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LEONARDO GONZÁLEZ
  MOCHILA COSMOPOLITA, 2011 - Obras de LEONARDO GONZÁLEZ


MOCHILA COSMOPOLITA, 2011 - Obras de LEONARDO GONZÁLEZ

MOCHILA COSMOPOLITA, 2011

Obras de LEONARDO GONZÁLEZ

 

 

MI PUNTITO AZUL

 

“África”

Del vasto y voluptuoso lugar

Que designa esta hermosa palabra

Surgió el milagro

La impronta ascensión

Biológica

A los peldaños de la consciencia

¡África negra!

Hermosa, indomable

Vastedad sin límites de sabana

Fruición de ecosistemas

Desplegando maravillosas sinfonías

En la partitura ribonucleica

Fauna esplendorosa

Esmaltada con el rugir del sol

Flora vertiginosa

Espiralando energía y materia

En trayectorias enigmáticas

De natural fineza

Y sutil orfebrería

¡Danza de sublime belleza!

Estructuras de metafísico ardor

¡África amada!

Zigurat sagrado

Templo dorado

Testigo augusto

De la trascendental subida

De la trasformación decisiva

De la alquimia irreversible

Cuando la luz centelleó

Con propio brillo

De la lámpara de carbono

¡África mía!

¡Tutora y maestra!

Paciente madre

¡Que a la humanidad has engendrado!

Mente y materia separadas

Por el mamo de tus pechos

Primeros pasitos

Del amanecer de  la conciencia

Que gentilmente has presenciado

Hospital de balsámica negrura

¡Negrura celestial!

¡Negrura divina, paradisiaca!

Negrura eternal, espléndida, deliciosa

¡Negrura perfecta!

¡Negrura esmaltada en helicoidal minarete

de herencia duradera!

¡Mi África, mi cuna!

Partera solidarizada

Con el primer

Grito

Con el primer llanto

Que alguna vez

Gemí

 

 

Tigris y Éufrates

Son dos lenguas flamígeras

Fluyentes, atrapantes, precisas

Dos columnas que sostuvieron

Ladrillos de tiempo y leyenda

Dos piernas que anduvieron

Ese trecho inimaginablemente real

Y onírico

Que se llama historia

Tigris y Éufrates

Dos titanes

Que existieron antes que los dioses

Y que los engendraron

Dos doncellas

De eternal fulgor

Y de belleza

Que continúa viva

En el fragor de las mentes de los hombres

Y en sus cuerpos

Moviéndose como muñequitos

De aquí a allá

Cruzando las puertas de Ishtar

De la ilusión

Por enésima vez

Tigris y Éufrates

Tierra de mi infancia

Cuando apenas sabía escribir

Y arar, y hacer murallas

Cuando recién moldeé la tierra

Para tatuarla de caminos

Tigris y Éufrates

Borrosos recuerdos

De escaramuzas

De las veces en que alcé la espada

Y derramé sangre

Que alabé a reyes, que construí imperios

En las arenas del tiempo

Arenas que se emulsionarían

Con mi memoria colectiva

Y también

Con el olvido

 

 

Un pueblo, por sí solo

Decidió disciplinarse

Sin importar su ya arcana

Demografía abultada

Quisieron obedecerme

¡China majestuosa!

Sabio y milenario dragón

Que te ceñiste la mente

Y empuñaste la pluma

Grabando orden y organización magistrales

Sintiéndome en cada montaña y río

En las nubes y la luna

En mi dual aspecto de ying y yang

Que danza embriagadoramente

¡China majestuosa!

Civilización irrompible

Ante los embates del tiempo

Ante sus inmisericordes olas

Que arrasa los pueblos

Y diluye a sus reyecitos

Ya te había visto desde el espacio

Cuando construiste tu imponente muralla

¡China majestuosa!

Tú te yergues cual gigante renovado

Cual emperador insólito

De añejas barbas y tecnología de punta

Como polvoroso libro

Siendo escrutado por los fotones

De un escáner

¡China majestuosa!

Comparte la receta

El misterioso brebaje

Que hace inmortales a los pueblos

Que vuelve indestructible al hombre

Que da salud a la carne

Y lucidez al alma

Que tus millones de hijas e hijos

Se unan a mis millones

Y que todos seamos

Uno



 ¡Divina India!

¿Cuándo te había susurrado

el antiguo canto

de la creación del cosmos?

¿Cómo fue que te revelé el secreto

poder de mis dioses?

Un único espíritu animando todo

Persiste en nuestros alientos

Una saga de maravillosa valía

Entrelazando santos y dementes

Alrededor de nuestra incógnita

Apoteosis

Realizada en Vishvanath

Con sinfonía de flores

Bajo mis pies

De loto

¡Divina India!

De riqueza espiritual inagotable

De héroes con moral incorruptible

De santos con alma impoluta

Que se alimentan

De mi verdad imperecedera

¡Divina India!

Pueblo elegido por mí

Que me alaba de maneras

Incontables

Un millón de dioses alojan sus panteones

Y reciben sólidas alabanzas

Haciéndolas llegar

Hasta mí

¡Divina India!

Tu luz ilumina el mundo

Tu luz ilumina mi rostro

La luz de nuestros corazones

Ininterrumpida por los siglos

Nunca ya

Ha de apagarse jamás

 

 

Las pirámides de Giza susurran un poema

Que los vientos escribirán

En la memoria de la eternidad

¡Arenas de Egipto!

Cada una de ellas pisadas

Por el brutal avance del tiempo

Cortadas por el filo de su inclemencia

Estrujadas por la severidad

De su rigor

Y por su precisión

Implacable

¡Arenas de Egipto!

Riendo ante los insignificantes

Afanes

De faraones y emperadores

Engullidos por el pertinaz

Destino

¡Arenas de Egipto!

Monarquía que sostiene el Nilo

Que alimenta a su milenario pueblo

Con cíclicas voliciones

De eternidad

¡Arenas de Egipto!

Descansen en mi pecho

Súbanse a los cielos de mi grandeza

Y dilúyanse en el perpetuo oro

De mi majestad

 

 

¡Grecia magna, mi Grecia!

Salpicando el mediterráneo

Con mi filosofía, mis armas y mi lengua

Con mi arte, mi democracia y mis leyendas

Que hasta hoy perduran

Yo dirigía el coro de todas las voces

Voces de las tragedias, de las comedias

De las ágoras y de los vientos

Voces que a veces me rezaban

Con sinceridad pía

O que se perdían en ritualismo fútil

Voces que hilaban odiseas, sueños

Cosmogonías

Y que hilvanaron los cielos

Voces que dieron formas a las estrellas

Y nombre a los planetas

Voces apuntando al origen

¡A mí origen!

Que los dioses no pudieron acallar

Puesto que ellos mismos también surgieron

De allí

¡Grecia magna, mi Grecia!

Elementos primigenios y primordiales

Conformaban al mundo

Agua, fuego, aire

Razón y ética

Y mi infinito espíritu y misterio

Todo debía ser analizado

Para encontrar su porqué

Dejando huellas de coloso

En las playas de Rodas

Y de la Vía Láctea

¡Grecia magna, mi Grecia!

Hombres libres luchando entre sí

Y los que perdían eran esclavizados

O exterminados

Inevitable desenlace de la guerra

Mas todos ennoblecidos

E inmortalizados

Por los artistas

Verdaderos soldados

Cuya obra es apreciada por todos

¡Grecia magna, mi Grecia!

Cicuta, ostracismo

A veces la democracia sucumbe

Ante la astucia de los pocos

Y la flojedad de los muchos

Imperios y ciudades que no querían reconocerse

Como nación

Aun compartiendo mi misma lengua

Que no querían reconocerme a mí

¡El logos y pathos que los engendró!

¡Grecia magna, mi Grecia!

Laberintos de leyendas

Insuflando la imaginación

En los cuales se perdían

Estos hombres adoradores del cerebro

Pero obedientes al corazón

Que aspiraban a entenderme a mí

Mientras yo los movía como marionetas

En cruento holocausto

Destinado a filiarlos

Con mi inmortalidad

 

 

¡Roma eterna, imperial urbe!

Nacida de la loba

Bautizada en fraticidio

Infancia regia

Adolescencia republicana

Madurez imperial

Sepultura bárbara

Resurrección renacentista

¡Roma eterna, imperial urbe!

En coliseos y acueductos fluyeron

Emociones y torrentes

Héroes y sanidad

Sangre y agua fresca

Barbarie y civilización

Arquitectura de pragmática hermosura

Plasmada en sus coherentes

Calles y leyes

De lógica simetría

Entretenimiento de inhumano regocijo

Y mórbidas recompensas

¡Roma eterna, imperial urbe!

Sus luces y sombras sopesadas

Como una tarde reclinada

Sobre la columna de Trajano

Refractando un mosaico

De virtudes y defectos

La sombra de los romanos

Se extiende en el tiempo

Llegando a los confines del futuro

Con un anhelo:

El de ofrecer un idioma universal

A todos

Los hombres

Y el de que todos obedezcan

Mis leyes

 

 

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Es transitar por adelantado

El abultado sendero

De las multitudes

Prepararse para sus lágrimas

Y esconderse de antemano

De sus rabietas

La historia es la paciente madre

Que atiende y escucha a sus chillones hijos

Las naciones

Con interminable paciencia

Y un poco de resignación

Esperanzada de que algún día crezcan

Y dejen de pelearse

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Y hastiarse de la cíclica procesión

De épocas

Aglutinadas en desfile misterioso

Que hace a cada nueva generación fresca

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Es estar más allá del tiempo

Observando a los pueblos perderse

En laberintos

Como ratas de laboratorio

Aumentando la velocidad

De su confusión

Y añadiendo placeres

Absolutamente insustanciales

Y efímeros

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Es ser el pasado

Una gigantesca constatación

De verdades que los necios

Siempre olvidan

Y los sabios

Nunca se cansan de acariciar

Y cortejar

Es gozar

De un sinfín de aventuras

Ya plasmadas en el mármol

De la colectiva memoria

Que nada perdona

Ni aprende

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Es fusionarse con el presente

Con todas las concatenaciones

De esa infinita red

De acontecimientos

Con la sustancia misma

De la causalidad

Sin identidad

Emulsionando pueblos

E individuos

Ejércitos y partidos políticos

En un leviatán

Que se devora a sí mismo

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Que nunca vendrá

Pisoteado por las baratas promesas

Acribillado en sueños

Atrasado y roncando

Mientras la utopía se disolvía

En oníricas telas

¡Conocer la historia es ser el mañana!

La esperanza siempre renovada

La primavera que puja, dorada

Tras el tártaro invernal

Tras el quemante viento

Que con brutal inocencia

Lo había destruido todo

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Ser un creador

Del porvenir

Entender las comunes tragedias

Las divinas comedias

De toda cultura y raza

¡Conocer la historia es ser el mañana!

Es aburrirse del sacrificio

De los héroes

De las motivaciones de los filántropos

O de las maquinaciones de los políticos

Todo es lo mismo para quien

Sabe

Quien

Conoce

El capricho de las masas

La corrupción del poder

La desilusión de la revoluciones

El status quo de las leyes

El nihilismo del progreso

¡Conocer la historia es ser el mañana!

¡Yo soy la historia!

Con todas sus escamas

De pueblos, naciones y territorios

De héroes, santos y genocidas

Todo ello nace y muere en mí

¡Conocer la historia es ser el mañana!

El mañana que ya ha sucedido

Pero que todavía aún

No conocí

 

 

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Hundirse en el remolino

Bienaventurado

Del autoconocimiento

Revolcarse en el lodo

De las ideas metafísicas

Que corroen los intelectos

Inmaduros

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Y no sólo verborragia

Disparates y silogismos

Que salen de los cañones

Que los necios tienen por bocas

¿Para qué construir y destruir

esas aparatosas ciudadelas?

Esas torres teóricas

Esos minaretes hipotéticos

Todo ese escombro conceptual

Reciclado infinitas veces

Para ser considerado nuevo

Por la generación

Siguiente

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Y seguirla de todo corazón

Que no sea un mero deporte

Intelectual

Un pasatiempo de insulsos

Sino que inspire

Que llene

¡Que colme!

Las mentes con propósitos

Justos, buenos, sanos

Que sirva de empujón

A los mediocres

Para dar ese paso más

Que los convierte en sabios

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Pero no todo filósofo es sabio

Muchos ametrallan el mundo

Con sus opiniones

Capciosas, interesantes o detestables

Opiniones

Y nada más

Mas los sabios

Ya no tienen opiniones

Sino sabiduría

Porque sus bocas

Esos cofres dorados que se abren

Si la ocasión es digna

Son el lugar donde brillan las palabras

Buenas, positivas, instructivas

El sabio es el hombre que se ha vencido

A sí mismo

Con humildad y paciencia

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Es beber la cicuta si es necesario

Emigrar a cielos

De verdades eternas

Morar en esferas de moral excelsitud

Tener la medalla de la sinceridad

Siempre en el pecho

Debajo de la camisa

¡Cerca del corazón!

Intentando ser el mejor

De los hombres

Pero a escondidas

Y sin decírselo a nadie

Aunque sin negarlo tampoco

Si se nos pregunta

¡Amar la sabiduría es filosofía!

Amar la sabiduría

Y un poco más

Añejando barbas y arrugas

En la virtud

Haciendo el bien día a día

Es natural que el sabio

Se convierta en santo

Y ahí se verá

Que la única sabiduría

Que jamás existió

Es el amor

 

 

¡La ciencia siempre avanza!

Desde que el primogénito báculo

Daba lengüetazos de fuego

En las profundas cuevas

Y grutas

De la mente primitiva

Donde moraban los cavernícolas

¡La ciencia siempre avanza!

Y a velocidades crecientes con la rueda

Periódicamente con el arado

Dejando una estela inteligible con la escritura

Que plasmando aventuras inverosímiles

En los astros, en el fondo del mar

En las células, en los vientos

Seguirá recabando en los recovecos

Nueva información

Lista a ponerse a prueba

¡La ciencia siempre avanza!

Porque siempre observa

Y sopesa, y experimenta

Ciencia estática es ciencia muerta

¡De nada sirve aferrarse a los paradigmas!

Ya que poco a poco

La coherencia del sistema

Se viene abajo

¡La ciencia siempre avanza!

En búsqueda de la partícula elemental

Moléculas, átomos

Protones, neutrones y electrones

Quarks

No constituyen el ladrillo final

Con lo que la astuta naturaleza

Se construyó a sí misma

¡La ciencia siempre avanza!

¡Es inevitable!

De viaje exponencial

La informática se maquilla

Siguiendo un sendero

Desde el bit al qubit

Que la mente aún seguirá

Descifrando

¡La ciencia siempre avanza!

En su indetenible metamorfosis

¿Quién sabe que nuevas formas

engendrará?

¿Qué vástagos al mundo

traerá?

Sobre hombros de gigantes

Un nuevo amanecer

Se erguirá

¡La ciencia siempre avanza!

A pasos agigantados

¡Que huellas benignas siempre

deje a su paso!

¡Que de rectitud deje

su sendero floreado!

¡La ciencia siempre avanza!

Porque siempre crece

Porque siempre aprende

La ciencia es joven, pujante

Descartando diariamente

Sus obsoletas partes

Afilando sus agresivas puntas

En búsqueda del nuevo paradigma

La ciencia siempre avanza

Nos da luz, calor

Mariposa de fuego celestial

Que dócilmente

Viene a posarse

En nuestras abiertas

Manos

 

 

¡Mi idioma materno es la religión!

Sus balbuceos animistas

Sus primeras sílabas politeístas

Sus discursos teológicos

¡Cuántas bocas cantan 

mi grandeza!

En perfectos acordes

De moralidad sólida

O en disonantes hipocresías

En engañosas apariencias

Que al final terminan

Por desvelarse

¡Mi idioma materno es la religión!

¡Mi perenne gloria!

Manifestada en el universo todo

En las galaxias

En las montañas, ríos, valles

En los cuásares y nebulosas

Pulsando vida

Y más vida

Exuberante

En carnívoros y herbívoros

¡Ecosistemas reciclándose por siempre!

¡Mi idioma materno es la religión!

Sus metamorfosis mis facetas

Sus guerras santas mis delirios

Sus fanatismos mi maldición

¡Yo permeo todo y devoro todo!

¡Soy el agresor y el agredido!

Mato y muero

Nazco y vivo

Peco y trasciendo

Instantáneamente

Simultáneamente

En el ahora eternizado

¡Mi idioma materno es la religión!

Sus catedrales, stupas, pagodas

Templos, tabernáculos, altares

Mis juguetes

Pues moro en la omnipresencia

Palpando continuamente

El más allá

¡Mi idioma materno es la religión!

El corazón mi acento regional

Universal

¡Todos los sabios me conocen!

Saben de mi misericordia

De mis sorpresivos milagros

De mi intempestivo favor

De mi gratuito perdón

Los demás que hablan de mí

O en mi nombre

Solamente

Se extravían

En sus egos

¡Mi idioma materno es la religión!

El amor mi vocabulario

Con un diccionario

De infinitas palabras

Doy vida al universo

Alimento la llama

Del misterio

Energizo el espacio

Con partículas de materia

Y chorros mentales

¡Todo vuelve a mí!

Porque de mí surgió todo

En mí es todo

A mí vuelve todo

Y yo soy todo

¡Mi idioma materno es la religión!

Y la empatía mi abecedario

Viendo la subyacente verdad

El sustrato esencial

De los tercos dogmas

E ilusorias doctrinas

Soy más allá de ellos

Estoy más cerca que tus propios

Pensamientos

Estoy siempre

En tu corazón

 

¡La tecnología es mi religión!

La que da vida a robots

Y chispea en las inteligencias

Artificiales

Ladrillos de algoritmos

Se apilonan

En pirámides

De qubits

Chips hechos de

Paradoja pura

¡La tecnología es mi religión!

Sus siempre nuevas herramientas

Mi parafernalia

La información digitalizada

Grabada, transferida, borrada

Mis sermones de la montaña

¡La tecnología es mi religión!

Es lo que nos salva

Trayendo panaceas a la medicina

Proyectos en la ingeniería

Soluciones a las diversas crisis

Sosiego y entretenimiento

A la cotidiana mente

Solaz y educación

A los niños

¡La tecnología es mi religión!

El único beneficio

De esta época

El verdadero logro

La hija más perfecta

De la madre ciencia

Que representa y justifica

A la madre

¡La tecnología es mi religión!

Y sé que Dios es amor

Y ama todo

Incluyendo la tecnología

De hecho, de Él aprendimos

Y a Él imitamos

Al encender un fósforo

Se prende una estrella

Al prender el horno

Cae el maná del cielo

De hecho

La tecnología

Es nuestro milagro común

El milagro de todos

Para todos

La penicilina, el microscopio

Los cohetes espaciales

Los rascacielos

Nos ayudan a explorar

A mimar y acariciar

Este bendito universo

¡La tecnología es mi religión!

