PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
CINTIA DE ESTAY
  UNA TARDE COLOR VAINILLA, 2010 - Cuento de CINTIA CAÑETE DE ESTAY


UNA TARDE COLOR VAINILLA, 2010 - Cuento de CINTIA CAÑETE DE ESTAY

UNA TARDE COLOR VAINILLA , 2010

Cuento de CINTIA CAÑETE DE ESTAY

 

¿Adónde fue mi vida? – se preguntó al mirarse al espejo.

Tomó el tubo de la pasta de dientes y colocó una línea sobre su cepillo. Hacía tanto de los besos con sabor a menta.

El peine se deslizó en la melena café que le rozaba los hombros. Tanta vida desde que él la peinaba con sus dedos y adoraba su crin lustrosa.

Se cruzaron en la puerta del baño. Ella iba camino al ropero y esperó que la toque. Tan sólo una caricia al pasar.

Nada.

Mientras elegía la falda roja y la blusa blanca con volados recordaba las peleas para que le saque las manos de encima.

- ¡Basta Javier! – le decía muerta de risa y luchando con las manos traviesas que no la dejaban levantarse para ir a trabajar.

Se miró en el espejo de cuerpo entero buscando una respuesta. Tal vez el mapa de su cuerpo había desdibujado las líneas que lo guiaban.

Sacó el sostén color vainilla que había comprado con la esperanza de que se detenga en ella y el contraste del encaje contra su piel morena. Deslizó los breteles en sus hombros y amoldó la prenda a su cuerpo.

No se había percatado.

Resbaló las piernas dentro de la falda y la trabó a su cintura. Abrochando los botones de su blusa susurró la música de Soda Stereo que encontró en su repertorio mental de pistas de sonido.

- Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos y que tu blusa atora sentimientos...

¡Qué oportuno! - suspiró haciendo una mueca.

Colocó en su muñeca al tirano de acero que con cada brillante tic tac la alejaba de quien había sido y ya no era.

Se calzó los zapatos con tacones y bajó. Él estaba prendiendo el televisor.

La dictadura del tiempo los sofocó. Habían crecido y se habían hecho adultos.

Tomó la taza de café que humeaba en la mesada y lo miró cargar su maletín.

- Lleváte el paraguas y un abrigo – dijo Javier sin mirarla – dijeron que va a llover.

Sofía vio su cartera colgando de una silla. Hurgó por rutina el contenido. Chequera, celular, documentos, pañuelos desechables. Una tímida puntilla blanca asomaba detrás del cierre de un bolsillo.

Adultos. Responsables. Cumplidos. Ejemplares.

Mierda – pensó al primer sorbo que se deslizó en su garganta – Qué distintos éramos.

Abrió el cierre y sacó con cuidado el pequeño cuadro de algodón blanco con puntillas. Lo sostuvo entre sus dedos como viéndolo por primera vez.

Él la esperaba a la salida de clases, en la galería de pisos ajedrezados del antiguo edificio en donde estudiaban. Caminaban de la mano, bajo el sol inmaculado del invierno hasta el café de la esquina. Elegían una mesita en la calle y Ramón, el mozo, hacía aparecer las tazas tintineantes.

En la calle, la sinfonía de colores y voces se movía como una serpentina de barrio chino, festoneando la mañana con su desorden de vida.

Javier había sido un caradura maravilloso. Con su mata de pelo castaño, barba rebelde y ojos color yerba, se había acercado a ella en una clase de Historia y le había preguntado risueño si podría acompañarlo hasta el café de la esquina para explicarle la última lección sobre Barroco a la que había faltado. No pudo negarse al brillo travieso de sus ojos y le dijo que sí.

Una cortina de lluvia fría y plateada cayó sobre ellos en el camino. Javier se sacó la campera de gamuza y la cubrió mientras corrían. Sofía cerró los ojos por un segundo y aspiró el vaho tibio, mezcla de cuero, sándalo y menta que emanaba de su cercanía.

