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VÍCTOR M. OXLEY
  EL ESTADO LIBERAL CON GOBIERNO REPUBLICANO - Por Lic. VÍCTOR M. OXLEY YNSFRÁN


EL ESTADO LIBERAL CON GOBIERNO REPUBLICANO - Por Lic. VÍCTOR M. OXLEY YNSFRÁN

EL ESTADO LIBERAL CON GOBIERNO REPUBLICANO

Por Lic. VÍCTOR M. OXLEY YNSFRÁN


En el artículo del 16 de diciembre de 2012 del Suplemento Cultural, del diario ABC Color, titulado “No quedará un solo colorado pobre”, escrito por Fátima Villalba, se esgrimió una serie argumentativa que me gustaría examinar. La autora del artículo mencionado parte de los postulados explícitos de ser admiradora del “intelectual máximo de la cultura paraguaya y [...] pontífice combatiente más implacable contra la filosofía del liberalismo en el Paraguay”, Natalicio González. Este “monstruo sagrado“, quien —según la panegirista de turno— por ser “una de las catedrales del conocimiento más importantes de nuestro país” no debiera de recibir semejante trato “perverso“, acusando así de ello a la historiadora Beatriz Rodríguez Alcalá de González Oddone.

Vayamos al epicentro directo del sentido del artículo. La autora afirma con “aires de rotundidad” que el republicanismo colorado es superior al liberalismo del Partido Liberal paraguayo. Como procedimiento argumental, cita palabras del Dr. Eligio Ayala, uno de los hombres más importantes de la política que ha dado el Paraguay y uno de los máximos hombres del Partido Liberal paraguayo, en el supuesto interpretativo —suyo por supuesto— de que este “aceptó el golpe intelectual de J. Natalicio González”, admitiendo así públicamente la pureza doctrinaria del republicanismo colorado, rematando su argumento con la expresión: “Nunca se había dado un golpe tan contundente a la filosofía liberal vigente en ese momento, nada más y nada menos del exponente máximo del decadente sistema liberal como el señor Eligio Ayala. La teoría crítica de Natalicio González cobró desde entonces una vigencia superior”.

En el contexto semántico configurado por el vocabulario político podemos encontrar una variada y muy rica forma de nominar hechos que hacen a su objeto de estudio: el poder, es decir, cómo conquistarlo, ejercerlo, conservarlo o perderlo. Cada “constructo” o concepto político configura una serie de relaciones que le determinan su significado propio. Las ideologías sociopolíticas comprenden una visión del mundo social en un amasijo de creencias sobre la naturaleza de la sociedad, y también del hombre y su lugar en ella. Además, abarcan creencias sobre el orden y el control político de la comunidad. Los regímenes políticos son las formas de organización de las instituciones políticas que configuran un sistema político. Así, un sistema monárquico puede compartir ciertas instituciones en común con una República, por ejemplo, pero jamás serán iguales y convergentes totalmente. Así, por ejemplo, la República romana nace en oposición a la monarquía; esta se ordenó en torno al Senado y al Consulado, instituciones en las cuales solo la aristocracia accedía. Si bien las Repúblicas modernas pueden estar constituidas por cámaras de representantes, los métodos de legitimación del poder están fundados en paradigmas muy distintos a los de la República romana.

Al término de la Guerra contra la Triple Alianza, en el Paraguay se da inicio a un estadio de fundación de una segunda República, que con la jura de una nueva Constitución inaugura su era liberal.

En 1887 nacen los partidos políticos propiamente, primero el Centro Democrático —luego denominado Partido Liberal— y la Asociación Nacional Republicana, conocida como Partido Colorado; ambas nucleaciones políticas de ideología liberal. El Partido Colorado en el poder, dirigido por su supremo líder, el Gral. Bernardino Caballero, que puede decirse viene ya antes de 1887, pone en práctica las doctrinas liberales de la ideología liberal decimonónica, fundamentada principalmente en las bases teóricas de un Estado “no intervencionista” y, a la vez, la observancia a rajatablas de la doctrina del laissez faire en el campo económico, ya que muy bien referencian todos sus actos de gobierno en este ámbito de la administración pública, pues están ajustadas a las prescripciones económicas ortodoxas de la ideología. Los primeros distanciamientos ideológicos con la decimonónica doctrina del liberalismo clásico se dan con la militancia de los primeros “radicales” dentro del Partido Liberal —que muy bien pueden remontarse al año 1891 con la revolución del 18 de octubre—. Estos introducen ideas de cortes “reformistas” y “progresistas” en la era que va de 1904 en adelante. Con ello se busca marcar la diferencia notoria en las ideas y en la acción del Partido Liberal, que una vez desplazados los militantes del área cívica o conservadora en sus esferas concomitantes dentro de ella en la revolución del año 1908, buscan marcar pautas de gobierno bien distintas, en especial contraste a las del Partido Colorado y a las del ala cívica del propio partido, que bien identificados se encontraban por esta etapa de su evolución tanto en el campo de las ideas y de la acción con el liberalismo de cuño clásico.

