FREDDY EDUARDO GÓMEZ BENÍTEZ.-
Freddy Eduardo Gómez Benítez nació en la ciudad de Yatytay, departamento de Itapúa, un 26 de abril. Es hijo de Bartolomé Gómez Vázquez ( ) y Marciana Benítez Giménez. Es el penúltimo de entre cinco hermanos: Reina, Sonia, Cristian y Belén.
Proviene de una familia de artistas. Tanto su padre, su abuelo Eduardo Gómez y sus tíos ejecutaban la guitarra y el arpa. Desde muy niño, don Bartolomé le había inculcado el valor de la poesía y la importancia de la música, hablándole de las obras de renombrados autores a nivel nacional e internacional; y así, comenzaban a ejecutar, padre e hijo, algunas que otras guaranias como La india de Ortiz Guerrero y José Asunción Flores. Siempre le habló de la composición poética de los versos de Emiliano R. Fernández, y a la edad de 9 años le enseñó cómo componer un acróstico, desde entonces empezó a escribir poesías y cuentos.
Culminó sus estudios de la educación escolar básica y nivel medio en la escuela y colegio «Prof. Dr. Luis María Argaña» de Natalio km. 20, instituciones gestionadas por su padre. Estando en el 9º grado, en el corto lapso de once días, dos muertes enlutó su temprana vida: perdió a su padre y a su abuelo materno. Un 10 de agosto falleció su abuelo, y el 21, de ese mismo mes, su padre, siendo sepultado su cuerpo en la víspera de su cumpleaños número 61, un día antes del 24 de agosto, el día de San Bartolomé. Dichas tragedias le ocasionaron duros golpes que en demasía le costó superar y que marcaron su vida para siempre, puesto que, a su temprana edad, pasó a ser el jefe de hogar cuidando a su madre y a su entonces hermana pequeña, trabajando en la chacra y así también como ayudante en un taller de mecánica automotriz, trasladándose en moto todos los días de un distrito a otro, para poder llevar el pan a la mesa y también costear sus estudios. A pesar de todo, siguió esforzándose y culminó el año siendo mejor alumno y mejor egresado de aquella primera promoción.
En su etapa de adolescencia, con algunos amigos de infancia y compañeros de colegio, formó un grupo de bailarines de hip-hop denominado «Mega rap», exponiendo coreografías en distintos escenarios. Siguió con aquellas amistades por unos años promoviendo el arte urbano, escribiendo versos y creando rap conciencia, lejos de los vicios; incluso, presentando bailes en eventos cristianos, buscando así mitigar el dolor por sus grandes e irreparables pérdidas.
Ha intentado, en innumerables ocasiones, recibir una educación superior que le pudiera brindar una profesión que le permita una movilidad social, motivado siempre por su madre. Pero los obstáculos fueron los constantes tropiezos. Ingresó a la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Itapúa, en la sede de la ciudad de Natalio, abandonó por motivos laborales. Se trasladó a la Universidad Tecnológica Intercontinental de la Ciudad de María Auxiliadora, a la carrera de Ingeniería Comercial, tuvo que abandonar por complicaciones de salud. Ingresó en segundo puesto a la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Itapúa, de la ciudad de Natalio, abandonó por razones laborales. Actualmente es docente de Ciencia Sociales, tercer ciclo de la Educación Escolar Básica y Nivel Medio, egresado del Instituto de Formación Docente de su ciudad natal. Desempeña su labor en la ciudad de Edelira.
Su abuelo materno, Marcelino Benítez Gómez, fue un ex combatiente de la Guerra del Chaco, lo que le inspira a ser un investigador de la Historia del Paraguay. Parte de sus obras literarias han sido incluidas en diversas antologías tanto nacionales como extranjeras.
Es artista urbano, pintor autodidacta y retratista; escritor, poeta, editor y traductor; compositor, productor musical y coreógrafo de hip-hop. Autor de libros inéditos a ser publicados como: «El peón, la pluma y la luna» (poemario), «Gotas de yerba» (poemario), «Tinta corta» (cuentos), «Mariscal López: el retorno» (narrativa poética) y «Los pasos de un alma» (novela).
Fuente: CHE HA NDE Editora y Gráfica Publicitaria