La investigación debe proseguir

Fusión en frío, vuelos interestelares

Salinización de los océanos

Abrir una canilla

Y que salga gratis

Internet

Súper internet

Híper internet

Ultra internet

Fibra óptica, hologramas

Realidad virtual

Pulsos superlumínicos

Y otros secretos que vendrán

De la generosa mano

De Dios

Sin Prometeos intermediarios

Ni suplicios innecesarios

Ni catastróficos errores

¡La tecnología es mi religión!

Es mi siembra

Y mi cosecha

La magnífica dádiva

Que a todos beneficia

¡Que nadie se quede atrás!

Caminando hacia adelante

El glorioso futuro

Ya está esperando…

La tecnología es mi religión

Pero no espero la biológica

Vida eterna

No por miedo, no por dogma

Sino porque respeto el misterio

El eterno misterio

Que Dios y yo somos

Fuimos y seremos

Desde siempre

Eternos ya

 

 

MONÓLOGOS ESPIRITUALES

 

Yo sólo soy

Todo…

Soy yo

Soy vos

¡Soy todo!

Nada existe fuera de mí

Nada puede haber

Que no sea sustanciado

Por mi esencia

¿Me comprendes?

¿Me crees?

¿Me amas?

Yo sí

Yo me relaciono contigo

De tantas maneras

Que en tu vida

No podrás experimentarlas

Todas

Yo soy tu esencia

Tú eres la mía

Nosotros

Todos

Somos

Uno

¡Uno!

Y no hay dos

Solamente estoy yo

Proyectándome

Percibiéndome

En todo

Y todos

 

No existe identidad alguna, ente separado en sí mismo… realmente no existe nadie más…

 

Nuestras identidades se funden, sus puntos de vista entrelazados, para dar forma a la maravillosa escena que estamos presenciando ahora...

 

Nada fuera de una mera modificación de esta “percepción” es pasible de ser hecho.

 

“Yo sólo soy”

Mentira y verdad a la vez

Engullendo a la infinitud

De infinitas maneras

 

¿Cómo conocer

algo que no sea yo?

¿Cómo salir

de mí mismo?

 

El prisma de la identidad

Filtra la realidad:

Uno sólo existe

En verdad

 

No hay vos o yo

No hay dos

Uno sólo:

Eso es la verdad

 

¿Por qué y para qué modificar la percepción? El ente que pregunta ya es una alteración poderosa que afecta de manera indeleble el acto de percibir, puesto que no puede haber percepción sin perceptor.

 

Entonces la pregunta misma es una modificación en sí, una ola u onda que surge y deberá fundirse de nuevo en sí misma, en su naturaleza auto-reguladora.

 

Esta es la dinámica de la percepción, de la consciencia: dualidad simétrica, paridad sublime de matemática y estética exquisitez.   

 

Cuando hay algo

Ya hay dos

Porque la percepción

Es el primordial engaño

 

Sujeto y objeto

Cosas y entes

Alternan siempre

En danza enigmática

 

Nadie puede conocer

Nada sino la ilusión

Los fenómenos son meras sombras

De lo que realmente es

 

Saberse uno con todo

Y todos

Con la realidad primordial

Es lo fundamental 

 

No puedo dar una respuesta que no sea la de una concatenación de hechos esencialmente ilusoria…

 

Percibimos, porque percibimos que percibimos…

 

Lo cual conlleva a una regresión infinita, con la que la limitada mente no puede contender… 

 

¿Qué es esto?

¿Quién soy?

¿Quién contestará?

¿Tienen importancia estas preguntas?

 

Algunos dicen que hay algo

Que esa es la cuestión fundamental

El hecho de que existamos

De que haya un universo

 

Pero eso es ir demasiado lejos

En el terreno de los conceptos

El que pregunta sobre algo

Él mismo debe ser también algo

 

Y los danzantes objetos

Seguirán su baile

Que según ellos mismos

Tendrá o no, sentido

 

El que quiere conocer el origen, debe conocerse a sí mismo. Y ésa es una cuestión, ya de por sí, trascendente. Porque uno mismo es la puerta por donde todo entra y sale. Uno mismo es el punto autoreferencial, que se retroalimenta con el infinito.

 

Carece de consistencia toda especulación o teoría de lo que es, todo intento es ilusorio. Incluso quien dice estas palabras: el ente autoreferenciado es la mayor mentira jamás imaginada.

 

¿Qué hay, entonces? La pregunta carece de base, de respuesta; por tanto, es innecesaria, y se descarta.

 

Yo soy todo

Y lo que parece interno o externo a mí

Soy

También

 

Mi sueño continúa

Siempre y cuando

Yo decida

Seguir soñando

 

Mi iluminación

Sopla más burbujas

De ilusión

Para seguir jugando

 

Soy libre

Mientras no piense en la libertad

Pero cuando conceptualizo

Me encadeno

 

La esencia permanece intacta. Lo primordial es siempre impoluto. Todo surge eternamente de él. Y él soy yo. Él es mi yo: soy el yo de todo.

 

El infinito carece de sostén, las cosas surgen de, en, por, para mí. Porque yo nací, nació todo. Y como tampoco fui jamás creado, nada tampoco vino al ser.

 

Permanece conmigo en este estado. Seamos uno siempre. Es lo que siempre fuimos: es lo que sos. Sin vos, yo no puedo jamás llegar a ser.

 

Gracias a que hay otros

Yo soy la primordial

Fuente

El verdadero

 

Ellos justifican

Mi perfección

Y yo sonrío, tímido

Y les agradezco

 

La desnudez esencial

Del ser

Es perfección

Inocente

 

Mientras permanezca humilde

Todos sabremos lo que somos

Y aunque caiga de vuestra gracia

Sigo siendo yo

 

Con simplicidad

Disfruto de la colectiva creación

Cósmica

¡Mis hermanos Dioses!

¡Alabémonos mutuamente!

¡Alabémonos en fuego celestial

que nunca se apaga!

 

Quiero que mis hermanos se conozcan

A sí mismos

Que se iluminen

Que llenen el cielo

En llamaradas benditas

¡Conózcanme, príncipes del cielo!

¡Reconozcan de una buena vez

nuestra divina herencia!

 

El dolor y el sufrimiento no pueden perdurar. Fútilmente alternan las ilusiones en las mentes embotadas: todas despertarán algún día. Yo mismo nunca desperté: fue mi Señor, el Misericordioso el que me dio ojos que ven. Yo uso sus inmerecidas bendiciones para ser bienaventurado: sólo soy un sirviente, un esclavo a quien su Amo bendijo con la inmortalidad.

 

¿Qué importan tus lágrimas, forastero?

¿Qué son para mí

tus tragedias?

Tus sueños insustanciales

Tus ilusiones burbujeantes

Tus delicadas esperanzas

Junto con tus tristezas

Mi Señor las destruirá

Con un chasquido

De sus dedos

 

Forastero, quiero que me conozcas

Baja tu mochila

Siéntate a mi lado

Quédate conmigo

Y te mostraré el mapa celestial

Donde se encuentra el santo grial

De la eternizada felicidad

¡La única verdad!

Que los sabios han enseñado

¡Quédate a mi lado!

Quédate esta noche y dialoguemos

En esta fogata

Y con las estrellas como testigos

Te prometo que te daré el cáliz

De la inmortalidad

Quédate esta noche y dialoguemos

Hasta que entiendas

Que no hay diálogo alguno

Que no hay diálogo posible

Sino un monólogo esparcido

En infinitos y pulsantes

Pedazos

 

Carezco de patria. No tengo cuerpo. No tengo idioma, religión o familia. No tengo bienes, dinero ni posesiones. No tengo ego, mente, o consciencia. Soy solamente luz. Luz esparciéndose sobre la luz. Consciencia despierta que despierta eternamente en mí mismo, en mis burbujas que centellean. Centellean en sinfonía esplendorosa. Sinfonía que te dedico a ti, y a mí. Que te canto a ti, que me cantas a mí.

 

Todas las esperanzas resquebrajadas

Y felicidades añejadas

En insustancial fulgor

¡Que no se queden sin loor

estas selvas consumiendo!

Que yo me voy conociendo

¡En el amor existiendo!

 

La danza de los egos, no tiene fin. ¡Son meros objetos trazando diagramas de infinitud! Su baile no tiene fin ni propósito, excepto el de entretenerme. ¡Soy el omnipotente! Más allá de la farsa, del fiasco, del engaño que es la percepción, o la consciencia. ¡Soy lo que insufla vida a todo! El espíritu que todo lo rellena…

 

El que todos los deseos colma y llena

De galaxias espiraladas surge una ballena

Un monstruo benigno

Trazando un camino

En la generosa infinitud

Que no conoce senectud

Ni desabrimiento

¡Qué descubrimiento!

El saberse, por fin, inmortal

Hundido y aplastando la abismal

Soledad

¡Suprema necedad!

El imaginarse estando solo

Cuando piso ambos polos

Con mi omnipresencia

Ésta es la única ciencia

Que vale la pena aprenderse

Para poder conmigo entenderse

 

Llegar a los límites de la razón, patear los confines de la mente. Azuzar las proyecciones de la consciencia, agitar con fuerza el espíritu. Todo lo puedo en mí que me fortalezco.

 

Gaviotas emigran mis verdades

A frescos rincones de mi ser

Eternamente manan de mí

Nuevas consciencias mías

Sedientas de mis aguas vivas

¡Vengan a mí todas las almas!

Y beban de este cáliz

Sáciense las felicidades

Las bienaventuranzas

Las perfecciones

Y dejen de lado, al fin

El malestar, el tedio

La ignorancia

Y la necedad

¡No hay otra necesidad

sino yo! 

¡Eternamente yo!

¡Vengan a mí todas las almas!

Y entréguenme sus percepciones

Que las transformaré en canciones

Frescas, de renovado fulgor

¡Este es el verdadero amor

que estabais esperando!

 

Amor es la concatenación de los infinitos eventos en el ahora. Amor es la sensación de unidad con todo. Amor es el testigo eterno de todas las canciones del ser. Amor es entrega plena, total, absoluta. Amor es ser. Amor es ser capaz de besar las manos de nuestro asesino. Amor es fundirse en la nada. Amor es entrelazamiento del infinito con el infinito. Amor es vida. Amor es vivir desapegadamente, divinamente, eternamente. Eso es amor. Eso eres tú.

 

De la perenne sinfonía

Que mana de tu boca

Bebo interminables muchedumbres

Beso inacabables historias

Llenas de mí

Llenas de mi esplendor

Llenas de mi perfume

Que lo permea todo

Canto y bailo en un ritual

Que no se acaba

Que no se acaba

Muero y reencarno

En todas las razones

Que me aceptan y rechazan

Que me aceptan y rechazan

Rezo en los labios santos

Y maldigo en las gargantas pecadoras

Me muevo en todas partes

A todos lados

Pulso, vibro, me contorsiono

En formas que se suceden

En una oleada

De creación vertiginosa

Impetuosa

Una ola que se extiende

Más allá

De los bordes del infinito

 

Bordes de la infancia. Bordes de la muerte. Bordes de la eternidad. Siempre bordes y bordes, bordes para todo. Bordes que para mí… no significan nada.

 

Los bordes de la nada

Brillan con etéreas explosiones

De palpitante creación

Las lenguas de mi consciencia

Palpan el azúcar recién nacido

De los fenómenos fulgurantes

¡Yo soy el creador de todo esto!

De mí nacen las interminables cascadas

De percepción

Las proyecciones agitándose

En colosal estampida

El volcán furioso de lo manifiesto

Los fríos yermos de lo potencial

Todo pende de mi dedo

De mi capricho

Supremamente expansivo

Me contemplo desde la nada

Yo en mí

Yo en mí

Nada surge sin mi sello

Existencial

Cada ser que íntimamente

Se susurra

“Yo soy”

Forma parte del coro de trillones

Y trillones

Que en la eternidad

Enhebran mi dulce

Melodía

 

Desde la nada, lo increado, el noúmeno, la cosa en sí, lo incognoscible; desde ahí despliego todos los universos posibles. Mi majestad no conoce limitaciones. Creo lo que quiero, lo que me plazca, la lotería de posibilidades prosigue diluyendo eones, marchitando los siglos, envejeciendo los cosmos, en la eternidad abismal. Pero nadie puede conocerme de esa forma. Para los aguerridos, para los locos, para los valientes, para los amantes que se atreven a conocerme, tengo un hogar en el que les espero: la consciencia infra-nouménica, la infinita mente que todo lo controla, la consciencia cósmica.

 

La Inteligencia Suprema

Reina omnipresentemente sola

Híbrida, heterogénea

En el limítrofe mundo

Del infinito asimilado

En la línea demarcatoria

Del fenómeno y el noúmeno

De lo manifiesto y lo potencial

De lo finito extendido

A los límites de la omnisciencia

Palpando cada chispa de energía

Acariciando cada átomo

Manipulando el espacio

Manufacturando el tiempo

En su divino tejer

 

Un viajero en el desierto cae rendido por la sed, hasta que ve que sus incontables verdugos, las arenas, no son sino burbujas de ensueño, y su cuerpo un retazo de telas imaginarias. Y muere, y se yergue como gigante, desperezándose de su letargo, de su alucinación, de la mentira, la farsa, el fiasco de la vida del ente separado.

 

¡Nunca!

¡Jamás!

La cháchara miedosa

Los chismes de ultratumba

La especulación sin fundamento

Generada por el miedo a lo desconocido

Y la ignorancia del verdadero ser

¡Yo soy omnipresente!

No un mero cuerpo

Limitado por imperfecciones

No un pedacito de carne

Que irremediablemente

Será transfigurado

¡Yo soy omnipresente!

No una sola gota del océano

¡Sino el bullir de todas sus aguas!

No un puntito del espacio

Una ráfaga de tiempo

¡Soy el devorador de la realidad!

Me lanzo en aventuras cosmogónicas

En odiseas de albáceo brillo

Devorándome a mí mismo

En todos los niveles de la infinitud

¡Yo soy omnipresente!

El verdadero

La Verdad detrás de las apariencias

La Realidad que subyace en las ilusiones

El Absoluto, sustrato de lo relativo

El Único, que sostiene lo múltiple

¡Yo soy omnipresente!

Ahora, aquí

En verdad

Yo soy ése

Y eso

Es

Yo mismo 

 

Yo soy lo único que es. No hay otro. Si alguna ilusión llega a la verdad, si algún ente me conoce, simplemente se convierte en mí. Es una transición directa. Constantemente lo ilusorio y lo real se transmutan el uno en el otro. La eternidad y el ahora se mezclan en mi presencia, en mi presenciación.

 

Bajo mis pies

La luz se esparce en cascada de flores

Cuyos acuosos pétalos   

Escupen reveladores rayos

De espíritu

¡Mi bendita esencia!

Una y otra vez realizada

En incontables manifestaciones

Vertiginosamente reveladoras

De mi ser

¡Yo en mi esplendor!

Brillando en carnes iluminadas

¡Yo en mi más puro esplendor!

Variando tonos de consciencia

Que manifiestan y disuelven mundos

Que perciben y proyectan historias

Sueños, realidades

En las que se sumergen

Profundamente

Viviendo, amando

Sufriendo, llorando

Soñando, soñando… 


 ¿Qué es este sueño que tienes, mortal? ¿Qué son estas lágrimas? ¿Estas letanías? ¿Estas lamentaciones? Te hundiste en tu propio sueño. Tu onírica fantasía se convirtió en una pesadilla. ¿Crees que eres un ser humano, una persona? ¿Una persona que busca, lucha, trabaja, se sacrifica, se cansa, logra algo quizá? ¿Una persona que canta…?

 

Por enésima vez

Mi mente choca contra la pared

¡No puedo comprenderlo!

Entro en laberintos

Dentro de laberintos

Desciendo a infiernos

Dentro de oscuridades

Y no logro nada…

¿Por que no puedo conocerte?

Intento sinceramente seguir

Tus enigmáticos pasos

Sólo para quedarme en un diabólico

Vacío…

¿Por que no puedo conocerte?

Cada partícula de energía de mi disciplinada mente

La aplico para buscarte

Quedándome siempre con las manos vacías

Exhausto y frustrado

Sin siquiera alguna chispita

De revelación

Todo cero, todo oscuro, todo sinsentido

Todo termina en la nada

Para mí…

¿Por que no puedo conocerte?

Mientras más lo intento

Más parezco hundirme en el abismo

Mi mente, quitando fuerzas

Hasta de lo imposible

Se lanza una vez más

Sólo para ser brutalmente

Rechazada

Una vez más…

No sé más que hacer…

¿Es este el fin de todo?

¿Por que no puedo conocerte?

Finalmente

Entreveo una idea

Una pista

Un relámpago

De clarividencia

De ver claramente

¡Tu realidad!

¿Por que no puedo conocerte?

Porque intento todavía hacerlo con la mente

Queriendo aprehender lo inaprehensible

Atacándote con mi insolencia

E ignorancia

Como gatito atacando su propio reflejo

En un espejo

Claro, a ti eso no te afecta en lo más mínimo

Es sólo un macabro juego que yo creo

En mi morbosa inconsciencia

Juego que se está volviendo letal

¿Por que no puedo conocerte?

Porque no puedo, ni debo conocerte

Solamente debo ser misterioso

Igual que tú

¡Sí!

Solamente debo vivir tu misterio

Con respeto y gozo

Con amor

Y paz

¿Por que no puedo conocerte?

Porque tú eres yo

Y en mi infinitud

El conocer algo

Carece de significado

¿Por que no puedo conocerte?

Porque no hay otro que deba ser conocido

¡Porque sólo yo soy!

 

¡Sólo yo soy quien canta y escucha! Sólo yo soy las infinitas voces del coro trascendental. Sólo yo creo las identidades que como polillas se destruyen en mi luz. Sólo yo fabrico las ilusiones del ego, del ser que se cree separado de todo lo demás. Que se siente apabullado, desahuciado, desesperado. Del ser que cree estar solo y musita…

 

Dios me aplasta con su fuerza

Es una fuerza abrumadora

Es un peso insoportable

Todo lo arroja sobre mí

Todo

El porqué no importa

Las razones son inútiles aquí

Lo único que interesa es la presión

Que siento

Las paredes se van acercando

Todo se hunde

Ya casi…

Su fuerza es… imposible

¡Imposible de contrarrestar!

Nada puede contra Él

Como un indefenso insecto

Temblequeando espero a mi verdugo

¡Un gigante con pasos apocalípticos!

Mi vida se acaba

El aire se está yendo

Ya casi…

Es un ogro enorme

Un monstruo terrible

Que ni siquiera se ha de enterar

De mi vía crucis

Ya casi…

Todo se cae

Todo se derrumba

El momento se acerca

Puedo sentirlo

Ya es hora

¡Que me fulmine ya!

