultad de Filosofía y Letras, en Buenos Aires.
Desde los albores de la mocedad se revelan su inclinación hacia las letras de la que ya no se apeará nunca.
Comenzó a publicar en la Revista MINERVA del Colegio Nacional y fue laureado en un certamen literario con la poesía LOCURA en el Día de la Raza.
En Buenos Aires, junto con otros exiliados colaboró en revistas y diarios: "La Vanguardia", "Cine Argentino", "Paraguay"; órgano (este último) de la Agrupación Folclórica Guaraní. Obtuvo premios: "LA HISTORIA DE LA COOPERATIVA EL HOGAR OBRERO" es el más importante. Su entrañable amor al terruño le hace volver periódicamente al solar nativo.
De su PRODUCCION POETICA, nos habló también el Dr. Arévalos Paris, en aquella memorable noche de Asunción de los primeros del setenta. Recurrimos de nuevo a aquella fuente, que enumera con sinceridad aunque escuetamente, las obras principales de Don Antonio, con palabras que amalgaman admiración y emoción.
"CANTOS NUEVOS". Prólogo de Rafael Oddone. Editado en Asunción en 1930. Sus versos trasuntan la esencia de su personalidad; su estilo es remarcado con híspida prosa que dice -el prologuista-: "Canta con sencillez y allí hay más armonía que en los payadores consagrados como genios". Natalicio González expresa: "es el poeta de las ternuras recatadas, el de la fable sencilla". S. Buzó Gómez dice: "Su poesía es sencilla, casi siempre de contenido social, en español y en guaraní y en canciones que gustan al pueblo". Y Carlos R. Centurión, "Cultiva el verso en español y en guaraní. Su estilo es llano y de contenido social". Su última obra, VOCES AÑORADAS fue recibida con elogios por la prensa oral y escrita. Autor de canciones con música de compositores de altos valores de la canción nativa, como Remberto y Herminio Giménez, Pérez Cardozo, Alvarenga, Digno García, Luis Alberto del Paraná. La más emotiva y tierna de sus canciones: BURRERITA, todo un suceso popular y leit-motiv de un film, inspiró al genial Chuchín".
Otras obras de Antonio Ortiz Mayans, que acogidas favorablemente por la crítica especializada de Asunción y Buenos Aires, principalmente, viven en bibliotecas particulares y públicas de todo el país y, sobre todo, en el corazón de la gente sencilla de nuestro pueblo que sabe manifestar su emoción cuando interpretan cabalmente sus profundos sentires, sus aspiraciones y sueños.
TATAINDY NDE PYJHAREPE (Lámapra en tu Noche) es un manual de sabiduría popular; perlas diseminadas por las manos del poeta, al alcance de nuestra sensibilidad ansiosa de ternura, que como un rocío reparador llena las áridas grietas de la vida.
ZORAZABAL, SU VIDA Y SU OBRA, obra única en su género, que recoge, como nadie lo ha hecho, los perfiles de un soñador, de un poeta del lápiz, que combatió la tristeza con los trazos más hábiles y significativos de nuestro arte caricaturístico. Publicado en Buenos Aires en 1946.
EVOCACIONES DE LA ASUNCION (Asunción, 1967), con prólogo de una de las personalidades literarias más brillantes del Paraguay, Don Arturo Alsina, cuya pluma de oro vibró en mágicas sonoridades, al conjuro de las evocaciones de su amigo Don Antonio, de la Asunción del primer cuarto del siglo XX.
Pero aún no hemos hablado de lo que en realidad ocupó los más valiosos momentos de la vida de nuestro autor. Si como poeta ascendió a los cielos más altos del suave decir, como investigador de nuestra lengua autóctona, descendió a los profundos substratos del ser, superando los cansancios que proporcionan los caminos áridos de la lexicografía. Creemos como lo más atinado recurrir de nuevo al discurso del Dr. Arévalo Paris, quien al respecto dice que, "Ortiz Mayans es una especie de pionero de la reivindicación del guaraní paraguayo auténtico. El sistema lexicográfico, desde el comienzo, hace más de cinco décadas tiene un enfoque, una orientación definida: el de dotar al idioma de un instrumento flexible, actualizado, que contenga los vocablos y expresiones del Paraguay contemporáneo, que sea legible a propios y extraños".
A. Berro García, filólogo uruguayo, en el Boletín de Filología de Montevideo dice del DICCIONARIO (de Ortiz Mayans) que es una obra clara y precisa, apta para usar sin riesgos de confusión ni enredos idiomáticos por el estudioso de estas disciplinas y especialmente de esta rica y musical habla autóctona de América.
Marcos Morínigo reconoció en la presentación pública del nuevo Diccionario Español-Guaraní; efectuada el 8 de agosto de 1973 en Buenos Aires que "nuestro guaraní es mestizo, híbrido, distorsionado, pero no podemos tener otro, porque la historia cultural no puede remontar su curso, y lo mejor que podemos hacer es lo que hizo Ortiz Mayans, hacer de él un instrumento actualizado, armonioso, gracioso, dinámico, capaz de expresar con propiedad y elegancia la vida material y espiritual del pueblo".
