EL STRONISMO GENÉTICO Y PROGRAMÁTICO

 Por BLAS BRÍTEZ

@Dedalus729

Hace un par de semanas el intendente de Luque, Carlos Echeverría, pronunció las palabras "matar" y "Stroessner" en un mismo discurso. Frente a él estaban gobernadores e intendentes colorados en una reunión presidida por el jefe del Poder Ejecutivo, Horacio Cartes, y por el candidato a reemplazarlo por la Asociación Nacional Republicana (ANR), Mario Abdo Benítez (h).

El poder de síntesis de Echeverría fue fantástico, acaso un efluvio simbólico de la siempre pragmática "unidad granítica" de su partido. El verbo rendía emocionada pleitesía a quien había combatido a sangre y fuego en las internas, apenas unos meses atrás: "Marito, hoy vamos a salir a matar para que seas el próximo presidente de la República del Paraguay", avisó el luqueño, con lenguaje de cruzado medieval recientemente converso. Por su parte, el rotundo sustantivo iba dedicado a relacionar a su apreciado Cartes con su apreciado dictador: "... el mejor presidente de la República, después de Stroessner", elogió el jefe comunal, como si besara un anillo. Nada ya de los López ni del Dr. Francia, nombres esquematizados por la seudonacionalista retórica del stronismo bajo cuyo aparato educativo creció Echeverría. Escudero de un nada quijotesco Óscar González Daher, puso como puente entre Benítez y Cartes la memoria de Stroessner: el apellido al que, de una u otra forma, las familias de todos los citados más arriba están ligadas.

La alusión a quien sojuzgó al Paraguay durante treinta y cinco años sigue siendo fundacional y programática en el coloradismo posdictadura. Aparece una y otra vez en su elocuencia política, sobre todo en épocas electorales. Su carácter cíclico y permanente resulta inquietante, por no decir otra cosa. No hay en la ANR hoy día corriente alguna que no lo reivindique, por lo menos por omisión de sus crímenes o por elogio de sus "cosas positivas", eufemismo legitimador además de comprobadamente falso en términos históricos y geopolíticos. La apelación persistente a un pasado supuestamente idílico que desapareció hace tres décadas, habla de la perdurable influencia stronista en la burocracia partidaria y, por consiguiente, en el aparato ideológico del Estado.

Mario Abdo Benítez es, de hecho, un hijo programático de Stroessner. Antes que él, ningún colorado nacido en el seno de las fraudulentas familias enriquecidas del círculo áulico "militante" y ha llegado a candidato y ha tenido la preponderancia partidaria que tiene él, ni siquiera el nieto más querido, Goli Stroessner, quien invirtió el orden de sus apellidos para homenajear a su abuelo (y ostentar su prosapia). Abdo es la prolongación genética y "actualizada" de la dirigencia que trató de detener —en las convulsionadas convenciones coloradas de los 80, con su padre secretario privado a la cabeza— el avance de la ola democratizadora al interior del partido. Lo cínico, lo falso, lo finalmente cómico es que Abdo Benítez se haya mostrado como impulsor de la democracia partidaria contra la "mafia cartista".

En los últimos años de Stroessner y de su padre como adlátere del Único Líder, Abdo Benítez disfrutaba de su juventud en los Estados Unidos. Allí se mantuvo estratégicamente alejado de la inminencia del golpe, mientras Cartes huía del país acusado de evasor de divisas. El actual presidente del Paraguay era un delincuente hasta para la Justicia de Stroessner. Lo cual es mucho decir. Aunque hoy elogie a quien Augusto Roa Bastos renombró como El Tiranosaurio, fue la Justicia "democrática" la que libró a Cartes de la cárcel. La misma que Óscar González Daher ha manejado quirúrgicamente —como otros lo han hecho antes— en beneficio privado y corporativo.

La madrugada del lunes 23 de octubre del año pasado, Mercedes Zelaya radicó una denuncia policial contra su marido, el intendente de Luque, Carlos Echeverría, por agresiones físicas, maltrato verbal y amenaza de muerte.Dijo temer por su vida porque el denunciado "está respaldado por el senador González Daher", porque el ex (y futuro senador) maneja la Justicia "en Luque". Se quedó corta. Tal vez por eso, horas después, retiró la denuncia.

Fuente: ULTIMA HORA (Online)

Sección OPINIÓN

Lunes, 26 de Marzo de 2018 - 02:00

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