MANDU'A

Revista de la Construcción

 Año XXXIX

 N° 468

Abril 2022

Editorial

Unidad opositora para el esperado cambio

Una enfermedad crónica de la oposición política en nuestro país es que en casi todas las elecciones que hubo desde la caída de la dictadura concurre a los comicios dividida, fragmentada. Esa es una realidad que favorece al Partido Colorado y perjudica al país porque impide un cambio de gobierno. 

La causa principal por la que el Paraguay está sumido en la pobreza y el atraso es la incapacidad del grupo político que gobierna desde hace 70 años la República de articular acciones eficaces que la desarrollen generando una justicia social que permita una mayor equidad en el acceso a bienes de calidad esenciales e imprescindibles como salud, educación, seguridad, trabajo, esparcimiento y comunicación. 

A pesar del descontento y la disconformidad de una gran parte de la población que experimenta que sus necesidades no son atendidas como debiera ser por parte de quienes tendrían que haber gestionado el bienestar de la mayoría, ese partido corrupto y corruptor ha seguido triunfando en las elecciones generales y en las de autoridades departamentales y distritales. La única excepción en 33 años de postdictadura se dio entre el 2008 y el 2013. 

Los partidos y movimientos políticos, así como las organizaciones sociales, no han podido capitalizar en las urnas ese malestar, entre otras causas, porque no pudieron consensuar un proyecto y un liderazgo que posibiliten un nuevo tiempo. No han aprendido de la experiencia que derrotó al Partido Colorado y llevó al Palacio a dos gobiernos opositores con Fernando Lugo y Federico Franco a la cabeza. 

Con un país cada vez más pobre y empobrecido donde la corrupción y la inseguridad se enseñorean; con pésimos servicios de salud, educación, transporte y comunicación, con la narcopolítica que cada vez se agrava más, con instituciones públicas debilitadas por la falta de gestión eficiente y donde el partido oficialista tiene como rehén al Poder Judicial, se da un escenario propicio para que la oposición cambie el curso de la historia. 

Por otro lado, el Partido Colorado está enredado en una lucha interna cada vez más encarnizada en torno a la búsqueda o la mantención del poder, pero sabido es la capacidad que tiene de “olvidar” sus rencillas proselitistas a la hora de votar. Por lo tanto más que nunca se impone la articulación de la unidad en torno a un programa de gobierno consensuado y la elección de alguien que encabece el proyecto. 

No será fácil. Y no faltarán los que jueguen a dos puntas como ahora ocurre, por ejemplo, dentro del Partido Liberal Radical Auténtico donde uno de los movimientos tiene una inocultada inclinación hacia un sector del Partido Colorado. Por otro lado, la izquierda habla de un proyecto propio. Todo eso, sin embargo, debe superarse. El diálogo en pro de un bien superior es el camino. Ojalá para el 2023 la oposición llegue unida.

Fuente Digital: Mandua.com.py (Online)

Registro: Julio 2022