Durante siglos verán tu signo de áurea lumbre,
con la poesía de tu bahía, tu Paraguay,
llevaste el arte en estandarte hacia la cumbre,
entre la lluvia de luces rubias del kuarahy.
Eres hermosa, madre amorosa de capitales,
con tu esmeralda, la verde falda de Tacumbu.
Y comunera cuna primera de libertades,
que al nuevo mundo dio su fecundo py'aguasu.
Y tu morena diosa terrena que adorna y honra
calladamente de un continente el corazón,
venus del alba es para el alma mientras tu alondra
dice en su trino indolatino: salve Asunción.
Llena tu río como navío victoria regia
que en floreciente dulce corriente de norte a sur,
joya del cielo digna de un pueblo de estirpe recia
muestra a mis ojos un manto rojo, blanco y azul.
Bajo tu estrella la patria bella de los yerbales
llora el sendero de Ortíz Guerrero su oración
y la guarania, herencia etaria de tus zorzales,
entre tus rosas durmió gloriosa resurrección.
Tu la sublime fe que redime cantaste altiva
en gesta maya con paraguaya voz musical,
joya despierta de nuevo abierta tu flor nativa
te inmortalizas con las cenizas del Mariscal.