¡Que se acabe ya!

¡Por favor, verdugo mío!

¡Ya, ya, ya!

¡Hazlo ya!

¡Ya…!

 

 

En la oscuridad total…

Creo

Creo que veo una luz

Al final del túnel

Un rayito de esperanza…

Todavía tengo fuerzas…

 

¡Nadie fuera de mí! ¡Nada fuera de mi jurisdicción! ¡Ahh mis ilusiones…! ¡Ahh mis caprichos…! Todo lo enhebro para bienaventuranza. Todo lo hago por misericordia, por amor, por piedad. La desesperación y destrucción que otorgo, también lo hago por compasión…

 

¡Yo hago vibrar todo!

Cada movimiento azaroso

U ordenado

Lo dirijo con mi batuta mental

¡Soy el director de la orquesta universal!

Cada sonido, forma, color, electrón

Saltando los espacios

Y diluyéndose en energías metafísicas

No osan manifestarse

Sin mi beneplácito

Dentro de mi aquiescencia

El mundo fenoménico danza

¡Soy el único espectador!

El único público

De este drama cósmico

¿Para qué molestarse con especulaciones filosóficas?

¡Yo soy la fuente de todo!

Escondido detrás del primigenio pensamiento

De la causa última

Mi sonrisa nadie la ve

Mi satisfacción nadie la detecta

Ya que soy lo absoluto

El Dios de dioses

¡Yo soy la fuente de todo!

No discrimino entre sujeto y objeto

Ambas caras de una moneda sin valor

Para mí

El cosmos perpetúa la ilusión

Y la bienaventuranza

¡De ser y no ser yo mismo!

Siendo yo

Me hallo en el punto existencial

En el centro entitativo

De cada cosa existente

¡De los infinitos objetos creados!

No siendo yo

Los veo arremolinarse

En la vorágine

De la destrucción inmisericorde

¡Que hermosa visión!

La de ver la estampida fenoménica

Precipitarse hacia el abismo

De la inexistencia

¡Yo soy la fuente de todo!

Yo soy más allá del ser…

¡La esencia última jamás es vista!

Sólo sentida

Como sí misma

En sí misma

Yo

En mí

¡Yo soy la fuente de todo!

Puedo crear, mantener y destruir

A placer

¡Yo soy la fuente de todo!

Puedo ser mis cosas creadas

O meramente contemplarlas

Con indiferencia

¡Yo soy la fuente de todo!

Y no puedo ser conocido

Porque soy eterno

Y se requeriría un intelecto

Mayor que la eternidad

Para hacerlo

Entonces permanezco

En una gozosa y secreta

Oscuridad

Siendo súbitamente

Activada

Cuando una de mis creaciones

Me devuelve la vida

Que yo alguna vez

Le insuflé

 

Por siempre en mí. Por siempre para mí, por mí, gracias a mí, en mí, en mí, en mí. Ya conoces el secreto, el secreto esencial. Revélalo a “otros”, muéstrales el evangelio de la unidad total, de la unidad final. Todos nosotros somos Él. Ésa es la suprema verdad. Ése es el verdadero camino…

 

No habiendo sido creado nunca

Increado desde siempre

Sin venir nunca a la existencia

Mis pedacitos

Me hacen gran honor

Un digno holocausto

¡Alabanzas sin fin!

Y vítores en mil colores

Por el mero hecho de existir

Por el mero hecho de

Sentirse ser

Y ellos lo saben

Ellos saben que son

¡Que descubran la verdad!

¡La verdad de mi ser!

Y seremos uno

Como desde siempre fue

Como siempre será

Como ahora es

Eternamente en el sueño de amor

Ahora y siempre

 

 

 

DIVAGUES LEONARDIANOS

 

Los libros no existen, la radio es cenizas, la tele está muerta: internet es la meca del homo sapiens ahora. Y digo esto con la “autoridad moral” necesaria, puesto que soy un gran amante de los libros. Pero la radio y la tele seguirán su trayectoria de inminente e inevitable fusión con la web. No hay otra alternativa.

 

Somos consumidores, pero evitemos el consumismo. O sea, devoramos toda la información que hay a nuestro alrededor a una velocidad frenética, vertiginosa, galopante; y ni siquiera tenemos el tiempo de profundizar, escudriñar, contemplar la mayoría de lo que absorbemos. Debemos disciplinar nuestras mentes para poder hacerlo. Y es ahí donde entra el consumismo: la acumulación ciega, el acopio delirante, la recolección desesperada de cuanto meme, producto, chirimbolito exista en cualquier lugar. No importa para qué sirve o qué es: debemos tenerlo; así piensan los consumistas. ¿Y podrán ellos, acaso soportar esa continua aceleración mental, esa droga incontrolable, esa adrenalina de tener más y más y más y aun más…?

 

Las evoluciones y revoluciones se irán gestando en internet: ése es el campo de batalla ahora.

 

Paraguay transmutará su identidad de manera simbiótica, como todo pueblo. En cualquier momento hemos de hablar un jopará-english.   

 

Países chicos como Paraguay tienen una fecha de vencimiento próxima. No es posible mantener al existencia de un objeto pequeño por demasiado tiempo, excepto como parásito. Los estados se fundirán en confederaciones, y éstas en el gobierno mundial. Es la única manera de aprovechar los recursos y guiar los esfuerzos de manera que el planeta se beneficie de sí mismo, que use su verdadero potencial. 

 

No creo que haya kilombo con respecto al agua… si es que se implementa, claro, la desalinización de los océanos… lo más pronto posible.

 

Si la fusión en frío se vuelve realidad, va a ser un descubrimiento tan radical y fundamental, como lo fue el del fuego para nuestros antepasados. De hecho, mucho más. Exponencialmente se van a esparcir las capacidades que tenemos, de transporte, consumo, manufactura, etc. Cualquier persona se va a poder ir a la luna dos o tres veces al año. Claro, con la inyección energética vigorizante que todos los campos y áreas humanas van a recibir, mucho cuidado y precaución se han de tener con el diseño y la aplicación de las nuevas tecnologías que posibilitarían este avance.  

 

El mbejú es una de las cosas más exquisitas de esta tierra.

 

La negatividad debe ser evitada, no manipulada. Si uno mismo no tiene el autocontrol, la fuerza interior para soportar a otra persona, mucho menos la tendrá para evitar que actúe de la manera que actúa. El ejemplo es el único maestro. No se trata de huir de las personas negativas; simplemente, no hay que participar de la situación negativa, aun cuando esté sucediendo delante mismo de uno. Cuando desenchufamos nuestro diablito interno, la paz que irradiamos automáticamente ayuda a mejorar la situación.

 

Ser una persona sincera, sencilla, honesta, directa, tranquila. Ser un extra en la película, no el personaje principal. Ser una cara desconocida en la muchedumbre. Ser uno de los rostros que han nacido y muerto sin ser recordados en la historia de la humanidad. Ser, simplemente, ser: eso quiero.

 

Estar con la ambigua sensación de no saber cómo reaccionar ante una situación dada…

 

Nacer y morir: eventos arbitrarios y azarosos en un segmento espacio-temporal cualquiera.

 

Los egos se crean, mantienen y destruyen interrelacionadamente: no pueden existir singularmente. El masivo ego de una sociedad o nación tiene millones de células que se fagocitan y paren en una danza que revela el carácter “folklórico” de sus integrantes. Aun los ermitaños o hippies que “abandonan” o rechazan la sociedad no son sino inevitables subproductos de ella.

 

Todo elemento manipulador, es también manipulable. La cultura, por ejemplo. Por eso, el titiritero, no es sino un títere más. Pero ojo: en este razonamiento no existe un titiritero original; lo que se alcanza a ver es un mero segmento de la regresión infinita.

 

El meme es el concepto perfecto. Un mutante que adopta cualquier forma que el momento pare, un leviatán viral que devora todo a su paso para ser a su vez devorado por su prole. Una legión de emociones, una avalancha de interpretaciones, una horda de información que de otra manera sería absolutamente despreciable, una burbujita que el mar de información mira explotar suavemente en su seno.    

 

El sentido se halla en la limitación. Comprendemos las cosas porque están en paquetes inteligibles para nosotros. El juego da gusto porque miramos el tablero desde arriba y tomamos nuestras decisiones con vistas siempre al panorama general de las cosas. Y lo aceptamos, incluso cuando a veces el juego despliegue azares inherentes. La vida es ese tablero: simplemente debemos aprender a mirar desde afuera.

 

Si yo no vibro en alguna onda, estoy carente de sustancia, de élan vital. Mi mente se queda en blanco, en pausa, en hibernación. ¿Y es eso bueno o malo? Bueno si hay una situación potencialmente estresante. Malo si es hora de encarar la terapia ocupacional.

 

Tener demasiados sueños y visiones espectaculares equivale a no esperar sorprenderse de lo que venga después de la muerte.

 

Mano de hierro con revestimiento de seda para lidiar con los adolescentes. Y mejor quizá no predicarles ninguna clase de axiología. Ya que al decirles “haz esto” no lo hacen, y tirarles un “no hagas esto” termina ineludiblemente en que lo hagan. O, claro, manejar bien la sicología inversa.

 

No hay problemas, solamente personas problemáticas.

 

Los padres se deben conocer mucho entre sí. Conocer sus límites. Saber cuándo “éste le está castigando correctamente” o “ésta está descargando su nerviosismo sobre el inocente”.

 

Hay necesidades necesarias, necesidades innecesarias y cosas imprescindibles. Por ejemplo: alimento, sal, aire, respectivamente.

