LA SEGUNDA ÉPOCA DEL INSTITUTO PARAGUAYO: 1917 - 1933 [1]
Por MANUEL MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ
El receso en el que entrara el Instituto, acaba en 1917 con la puesta en marcha de un plan de reorganización elaborado a fin de dar continuidad a su labor de difusión cultural.
Este plan de “reingeniería institucional”, como lo llamaríamos modernamente, se encomendó a una comisión ad hoc compuesta por el Dr. Tomás Airaldi, Adolfo F. Antúnez, Leopoldo R. Elizeche, el Dr. Enrique L. Pinho y Francisco Pérez Acosta.
Los aspectos resaltantes de esta reforma son:
Se prescindió de la Sección de Dibujo y Pintura, que estaba a cargo de la Academia de Bellas Artes fundada por los ex alumnos Alborno y Samudio en 1909, la que durante el receso quedó incorporada al Gimnasio Paraguayo como sección suya[2].
No se reanuda la publicación de la Revista, dado que por entonces aparecían los “Anales del Gimnasio Paraguayo”
Se cierra la Sección de Peritos Mercantiles, cuya finalidad pasó a cargo de la Escuela de Comercio[3].
El plan tuvo éxito, y el 4 de setiembre de 1917 se efectuó la velada inaugural en el Teatro Nacional[4], en la que el socio Dr. Enrique Bordenave hizo el discurso de apertura, y los maestros Luis Dall´Argine, Mauricio Lefranc y Nicolino Pellegrini tuvieron a su cargo el programa musical.
El mes siguiente se realizó, también en el Teatro Nacional, la velada en homenaje al “Día de América” (12 de octubre) con la cooperación del Orfeo Catalá, y al poco tiempo otra en Villarrica, la primera ciudad del interior del país donde actuó el conjunto orquestal del Instituto.
El 1º de marzo de 1918 tuvo lugar la fiesta de apertura de los nuevos cursos, en el amplio local social de la calle General Díaz entre 14 de Mayo y 15 de Agosto[5].
UN NUEVO EDIFICIO PARA EL INSTITUTO PARAGUAYO
El local social fue una de las prioridades en la segunda etapa de la vida institucional del Instituto Paraguayo.
El mismo debería construirse en el solar que le fuera donado por el Estado Paraguayo merced a la Ley del 9 de Junio de 1905, donde otrora se levantara la residencia presidencial de Carlos Antonio López, ahí mismo donde funcionara el Instituto al constituirse en 1895.
El Autor de los planos de este proyecto, que no llegó a iniciarse siquiera, fue Carlos Hoffer, ex alumno de la Sección de Dibujo y Pintura, autor del edificio donde actualmente se encuentra la Secretaría Nacional de Cultura, y donde por mucho tiempo funcionara el Instituto Superior de Lenguas dependiente de la Universidad Nacional de Asunción.
ACTA DE LA COLOCACIÓN DE LA PIEDRA FUNDAMENTAL PARA EL EDIFICIO DEL INSTITUTO PARAGUAYO EL DÍA 12 DE OCTUBRE DE 1917
“En la ciudad de la Asunción, Capital de la República del Paraguay, a los doce días del mes de octubre de mil novecientos diez y siete fecha fijada por la Comisión del Instituto Paraguayo para la colocación de la piedra fundamental para el futuro edificio social de la institución en homenaje igualmente a la Fiesta de la Raza a fin de proseguir los trabajos de reorganización general de la institución fundada el 10 de julio de 1895, realizando de este modo el anhelo de sus fundadores, y siendo las 4 p.m. se procedió solemnemente a llevar a cabo dicho acto, el que fue apadrinado, en representación del Gobierno de la República por S.E. el señor Don. Félix Paiva, Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública y su señora esposa Doña Silvia Heisecke de Paiva, siendo bendecida la piedra con el sobre destinado a contener esta acta por S.S Ilma.Monseñor Juan Sinforiano Bogarín, Obispo del Paraguay, ejecutándose en el mismo acto el Himno Nacional por los niños de las escuelas públicas y los Boy scouts y Exploradores del Paraguay, con asistencia de los representantes de los Poderes Públicos de la Nación, Cuerpo Diplomático y Consular y de las principales instituciones culturales y sociales del país, nacionales y extranjeras.
En testimonio de lo cual, firman la presente acta por duplicado, en la fecha, año y hora expresados.”
Se leen las firmas de Félix Paiva, Silvia Ester H. de Paiva, Juan Sinforiano Bogarín y las de los demás asistentes, como la de Susana Benítez de Elizeche, la de Serafina Dávalos, la de Eulogio Benítez entre muchos otros autógrafos[6].
