ALGO BUENO QUE CONTAR, CASAS VIEJAS

   Por DELFINA ACOSTA

Antes, en la época del ex Presidente Nicanor, viniendo yo hacia mi casa en ómnibus, solía mirar la avenida Carlos Antonio López. Y luego calles, las otras, las derivadas de la avenida. Ni una casa nueva. Ni un polvo de ladrillo.

No existía lo que se llama construcción. Solamente se veían las casonas de siempre, viejas, devoradas por la humedad, algunas con carteles que decían: "Alquilo".

Y ahora, porque evidentemente la economía del Paraguay está pasando por mejores momentos, observo a los albañiles echando abajo las viejas construcciones y levantando, dale que dale, otras, que prometen modernidad.

¡ Aleluya! En donde estaba la elocuencia de la miseria y del abandono empiezan a levantarse edificios que producen satisfacción, pues cotizan las casas de los alrededores.

Ah... me alegra el ánimo observar que las casas y los edificios nuevos tomen formas diferentes y de muy buen gusto.

Y lo que ayer era una casa devorada por los escombros y las malezas, y tenía tan mala presencia entre las otras, que presentaban una fachada presentable, emergen ahora, repito, edificaciones de amplias comodidades.

Cuántos albañiles, que se pasaban rumiando su pobreza, dentro de sus horas vacías, hoy tienen la oportunidad de trabajar en su especialidad y de llevar un buen dinero a sus hogares.

Cerca del lugar donde vivo (es un sitio relativamente modesto) han construido una casa que tiene un mirador, quizás observatorio, y faroles, y ventanales de vidrio ahumado.

La manzana o la cuadra ahora tiene más valor gracias a la residencia de marras.

Ay, de estas cosas yo quiero hablar. Del crecimiento de las construcciones que hacen más hermosas las avenidas y las calles y dan un aire animado, casi próspero a la ciudad.

Quien niegue que hay más dinero circulante en el país es un necio.

Y me alegra que las casas brillen con lujo propio y llamen la atención, y sean objeto de conversación de las señoras.

"¿Te fijaste? Esa era la vivienda de los Zacarías. Se me figuraba que en cualquier momento iba a venirse abajo", dice una mujer, adicta al paseo a otra.

Donde estaba un negocio con triste fachada, ahora se ha levantado un banco. Saludable transformación.

Para no ir lejos, cuento que lo que es hasta el momento un criadero de mosquitos y un depósito de chatarras y hierros viejos y retorcidos, va a ser vaciado dentro de poco tiempo. Allí se levantará un supermercado.

¡Aleluya!

Por lo menos este año desapareció gran parte de los escombros que afeaban la ciudad.

Una vida nueva sube por los ladrillos.

Las viejas tejas se fueron lejos.

Los yuyales tienen cada vez más poca cabida y eso que se empeñan en incomodar.

El barrio Sajonia se ha convertido en un sitio que marca un nuevo estilo.

Espero que sigan las demoliciones de las viejas casas y el levantamiento de nuevas estructuras sea la tendencia.

Que la avenida Carlos Antonio López sea un referencia de avenidas elegantes y prósperas.

Esta es la buena noticia irrefutable que deseaba compartir con mis lectores.

Fuente: ABC Color

Sección: OPINIÓN

www.abc.com.py

Lunes, 30 de Agosto de 2010

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)