Las palabras del Dr. Arévalo Paris fueron rubricadas y confirmadas en aquella ocasión, por las notas laudatorias de casi todos los medios de comunicación. "La Tribuna" decía: "Se trata de una obra de gran valor, que propenderá al buen uso de nuestra lengua vernácula". La revista "Ñandé", que "Ortiz Mayans merece la gratitud paraguaya por su paciente y valiosa labor". Recogemos además la opinión expresada por el profesor guaireño Don Antonio Vera Centurión, quien manifestaba que la obra de Don Antonio "es grande por el inmenso beneficio que puede reportar a nuestra gente".
En fin, la presente obra recoge la mayoría de los poemas de A. O. M. musicalizados por los más fecundos y prestigiosos compositores de nuestro país y los tenemos recorriendo los caminos y valles de la patria en las guitarras y en los labios de tantos cantores trashumantes y soñadores. Canciones como "La Burrerita" figuran obligadamente en los repertorios de emisoras radiales y festivales folclóricos. Es una pieza clásica de nuestro cancionero popular.
Nos despedimos de Don Antonio Ortiz Mayans, agradeciéndole por permitirnos la edición de "CANCIONES DE MI PUEBLO", con estas palabras: amigo, compañero, padre, hermano, gracias por existir, gracias por este manojo de olvidadas fragancias, tan necesarias a la sequedad del alma, a la insensibilidad de los soberbios de estos tiempos marginales.
FELIX DE GUARANIA
Asunción, abril de 1991
POETA PUEBLERO
de Gilberto Ramírez Santacruz
Yo te celebro,
Maestro precoz de Ajos y deletreador de mita'i,
Escudriñador etimológico de nuestra raza,
Cosechador de palabras abandonadas de Guarán,
Sembrador de versos y canciones populares.
Yo te celebro,
Padre cultural de nuestro pueblo,
Espectador de estrellas enamoradas,
Actor e intérprete del mboriahu cantor,
Escultor de burreritas pobres y dignas.
Yo te celebro,
Pastor de penurias de tu patria oprimida,
Arriero culto y culto arriero del Paraguay profundo,
Exiliado eterno de tu querida Asunción
Y palabrero feliz de claro diccionario.
Yo te celebro,
Con tus más de 50 años de destierro y canción,
Con tus libros iluminadores y luminosos,
Con tu corazón nostálgico de niño pobre,
Con tu humilde arandú y severa honestidad.
Yo te celebro,
Porque sigues cantando,
Porque el pueblo se adueñó de tus coplas
- Como quería el otro gran Antonio, Machado-
Y tienes mucha razón cuando dices:
Cuando uno canta no se va para viejo.
1986.
CHE RYKE'Y ANTONIOPE
por Gumersindo Ayala Aquino
Cuimba'e marangatu
Acóinte reyepepýva,
Nde recove rejhesýva
Reiporavóvo ñe'ẽ,
Jhi'aitégui reme'ẽ
Ne apytu'ũgui osẽva,
Arandu oicuave'ẽva
Jha omoesacãva tape.
Cuarajhy resẽ satĩ
Mimbígui ndé reipo'ova
Jha acóinte remono'ova
Tavaygua rataindyrã,
Reipotágui tecoporã
Oico ñande yvýpe
Jha mayma py'a guapype
Oyoykére yaico jhaguã.
Aníke ne cane'õ,
Ryke'y kotyj hu yára,
Pyjharégui eyapo ára
Jha pytũ emoesacã
Jha acóinte eñejha'ã
Tesape'arã moasãivo,
Osapýva remombayvo...
Yaico yoyapa jhaguã.
Nde rayjhuetéva ne irũ
Oyerure i Tupãme
Tomoĩ pe ne ñe'ãme
Jhesãiva py'aguapy;
Tajhovyũ nde yvotyty
Arapype reicocuévo,
Jha péicha ndéve jha'evo
Jhatãite roipo pyjhy.
A MI HERMANO ANTONIO
De tan singular oficio,
Un hombre a carta cabal,
No desdeña el sacrificio
En el duro trabajar.
Es su más férvido anhelo
La vocación entregar,
De su cerebro en un vuelo
Y el camino despejar.
En los rayos transparentes
Del sol al amanecer,
Recoges tan simplemente
La lumbre que a nuestro ser
Ilumine claramente
El camino a recorrer,
Serenos y diligentes
Juntos en el quehacer.
No te canses, hombre bueno,
Dueño de nuestra canción,
La noche convierte en pleno
Día de vera ablución.
Y gracias a ti seremos
Salvos de ignara acción,
En la vida bien despiertos
En un solo corazón.
El que te aprecia del alma
pide a su Dios de verdad
Ponga en tu pecho la calma
Y sana felicidad.
Verdezca siempre la palma
En tu clara humanidad.
Y de este verso en la rama
Va mi solidaridad.
* Hemos procurado dar una versión más o menos pasable del poema de Gumersindo Ayala Aquino. Es imposible vertir al español toda la riqueza de giros y maneras de expresar los sentimientos del guaraní. F. de G.
CANCIONES DE MI PUEBLO - ANTONIO ORTIZ MAYANS
PORTADA
de DARÍO GÓMEZ SERRATO
A Antonio Ortiz Mayans hace rato ya que le erigimos en vida la simbólica estatua de oro en nuestro corazón agradecido.
Talento nacido de las rojas entrañas de la tierra guaraní. Y nutrido en la enciclopédica cultura castellana. La cosmopolita y escolástica Buenos Aires, exigente y caprichosa a veces, le brindó comprensivo calor de hogar y lo supo mimar. Y esto ya nos dice de sus méritos excepcionales.