Llegaron agitados y riendo. A salvo dentro de la atmósfera cálida del bar, Javier siguió cubriendo a Sofía por un momento más. Estaban tan próximos que Sofía pudo ver una gota de lluvia pendiendo de las pestañas de él. Buscó algo en su cartera y un exquisito pañuelo blanco con puntillas apareció en sus manos. Sin preguntarle, lo deslizó en su piel y él sintió los dedos frescos desprendiendo la gota del dique cobrizo que la atrapaba. Sus ojos se encontraron al tiempo que ellos se perdían en el desamparo del asombro.

Ramón eligió ese momento para aparecer y guiarlos hasta una mesa. El lugar bullía de estudiantes enfrascados en gatuperios verbales, oficinistas desprevenidos que se habían refugiado de la lluvia y los parroquianos de siempre, con sus innumerables años de cafés y cigarrillos, leyendo impávidos al fragor de quincallería de lozas, cucharas y voces.

La mesa estaba junto a una ventana que daba a la calle y sus dimensiones eran las adecuadas para que sólo quepan dos tazas y un secreto inconfesable.

- Linda lluvia ¿no?. Especial para un espresso bravo que recomponga el alma – sugirió Ramón.

Javier miró a Sofía que asintió con una sonrisa.

- Que sean dos, Ramón – dijo Javier y se quedaron solos mientras el mozo desaparecía.

La lluvia crepitaba contra la ventana y se miraron largamente como reconociéndose de otras vidas.

- El pañuelo de puntillas de Sofía Roca – musitó pensativo– suena a novela victoriana.

- Era de mi abuela – contestó ella mientras dos hoyuelos ahuecaban sus mejillas – en su época se usaba como portador de mensajes clandestinos.

- ¿Qué tipo de mensajes?

- Amorosos – respondió ella –-Estrujarlo con las manos significaba amor ardiente y mirar las iniciales bordadas “Recibí tu carta”. Era preferido por las coquetas, para agitarlo en las despedidas o para dejarlo caer frente al amor de sus vidas.

- O para salvar a un náufrago en una tarde de lluvia – agregó Javier con los ojos chispeantes y una risa juguetona asomando tras su barba de pirata.

- Especial para casos de ahogamiento – agrego con seriedad Sofía para luego dibujar un simpático mohín que le fruncía deliciosamente la nariz

Dos pocillos adornados con penachos de vapor se materializaron frente a ellos. Ramón dejó el azúcar y una fuentecita con lenguas de gato.

- Espresso bien cargado y galletitas para malcriar a la señorita - dijo al tiempo que hacía una reverencia en dirección a Sofía y desaparecía nuevamente.

Los dos rieron de buena gana.

Mientras endulzaban el café, un sol tímido asomó tras las gotas y una luz vainilla tiñó la calle como en un sueño.

- Es una acuarela perfecta – suspiró Sofía mirando a través de la ventana y dibujando círculos con su cuchara – Los colores son maravillosos.

- Sí, lo es – contestó Javier mirando el perfil cincelado contra la luz líquida de la ventana.

Sofía cerró los ojos y sorbió con placer el líquido oscuro. Cuando levantó la mirada se encontró con aquellos ojos increíbles y supo que estaba perdida sin remedio.

El pañuelo no se había equivocado.

Bajó la taza de café en la mesada y miró su reloj.

- No te olvides de pasar por el banco y depositar el cheque – le recordó Javier mientras le daba un beso rápido y salía.

Quedó sola en medio de la cocina con el pañuelo hecho un puño en sus manos y el corazón desalado en el pecho.

Estrujarlo entre las manos. Amor ardiente.

Volvió a meterlo en el bolsillo olvidado de su cartera. Agarró las llaves del auto y abandonó la casa.

Salió a la calle a cruzarse con los otros fantasmas que iban preguntándose, igual que ella, en qué momento dejaron de sentarse en los cafés bulliciosos y en las plazas donde el sol se filtraba a través de los lapachos, para formar la fila de un banco bajo el follaje artificial de tubos fluorescentes, mirando una pantalla en donde los números eran ellos.

 

Fuente digital: http://neurita.blogspot.com

Registro de enlace: Diciembre 2011



GALERÍA DE MITOS Y LEYENDAS DEL PARAGUAY

(Hacer click sobre la imagen)

 



ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)

 



ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)



ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)






Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
LIBROS,
LIBROS, ENSAYOS y ANTOLOGÍAS DE LITERATURA P



Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA