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ANÍBAL FADLALA

  CON EL MAESTRO JOSÉ ASUNCIÓN FLORES - Por ELÍAS FADLALA - Documento facilitado por ANÍBAL FADLALA


CON EL MAESTRO JOSÉ ASUNCIÓN FLORES - Por ELÍAS FADLALA - Documento facilitado por ANÍBAL FADLALA

CON EL MAESTRO JOSÉ ASUNCIÓN FLORES

RELATOS Y EPISODIOS

Por ELÍAS FADLALA *

Documento facilitado por ANÍBAL FADLALA

                           

    C  O  P  E  T  E

 

En esta nota se desgranan perfiles históricos desconocidos en la faceta músico-vivencial del Maestro José Asunción Flores. En uno de los tantos encuentros de paraguayos en Buenos Aires, citamos uno de ellos ocurrido en 1954, antes de la crisis político militar de Diciembre de dicho año en que definitivamente el tirano Alfredo Stroessner  “limpió” el camino para perpetuarse en el poder. Se recogen estos testimonios inéditos relatados por Don Elías Fadlala, quien estuvo con el maestro en la capital porteña en dos oportunidades. He aquí esa historia.

 

INVITACIÓN.

 

Allá por el año 1955 vivía yo transitoriamente en Buenos Aires. En ese entonces recibo una invitación del Señor Oscar Clérici, paraguayo residente en la calle Pavón 3330, para participar con otros compatriotas de un encuentro de confraternidad. El motivo: escuchar al maestro José Asunción Flores en sus relatos sobre el viaje que recientemente realizara a la Unión Soviética.

 

Con el deseo de conocerlo y escuchar al creador de la “Guarania”, concurrí a la reunión con gran expectativa. En el transcurso de la noche, entre charlas, picadas y vino, el maestro epicentro de la fiesta, pasa a narrar los episodios y las experiencias vividas en su periplo por Moscú. Con gran silencio, admiración y respeto, unos treinta paraguayos lo escuchamos atentamente. Su exposición desgrano a continuación.

 

VIVENCIA.

 

“Habiendo participado de un Congreso Mundial Comunista en Polonia, en calidad de representante del Paraguay, recibo una invitación del gobierno ‘ruso’ para visitar aquel país”.

 

“Estaba por embarcarme por vía aérea, cuando se precipita una intensa nevada que duró tres días. Esta emergencia obligó a los representantes a hacerme viajar por tren…y así se hizo”

 

“A Moscú llego por la noche y al descender del tren, miro a mi alrededor auscultando por si alguien me aguardaba, mas todo fue en vano; cuando de repente observo extasiado una estrella roja gigante que iluminaba el frontispicio del majestuoso Kremlin”.

 

Y con el proverbial humor, en su sello vernáculo y característico dejó escapar su reflexión asuncena:  “Ndapehechaséi peë peteï paraguayope valija ipópe oñenbo’yva ha’eño Moscupe oikuaa’yre mbae’pa oyapota”. (¿No les gustaría ver a un paraguayo, valija en mano, parado y solitario en Moscú, sin saber qué hacer?).

 

“Como nadie fue a esperarme, decido tomar un taxi y exclamo al chofer ¡Hotel!. Este me acerca al primero que encuentra y advierto que el taxista explica al conserje que su pasajero un delegado de algún país, conclusión a la que habrá llegado al observar la solapa de mi saco, donde estaba prendido el pin de la paloma, el emblema que distingue a los representantes.”

 

“Desde el hotel hace un llamado telefónico y a los 20’ se presentan tres personas de habla castellana. A éstos les explico el motivo de mi presencia por lo que deciden llevarme a otro hotel, pero, de primer nivel. Llegado al mismo, me indicaron el aposento y me invitaron a tomar una ducha tranquilamente ya que estarían aguardándome para ir a cenar y para recorrer la ciudad”.

 

“Así se hizo y al concluir el ‘tour’, regresé al hotel. Recién allí, en el descanso, pude percatarme de la suntuosidad del hotel, equipamiento fastuoso con vajillas de fina porcelana, cubiertos de plata brillante y mantelería de hilo bordado”.  

 

“Al día siguiente me llevaron a conocer el Conservatorio de Música, cuya sede abarca toda una manzana. El recorrido comenzó por la parte posterior, observando en detalle cada una de sus múltiples dependencias. Cuando llego al escenario, el director del conservatorio, quien me acompañaba, me invita a acercarme a un atril. Así lo hago y diviso sobre el mismo la partitura de Gallito Cantor abierta de par en par. En ese instante me sugiere  tomar la batuta, yo estaba confundido y desconcertado ante tanto cumplido, cuando inesperadamente me dan la sorpresa: se descorre el telón y aparecen frente a mí 100 profesores atronando  con sus sones la interpretación majestuosa de mi obra”.

 

“Ensimismado, debo subrayar que el impacto emocional fue mayúsculo, intenso, que perdurará en mi mente y en mis sentimientos hasta el último día de mi vida”.

 

“Esta composición sirvió de apertura y cierre de los programas radiofónicos de habla castellana, que desde Moscú se difundía para toda Latinoamérica”.

 

“Al día siguiente manifesté mis deseos de conocer a la heroica ciudad de Stalingrado (hoy San Petersburgo). Deseaba observar los lugares donde se desarrollaron las más feroces combates contra la Alemania nazi de Adolf Hitler en la última guerra mundial. De inmediato, un avión estaba a disposición con guías al servicio. Después de volar casi 3000 kilómetros, llegamos al histórico escenario. Me encontraba en el ‘teatro de operaciones’ escuchando atentamente a mis guías. Tomé nota de esos relatos sobre aquellos hechos históricos”.

 

“De regreso a Moscú y tras recopilar aquellos episodios bélicos narrados por mis interlocutores,  difundo y propalo en la audición castellana para América Latina (radioemisora oficial) todo lo referido a aquel baluarte de la resistencia del ejército y pueblo ruso”.

 

ENCUENTRO

 

No habían transcurrido dos semanas de aquella cena en casa del Sr. Oscar Clérici, cuando casualmente me encuentro con el Mº José Asunción Flores que venía en sentido contrario al mío por la calle Maipú al 500. Lo saludo con admiración y lo invito a tomar un café en Mi Refugio frente al cual estábamos conversando. Este Bar-Restaurant es un lugar muy concurrido por los paraguayos, donde los artistas guaraníes incursionaron con sus virtudes dando a conocer un sin fin de melodías paraguayas por décadas enteras.

 

Aceptada mi invitación nos instalamos en torno a una mesa de café. Allí me explica las razones de su negativa a aceptar la condecoración con que el gobierno paraguayo quiso distinguirlo. Con énfasis paso a explicarme: “Cómo voy a aceptar una condecoración de manos asesinas que encarcelaron, torturaron y mataron a tantos dignos compatriotas. Esas manos jamás se posarán sobre mi pecho. Si yo aceptara, sería traicionar a aquellos mártires que dieron sus vidas en defensa de lo más elemental para el ser humano: su libertad”.

 

Entre tantos episodios comentados, rescato uno en el que recuerda el propósito de Epifanio Méndez Fleitas, a la sazón , presidente del Banco Central del Paraguay, por repatriar a esa pléyade de artistas paraguayos ‘residentes’, haciendo teatro como Ernesto Báez, Emigdia Reisofer, Jacinto Herrera, Nelly Prono, y tantos otros.

 

El “líder político” solicita a Don Mauricio Cardozo Ocampo que organice una reunión en su casa. José Asunción Flores se entera accidentalmente y disimuladamente hace una visita a Mauricio; éste le indica que lo estaba ‘buscando’ y por consiguiente lo invita a pasar por que en un momento más habría allí una reunión importante y que se ’requería’ de su presencia. José Asunción Flores, astuto, accedió a la ‘invitación’, pero sin dar crédito a que lo estuvieran buscando.

 

En minutos llegan los artistas invitados y el Sr. Epifanio Méndez Fleitas. Este desde la cabecera, arenga a los artistas para que se reintegren al país, ya que el ‘nuevo gobierno’ garantizaba plena libertad para el desarrollo de sus actividades artísticas. Aquí cabe acotar que el ‘nuevo gobierno’ accedió al poder mediante un cruento golpe militar contra el constituido por Don Federico Chavez, el día 4 de Mayo de 1954.

 

Había mucho entusiasmo entre los presentes por la oferta propuesta, porque al ofrecimiento artístico iba atada una subvención económica a cargo del gobierno. En el acto, don Mauricio pregunta a Flores su parecer quien opinó la siguiente frase: “¡Para qué me preguntó!. Yo les dije que la idea era interesante, máxime si había un apoyo económico, pero que,  para que un artista pueda desarrollar su creatividad, debe prevalecer un ambiente de total y plena libertad, inexistente en nuestro país de hoy. Este concepto mío, motivó a Epifanio a levantarse abruptamente, retirándose de la reunión con la excusa de estar limitado por un compromiso al cual debía asistir urgentemente. Desbaraté el supuesto plan de repatriación, con lo cual me di por satisfecho”.

 

 

ENLACE INTERNO RELACIONADO AL ESPACIO DE

JOSÉ ASUNCIÓN FLORES en la GALERÍA DE LETRAS

 

(Hacer click sobre la imagen)

 






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