Valiosas obras didácticas, ensayos literarios, semblanzas aleccionadoras, como su gran Diccionario español-guaraní y v/v y sus múltiples poesías encuadrando paisajes del solar campestre, llenas de melancólica lejanía, de dulces añoranzas de sus pueblos, de sus hacendosas mujeres hogareñas, bellas y nunca olvidadas.
En esta nueva entrega conteniendo decenas de poesías como en un florero de emociones evocativas y sensitivas; poesías puestas en solfa por los más prestigiosos compositores músicos y entonadas por los cultores del canto que es el verso del amor todopoderoso, se puede elevar con su lectura sobre las miserias de la tierra y de la muerte.
Lo más admirable en Antonio Ortiz Mayans es su entereza moral, consecuente con su talento. Nunca supimos que haya doblado las rodillas en el gesto genuflexo del adulo hambriento de prebendas. Siempre recto, vertical, como un asta de bandera.
Todo el contenido de este florero de canciones es grato al paladar, edificante, sentimental y sano en su noble concepción, como un manjar para los espíritus superiores... Bienvenido sea. (1)
(1) Alguna vez, Don Antonio Ortiz Mayans, tras un casual encuentro, entregó este manojo de canciones al vate de Tape Pytã, quien en un rapto de entusiasmo, agregó esta breve glosa a este libro que ya él no puede ver.
TUS SANTAS MANOS
Qué recuerdo hermoso me dejó abuelita,
Con cuánta ternura todo preparó:
Una prenda hecha con sus santas manos,
Contenta y feliz me la regaló.
Al fondo del patio plantó una semilla,
Todas las mañanas íbase a regar,
Así fue que un día comprobó dichosa
Que la luz de un brote veía asomar.
Pasaron los días, la planta crecía,
Sus ramas brotaban como anunciación
De que ya muy pronto podía esperarse
Capullos benditos de blanco algodón.
Con cuánta alegría cosechó un buen día
Y redujo a hilo el capullo aquel.
Con él preparaste la joya más linda
Como elaborada con rosa y clavel.
Si está tu cariño en cada puntada,
Si toda la prenda se te debe a vos:
No existe en la tierra mayor recompensa
Que un beso del ángel o el beso de Dios.
SI SE APAGA EL CANTO
Si ya no se escucha, si es que falta el canto
Ni su ritmo vibra, ni su dulce acento,
Vendría el silencio a cubrir su manto
De olvido y tiniebla y oscurecimiento.
Nuestras esperanzas no tendrán futuro,
Se nublará el cielo a toda ascensión;
En el mundo habría camino seguro
Para la tristeza y la decepción.
¡Cuánta alegría perdida
Si solo el silencio impera!
No quedaría en la vida
Un canto, en la primavera.
Se apagaría el acento
Del arroyo cristalino
Y el susurrar del viento
Con las aves y sus trinos.
Qué pena sería si se apagara el canto,
El canto que es dulce madrigal de amor.
Será todo angustia, se oirá sólo el llanto
Que sabe a congoja, penuria y dolor.
Faltaría el alma, faltaría la vida
Si enmudece el verso o su melodía;
Ya no habría augurio de una bienvenida,
Ni el sublime canto de una sinfonía.
CANTAR AL AÑO NUEVO
o PESEBRE DE LA HUMILDAD
Ya el pueblito ha cumplido con la virgen milagrosa,
Ha pagado su promesa, ya se acerca Navidad;
Ya se aroman los hogares con esencia de las flores,
Ya se alumbran con jazmines y fragancia a resedá.
Fiesta linda florecida bajo el cielo azul zafiro,
Un pesebre se ha elevado para el Niño de Belén,
Un pesebre muy humilde señalado por el signo
Rutilante de una estrella que ilumina hacia el bien.
Ya se queman los pesares, los olvidos y discordias
En las llamas luminosas del amor y del perdón,
Y maduran las cien frutas en la tierra paraguaya:
La silvestre chirimoya junto al dulce guavirá.
Hay campanas que repican como anuncio de alegría
De gozosas esperanzas, de alborada fraternal;
Se deshacen en rubíes el chivato y el lapacho
Y se eleva en los hogares un cantar al Paraguay.
BURRERITA
No despunta aún el alba cuando inicias tú la marcha
y al mercado te diriges a llevar mba'erepy;
No haces caso de la lluvia, ni te importa si la escarcha
Sólo pueden depararte el dolor de un mba'asy.
Las penurias han curtido día a día tu existencia,
Han armado de coraje tu perenne pyjharé
Y te han dado elementales enseñanzas de paciencia
Para así en la desgracia sostenerte mbarete.
Y trotando burrerita
Desde tu humilde tapỹi,
Entre montes y praderas
Cien caminos reipycui.
Con tus árganas bien llenas
De naranja y mandi'o,
Vas por calles asuncenas
Repartiendo ca'avo.
Por el duro pan diario, legua y legua vas andando
Sobre el lomo del burrito al que tienes como irũ;
Al cruzar así las calles, al trotar tú vas dejando
Un retazo de tu vida, obrerita mboriajhu.
Son tus días tan iguales, que no tienes ni un domingo
De placeres o de goces en tranquilo pytu'u;
Burrerita paraguaya, en mis versos te distingo
Y te abrazo en mis estrofas con ardiente cunu'u.
Y trotando burrerita...