LA SECCIÓN DE MÚSICA EN ESTA ÉPOCA
Dice Pérez Acosta que la academia musical propiamente dicha se organizó recién en el segundo periodo, a base de un plan de programas rígidos y completos, que rindió brillantes resultados.
Esta sección fue puesta a cargo de una comisión especial integrada por los socios Carlos Daumas Ladouce, Leopoldo R. Elizeche y el maestro Manuel Viladesau.
Al reorganizarse el Instituto, se había ofrecido la dirección de la sección de música a Fernando Centurión y Zayas, que lo declinó por tener que atender sus lecciones particulares, si bien con posterioridad asumió la dirección de la academia de música del Gimnasio Paraguayo.
Entonces, en 1920 se contrató al maestro Miguel Morosoli como director y a Vicente Maccarone como vicedirector.
El plantel docente estaba conformado como sigue:
Profesores de Piano: Miguel Morosoli, Cipriano Ochoa, Emilio Manliverni y luego, en reemplazo del Prof. Morosoli, Alfredo Brandt.
Profesores de Violín: Vicente Maccarone y Enrique Marsal. Por deceso del Prof. Maccarone en 1924 se encomendaron al señor Alfred Kamprad[7].
Violoncello: Eric Piezunka
Guitarra: Dionisio Basualdo
Canto: Estanislao Stani y luego la princesa Nadine de Tumanoff
Teoría Musical: Salvador Dentice
Solfeo: José Valenzuela
Este plantel docente fue aumentando con los egresados de la institución.
El Cuarteto de Música Clásica estuvo integrado por los profesores Remberto Giménez (primer violín), Enrique Marsal (segundo violín), Alfred Kamprad (viola) y Eric Piezunka (cello).
La orquesta de alumnos y aficionados en esta época estuvo integrada como sigue:
Violines
Abreu, Matilde
Acuña Falcón, Delia
Alarcón, Julián
Alvarenga, Francisco
Bellasai, Yolanda
Bestard, Antonio
Biscoti, Juan
Cabrera, Patrocinia
Candia, María Luisa
Casco Miranda, Elida
Casola, Florencio
Centurión, Estela
Colosimo, Guillermo
Crosa, Manuel
D´Alba Mauricio
De Font, Pilar
Elizeche Benítez, Susana[8]
Escobar, Clodomiro
Esculies, Carlos
Flores, José Agustín [9]
Franco, José A.
Friedmann, Aranka
Friedmann, Edith
Gross Brown, Alejandro
Harrison, Guillermo (h)
Kamprad, Alfred
Levy, Sasson
Libercy, Arturo
Mariani, Ester Cándida
Marsal, Enrique
Marsal, Mercedes
Mazó, Casta C.
Migliorisi, Salvador
Perito, María Angela
Ricart, Josefina
Rojas, Josefina
Rosario Caravagno
Salomini, Corina Olga
Samaniego Trinidad, Delia
Samaniego, Oscar
Santoro, Virginia
Schwarzman, José
Varessini Russo, Francisca
Vera, Aniceto
Vierci Machaín, María Cristina[10]
Villalba, Matías
Viveros, Dimma
Waisman, Manuel
Wilson, Elsa
Yegros, César
Violas
Casola, Florencio
Daumas Ladouce, Carlos
Holters, Herman
Pérez, Lidia
Segalés, Jaime
Cellos
Lugo, Rudecindo
Moreno, Angel
Piezunka, Eric
Pollarolo, Luís
Soto, Mario
Talavera, Ernesto V.
Contrabajos
D´Amico, Agustín
D´Amico, Sebastián
Heckhausen, Carlos
Rivas, Manuel
Silva, José
Pistones
Dentice, Salvador[11]
Gómez Serrato, Darío[12]
Jara, Justiniano
Ovelar, Manuel
Torres, Santiago
Trombones
Aveiro, Angel
Campanini, Eugenio
Cardozo, Manuel
Fernández, Carlos A.
Insaurralde, Félix
Jara, Raimundo
Moretti, Mateo
Cornos
Insaurralde, Blas
Jara, Justiniano
Ovelar, Manuel
Peralta, Carlos
Soley, Carlos
Tuba
Jovellanos, Silvestre
Timbales
Aguilar, Fulgencio
Fernández, Félix
Los diplomas de Profesor Superior de Piano y de Profesor Superior de Violín (se los llamaba Gran Premio) se otorgaban previa aprobación del profesorado elemental y el accésit, mediante conciertos públicos. Los mismos están documentados en forma de actas y pueden leerse los nombres de todos los egresados desde la época del Instituto hasta el año 1972, cuando, con la implementación de los Programas de Educación Musical quedan abolidos los concursos públicos [13].
