AYUDITA, EL NUEVO NOMBRE DE LA COIMA

 POR MARIO RUBÉN ÁLVAREZ

alva@uhora.com.py

El director de Tránsito de la Municipalidad de Fernando de la Mora acaba de hacer un aporte trascendente al siempre inconcluso Manual de la Sinvergüencería Paraguaya en la Vía Pública, al decir que los  zorros  solo piden una ayudita, no una coima.

Así como es largo el nombre de ese Manual, donde la memoria de todo chofer registra las manifestaciones del ingenio popular para el ñemonda en rutas, avenidas, calles, tapepo'ís e incluso picadas, es también larga la "creatividad" autóctona para asaltar a los conductores.

Un clásico del género fue el teatro que todos los días se montaba hace algunos años en Itacurubí de la Cordillera. Las autoridades municipales de entonces extendieron a lo largo de todo el pueblo la doble franja amarilla que advierte peligro y prohíbe el adelantamiento. Fue el primer paso. En el segundo, contrataron un carrito estirado por caballos cuyo trabajo incesante era simple: recorrer ida y vuelta de punta a punta la ruta que pasa por la ciudad.

Lo que ocurría era que al circular ponía al conductor que venía detrás del carritero entre la espada y la pared, porque por la franja amarilla, no le podía sobrepasar. El infeliz al que le tocaba esos obstáculos mortales contaba con dos opciones. La primera: ser Job e ir con toda la paciencia del mundo detrás del vehículo de tracción a sangre y hacer un tramo de 3 kilómetros a velocidad de procesión. La segunda: decir una palabrota y adelantarse violando las franjas amarillas.

Al infringir la regla de tránsito, se perfeccionaba el mecanismo y operaban los campanas apostados a lo largo del tramo rutero destinado a operaciones recaudatorias para informar a los policías de tránsito municipales encargados de cobrar la multa en los dos extremos del casco urbano.

Otro caso famoso era el de Emboscada, en la ruta 3. Los zorros allí actuaban en consonancia con el nombre de la localidad: emboscaban a los conductores. Sus víctimas preferidas eran las mujeres, los campesinos y los extranjeros.

A esa malsana tradición de corrupción responde el jefe de Tránsito fernandino, Sinforiano Florentín, indicando que, nájeko, le pide nomás una colaboración'i a los amigos. Sonseraiterei nio péa, hubiera dicho el ex presidente Lucho González.

¿Y el destino del "ayudo" que le rinde culto a la amistad a qué vosa revisoro va a parar? Si uno es mal pensado dirá que lo recaudado en la "caja chica" es repartido entre los sinvergüenzos; si es bien pensado, felicitará a los que armaron al aire libre un esquema con fines benéficos, según Florentín. Él "explicó" que los amigos, los correligionarios cooperan "para que se puedan hacer acciones sociales como por ejemplo sepelio de gente humilde".

Ni siquiera se puede pensar que han puesto en práctica aquello de que la caridad comienza por casa. Reformulado el refrán, puede quedar como que la caridad comienza por los muertos. Después ya entran los vivos.

Transparencia Internacional nos ubica como vicecampeones en corrupción. Alguna ayudita más y vamos a ser campeones. Lo que seguramente Ramón Díaz no alcanzará en el fútbol paraguayo, Florentín y los suyos nos ayudarán a conseguir pronto.

Fuente:  ULTIMAHORA.COM (ONLINE)

Sección OPINIÓN

Viernes,  05 de diciembre de 2014

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