ACUÉRDATE QUE TE ESPERO
SELECCIÓN DE POEMAS AMOROSOS
Poesías de MARIO CASARTELLI
Editorial El Lector,
Asunción-Paraguay 1996
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"Mario Casartelli es poeta, y de los buenos.
En este nuevo poemario suyo - tiene cuatro publicados - canta al amor.
Nada menos que al amor, ese sentimiento nacido con la primera pareja que pobló el mundo y que se va repitiendo en los tiempos, siempre igual a sí mismo y siempre distinto en la infinita gama de sentimientos, sensaciones y vivencias del ser humano.
El amor "la más bella y la menos razonable de todas las pasiones", al decir de Antole France, ha encontrado en este poeta un ferviente practicante y admirador.
Y así en sus poemas veremos temblar la duda y podremos contemplar la fuerza pasional de la mutua atracción.
No falta el silencio, cuando las palabras sobran, ni tampoco faltan esos momentos de compartir cosas y la vida con la serena convicción de que la casa y la mesa están presididas por ese sentimiento.
Al final, una meditación en torno al ciclo de esa experiencia, como estos versos que dicen:
sólo golpe de olas
lo que viene y se va,
lo que llevando deja,
lo que deja al llevar "
Editorial El Lector
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ÍNDICE
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Viajante/ Vengo/ Ofrenda/ A Cupido/ Cuando estás cerca de mí/ Quizás nos encontremos/ Como la hierba/ Espera/ Rumores
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Llegada/ Pequeña historia/ Somos/ Todo/ Más que nunca el mundo/ Oh, bogar desde tu fuente/ * Acto (La rosa de tus días)/ No se nombrar/ Canción para tu sueño/ Presagio/ *Me otorgas cada día (Monodia del verano)/ En la penumbra/ Amor/ Aquí están/ Buenos días, ternura/ Que no importe el mañana/ Quiero volver/ Temor
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Adiós/ Compartimos todo/ Un cuarto/ Fracaso/ * Esa pena (Contrapunto)/ Cómo/ Una canción/ ¿Será, tal vez?/ * Ruego (La rosa de tus días)/ Musa astuta/ Servilleta de papel/ Lo que ha sido/ Octava/ Huésped/ * Fotografía (Contrapunto)/ Respuesta a un poema/ Lluvia/ Recomenzar
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De vez en cuando/ Agendas/ * Nudos (Contrapunto)/ Condena/ Qué pena, mas qué dicha
ACLARACIÓN
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ACLARACIÓN
** Reúno aquí poemas de recientísima data. Seis poemas ya fueron publicados en volúmenes anteriores, como se señala en el índice. Otros se remontan hacia 1978, tal el caso de los poemas Fracaso y Adiós. Los textos restantes - la mayoría- se desarrollaron entre enero y este aún breve febrero.
El decimotercer verso alejandrino de ME OTORGAS CADA DÍA está formado por dos famosos heptasílabos: LA VOZ A TI DEBIDA, de Pedro Salinas, y AL AIRE DE TU VUELO, de San Juan de la Cruz.
Lo que ha sido tiene una deliberada influencia del poema EL DIOS ABANDONA A ANTONIO de Constantino Cavafy, y de la canción DEBES SABER, interpretada por Charles Aznavour.
PEQUEÑA HISTORIA
En cada adiós, maléficas tormentas
se ensañaron con él, le desolaron.
Entonces prometió ofrecer la piel
sólo a quien aceptase fuegos fatuos.
Ya no entregar -jamás- el corazón
a esa ebriedad que aún nadie ha descifrado.
Así, de brazo en brazo, sin promesas
ni esperanzas decía: Estoy de paso.
Seguro de jugar no más que un juego,
alguien se deslizó por su costado.
Esta vez, dando besos porque sí,
el alma ¿sin querer?- saltó a sus labios.
Y, cuando pretendió escapar del trance,
sintió que ya el amor lo había hechizado.
