POEMAS DE LA ADOLESCENCIA
Obras de RAMIRO DOMÍNGUEZ
Texto de DELFINA ACOSTA
MUTISMO
La pluma alcanzo a la paciente hoja.
Al alma llamo, llamo al sentimiento
Y no consigo que mi mete escoja
Un verbo que hable de mi sufrimiento.
Morir, si digo, con decirlo miento;
Diciendo: quiero, mi alma se sonroja.
Y mientras pugno por decir qué siento,
El llanto viene y mi razón deshoja.
Qué tiene mi alma, que a la voz rehúye?
Qué el Amor tiene, que mi ser destruye
Como la nota que el silencio hiere?
Pues ya que el habla definir no quiere
Lo que del alma como lava fluye,
Diré que mi alma, sin querer, se muere.
POEMAS DE LA ADOLESCENCIA
Ha sido publicado hace poco tiempo el libro
Primeros poemas de Ramiro Domínguez.
La obra literaria lleva el sello editorial de Servilibro.
Es materia conocida que los poetas, al iniciarse en el arte escritural, adornan la poesía con embelesos fabricados por su febril imaginación. Acostumbran imitar a las grandes voces de la literatura universal como el chileno Pablo Neruda y el español Federico García Lorca, por citar dos ejemplos.-
Toman registro de las expresiones apasionadas y románticas de Gustavo Adolfo Bécquer e intentan trasladar la musicalidad de las rimas a sus composiciones sin tomar las precauciones del caso: conocimiento puntual del tema, de la rima y de la métrica.-
El entusiasmo supera a la técnica, la vehemencia arrastra al raciocinio y el fervor por dotar de alas gigantescas a los versos acaban jugando contra la creación. ¿Por qué? Pues porque el conjunto, la totalidad de la obra, el poema propiamente dicho, todo (en suma) se reduce a un esfuerzo del que solamente el poeta sabe, y que el lector desconoce (literalmente).-
Igualmente, siendo el poeta un ser extraño, avanza, perseverante, en la tarea de versificar. No lo detiene el ambiente que se muestra reacio a las intensidades de un alma sensible.-
DÉBIL TALLO
El vate, en su juventud, es un débil tallo de flor silvestre.
Si no tiene un guía, un maestro, es arrastrado por la desesperanza pues siente que sus revelaciones poéticas no trascienden, ni aportan significado al Arte.
Si es verdaderamente poeta, el joven escritor buscará un maestro, y escuchará con detenimiento sus consejos, y leerá atentamente los textos por él recomendados.
Tratará de identificarse con la esencia de la poesía pura, elemental, sencilla, libre de artificios y de términos erráticos.
Eso no ocurrió con Pablo Neruda, el poeta de Chile, de la tierra con olor a salitre, pues sus primeros pasos por la poesía dejaron dos libros, CREPUSCULARIO y VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA que reúnen las mejores expresiones amorosas de todos los tiempos.
En el caso de Ramiro Domínguez, quien recibió educación sobre el arte de escribir poesías de la mano de César Alonso de las Heras, se cita su obra primeriza llamada LA LEYENDA DE LA MOMIA. Un título extraño, sin lugar a dudas.
Bajo ese nombre, el joven poeta va juntado sus versos iniciales.-
La poesía de Ramiro Domínguez es la plenitud de la maestría.
En su libro PRIMEROS POEMAS, el amor, la ausencia, y el dolor subrayan una inspiración que por momentos llegan a encender los sentimientos.
La cadencia, la rima, pero por sobre todo, la celebración de la palabra puramente poética, están reunidos en el texto del ilustre vate paraguayo.
DELFINA ACOSTA
Acosta, D., (28/Set/2008)
POEMAS DE LA ADOLESCENCIA. Diario abc.
Recuperado el 10/Ene/2009
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