PEDRO BARRAIL

Sin Título. DE LA SERIE TRES.

Caja, tela bordada, espejos, alfileres,

textos, dibujos, impresiones gráficas y fotografías.

Año 2000. Propiedad del artista

RESARCIMIENTOS

Pedro Barrall parte de un dibujo suyo referido en forma detallada a un ojo humano, desorbitado casi, convertido en puro círculo anatómico, en fija descripción orgánica. El dibujo es reproducido fotográficamente y encerrado así en una caja donde esperan elementos dispares: escrituras realizadas en paños bordados o impresas en partes distintas del recipiente, espejos, gráficos de códigos de barra, etc.; imágenes que no interfieren la del ojo sino que la desafían: le obligan a miradas distintas. Dados los límites de este texto de presentación, me referiré sólo a dos cuestiones que provoca esta obra: ambas significan desagravios que levanta la mirada. La primera tiene que ver con el Perro Andaluz (1929) film que, realizado por Buñuel y Dalí, comienza con una escena brutal: la de una oculoctomía. Esta mutilación no sólo opera como un mentís de cualquier programa esteticista moderno sino como el cambio de la visión racionalista por el delirio, el fundamento del simulacro (su realización, según Dalí). Pero, presentado en su cruda organicidad, el ojo repara el escamoteo de lo real; por un instante, disipa los fantasmas que nublan la mirada.

La segunda cuestión apela al seminario de Lacan (1964) que refuta el poderío de la mirada del sujeto. Lacan discute el Yo me veo a mí mismo viéndome a mí mismo, que supone un sujeto cabal autoconsciente, señor de la mirada, y sostiene que quien mira es también mirado por el objeto. El espectador observa un cuadro pero, sobre todo, es observado por éste: la mirada de la obra interpela su subjetividad desencuadrada y moviliza sus verdades últimas y mejor guardadas. De ahí su fuerza y su impacto, su capacidad de conmover al sujeto observado. En este duelo de miradas se producen nuevos significados. El espejo colocado en el fondo de algunas cajas refuerza ese sentido: el observador se mira en el fondo del objeto, se reconoce (o no) en la imagen que éste le devuelve.

La mirada ya no es el rayo que captura y transparenta el objeto inerme: es un juego o un duelo entre ojos, un "ojo por ojo" que se venga de los privilegios del mirar cartesiano. T.E.

 

PEDRO BARRAIL: Nace en Asunción en 1964. Realizó sus estudios de Arte y Arquitectura en Miami, EEUU. Expone colectiva e individualmente desde 1997. Participa en bienales internacionales como la Bienal Arte BA de Grabado y de Gráfica Contemporánea en Buenos Aires; Séptima Bienal de La Habana, Cuba y la Bienal del Mercosur en Porto Alegre. Su obra está representada en el CAV/ Museo del Barro.

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