(Bis)
SAN TELMO
Barrio es éste que supo de las luces
De la primera aurora
Que América ha abierto al horizonte
En marcha redentora.
Barrio es éste que tiene en su alforjas
Brillantes pergaminos
Ganados con altura en cien contiendas,
Y así se abrió camino.
San Telmo, tus esquinas y tus calles
Sufrieron el agobio
De gritos desgarrados en la sombra:
Fue el terror y el oprobio.
Pero también, San Telmo, por tus cuestas
Se alzaron las consignas
De fe, de libertad y de esperanzas
De mañanas más dignas.
Por tus muros con altos ventanales
Hoy trepan los malvones
Y rosales en un florecimiento
De sueños e ilusiones.
San Telmo añora el vibrar de guitarras
De bravos payadores,
Que en décimas orlaban sus cantares
Con delicadas flores.
En tus casas de adobé se deslizan
Los más simples anhelos,
No conoce este barrio la imponencia
De un solo rascacielo.
Ya el silencio nocturno de tus calles
No rompen en jirones
Los negros candomberos ni serenos,
Al gritar sus pregones.
Quisiera aprisionar en estos versos
Toda tu historia viva
E iluminar tus patios y portales
Con lámparas votivas.
EL GUARANI
Quiero en mi canto, idioma indiano,
Decir lo grande que vibra en ti,
Que se difunda por cerro y llano
Este tesoro del guaraní.
Miles de puntos marcan la huella,
Selvas y valles que conocí,
Tienen sus nombres de luz de estrellas,
Tienen sus signos en guaraní.
Hay sin embargo quienes no quieren
Ver la hermosura que hay en ti;
Yo que conozco lo que tú eres
Entono loas al guaraní.
Fuiste el idioma de mis abuelos
Y me arrullaste cuando nací,
Y en mi partida será un consuelo
Oír palabras en guaraní.
DESDE TU AUSENCIA
Bien sabes, mi vida, te di la ternura de mi devoción
Cuando me llamabas, recuerdo en un tiempo, con tu dulce voz,
Sólo al recordarlo se me llena el alma de intensa emoción,
Cuando tan contentos vivimos dichosos juntitos los dos.
Muy pronto olvidaste todos nuestros sueños de amores sin fin
Y vas a otra fuente a beber el agua de un nuevo querer,
Y yo, sin embargo, todo mi cariño guardo para ti,
Pensando que un día, tal vez no lejano, vuelva a florecer.
A cada minuto pronuncio tu nombre buscando la paz
Que me dé sosiego para esta tortura que sufro por ti,
Al quedarme solo sintiendo tu ausencia cada día más,
Sin creer que es cierto lo que yo presiento, que ya te perdí.
Torciste la ruta para ir en busca de un nuevo zorzal
Y así me dejaste sumido en tristeza de un hondo penar,
Con esta amargura que punza mi vida con dardos del mal,
Que tú me causaste con tu ingrato olvido que me hace llorar.
Extraño tus ojos de mirar tan tierno, de raro fulgor,
Y extraño tus labios de sabor tan dulce que tanto gusté,
Y que fueron míos y me hablaron siempre tan sólo de amor,
De amor infinito que un tiempo dichoso feliz disfruté.
TAPERE
Pobre ranchito desmoronado,
Allí he probado el cunu'ũ,
Hoy estás solo y abandonado
Como mi vida, sin mborayjhú.
Bajo tu techo canté dichoso
Como un jhavía corochiré,
Hoy entre escombros estás ruinoso,
Eres mi rancho un taperé.
Allí he sufrido, allí he gozado,
Pépe ndaipóri vaecue yapú;
Allí viviendo siempre a tu lado
De muchos males apytu'u.
De mis venturas fuiste testigo,
Cuánto te quise, che tapỹimí;
Por eso al verte triste me digo
-Maymárõ upéicha- yapá aveí.
De tus ventanas colgaban ramas
De enredadera y resedá;
Hoy las malezas se desparraman
Y hace su cueva el yvyyá.
Allí he reído, allí he llorado,
Solo cariño mante jhay'u;
Pobre ranchito despedazado
Jhetá yevy rojhechaga'u.
Al contemplarte mi antiguo nido
Ayajhe'o jha añembyasy,
Pues yo también ambulo herido
Como un doliente che-sy-jhasy.
Vieja casita, estás derruida,
Cruel el tiempo nde yucaité,
Estás tan triste como mi vida
Hecho un destrozo, un taperé.
DEL JARDÍN DE ASUNCIÓN
Entre las flores que más admiro
Por su belleza, la de Asunción,
A las que adoro con toda el alma,
Son las que añora mi corazón.
Otros jardines tienen sus flores
Y son cuidadas con devoción,
Mas, yo prefiero las que florecen
Allá en mi barrio de la Asunción.
Miles de rosas muestran su encanto,
Son como joyas de la ilusión,
Pero ninguna con la fragancia
De aquella rosa de la Asunción.
Palabras tiernas se habrán gastado,
Palabras lindas de adoración;
Pero más puras y más sentidas,
Serán las mías, flor de Asunción.
Al estar lejos de tus hechizos
La luz se apaga de mi canción,
El alma llora en la añoranza
De la más bella flor de Asunción.
El día triste de mi partida
Quedó sangrando mi corazón,
Dejé en la gloria de tus jardines
La flor más linda de la Asunción.
CHE PONCHO CHARAMI
Tú fuiste, poncho mío,
Testigo de mis días
De tantas noches bellas
Cuando al amor canté.
Che ponchomi che pópe,
Me vieron muchas tardes
Cruzar hacia mi aldea
En pos de algo mejor.
Los campos perfumados,
Los montes susurrantes
Me vieron con mi poncho
Retar al vendabal.
En días invernales
Tú fuiste mi refugio
Y fuiste mi consuelo,
Che poncho charamí.
Tú fuiste, poncho mío,
Testigo de mis dichas,
De tierna venturanza
Que un tiempo disfruté.
Tu siempre flameaste
Al viento cual bandera
Opárupi aicórõ,
Che poncho charamí.
MADRE PARAGUAYA
Encarna tu vida todo lo más bello,
Es fuente de dicha, de amor y bondad,
Tus dones trasuntan dulzura y pureza
Y están adornados con santa humildad.
Madre entre las madres, madre heroica y noble,
Eres en la tierra el ángel protector,
Ya desde la cuna guiaste mis pasos
Con la luz del alma que enciende el amor.
Estás en el canto más simple y más puro,
Aquel que no busca oro ni laurel,
En el agua clara y en el pan moreno
Puestos en la mesa de limpio mantel.
Estás en la nota más dulce y más tierna
Que surge del alma para ser canción;
Estás en el néctar de todas las flores
Y en la voz sagrada de una bendición.
GUARANIA PARA EL ZORZAL
Con la voz de nuestra selva,
De nuestros valles y ríos,
Carlos Gardel te recuerda
Con unción el canto mío.
Tiene tu nombre en su cielo
Tu Buenos Aires querido,
Y cada esquina te añora
Donde jamás habrá olvido.
Con diez arpas indias y con cien guitarras
Yo quiero cantarte Carlitos Gardel,
Como un homenaje que brota del alma
Esta mi guarania de rosa y clavel.
Me presten sus trinos las aves nativas,
Pájaro campana, calandria y zorzal
Pregonen que fuiste bueno entre los buenos
Y eres del pueblo ídolo inmortal.
AURORA Y OCASO
Yo soy la sombra, soy el ocaso
De la esperanza que un tiempo fue,
Sólo tributo rindo al fracaso,
Pues al perderte perdí la fe.
Tú eres en cambio luz redentora,
Todas las sendas ves florecer,
Tú eres la brisa que en cada aurora
Das el anuncio de un bien querer.
Mi vida es triste como un lamento
Que desconoce lo que es cantar;
En largas noches de sufrimiento
Ya no me resta sino llorar.
Tú entonas canto por tu ventura,
Gozosa vives en tu vergel,
Jamás supiste de la amargura,
Del desengaño que sabe a hiel.
Yo no comprendo qué mala estrella
Me lleva siempre a la adversidad;
Todos mis pasos marcan la huella
Del infortunio de la orfandad.
Tú eres el cielo de la esperanza,
Todo es hermoso a tu derredor,
Tú eres la gloria que sólo alcanza
El que conoce lo que es amor.
LAVANDERA RIBEREÑA
No son prendas tuyas las ropas que lavas,
Se las lleva el río toda su impureza,
El río que pasa cantando en su orilla,
Alejando males, penas y tristezas.
Mujeres que lavan ropas de los otros
Por el pan escaso de todos los días,
Mujeres que cantan antiguas canciones
Y se van con ellas viejas alegrías.
Lavandera, lavandera,
Lavandera ribereña,
No se extinga con tus golpes
Ni la dicha más pequeña.
Lavandera de mi tierra,
Lleve el río la impureza
Y se alejen para siempre
Tu fatiga y tu tristeza.
Desiertas cañadas y umbrías florestas
El eco repite de tus golpes rudos,
Mientras a lo lejos en el rancho humilde
Están tus retoños con sus pies desnudos.
En cada palmada resuena tu historia
Y se va tu vida con tus añoranzas,
Y en cada burbuja tus sueños se pierden
Con tus ilusiones y tus esperanzas.
MAESTRAS CARAPEGÜEÑAS
Con luz del alma, con gran paciencia
Nos enseñasteis ñe'ẽ porã:
Nobles maestras que yo he tenido
Allá en mi pueblo Carapeguá.
Vuestros mensajes puros y sabios,
Siempre recuerdo con emoción;
En vuestras vidas de apostolado
El sacrificio se hizo canción.
Santas matronas, nobles maestras;
Ya'erõ upéicha ndaya'epai;
Buenas y humildes carapegüeñas,
Dignas mujeres del Paraguay.
De nuestro pueblo fuisteis el Norte,
Al enseñarnos a ser mejor,
En nuestras almas están grabadas
Vuestras palabras hechas de amor.
Para alabaros pobre es la nota
Que vibra al son de mi mbaracá,
¡Si vuestro ejemplo es todo un canto
Que por los siglos se evocará!
Dignas maestras carapegüeñas,
Si el sacrificio fue vuestra ley,
Quiero que vuele como homenaje
Hasta vosotras che purajhei.
YO TE QUIERO MUCHO...
Yo te quiero mucho con sincero amor
Y me haces sufrir,
Mostrando el desdén con tu desamor,
Y a pesar de todo tú no eres culpable
De quererte así con alma y con vida,
Con honda pasión;
Yo anhelo de ti, mi dulce ilusión,
Alcanzar un día la dicha y el cielo
Y oír de tus labios
Un tierno te quiero, para mi consuelo,
Entonces, tal vez, será realidad aquella ilusión.
