El artista Roberto Vera, expone una veintena de pinturas recientes que conforman en el montaje de un centro de compras, una propuesta de arte instalación dialogante con el espacio. Tomando como simbolismo formal del tema de la estrella, el creador desarrolla la obsesiva pulsión de ligar al signo de cinco puntas entre diversas técnicas expresivas aunque siempre deudoras del arte pop. La obra alberga también a elementos de la cultura popular contenidas dentro o fuera de las figuraciones de las susodichas estrellas, como la reina o el rey de barajas, la bandera paraguaya y otras referencias al consumo de masas; que dicho sea de paso se integran perfectamente a la lógica del mercado del shopping. El artista establece desde un tema aparentemente simple y estereotipado una intensa empatía con el espectador, enfatizada también por el uso expresivo del color y la formalidad potente y repetida del referente.
El universo, el cosmos y otras asociaciones supra-terrenales, así como asociaciones metafísicas se revelarían de la reiteración del tema. Y desde otra línea de interpretación, la estrella de cinco puntas nos remitiría al signo puro, que representa la percepción popularizada del éxito, de la felicidad o de su ilusión; o bien del carácter oficial –enunciado desde estamentos militares o patrióticos- que colocan a la estrella como un hito simbólico de gran poder y prestigio, seguramente derivado de esta condición anterior.
Desde el terreno de la pintura, y alternando estilos que se permiten recorrer las vanguardias expresivas del siglo XX, Roberto Vera erige en diversos formatos a estrellas sutiles facturadas de maneras minimalistas, o bien gestualmente expresionistas, otras con tratamientos muy gráficos (psicodélicos, reticulados de impresión offset), hasta otras con densas texturas que lo vinculan con el gesto del “dripping” del action paingtin.
Un mural fracturado en dos partes y de gran formato completan la serie y está pintado en tonos nocturnos y espectrales, cual macrocosmos que relativiza la relación del espectador con el despliegue estelar restante de esta serie.
Si bien es imposible contar las estrellas del firmamento astral, el artista persevera en su obsesión por poseerlas, y en el intento, instala un sentido alegórico que brilla con la luz propia. Tal parece que este creador ha nacido con estrella – FERNANDO MOURE – Asunción-Paraguay 2003