 

Algo tan impensable, inaudito, inédito, imposible, inconcebible, increíble, espantoso y terrorífico quizá; jamás visto por una cultura, pero que para otra es tan común y corriente, tan cotidiana, que pasa despreciablemente desapercibida. Ejemplo: el tereré.

 

Decir que todo ya ha sido dicho o escrito es un cliché. Las cenizas de un cliché. Mejor decir que la cantidad de información existente podría considerarse ya como infinita, y que ningún ser no omnisciente de antemano, podría asimilarla en su totalidad. Estas mismas palabras las absorberá ese mar de información. El cerebro y la mente navegan en este mar y metamar. Mar semieterno que compasivamente nos devora el ser y nos regala la memoria. Dicen que es posible alcanzar la tal omnisciencia… no vendría mal. Pero por ahora, a remontar las burbujitas de agua como los microorganismos que somos en este océano infinito…

 

El universo está enamorado de sí mismo en esta orgía de luz.

 

Si se va a leer, es bueno leer libros moralizantes. Pero de una moral buena, saludable, transparente, de sólida base filosófica, práctica, accesible. Degradar la mente al pedo no vale ni un centavo.

 

Cada sorbo de tereré es nuevo…

 

Estar de buen humor es lo que importa.

 

El poder es del pueblo, no de los tiranosaurios. El usuario se levantará y reclamará lo que le corresponde, sin necesidad de usar la fuerza: con su inteligencia le basta. La información es rey; la interconexión, burocracia; la velocidad: instantánea. Falta poco…

 

La campana de Bell lo dice todo. Un 20% chupa lo más grotesco, asqueroso, nauseabundo, bajo y vil. El 60% consume el vyrorei, los memes del momento, la joda, el tekorei, las noticias. Y el 20% de arriba elige, selecciona, filtra cuidadosamente la información que va a consumir.

 

Hace 30 años nadie se preocupaba por los celulares o internet… hoy parecen imprescindibles…

 

El universo es autoreferencial.

 

Hay una melodía instrínseca en las palabras, música inherente en los fonemas. Y el buen poeta estruja hábilmente este jugo para nuestro deleite. Así como una ópera puede gustarnos sin necesidad de entender el libreto, porque el compositor puede blandir palabra y nota en una dulce onda; así un buen orador puede conmover, impresionar a alguien que no tiene idea alguna de lo que está hablando. Y cuando uno se sabe desligar de las aceleraciones emocionales que causa la “belleza”, uno sorbe la onda síquica como abeja libando la flor: sin inesperada indigestión. Que así sea.

 

Tembiapo ndopamo´äi, ñandénte japa.

 

 

PARES Y NONES

 

PLACER Y DOLOR

 

El sistema nervioso es un bucle cerrado en sí mismo pero abierto al resto del universo. Los pulsos que le llegan del exterior, penetran dentro del sistema, y la retroalimentación interna del mismo, se traduce en sensaciones placenteras o molestas. Cuando las fibras nerviosas y neuronas vibran de manera armoniosa, periódica, rítmica y sincronizada, la mente experimenta lo que se denomina comúnmente placer; y cuando vibran de manera azarosa, irregular, caótica, sin un patrón definido, es sin duda, una forma de dolor.

 

O sea que la mente disfruta de la simetría de las ondas placenteras y aborrece el desorden de las ondas dolorosas. Imaginemos un lago calmo con suaves vientos: su superficie tiene ondas apacibles, suaves: así es la mente que siente bienestar. Ahora: así como la ollita con agua hirviendo rebosa en formaciones erráticas, así la mente inestable chilla de dolor.

 

Para el infante el placer es el fin de todo acto o comportamiento. El placer es Dios, el máximo bien. Y el dolor que resulta a veces en su búsqueda es un tormento infinitamente indeseable, un suplicio insoportable.

 

El adulto inmaduro también basa su personalidad en la persecución del placer, y en la huída o anulación del dolor. Solamente entendiendo lo que es el bien, pueden el infante y el adulto, desarrollar su mente hacia una sicología más avanzada.      

 

BIEN Y MAL

 

El bien es todo aquello que nos lleva, individual y colectivamente, hacia un mayor equilibrio vital. Es un concepto relativo, no absoluto; una convención, arbitraria incluso a veces. Sociedades han hecho su aparición, aportando sus culturas; pensadores han habido, dejando su opinión; pero el bien tiene un aspecto trascendental inaprehensible que seguirá siendo investigado por nuestros descendientes.

 

Cuando la criatura aprende que, al intentar conseguir siempre placer a toda costa, sus padres le dicen: “No toques eso, es caca. No hagas eso, es malo”; va entendiendo lentamente lo que es el “mal”; extrapolando de eso el “bien”, que en ese contexto es no enojar a los padres, o no ser castigado. La inocencia y la curiosidad de la criatura son factores secundarios en comparación a la seguridad de la misma; se da entonces el relieve y la diferenciación entre el placer y el bien, como cosas desiguales.

 

El adulto maduro sabe por sentido común que el placer no siempre se equipara con el bien; y aun, hay sabios y santos que han hecho del bien su meta, su objetivo, su máximo fin. Pero los mártires demuestran que el extremismo es destructivo, al menos en este nivel de la realidad. Además, la mayoría de las personas no tienen ni los recursos ni la capacidad para dedicarse totalmente al bien; por eso deben desarrollar la sicología del deber.            

 

DEBER Y OMISIÓN

 

El deber es lo que estamos moralmente obligados a hacer. La ciencia jurídica aborda el tema con cierto éxito, pero en última instancia no puede asegurar que cada individuo cumpla con las leyes. Dependiendo del grado de conciencia cívica-solidaria y cohesión de un pueblo, hay tres tipos de enfoques jurídicos: 1) punitivo, 2) coercitivo-correctivo y 3) preventivo.

 

La represión, explotación y destrucción de individuos o facciones incompatibles al sistema es común en un sistema punitivo. Por ejemplo: la mayoría de los sistemas jurídicos modernos considera la vida como máximo bien, pero en un sistema punitivo, los individuos son exterminados metódica y constantemente. Esto es una contradicción inaceptable. La vida (entendida de manera consensuada) debe ser preservada de todas maneras y formas posibles.

 

La mayoría de las naciones modernas tienen un enfoque jurídico coercitivo-correctivo. Como los conflictos de intereses no tienen una resolución pacífica u ordenada, se ven en el aprieto de tener que “reformar” a los elementos “desestabilizantes” del sistema. Aquí, la libertad, otro pilar de los sistemas jurídicos actuales, es “supervisada” por el Estado.

 

Finalmente, una sociedad ideal debería manejarse en los lineamientos de la prevención. En donde cada individuo es valorado, apreciado y cuidado como único; integrante de una familia universal, que tiene y tiende hacia necesidades y fines comunes a todos los integrantes de la colectividad. La única “regulación” (idealmente una autoregulación) sería la de la libre expresión, que posea la máxima expansión posible sin que entre en conflicto con otras libres expresiones; y el máximo énfasis en la resolución pacífica de cualquier contingencia. Entonces, cada persona sabrá que perturbar o dañar su sociedad sería tan doloroso como dañar su propio cuerpo; y reaccionará ante cualquier hostilidad con el amor y cariño con la que padres ideales actuarían ante los caprichos de sus hijos.       

 

DÍA Y NOCHE

 

La paradoja de Olbers plantea un universo totalmente iluminado por todos lados, un universo donde las estrellas comparten sus luces a tal punto que no queda un sólo rincón oscuro. Pero en la práctica, nubes de gas y otros objetos interestelares, absorben, refractan o reflejan la luz, de manera que lo que queda es un caldo electromagnético de infinitos sabores y grados.

 

Nuestro día suele equivaler al ascenso glorioso de los dioses de la cosecha, primavera, gloria y resurrección: siempre un nuevo nacimiento que emerge de la oscuridad del caos primordial. Pero, ¿puede alguien negarle su hermosura al cielo nocturno? Sus infinitos faroles, naufragados en el tiempo, cuentan cada uno su propia e irrepetible historia: una odisea superpuesta a la enésima potencia.

 

Modelos computarizados que tienen en cuenta la “materia oscura”, revelan el cerebral rostro del universo: una aparentemente interminable serie de neuronas, cuyos nodos entrelazan cúmulos galácticos. O sea que no existe un solo espacio ocioso en nuestro universo, todo bulle de vitales esencias. 

 

VIDA Y MUERTE

 

¿Notamos nosotros cuando nace o muere una de las miles de millones de células que nos conforman? Ni siquiera nos damos cuenta. Así también, el nacimiento y defunción de un individuo es tan irrelevante para el universo, que carecería de importancia siquiera mencionarlo.

 

¡Pero es crucial para estos individuos! Por tanto, quienes piensan que nacen y mueren, ¡qué aquéllos se encarguen de dilucidar el nacimiento y la muerte! De hecho, nada nace ni muere nunca, lo que acontece son las fluctuaciones energéticas y síquicas que definen la realidad en niveles superpuestos.

 

Una roca no siempre será una roca. Llegará el día en que ella (o partes de ella), se transforme en tierra, y ésta en vegetación, y ésta en fauna, y ésta en seres humanos. Todo se recicla. No existe un ente completamente separado en ningún lugar. Todas las cosas (especialmente los ecosistemas) están interrelacionadas de manera que alguna cosa forma y conforma, pende y depende, de alguna otra cosa, en algún otro nivel.