Yo traté de olvidarte un día,
No pensar en tu amor jamás,
Pero en vano, te llevo en mi alma todavía;
Mi pasión floreció en un canto
Al amarte y quererte tanto
Y soñar que un día feliz me recordarás.
BAJO EL CIELO DEL PARAGUAY
En nuestra tierra, solar de encanto,
Cuánta belleza por doquier hay,
Naturaleza prorrumpe en canto
Y entona loas al Paraguay.
Son nuestras aves las que matizan
Con sus gorjeas tanta beldad,
Son nuestras aves las que armonizan
Cantos de plena felicidad.
Cerros, arroyos, lagos y ríos,
En tu, paisaje de todo hay;
Cuánta belleza en el suelo mío,
Bajo aquel cielo del Paraguay.
Nuestras costumbres no tienen nada
que se parezca a otra nación:
Son tan sencillas que siempre agradan
Porque no tienen complicación.
Nuestras heroicas nobles mujeres,
Que en su hermosura son un primor,
Son hacendosas en sus quehaceres
Y son la gloria para el amor.
Cerros, arroyos, lagos y ríos,
En tu paisaje de todo hay;
Cuánta belleza en el cielo mío
Bajo aquel cielo del Paraguay.
DULCE RECUERDO
Debo decirte con alma y vida
Lo que yo sufro por tu querer,
Debo entonarte la melodía
Que sea el anuncio de un florecer.
Soñé contigo tener un nido,
Nido de dicha, cuna de amor,
Donde el cariño sea tejido
Con la corola de alguna flor.
Pasaron noches, pasaron días,
Te nombra el alma cada vez más;
Es tu recuerdo canción florida
Que no se olvida nunca jamás.
Fuiste la gracia que dio el encanto
A mi existencia, dulce ilusión;
Diste la nota para mi canto
Que va brotando del corazón.
Todos mis sueños llevé a tus plantas,
Bien hilvanados con el querer,
Toda mi vida así te canta
En la esperanza de un florecer.
¡Te quiero tanto! Si fuiste estrella
Que me alumbraste para ascender,
En mi cariño quedó la huella
De tu recuerdo, dulce mujer.
LOS SESENTA Y SEIS PARAGUAYOS
Asunción, la noble, que lleva en su nombre
Un signo tan grande de madre y mujer,
Destinó a sus hijos, sesenta y seis hombres
Para que fundaran pueblos por doquier.
Sesenta y seis hombres de la tierra mía
Cargaron su alforja con sueños de luz,
Sin vacilaciones y con valentía,
Siguieron los rumbos de la Cruz del Sur.
Soportando lluvias
Y el sol tropical,
Les guiaba el signo
De un gran ideal.
En canoas hechas
En el Paraguay,
Bajaron los bravos
Hombres con Garay.
Y fundaron pueblos en su trayectoria,
Que son hoy ciudades de paz y de amor,
Ciudades que tienen limpia ejecutoria
Tras haber rendido su culto al valor.
Si hasta Buenos Aires bajaron un día
A poner la piedra que fue liminar;
Así yo he llegado con el arpa mía
Hasta tus riberas con este cantar.
CORRIENTES Y ASUNCIÓN
Llegué a Corrientes una mañana,
Todo he dejado en mi Asunción,
Sólo tenía como bagaje
Mucha nostalgia en el corazón.
Y allí Corrientes, pueblo fraterno,
Me abrió sus brazos con lealtad.
Dejé en sus calles pena y nostalgia
Para cantarte, noble ciudad.
Nuestras mujeres iguales tejen
Bellas urdimbres en ñandutí,
Hablan y cantan el mismo idioma
De miel y flores del guaraní.
La misma tierra roja y bravía
Tienen sus pueblos, tienen los dos,
El mismo cielo de azul zafiro
Se mira arriba, se mira a Dios.
El mismo río nos da su acento,
Arrastra historia ya secular,
Y en su cordaje lo lleva el viento
Hecha cadencia para cantar.
Uno a estos pueblos con fuertes lazos
Que sea el guía de comunión;
Uno a Corrientes en un abrazo
A mi nativa dulce Asunción.
PASIONARIA
Vengo a decirte, niña adorada,
La voz antigua del mborayjhú,
Palabra dulce, palabra amable,
Palabra bella, cual eres tú.
Tú eres mi cielo y eres mi estrella
Que siempre alumbra che recové,
Y es el néctar de tu cariño
Flor aromada, niño azoté.
Son tus hoyuelos fuente de encanto,
Por cuya causa che tarová,
Son dos capullos de pasionaria,
La flor silvestre mburucuyá.
Es tu palabra trino y arpegio,
Tiene cadencias del purajhei,
Es el motivo de cien poemas
Y es lo que inspira che mbiay'ujhei.
Tienen tus ojos tierna tristeza
Y la negrura de yvapurũ,
El centelleo de dos puñales
Y languideces del ca'arú.
En esta tierra nada hay tan bello
Como tu cuerpo, che tupãsy,
Y no te igualan en su hermosura
Ni los fulgores del cuarajhy.
ASUNCENA
Con la palabra mejor sentida
Quiero expresarte en guaraní
Y que semeje trino divino,
Como el arrullo del yerutí.
Que nos proteja la enredadera,
Que mucho adorna nuestra Asunción,
Y así al darte mi vida entera
Podré amarte con más pasión.