LAS SUCURSALES DEL INTERIOR DEL PAÍS
Con posterioridad, funcionaron 3 sucursales en el interior del país, todas ellas dedicadas a la enseñanza del piano. Estas fueron:
Villarrica, a cargo del profesor Mauricio Lefranc, y después, a cargo de María Esther González Sosa de Sant`Anna. Es interesante destacar que por esta época en Villarrica, los alumnos presentaban en los exámenes obras del compositor noruego Christian Sinding (1856-1941), haciéndose música contemporánea del repertorio universal en el interior del país [14].
Encarnación, a cargo de la profesora Josefina Vega Bado de Ghere
Pilar, a cargo de Sarah de Ashwell. Con ella estudiaba piano, teoría y solfeo la gran Sofía Mendoza, quien venía a dar exámenes en Asunción. En el instituto la escuchó Fernando Centurión, quien elogiando la calidad de su voz, la indujo al estudio del canto. Obtuvo una beca para estudiarlo en Buenos Aires y posteriormente en Italia [15].
DECLAMACIÓN
Se impartieron clases de declamación a cargo de Dora Pérez de Angulo y después de Adalita Ayala Cabeda, recibiéndose en 1931 Julia Legal Decoud y Carolina Herken.
IDIOMAS
En esta época, fueron profesores de inglés Henry P. Leach, Clement L. Norment y después Iván Salas Lewis y Josep. H. Williams.
Las clases de francés nuevamente estuvieron a cargo de Gastón Thibaut.
GIMNASIA Y ESGRIMA
La institución reabrió su amplia sala de esgrima y su palestra de gimnasia, a cargo del profesor Alfredo Da Ponte.
[1] Pérez Acosta, al referirse a esta época, dice: “Dedicado a su primer director artístico paraguayo Remberto Giménez”. Remberto no fue director artístico, sino Director de la Sección de Música, y efectivamente, su primer director paraguayo luego de los italianos Dentice y Pellegrini.
[2] Nótese el espíritu de no competencia del Instituto, espíritu todavía inalterable en el Ateneo hasta el día de hoy: no realizar aquello que otros eventualmente pudieran hacerlo mejor. Realizar aquello que a criterio del Ateneo sea la mejor o única propuesta para la sociedad. Esta Academia de todas formas, con la fusión, pasa al Ateneo y se convierte en el actual Departamento de Artes Visuales, actualmente dirigido por la Prof. Gloria Valle.
[3] Actual Escuela Nacional de Comercio No. 1
[4] Actual Teatro Municipal Ignacio A. Pane
[5] Este local es el mismo que fuera la Legación de los Estados Unidos de Norteamérica antes de la Guerra del 70.
[6] AAP. Esta acta, labrada en una sola hoja de cartulina, fue restaurada por personal competente en materia de restauración y conservación del Museo Nacional de Bellas Artes en el año 2005.
[7] Acerca de Alfred Kamprad véase el escrito de Jorge Báez Roa en “Palabra en el tiempo”, pág. 235-257
[8] Nótese la versatilidad de Susanita Elizeche, posteriormente esposa de Cipriano Codas, que además del piano tocaba el violín. Esta versatilidad musical fue la propuesta de los Programas de Educación Musical introducidos al Paraguay a través del Ateneo en 1972, y el valor mantenido hasta el día de hoy en el estudiantado de música de la institución.
[9] El llamado “creador de la guarania” egresó como Profesor Elemental de Violín en el Gimnasio Paraguayo en 1932. Cambia luego su nombre por el de “José Asunción”.
[10] Madre del pensador Juan Santiago Dávalos, vende en 1960 al Ateneo Paraguayo la casa de sus padres, para sede de la institución, de ahí el nombre de “Casa Vierci-Machaín”.
[11] Uno de los más prestigiosos profesores de la institución.
[12] En 1952 ganó un concurso literario convocado por el Ateneo, con la obra “Yvoty reka”, repitiendo el mismo éxito, en idéntica convocatoria de la institución, en 1961.
[13] AAP. Libro de Actas de Concurso del Instituto Paraguayo.
[14] Ibídem. Este libro de concursos para acceder a los títulos y diplomas merece especial atención, lo que revelará aspectos sorprendentes acerca de la música y su enseñanza en nuestro país.
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HACIA UNA HISTORIA DEL ATENEO PARAGUAYO. Por MANUEL MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ
INTERCONTINENTAL EDITORA
Diagramación: Gilberto Riveros Arce
Asunción - Paraguay. 2014 (226 páginas)
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