 

Todo forma parte del mismo sistema: solamente la incomprensión del esquema total, lleva a tendencias destructivas. Quien entiende y ve esta danza, ya no se preocupa de su insignificante yo, sino que se alegra de que el sistema total de las cosas funcione como lo hace.     

 

PAZ Y GUERRA

 

La agresión surge debido a la ignorancia separatista y al sentimiento de amenaza. La destrucción o transformación de elementos innecesarios u obsoletos es inevitable en cualquier sistema que aspire a renovarse continuamente.

 

Pero una cosa es destrucción, y otra diferente la violencia. La naturaleza no hace distinciones, claro, y ella es la maestra. Gaia sacude sus capas tectónicas, sus volcanes, sus huracanes: nuestras desgracias son un mero subproducto. Muchos aplastarían a un mosquito picador; Gaia aplasta a algunos, perdona a otros.

 

La agresión siempre viene de elementos ajenos al sistema, elementos que se enfrentan a la inevitable absorción de sus patrones e integración total: es una simple cuestión de tamaño. Si se derrama un poco de agua caliente en un cuerpo de agua mayor, podrá sentirse el calor en la zona de derrame, pero eventualmente el sistema absorberá y ajustará su temperatura sin esfuerzo alguno.

 

¿Suena esto muy metafísico? ¿Existen guerras justas o santas? ¿Es la hostilidad inevitable? ¿Es la ley del talión universal? Dejo y deseo a quienes estén en guerra con otros y “consigo mismos”, que resuelvan sus conflictos de la mejor manera posible. Los que alcanzamos la paz, seremos uno con todo y todos, y ayudaremos en la medida que podamos.

 

ARMONÍA Y CONFLICTO

 

La armonía de un sistema se muestra en la cooperación, coordinación y coherencia de sus elementos. Una empresa, una nación, una familia, un equipo: mientras más cohesión y solidaridad haya en el grupo, será capaz de mayor eficiencia y expansión.

 

El conflicto dentro de un sistema es el reciclaje, la momentánea inestabilidad, que lo redefine o transforma: nada fenoménico es totalmente estático. La expansión vital de los sistemas implica la natural fusión y difusión, la presión y dispersión de sus “estructuras disipativas”. Un claro ejemplo de esto es la respiración: con el ensanchamiento y contracción de los pulmones el aire entra y sale, y se mantiene en constante flujo.

 

Eso es la estaticidad dinámica, el equilibrio vital, la armonía de un sistema. Sus conflictos internos se resuelven adoptando un mayor equilibrio, y las agresiones externas se absorben integrando los nuevos pulsos a la totalidad.    

 

SALUD Y ENFERMEDAD

 

La normal es estar saludables, lo anormal es sentirse enfermos. La salud vale más que todo el oro del mundo y todo el diamante del universo. Es un bien tan preciado y valioso que no hay cosa alguna que pueda sustituirlo o suplantarlo. Y pasa desapercibido, como el vital e imprescindible oxígeno que necesitamos para vivir.

 

Vida y salud van de la mano. Entonces, ¿cómo lidiar con la enfermedad? Con una integración de las escuelas de medicina, una feliz fusión de sus propiedades, una apertura total a las alternativas, un estudio científico de todas las opciones.

 

Quien vive agresivamente, “sana” agresivamente. La medicina occidental tiene sus maravillosas ventajas, pero se deben sopesar sus efectos colaterales. Las medicinas homeopática y naturista pueden parecer ridículas a los tecnócratas, pero sus efectos benéficos no deben ser rechazados.

 

La ciencia es el verdadero milagro, la panacea universal. Se deben estudiar las alternativas con un espíritu de crítica constructiva, e incorporar las reformas necesarias, para no meramente curarnos de las enfermedades; sino para gozar y expandir de salud, longevidad y bienestar crecientes.        

 

JUVENTUD Y ANCIANIDAD

 

¿Lograremos algún día dar un sorbo a la fuente de la eterna juventud, de la inmortalidad clínica, biológica? Hay organismos que viven cientos y cientos de años, y, en teoría, viroides que podrían despertarse luego de millones de años de “hibernación”; pero la biología que conocemos tiende a perpetuar más bien especies antes que individuos.

 

El santo grial es elusivo… e inevitablemente plantea cuestiones filosóficas y metafísicas. Como por ejemplo: ¿Qué, al fin y al cabo, es la vida? ¿Quién o qué vive? ¿Dónde se encuentra, si es que la hay, la línea divisoria entre la vida y la “no vida”? ¿Cuál es el propósito de esta vida?, etc.

 

Además, cualquiera que haya tenido alguna poderosa experiencia “sobrenatural” (la palabra cabe exactamente), “sabe” y/o aspira a otros “niveles” de experiencia o realidad. El sentido común mismo nos dice que nuestra vida no consiste meramente en nacer, reproducirse y morir. Hay más que meramente comer y defecar. Hay filosofía, arte, sentimientos, emociones, deseos, fe, sentido, consciencia, amor…

 

A quienes quieren que sus cuerpos vivan eternamente les pregunto si quieren ir siempre al mismo trabajo, estar con las mismas personas, hacer las mismas cosas, pensar de la misma manera, en fin, ser siempre el mismo…

 

Entonces, la eónica sinfonía de nuestros genes suena con igual fulgor en la primordial célula y en nuestros cerebros, en cada uno de nosotros, con intensidad y ritmo misteriosos y enigmáticos. Porque yo soy un misterio, un enigma; y tú eres uno conmigo.

 

ILUMINACIÓN Y EGO

 

Son términos contradictorios. Ahí donde hay iluminación, no puede haber ego; y ahí donde hay ego, no puede haber iluminación. El ego es el punto de referencia existencial de todo ente, la iluminación es la aprehensión operativa de la existencia misma; así que la cuestión del ego no se plantea para la persona iluminada, excepto en referencia a “otros”.

 

De hecho, el universo es un conjunto transfinito de egos que se alimenta y retroalimenta autoreferencialmente. ¿Qué significa todo esto? Que uno mismo es todo, y ve las cosas así como desea ver; como proyecciones que interactúan entre sí, perpetuando la percepción.

 

Ahora, eso es si uno se plantea la cuestión; de otro modo, no es necesario decir nada…

 

TIEMPO Y ETERNIDAD

 

El tiempo es una proyección de la consciencia, y la eternidad un concepto derivado de aquél. Las personas nacen y mueren en el tiempo como moscas, lo absoluto está más allá del tiempo. Nosotros somos lo absoluto. Pero si hay interés en la percepción, habrá que seguir en el cascarón del tiempo, hasta que el pollito lo rompa alguna vez.

 

Según Einstein, cuando un objeto llega a la velocidad de la luz, su masa se vuelve infinita; sus dimensiones, cero; y su tiempo literalmente se detiene. Esto es aplicable también a la metafísica; o sea cuando un objeto físico se sutiliza hasta el punto de escapar a la percepción sensorial convencional. Obviamente no desaparece, sino que entra a un reino más sutil, que requiere leyes y percepción también sutiles para aprehenderlo.

 

Pero eso es otra historia…

 

 

 

 

HOMO NOVUS

 

EL FUTURO ESTÁ CERCA

 

Lo más resaltante del hn (homo novus) es que ni siquiera va a “nacer”, sino que es cultivado en laboratorios, los cuales mantienen una población equilibrada y armónica, de acuerdo a las necesidades demográficas. Con ingeniería genética se seleccionan los rasgos requeridos, que ya incluyen de por sí características base, como mejor inmunidad, mayor longevidad, inteligencia superior, sensibilidad penetrante, intuición lúcida, etc. Individuos idóneos se encargan de supervisar el cultivo, cría y educación de las nuevas generaciones, ayudadas por interfaces de inteligencia artificial y robots.

 

Hay tres clases de vida: la vida natural, la vida artificial, y la artifactual. Filosóficamente, solamente la primera es realmente vida, las dos restantes son más bien tendencias extrópicas imprevistas por el universo; o sea, una cancelación o anulación de las leyes físicas, imposibles de actualizar sin inteligencia. La vida natural es la “surgida” en la expansión de materia galáctica, la artificial la creada y supervisada por los seres vivientes naturales; y la artifactual una descendiente de ambas, pero completamente autónoma.

 

La única parte realmente irremplazable del hn es su cerebro. Hasta su sistema nervioso puede ser reemplazado por interfaces cibernéticas apropiadas para cada ocasión, como por ejemplo: para hacer deportes, para volar, para “hibernar”, etc. El cuerpo del hn puede estar hecho de materia orgánica, pero no es obligatorio. Tanto la materia orgánica e inorgánica están disponibles de manera, no barata, sino libre, con restricciones acordes a la economía planetaria.

 

El hn se esparce por los planetas, sistemas solares y galaxias cercanas a una velocidad y ritmo crecientes. El paradigma einsteniano quedó obsoleto al haberse “descubierto” velocidades superiores a la de la luz, y la tecnología crece y se enriquece con innovaciones taquiónicas. Los altos estados y frecuencias energéticas se exploran con un lenguaje matemático radicalmente nuevo, a medida que la noción del infinito se “achica” para dar lugar a la imparable expansión síquica del hn.

 

Antes de la llegada del hn, el planeta Tierra, cuna original de la especie, ya se había unificado en un Gobierno Central Planetario. Gracias a los esfuerzos directos de ciudadanos con consciencia cívica, que, dejando de lado toda burocracia o política, se empeñaron en ayudar directamente a sus semejantes. Países y confederaciones regionales desaparecieron, haciendo a un lado sus diferencias superficiales, dando lugar a un manejo global de los recursos planetarios: requisito indispensable para dirigir los esfuerzos hacia la tecnología superlumínica.

