RANCHO
Boceto (Lápiz sobre papel)
Obra de LUIS TORANZOS
Colección privada
PASAJE DE TERCERA (Boceto)
VISIONES CREPUSCULARES
Ocupándose en algunas obras de documentar el cotidiano de las clases rurales y urbanas, el artista intentó desarrollar en sus personajes aspectos interiores de la condición humana, en su atávico destino ligado al trabajo. Las figuras de obreros, madres y agricultores ocupan desmesuradamente lugares centrales en la composición, aún sobre la perspectiva del paisaje natural o artificial-urbano.
En una época tan desfasada como la que vivía él Paraguay en lo referente a la cultura moderna, Luis Toranzos se alineó y continuó los postulados del realismo, con pocas concesiones hacia otros estilos, excepción en el caso del geometrismo y el cubismo orgánico que desarrolló brevemente en la década del '50. Como el mismo artista confesara en una entrevista (2), el presidente del Centro de Artistas Plásticos del Paraguay, Jaime Bestard, en ocasión de la III Bienal de Arte de São Paulo de 1955 le pidió cambiar su estilo a fin de ser seleccionado en la terna paraguaya que incluía también a los "disidentes modernos" Oiga Blinder y Edith Jiménez. Toranzos ensayó entonces composiciones cubistas que multiplicaban las formas de figuraciones y abstracciones, cercanas también a un futurismo que pretendía capturar la repetición del movimiento; experiencia que abandonó al poco tiempo para retomar su inconfundible visión de la realidad.
Hacia 1958, el artista realiza una de sus mejores obras, que enseña a un obrero en primer no horadando el pavimento para instalar tuberías subterráneas, y como fondo una recova galerías de la calle Independencia Nacional. El cambio de la ciudad, su transformación acelerada, y el persistente aferramiento por un tiempo pasado y por sus símbolos mantenían sus inquietudes representativas; pero sobre todo este contexto, la humanidad indolente del anónimo obrero se erige central e inapelable.
Los '60 y los '70 serán dos décadas de automarginamiento de la pintura, y recién en 1980 se organiza su primera muestra individual de pinturas. La acuarela surge como una rápida alternativa al lento proceso de secado del óleo, plasmando en ella principalmente paisajes. Su salud física va deteriorándose, restringiendo cada vez más su producción, aunque comienza a ser celebrado y recordado por el público y el circuito del arte asunceno.
Como la ley de periodicidad de los griegos o la doctrina del karma oriental, que produce la reaparición o efecto en plazos calculables de toda idea o causa pasada; así pareciera terminar la vida intensa de don Luis Toranzos, a orillas del mismo río que lo vio nacer y morir, entre Concepción y la Asunción. Sus pinturas, que como buenas hijas se han establecido en plácidos hogares, hoy nos hablan de lugares encantados y de sus gentes, y de un pasado al que podemos volver, aunque sea, a través de esta pintura del recuerdo.
FERNANDO MOURE
(1) Josefina Plá, Catálogo de exposición: Abramo, Jiménez y Toranzos, galería ArteSanos, 1982.
(2) Entrevista a Luis y Félix Toranzos, Diario Noticias, marzo de 1985, por Adriana Almada
(Fuente: Catálogo "LUIS TORANZOS - LA PINTURA DEL RECUERDO (1911-1992)", Centro Cultural CITIBANK, Agosto 2002, Asunción-Paraguay. Gentileza del arquitecto Félix Toranzos).
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