Portal Guaraní - MENSAJE PARA TODO EL MUNDO - Por BLÁS BRÍTEZ

BLAS BRÍTEZ

MENSAJE PARA TODO EL MUNDO - Por BLÁS BRÍTEZ - Sábado, 24 de Noviembre de 2018

MENSAJE PARA TODO EL MUNDO

bbritez@uhora.com.py

Son una treintena de obras pequeñas. Están encajadas en podios, sobre una luz que las baña desde abajo, mientras en la sala del Museo de Arte Sacro (Manuel Domínguez esquina Paraguarí) reina la oscuridad. Por un efecto especial, rayos dorados se mezclan con los trazos. Hay una lupa a un costado para ampliar la experiencia. La muestra del artista bogotano se llama ORO. Espíritu y naturaleza de un territorio. Muestra una imagen positiva de Colombia, una antropología de bellezas doradas en canoas. Se podrá ver en Asunción hasta el 5 de diciembre.

Pedro Ruiz estudió en París, aunque nunca planificó una carrera. “No quería ser artista, me parecían como muy locos los artistas, gente que se corta la oreja”, dice sin atisbo de ironía, llevando una mano cerca de la suya y convocando en Asunción la imagen de Van Gogh. Estudió arquitectura, también música, pero el arte pictórico terminó imponiéndose en él. Estudió en Francia y, de vuelta a Colombia, entró a trabajar en una agencia publicitaria.

–La publicidad exige –por lo menos en esa época– creación muy rápida, muy espontánea, muy en serie. Eso a mí me aportó lo siguiente: yo pensaba que solo era dibujante. Y yo soy creativo. Al final de la carrera me decía: “Yo no necesito músicos, no necesito vestuarios, no necesito escenógrafo, yo hago todo”. Ahí encontré que no soy solo pintor, sino creativo en todos los sentidos de la palabra. La publicidad es una muy buena experiencia colectiva, creativa. En el momento en que ya no hay creación, yo dejo de trabajar, cuando ya se vuelve algo tipo trabajo de oficina.

–La exposición que trae a Asunción está por cumplir una década y ya pasó por otras ciudades de América y Europa, ¿cómo la definiría?

–A ver, era una exposición como cualquier proyecto mío: para divulgación, para ventas. Entra de lleno el arte contemporáneo en Colombia y yo, a pesar de que me interesa y en mi galería incentivé todo eso, quería seguir siendo pintor. Por lo menos para lo que yo quería comunicar en ese proyecto, necesitaba hacer pintura. Necesitaba que me entendiera el periodista, el erudito del arte, el celador, el policía de la esquina, todo el mundo. Es un mensaje para todo el mundo: no es un mensaje de arte para artistas.

Ante la obra, cuando está montada con sus luces, la gente reacciona de una manera casi inmediata. Es una obra que habla desde un punto de vista diferente a que estamos acostumbrados en Colombia, no es una obra crítica y denunciadora.

–Que es lo que está más extendido en América Latina.

–Que es lo que está más en boga y lo que exigen los . Si usted vive en Colombia, hable de tragedia, de guerras, de minas. Yo creo que si vamos a construir paz, es necesario mostrar de qué nos vamos a agarrar. Es un arma para salir a volar.

–¿Sin conflictos?

–La obra parte de una idea que habla del conflicto. La obra preliminar, la precedente, se llamaba . Pinto las canoas con el desplazado con su tierra. La obra no tiene dorado, es solamente blanco, porque la canoa va llevando el territorio del desplazado. Me parecía que de las cosas más graves que ocurrían era desarraigar a la gente de su tierra, lo que me tocaba presenciarlo en Bogotá, ver la tragedia humana que significa una familia que lo tiene todo (comida, sustento, tranquilidad y su mundo) y se traslada a la ciudad, bajo un semáforo, para vender bolsas de basura.