Sé que mis versos no valen nada,
Mas no por eso digas tové,
Pues mis palabras mal hilvanadas
Contienen gotas del eireté.
Te dio natura todo su brillo,
Todo su lujo y su esplendor,
Por eso, amada, quiero decirte
En voz muy honda todo mi amor.
Tú que eres buena, bella asuncena,
Tú que no sabes decir yapú,
Ansioso espero de ti un consuelo
Y que me ofrendes tu mborayjhú.
Sé que son pobres estos mis versos,
Mas no por eso digas tové,
Pues estas frases mal hilvanadas
Contienen gotas del eireté.
LAS MEJORES ROSAS
Si yo no quería sino tú presencia
De una gloria esperada, de una bendición;
Si tú perfumaste toda mi existencia
Y fuiste la dueña de mi corazón.
Si fuiste en mi senda canción de esperanza
Que endulzó las horas de mi soledad,
por eso al perderte hay en mí añoranza
Sollozos de pena que son de orfandad.
Yo puse a tus plantas las flores hermosas,
Te di la magnolia de mi juventud,
Para ti lucieron las mejores rosas
Y tú me pagaste con la ingratitud.
Pero el alma canta su antigua ventura
De haberte encontrado, feliz por tu amor,
Que puso en mi vida caudal de ternura
Lejos de la pena, lejos del dolor.
ASUNCIÓN SOÑADA
Dejé la playa de cien ciudades,
Busco hoy tu puerto, dulce Asunción,
Porque tus calles tienen fragancia
Y el sortilegio de una ilusión.
Viajero errante, el aire tuyo
Que anhelo tanto, quiero aspirar
Aquel aroma de tus naranjos
Que en noches largas suelo añorar.
Bajo tu cielo tan azulado
El viajero ha de saber
Si una vez parte de tus riberas
Muy pronto un día ha de volver.
Tus viejas calles saben de auroras
Humedecidas con la canción
Que se desliza entre las rejas
Y pone rosas al corazón.
Bajo tu cielo; ciudad querida,
Viví la gloria de mi niñez,
Quiera mi estrella que en esta vida
Pueda aquel cielo ver otra vez.
CA'AVOVE'I
En navidades lejanas
Era de oro para mí
Esa guirnalda de gloria
Hecha en ca'avove'i.
En carretas y burritos
Entraban en la Asunción
Y esas ramas verdes eran
Un mensaje de ilusión.
Con la flor de cocotero
Junto al ca'avove'i,
Cuánta ternura vivida
En mi tierra guaraní.
Pesebres de mis recuerdos,
Pesebres de la Asunción,
Pesebres de Nochebuena,
Del amor y del perdón.
No sé si aún reverdeces,
Plantita de la humildad,
No sé si aún engalanas
Pesebre de Navidad.
Pero sé que eres un canto
De luna y cielo para mí,
Ese pesebre hogareño
Hecho en ca'avove'i.
LEJANA MAESTRA MÍA
a Rosa Marengo
Recuerdo tus palabras de maestra
Y el alma mía dicta su mensaje,
Desparramando a diestra y a siniestra
Las palabras de amor en tu homenaje.
Recuerdo tus palabras cardinales
Hechas de luz y sombra, tierra y cielo,
Germinadoras de horas augurales,
En galardón a todos tus desvelos.
En galardón de luz amanecida
En el regar sin tregua a tus rosales:
Son ejemplos brotados de tu vida,
Al escuchar los trinos de zorzales.
Maestra, es nombre con el cual te llamo,
Maestra, simple como el pan y el agua;
Y por lo simple, en mi sentir proclamo
Que hay resplandores de metal en fragua.
Se hallan escritas bajo tu mirada
Las mejores canciones de mi vida
Y a la distancia la veo aureolada
A mi escuelita, en la Asunción querida.
Para que haya más luz y menos sombra,
Das claridad a diestra y a siniestra,
El alma mía con unción te nombra:
ROSA MARENGO, mi ejemplar maestra.
ITA GUAIMI
Leyenda guaraní
Era atractiva la moza
Por su hermosura sin par,
Pero al ir por los caminos,
Se la oía rezongar.
Cuando la madre pedía
Que fuese agua a buscar,
Se la oía a la moza
Rezongar y rezongar.
La madre en vano rogaba
Ayuda a su ancianidad;
Su hija rebelde seguía
Camino de la maldad.
Hoy en Misiones se sabe
Que a orillas del Paraná,
En piedra se ha convertido
Por mandato de Tupã.
TUYO ES MI RECUERDO
Tuyo es mi recuerdo como tuyo ha sido
El clavel más bello que vio amanecer
La esperanza mía del jardín florido
En un azul ensueño que lloré al perder.
Tuyo es el recuerdo del cariño tierno
Que un tiempo gustamos juntitos los dos,
Del goce infinito que creí yo eterno,
Pero que muy pronto dijimos adiós.
La nostalgia que produce al cantar
La música al son de aquel renacer
De nuestra ventura hoy al evocar
Es tuyo el milagro de aquel florecer.
La luz que me alumbra es tuya también,
Por ella mi vida tiene claridad;
Pero se ha perdido aquel lejano bien
Y al recordarlo lloro de ansiedad.
CANTO A ITACURUBI
Es un pedazo de cielo de la tierra guaraní,
Es un rincón florecido el pueblo mío, Itacurubí;
Es el pueblito querido de mi añorada niñez,
De los días venturosos y dulces horas de placidez.
