SEMBRANDO MÁS POBREZA

POR MARIO RUBÉN ÁLVAREZ

alva@uhora.com.py

La Secretaría Técnica de Planificación (STP) es espectacular para justificar lo injustificable. Veamos.

Dentro del programa Sembrando oportunidades, está implementado por las gobernaciones de Paraguarí y Misiones una modalidad piloto —léase, de prueba, para ver cómo resulta—, que consiste en simplificar los trámites para que los agricultores de verdad puedan vender productos de su chacra a las escuelas de su zona para el almuerzo y la merienda de los estudiantes.

En términos prácticos, estuvo pensado para que karai Aníbal, de la compañía Arasa Poty, siembre tomate, cebolla, repollo, mandioca, zapallo, piña, zanahoria..., le provea a la escuela del lugar y obtenga así ingresos —vía venta al Estado asegurada—, para costear los gastos de su familia y, de paso, colaborar para que el dinero tenga un efecto multiplicador en su comunidad.

Y para que don Cristino, ña Rosenda y don Fidelino, de otras compañías, también hagan lo mismo. O se asocien con otros del lugar para producir más y mejor.

Como viven cerca de las instituciones a las que van a proveer, no les va a resultar muy complicado hacer llegar a destino lo que producen. A pie, en bolsas, en carretilla, en moto y si por ahí sobreviven a la motorización rural, en una carreta, un kachape, oimeháicha rei. El costo de traslado será cero. O ínfimo, insignificante.

De acuerdo con el Decreto 1056, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) —que se supone está enterado de los precios— establece cuánto hay que pagar por cada uno de los rubros agrícolas. Sin embargo, las gobernaciones pagan precios muy inflados por lo que reciben.

Ejemplos: El MAG establece que el precio del kilo de calabaza es de G. 1.217; las gobernaciones pagan, sin embargo, G. 3.200; el repollo, para el MAG cuesta G. 1.500 el kilo, pero las gobernaciones pagan G. 5.400...

Si esta lista continuara, se vería que todos los productos sufrieron un engorde considerable al ser adquiridos. Tal vez usaron esas hormonas para acelerar el aumento de peso de las gallinas.

Para explicar la distancia que hay entre los precios, la STP dice que es porque los "costos de origen no son los mismos que los precios de destino". Con esto, lo que hace es admitir veladamente lo que con evidencias irrefutables nuestro diario publica: los que se benefician del plan piloto son comerciantes intermediarios y operadores políticos que compran del Mercado de Abasto lo que revenden a las gobernaciones. Es obvio que si para ña María el costo de traslado a destino es cero o casi nada, para esos que pagan fletes o combustibles resulta más caro. Más caro sí, pero no tanto como para que un kilo de naranja que en el Abasto se vende a G. 1.600, llegue superobeso a G. 14.000.

Por lo que se ve, este plan usa en vano el nombre de los campesinos pobres. Es una traición a los agricultores.

Lo que hay que concluir es que, por esta vía, lo que se siembra es más pobreza, no oportunidades.

Fuente:  ULTIMAHORA.COM (ONLINE)

Sección OPINIÓN

Vienres, 07 de noviembre de 2014

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