MANDU'A

Revista de la Construcción

Año 39

N° 460

Agosto 2021

Editorial

LAMBARÉ, ARQUETIPO DE CIUDAD ABANDONADA

Las municipalidades –salvo raras excepciones- no están al servicio de sus comunidades. Los intendentes y los concejales no han sabido responder con eficiencia y honestidad a las necesidades de los diversos municipios. La más clara muestra de ello es la paupérrima infraestructura que ofrecen a los ciudadanos.

El Área Metropolitana de Asunción es la más acabada evidencia del desinterés de las autoridades de cada municipio por resolver sus graves problemas. De aquí, a modo de ejemplo –mal ejemplo en realidad-, tomemos la Municipalidad de Lambaré en cuya jurisdicción se encuentra la Revista Mandu´a y es, por lo tanto, nuestra referencia cotidiana más inmediata.

En Lambaré la pobreza de la infraestructura pública a disposición de la gente es alarmante. Se manifiesta a través de diversos rasgos que iremos citando.

Sus calles y avenidas llenas de baches son una vergüenza. Destrozan vehículos, provocan accidentes y generan nervios en los conductores. Cuando llueve, por la falta de desagüe pluvial, los raudales convierten a esas arterias de circulación vehicular en canales impetuosos de agua buscando declives para escurrirse y en un peligro galopante para la vida humana.

Las señales de tránsito brillan por su ausencia. No hay pintura reflectiva en el asfalto. Ojos de gato, mucho menos. Los indicadores de desvíos, cruces u otras circunstancias son algo que, si existen, son de vida muy corta. Y cuando desaparecen, nadie se encarga de reponerlos.

Las plazas y parques descuidados, con tupidas malezas, son un síntoma más de la enfermedad crónica que padece Lambaré: el abandono de parte de quienes en teoría tienen la obligación de mantener esos lugares limpios en todo momento para que los disfruten los vecinos.

El arroyo Lambaré es otro botón de muestra del extenso catálogo del descuido y la desidia. Usado como vertedero por inconscientes e irresponsables que, ante la carencia de control y de sanción encuentran vía libre para arrojar todo tipo de desechos, contaminado, además, por efluentes cloacales y basura de toda índole, un drama para quienes viven o trabajan en sus inmediaciones. Por la erosión, los terrenos se desmoronan y son los pobladores los que se ocupan de proteger con muros sus propiedades. La Municipalidad jamás se ocupó de plantear y ejecutar un plan de protección al vecindario.

Gran parte de Lambaré carece de desagüe cloacal. Por eso, con su olor nauseabundo, la cloaca fluye al aire libre.

El cableado de servicios públicos y privados es una inentendible maraña aérea. Allí se mezclan cables de la ANDE, el servicio de telefonía pública y el de las empresas privadas, así como los de TV por cable e internet sin que las autoridades municipales intervengan.

Hay que hacer notar que, según el organigrama de la comuna de Lambaré, la misma cuenta con una Dirección de Desarrollo Urbano, una Dirección de Obras y Mantenimiento, una Dirección de Medio Ambiente (aseo urbano y gestión ambiental) y una Dirección de Tránsito y Seguridad Vial. Estas direcciones existen en los papeles y en las planillas de sueldos. En la realidad, no se ve el fruto de su trabajo.

Lo que sucede con la gestión del municipio de Lambaré ocurre también en los de Fernando de la Mora, San Lorenzo, Luque, Mariano Roque Alonso, Limpio y otras ciudades cercanas a Asunción. El denominador común es el abandono de los ciudadanos.

Que las próximas elecciones municipales sirvan para votar por un genuino cambio y no por quienes van a repetir la negra historia de generar solo malestar a los ciudadanos.

Fuente Digital:  Mandua.com.py (Online)

Registro:  Septiembre 2021

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