Es tu paisaje divino como un edén de ilusión,
Con tu arroyo cristalino y el pintoresco Itá Cajón.
Si yo una vez me alejé fue para pronto volver
Al pueblo donde dejé todo lo mejor de mi hondo querer.
Tu río Yhaguy de selva y cristal
Repite al correr historia y canción,
Joya guaraní, regalo de Dios,
Bordeando está a Itacurubí;
Tu recuerdo es luz, mi pueblo natal
Y en tu evocación alumbra mi andar,
Me siento feliz y quiero cantar
Donde quiera esté a Itacurubí.
Llega el 13 de Diciembre, el barrio Santa Lucía
A su santa milagrosa rinde su culto y veneración.
La gente viene de lejos a celebrar la función,
Hoy baile, hay calesita, sortija, banda y toro ñarõ.
Es tu paisaje divino como un edén de ilusión,
Con tu arroyo cristalino y el pintoresco Itá Cajón.
Si yo una vez me alejé fue para pronto volver
Al pueblo donde dejé todo lo mejor de mi hondo querer.
TACUARAL, CHE PUEBLOMI
Tacuaral, pueblito mío, de mis viejas venturanzas,
Eres pueblo el más querido ndatopavai ndeichaguá,
Eres nido de recuerdos, eres urna de esperanzas,
Rinconcito de mi infancia, jhetaitépa rojhecá.
Tacuaral de mis recuerdos, cuánto busco tus caminos
Arbolados de naranjos, salpicados de azahar;
Cómo añoro tu placita donde tantos peregrinos
Encontraban un descanso tras de largo caminar.
Tacuaral, yo era muy niño
Cuando de ti me alejé,
Hoy en ese gran cariño
Hay dulzuras de eireté.
Tierra y cielo de mi infancia
Eres todo para mí,
Y a través de la distancia
Mi cantar es para ti.
Tus casitas agachadas por crueles desengaños,
Por cien golpes asestados con el mazo del dolor,
Tus casitas me parecen al andar de tantos años
A unos brazos siempre abiertos en espera del amor.
Tacuaral, pueblito mío, de mis viejas venturanzas,
Eres pueblo el más querido, ndatopavai ndeichaguá;
Eres nido de recuerdos, eres urna de esperanzas,
Rinconcito de mi infancia, jhetaitépa rojhecá.
I N D I C E
DEMIURGO DE UN MUNDO MAGICO, Félix de Guarania
POETA PUEBLERO, Gilberto Ramírez Santacruz
CHE RYKE'Y ANTONIOPE, Gumersindo Ayala Aquino
A MI HERMANO ANTONIO (traducción)
CANCIONES DE MI PUEBLO, Antonio Ortiz Mayans
PORTADA, Darío Gómez Serrato
TUS SANTAS MANOS
SI SE APAGA EL CANTO
CANTAR AL AÑO NUEVO o PESEBRE DE LA HUMILDAD
BURRERITA
SAN TELMO
EL GUARANI
DESDE TU AUSENCIA
TAPERE
DEL JARDIN DE ASUNCION
¡QUE LINDA ES LA POLCA!
CANTO A LA MANDIOCA
CHE PONCHO CHARAMI
MADRE PARAGUAYA
GUARANIA PARA EL ZORZAL
AURORA Y OCASO
SOLO UNA VEZ
IPORÁ LA PORTE
TODO VA BIEN
RUPERTO BRAVO
NO CREO EN LAS BRUJAS
LAVANDERA RIBEREÑA
MAESTRAS CARAPEGÜEÑAS
YO TE QUIERO MUCHO
BAJO EL CIELO DEL PARAGUAY
TIERRA MIA
EL NIÑO Y LA FLOR
CERRITO DE LAMBARE
DULCE RECUERDO
LOS SESENTA Y SEIS PARAGUAYOS
CORRIENTES Y ASUNCION
PASIONARIA
ASUNCENA
LAS MEJORES ROSAS
ASUNCION SOÑADA
CA'AVOVE'I
POR ESA SENDA
FRAY MONTOYA
LABRIEGO GUARANI
CALLECITA DE ASUNCION
MITA'I
CANTO A LA HUMILDAD
QUYQUYÓ
BAJO EL CIELO DE YPACARAI
LAS RESIDENTAS
LUZ DE MI VIDA
ORACION A TUPÃ
BASTA LA SALUD
LEJANA MAESTRA MÍA
ITA GUAIMI
TUYO ES MI AMOR
GUARANICITO
CANTAR ETERNO
TUYO ES MI RECUERDO
MI PERRITO
POBRE INDIO
VIEJA ESTAMPA
CANTO A LA NAVIDAD
SI
PORÃSY
LA PUERTA
ESCUELITA DE MI ALDEA
JOSE FELIX BOGADO
CANTO A ITACURUBI
TACUARAL, CHE PUEBLOMI
ENTRE NARANJOS
ROMANCE DE LA CASA SOLARIEGA - I
PARAGUARI - II
"ÑA CALI"
"ÑA CALI" (traducción)
CHE AO TUYAMI
VIEJO TRAJECITO
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Foto: www.musicaparaguaya.org.py
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CARLOS MIGUEL JIMÉNEZ
SEÑOR DE FLORECIDAS PALABRAS
Por FELIX DE GUARANIA
Centro Editorial Paraguayo S.R.L.