Y regresó, otra vez, impenitente,
el enamorador, enamorado.
ME OTORGAS CADA DÍA
Me otorgas cada día la amorosa energía.
Amada, con los tibios reclamos de tu boca
Reviertes la tristeza de mi antigua nostalgia
Infundiéndome sed de amar en desmedida.
Oh, pensarte no más cuando despunta el alba.
Como la luz de estío que cubre plena el mundo,
Así tu nombre alumbra mis ámbitos oscuros:
Supe por ti del día cuando todo era noche,
Amo por ti la noche porque anunció tu día.
Redivivo despierto para ver cómo llegas
Tansponiendo un umbral de balsámico sueño.
Es esta, oh dulce amada por mi bien encontrada,
La voz a ti debida, al aire de tu vuelo,
La sincera palabra de este mortal que dura
Infinito en las gracias de tu mortal ternura.
RECOMENZAR
Ha pasado el tormento, la tormenta.
El cielo vuelve, límpido, a azular.
Se despejan escombros del camino.
Las espinas no pueden ya arañar.
Levántate, la vida te reclama.
Las lágrimas restantes secarán.
¿Ves el vaho feliz que sube de ellas?
Quieren verte en la luz recomenzar.
Las nubes que ahora cruzan te saludan.
Avanza al frente sin mirar atrás.
Ha pasado el tormento, la tormenta.
El Sol dora tiernísimo tu faz.
EN LA PENUMBRA
Qué hermosa es la penumbra
donde ahora reposan los amantes;
donde la lumbre nace del susurro
que el corazón emite por gracia de los labios.
Se callaron los besos
que hace un rato relámpagos gimieron,
que en curvas deliciosas ascendieron,
y cayeron y ardieron y, después, se durmieron.
Ahora sólo velan los lóbulos rosados del oído,
caracoles que oyen la caricia de cálidos suspiros.
Y apenas un afán prolongado de manos
discurre entrelanzando el ritual del tacto.
Se acompasan los pechos en remanso quietísimo,
pero tal lasitud es un ala, es un vuelo:
porque ellos, los amantes, se salen de sí mismos,
remontan por el aire tal dos almas gemelas,
y planean, seguros, sobre el terreno de sus cuerpos.
Oh, qué tibias las sábanas revueltas
en dulces remolinos, como nidos de aves.
En tanto, afuera, siguen las calles solitarias.
En tanto, los amantes, fundidos uno en otro,
escuchan, sienten, tocan, paladean
la voz, la forma, el gesto y el sabor
grato –gratísimo-
de la penumbra hermosa ya en sosiego.
AMOR
Atrás queda la noche, amor, el día,
una vez más, reclama nuestros pasos.
Cuántas albas, amor, con tu mejilla
temblando en la quietud de mi regazo.
Te doy mi corazón, mi melodía,
me das el niño azul de tu costado.
Y, a veces, si por cosas de la vida,
en vez de miel probamos frutos ásperos,
amor, amor, tan sólo en nuestras riñas
sufrimos, nos dolemos y curamos.
Por eso no me falte tu sonrisa,
ni en la luz, ni en la sombra, ni en el barro.
No me falte tu amor, amor, mi vida,
porque sin tu presencia no hay milagro.
DE VEZ EN CUANDO ES JUSTO
De vez en cuando es justo distanciarse
de historias que perturban sin sosiego.
Barrer todo ese polvo acumulado
y enterrarlo, al igual que el perro al hueso.
¿Esa vieja canción que trae la brisa?
Que no te engañen sus mentidos ecos.
Fraudulentas sirenas del olvido,
tornen al sitio de donde emergieron.
De vez en cuando, es justo distanciarse.
Pero nunca del todo.
Porque es bueno
saber también guardar ciertas memorias
para después mirarlas como espejos.
De vez en cuando es justo
y saludable
sacar a solear ciertos recuerdos.