Puestas las bases teóricas, líneas atrás expuestas, no puede jamás afirmarse que el republicanismo colorado es superior al liberalismo del Partido Liberal paraguayo, por la sencilla razón de que la comparación en el plano lógico es imposible, pues se confunden y mal relacionan dos constructos que son incomparables: por un lado, el de “República”, que en la teoría política es una forma de organización institucional del sistema político, con el constructo de “liberalismo”, que es una forma ideológica sociopolítica; ambos conceptos se refieren a cosas bien diferentes. Además, la autora cae en un anacronismo total, pues debemos recordar que el Partido Colorado original, fundado por Bernardino Caballero, es bien liberal y de la clase de liberalismo ortodoxo, siendo así que la segunda República estaba bajo el amparo de las ideas liberales de ambos partidos políticos, que compartieron en común el régimen republicano.

“El decadente sistema liberal del señor Eligio Ayala” —quiero señalar a la autora— es reformista y así han accionado los liberales radicales en función de gobierno, en el periodo comprendido entre los años 1912 y 1936. El credo del radicalismo liberal reformula inteligentemente los límites de la intervención del Estado en materia social. Esto se vio reflejado en actos como el tratamiento de la cuestión agraria y el grave problema de la tierra en el país, con un proyecto de ley conocido como Ley de Homestead. También se dictó una ley de reforma educativa nacional; en el campo de la salud pública, el Estado puso bajo su jurisdicción, en la ley promulgada de asistencia pública, un grupo de instituciones que funcionaban bajo la caridad ciudadana. En el orden económico, se creó la Oficina de Cambios en 1916 con el objeto de regular la continua degradación del peso papel frente al patrón oro argentino. El Congreso Nacional, durante el gobierno del liberal Liberato Rojas, estableció una ley que sanciona que el voto será secreto y por escrito, depositado en urnas a partir de un Registro Permanente de electores. El Dr. Eligio Ayala saneó las finanzas y, por primera vez en la historia, existía un superávit en las arcas fiscales; este ejemplar gobernante con su visión liberal radical única, previendo el conflicto armado internacional, tomó los recaudos necesarios para la preparación de la defensa de la soberanía nacional; en este sentido, modernizó y profesionalizó el ejército, que saldría victorioso del Chaco, y fomentó una calidad diplomática como nunca se tuvo que pelearía palmo a palmo los derechos territoriales del Paraguay en contra de las pretensiones de la agresora Bolivia. El decadente sistema liberal libró el mando de la guerra al Dr. Eusebio Ayala, quien con su altura de gran estadista franqueó la guerra y sus gastos al contado, convirtiéndose en el presidente victorioso de aquella contienda épica. Entre muchos ejemplos que se pueden citar, este es el partido liberal decadente contra el cual Natalicio González, el “pontífice combatiente más implacable contra la filosofía del liberalismo en el Paraguay”, luchó con todas sus fuerzas.

El Estado liberal con gobierno republicano, en concepto de Eligio Ayala, se “definía como gobierno de opinión y, por ende, de discusión […] Gobierno (que) se ejerce por métodos persuasivos, en el respeto de las garantías constitucionales y en la estricta observancia de los principios liberales”. Como se puede percibir, el Dr. Eligio Ayala jamás afirmó que el republicanismo colorado fuese superior al liberalismo, muy por el contrario, la forma de gobierno republicana llega a cotas superiores en calidad cuando los principios liberales se entronizan en su núcleo. Puede que la autora no haya tenido en cuenta estos contextos y haya omitido consecuentemente que el Partido Colorado contemporáneo no es el Partido Colorado de Bernardino Caballero, pues esta institución murió liberal en la nueva creación estatutaria y fundacional hecha por Natalicio González (en el término de “guajakisio” González, se refería Augusto Roa Bastos al otrora dirigente colorado). El Partido Colorado fue rehecho “nacionalista” al modo de los fascistas y, desde ello, adoptaron el ideal de la República, pero al tenor de Franco, Hitler o Mussolini.

Por último, para cerrar, tiene razón la autora al señalar: “Nunca se había dado un golpe tan contundente a la filosofía liberal vigente en ese momento, pues desde el año 1947 —parafraseando a la autora— la teoría crítica de Natalicio González cobró desde entonces una vigencia superior”. No podría desde luego ser de otro modo, si bajo las botas y las bayonetas de unas Fuerzas Armadas coloradizadas toda pluralidad que insuflara de vida a la República liberal fue callada, dando paso a la República colorada. Una República en que el pensamiento sea unidimensional, ÚNICO, en que el correligionario —el soldado agricultor— se identifique en un único acto con el Gobierno y siendo así con el Estado, y así desde ello “no quedará un solo colorado pobre“; los demás, los otros que no forman parte del UNO, jamás importaron y jamás importarán.


Editor: Alcibiades González Delvalle - alcibiades@abc.com.py

(victoroxley@gmail.com)


Publicado en fecha: Domingo, 6 de Enero de 2013

Fuente: Suplemento Cultural del diario ABC COLOR

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY



LECTURA RECOMENDADA A ARTÍCULO PUBLICADO, VINCULADO AL PRESENTE DOCUMENTO:


SEGÚN LA SEÑORA BEATRIZ RODRÍGUEZ ALCALÁ DE GONZÁLEZ ODDONE

“NO QUEDARÁ UN SOLO COLORADO POBRE”

Por FÁTIMA VILLALBA


El domingo 18 de noviembre pasado, leyendo el suplemento cultural del diario ABC, me encuentro con un artículo titulado “El legado del dictador”, escrito por la señora Beatriz Rodríguez Alcalá de González Oddone, miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, la que adjudica al señor J. Natalicio González la expresión “No quedará un solo colorado pobre”, primero sin señalar, la académica, la fuente de donde extrajo dicha cita, y segundo, dando a entender que la emitió en forma perversa.

Ello constituye una irregularidad imperdonable en una profesional de la historia que sabe muy bien que nada puede afirmarse, con la rotundidad que ella lo hace, sin comunicárselo a los lectores, muchos de ellos poco informados de la trayectoria de los escritores paraguayos. La que suscribe esta nota, sin embargo, se permite manifestarle a la académica que tal expresión nunca, nunca la dijo en ninguna ocasión el señor J. Natalicio González.

Es cierto que ya en otras ocasiones y por motivos politiqueros se ha adjudicado a Natalicio González dicha afirmación, especialmente por la envidia que tienen del intelectual máximo de la cultura paraguaya, y otro por ser el pontífice combatiente más implacable contra la filosofía del liberalismo en el Paraguay.

En mi carácter de joven republicana, estudiosa de la trayectoria de grandes intelectuales del Paraguay —como Cecilio Báez, Blas Garay, Eligio Ayala, Natalicio González, Eusebio Ayala e Ignacio A. Pane, entre otros—, me he dedicado a seguir los pasos de estos hombres de los cuales la cultura paraguaya debe sentir orgullo, y puedo afirmar que en una década de acuciosa investigación de la prensa en diarios, folletos y libros, debo señalarle, distinguida señora, que jamás he encontrado la frase que usted adjudica al señor Natalicio González. Entiendo que es nuestro deber nunca adjudicar frases no dichas a nuestros héroes culturales, aunque no respondan al color de nuestros ideales, y menos a una de las catedrales del conocimiento más importantes de nuestro país como lo fue el señor J. Natalicio González, que tuvo la fuerza de influir tan poderosamente en la política paraguaya que el mismo Partido Liberal al que combatía tuvo que, finalmente, abandonar la filosofía liberal y adoptar el republicanismo como sistema de gobierno.

En ese aspecto, el doctor Eligio Ayala aceptó el golpe intelectual de J. Natalicio González, que tuvo que admitir públicamente la pureza doctrinaria del republicanismo colorado, y lo consagra en el Congreso, el 1.° de abril de 1926 (Fuente: “El estado general de la nación durante los gobiernos liberales”, archivo del liberalismo 1987, página 592).

En esa ocasión, emite el Mensaje al Congreso consagrando un capítulo especial a la figura del sistema de gobierno republicano. Luego de hacer un extenso análisis del sistema liberal, expresó lo siguiente: “Este desequilibrio entre autoridad y libertad es lo que nos ha faltado para realizar plenamente el gobierno republicano; en nuestro país cuando se acusa al gobierno de despotismo es cuando amenaza desatarse el desorden. Hemos adoptado la forma de gobierno republicano, pero no hemos sabido durante mucho tiempo animarla con una voluntad adiestrada, experta, alimentada con sanas costumbres éticas. Limpia del error y el fanatismo. La intolerancia y el rencor han usurpado el puesto de la razón y la experiencia. El régimen republicano infunde en el pueblo la confianza en sí mismo. Y esta fácilmente degenera en el menosprecio de las actitudes, en la creencia de que cualquier rabadán es apto para todo, de aquí surge el individualismo de los sóviets aislados en la desorganización y entonces el organismo positivo sedimenta en la dictadura o se disuelven en la anarquía, bajo de la indiferencia a la denigración de todos, o de la sedición al quietismo de una semiesclavitud”.

Nunca se había dado un golpe tan contundente a la filosofía liberal vigente en ese momento, nada más y nada menos del exponente máximo del decadente sistema liberal como el señor Eligio Ayala. La teoría crítica de Natalicio González cobró desde entonces una vigencia superior. El liberalismo, como dijo Blas Garay, era un sistema para países ricos; y lo reafirmó Fulgencio R. Moreno cuando lo declaró al liberalismo como una pieza de museo.

Pero las cosas no terminarían ahí. Bajo la presidencia del doctor Gustavo González, en el año 1965, se organiza una convención liberal que consagra como válido el sistema republicano como el más apto para gobernar el Paraguay; esa disposición aún está vigente.

Le transcribo la disposición de la convención citada:

5- “LA REPÚBLICA

“El liberalismo sostiene la forma republicana de gobierno. Contra ella atenta la reelección indefinida para los cargos ejecutivos y la prolongación de los periodos de gobierno”.

La misma Convención Liberal de 1965 dispuso lo siguiente:

11- “NACIONALISMO Y LIBERALISMO

“El liberalismo paraguayo es genuinamente nacionalista. Considera que el hombre alcanza su plenitud dentro de la nación mediante el cultivo de la tradición y de los valores del patriotismo, sin desconocer la universalidad de la cultura. Su nacionalismo tiene base telúrica y arraiga en la profunda admiración de la historia y del hombre paraguayo, sin cuyo respeto y evaluación no concibe el verdadero sentimiento nacionalista”. (“Proyecto de Ideario Programa”. Partido Liberal, Policarpo Artaza, 1975, páginas 18, 21).

Estos enunciados transcritos de la Convención Liberal son pensamientos colorados, lo que nos revela que la filosofía liberal no es, ni será nunca, apta como sistema de gobierno de la República del Paraguay; por esa razón, la filosofía liberal a través de sus hombres tuvo que adoptar principios elementales del coloradismo para adecuarse al pueblo paraguayo, y que él lo acepte.

Me permito referirme a la personalidad del señor J. Natalicio González revelada por sus escritos.

En el Proceso y formación de la cultura paraguaya, expone la teoría no objetada del proceso y condiciones de cómo se produjo el mestizaje entre la mujer guaraní y el conquistador español. Un libro de más de 400 páginas que debiera servir de estudio en los colegios en el Paraguay; en este momento de crisis de identidad nacional es necesaria una intensa lectura para revalorizar la nación paraguaya y tener una clara lectura del rol de nuestro país, que es mediterráneo y se encuentra a merced del acoso de los países vecinos. Otra obra que debiera ser releída por los motivos arriba expresados es la Geografía del Paraguay, obra de más de 800 páginas, que en cualquiera de sus capítulos constituye la realidad auténtica del Paraguay del hoy y del futuro.

Quisiera señalar, por último, otra de sus obras escritas y publicadas en el exilio en México, El estado servidor del hombre libre, obra cumbre que sintetiza, como las demás, los reflejos de la cultura paraguaya. Y todo esto es indispensable expresar en estos momentos de electoralismos en los que, precisamente, va a ser necesario repensar el Paraguay del futuro, lo que implica una relectura de todos los grandes hombres de la intelectualidad paraguaya, que han ubicado primero la patria y después el partido.

Finalmente, afirmo que una frase fuera de contexto, y con la intención que intenta ubicar la académica que se le adjudica al señor J. Natalicio González, jamás pudo haber sido pronunciada por un hombre que vivía en la más alta intelectualidad de la cultura latinoamericana y universal. Y, como decía el señor Epifanio Méndez Fleitas, “el coloradismo no será destruido”.

En espera de su respuesta, muy cordialmente.


Publicado en fecha: Domingo, 16 de Diciembre de 2012


Fuente: Suplemento Cultural del diario ABC COLOR

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY



ENLACE INTERNO A DOCUMENTO DE LECTURA RECOMENDADA


(Hacer click sobre la imagen)


EL LEGADO DEL DICTADOR

Por BEATRIZ RODRÍGUEZ ALCALÁ DE GONZÁLEZ ODDONE


Fuente: SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO ABC COLOR

Edición impresa del Domingo, 18 de Noviembre del 2012

Fuente digital: www.abc.com.py






Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
DISCURSOS
DISCURSOS DE PRESIDENTES DE LA REPÚBLICA DEL



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