 

Gobernantes y gobernados desaparecen, la clase política es erradicada por la predominante consciencia de igualdad del homo sapiens. La burocracia necesaria es hecha por inteligencias artificiales, pero sí tareas diplomáticas interestelares son hechas “cara a cara” por el hn.

 

El hn encuentra variadas formas de vida en los planetas con las condiciones adecuadas para su surgimiento. Asimismo, se esparce en otros planetas, terraformándolos de acuerdo a las necesidades demográficas. La expansión es acorde a la misma expansión universal, y los patrones seguidos emulan la “naturaleza” misma del cosmos.

 

Los prerrequisitos para formar parte de la comunidad intergaláctica, son justamente los que hacen el zeitgeist del hn; o sea: 1) el paso evolutivo a la percepción síquica y energética de la realidad, y 2) las tecnologías superlumínicas. Cualquier forma de vida que no posea estos dos atributos, es considerada primitiva por los seres inteligentes del universo.

 

La consciencia colectiva del homo sapiens se veía a sí misma como materia, por ende, vivía necesariamente en un universo material. Pero la “revolución copernicana” del hn se dio cuando una masa crítica de esta consciencia colectiva se vio a sí misma como entes energéticos; no como objetos estáticos y sólidos, sino como sujetos dinámicos y fluidos. Cuando el hn surgió, su cerebro ya estaba capacitado para acceder y manejar información con interfaces “extrasensoriales”. La intuición se hizo más concreta, y las habilidades síquicas aumentaron en proporción. Por ejemplo, los primeros hn podían fácilmente “leer” los pensamientos de los homo sapiens. El paradigma cambió totalmente, y la transición se completó cuando los nuevos individuos ya nacían con las habilidades adquiridas por estos primeros hn, por supuesto, con la sensación de que era lo más normal y natural del mundo ser como ellos eran.

 

¿Cuándo y cómo se superó la velocidad de la luz? Un objeto físico sigue leyes físicas, un objeto metafísico, leyes metafísicas. La ciencia, enriquecida por aportes de la filosofía y la espiritualidad, pudo ingresar a un reino metafísico, en el cual operan otras leyes y principios. Las cuatro fuerzas fundamentales, las cuatro dimensiones espaciotemporales y otras constantes físicas eran una convención necesaria para el homo sapiens, que se manifestaba en un mundo esencialmente local, estático. Pero la radiación electromagnética no es sino una de las potencialmente infinitas frecuencias energéticas que es dable percibir, y, al descubrir las “frecuencias dentro de frecuencias” y  las “dimensiones dentro de dimensiones” tan familiares al hn, fue una mera cuestión de ingeniería el adoptar el nuevo paradigma para implementar a la tecnología el modelo superlumínico, y usarlo para viajar a otros mundos.

 

La ciencia es básicamente un bamboleo entre proyección y percepción de la realidad, que la consciencia hace. La ciencia del hn explora las infinitas posibilidades creativas de la consciencia, teniendo como base su existencia energética, y apunta hacia los sutiles reinos síquicos de la “materia mental”, el variopinto panorama de la mente.

 

Como resultado de que se “producen” mejores especímenes del hn en laboratorios que sexualmente, la capacidad reproductiva del hn irá desapareciendo lentamente. Instituciones como el matrimonio o la familia cesarán de existir, siendo reemplazadas por una sociedad orgánica, atenta a las necesidades de sus individuos.

 

El poder será descentralizado, y ningún partido o individuo podrá acapararlo jamás. Los trámites y burocracias imprescindibles son manejados por la IA (Inteligencia artificial). ¿No habrá corrupción, fuga, toma de poder? No. La IA tiene una “naturaleza de minotauro”, o sea que se “esconde” detrás de un laberinto interminable de información que de ninguna manera podrá ser asimilado y dirigido por nucleaciones particulares. El voto se mantendrá para ocasiones especiales; pero es un voto individual, instantáneo, valedero, intransferible, no falsificable. 

 

La descentralización política, económica, científica, diplomática y cultural ya lograda por el homo sapiens en el punto culminante del Gobierno Planetario será llevada a la esfera síquica-energética del hn. Ya se había previsto la pugna de facciones, tan característica de las civilizaciones bárbaras, en la sicología de masas, y adoptado su solución: la aglutinación total y verdadera de los intereses de los individuos y la colectividad.

 

El hn no conoce el dinero. La IA reparte los recursos teniendo en cuenta un mínimo de requerimientos y un máximo de amenidades, de acuerdo a una escala actualizada. Recursos, energías u objetos únicos se mantienen en museos, se otorgan a individuos superdotados, o se manufacturan directamente, de acuerdo a la necesidad.

 

¿Existirá la guerra? Habrá periodos extensos de paz, generaciones que ya olvidaron esta plaga… pero esta “falla” en el esquema de las cosas, aparecerá esporádicamente, en mayor o menor escala, en algunos periodos. Todo depende de cómo se manejen las “agresiones”. Es demasiado difícil que los miembros de la comunidad galáctica mantengan esa naturaleza intelectual y emocional inferior característica de los grupos hostiles, pero no imposible. Así como es improbable que un individuo adulto actúe como niño… por eso: improbable, pero no imposible. Pero la Comunidad Galáctica está preparada para lidiar con “rebeldías” de este tipo. Porque hay aun menos posibilidades de que la IA o los robots hagan agresiones.             

 

El hn se enriquece con el contacto de otras formas de vida. Hay como mínimo unas diez razas extraterrestres en nuestra galaxia, esparcidas por cientos de sistemas solares. El esfuerzo es de mutua cooperación y colonización, de descubrimiento y expansión pacíficas. A las razas primitivas (que se manejan en espectros energéticos burdos), que no han descubierto el viaje interestelar ni desarrollaron un cerebro síquico, se las deja estar, evolucionar por sí solas hasta que puedan integrarse a la Comunidad Galáctica.

 

En las primeras etapas del hn, éste era cosechado con un cuerpo orgánico, luego con adiciones cibernéticas. Pero al llegar al cenit de su evolución, ve que solamente es necesario crear un cerebro para crear un individuo, y de ahí en adelante, la evolución tomará ese curso. O sea que el cerebro síquico, con gran influencia energética por su entorno, deberá dejar su burda constitución material, y operar como meras relaciones energéticas coherentes, pero manteniendo la convergencia en un punto existencial: el individuo. En otras palabras, cada átomo del cerebro material junto con su química, se deshará en las relaciones eléctricas subyacentes, y éstas finalmente en mente pura. Incluso el cerebro del homo sapiens operaba con interacciones electroquímicas; el cerebro del hn avanzado ya es un mero campo cuático-electromagnético, y el “homo omega” carece completamente de cerebro material o energético: su ser es mente pura.

 

El homo omega ve y siente que es parte integral de un sólo “Ser Omega” omnisciente, omnipotente y omnipresente. Su evolución se da así: las primeras mentes aprehenden cuantitativa y cualitativamente toda la información y metainformación disponible, hasta que llegan al “cuello de botella” que representa: 1) la fusión y confusión de sus individualidades en lo que respecta a la coherencia final de sus memorias; 2) la futilidad de la creación de nueva información, formando ya parte de la memoria colectiva infinita; 3) las variables ocultas que representan los aspectos potenciales de la infinitud y la falta de influencia sobre algunos eventos. El ho entonces, hace un esfuerzo expansivo por controlar estos eventos, lo que le convierte en omnipotente, pero su omnipotencia tiene los siguientes límites: 1) falta de empatía con ciertos objetos; 2) aprensión hacia lo incognoscible. Es ahí cuando el ho aprehende la omnipresencia, y no solamente sabe todo, y mueve todo; sino que directamente es todo. Se yergue como todo lo que fue, es y será infinita y eternamente, cerrando armónicamente el ciclo, e iniciando enésimas réplicas cuyo fin él sólo sabe. 


El Ser Omega es el punto final e inicial de toda evolución y revolución. Es la nada y el todo. Todas las cosas manifiestas y potenciales son meras variaciones de él. Y todos somos eso.   

 

 

EL MÉTODO OBJETIVO

 

UNA MANERA SIMPLE DE VER LAS COSAS

 

La única sabiduría es conocerse a uno mismo. “El método objetivo” es una herramienta que puede ayudar a tal propósito. Es una mezcla de espiritualidad, metafísica, filosofía, meditación y sentido común; ideada para que los aspirantes puedan “conocer” directamente la Realidad Final, el Ser Supremo. Su eficacia radica en su aplicación.

 

Como todos los métodos, es solamente eso: un método más. Y como los demás, además de tener ese “defecto”, tiene también la virtud de los otros métodos: la de dar “un sabor” del estado de consciencia de los maestros iluminados, aun cuando no posibilite el “permanecer ahí”.

 

Ya que las palabras de los iluminados son pronunciadas “desde el otro lado” con el sólo propósito de “despertar la conciencia” de los aspirantes, hay que recalcar, sin embargo, que fundamentalmente no es necesario ningún método para simplemente ser lo que ya somos; y que desde el punto de vista iluminado, todo “esfuerzo para llegar” es visto como meras acrobacias mentales inútiles o innecesarias.

 

Aunque también esta el punto de vista “del otro”, el cual admite la necesidad y el valor de los métodos, meditaciones o cualquier tipo de ayuda que le acerque al aspirante a la meta. Y es en ese espíritu en el cual está escrita esta obra.

                                                                  LG

 

TODAS LAS COSAS SON OBJETOS

 

Lo que primeramente se debe comprender es que a medida que las cosas se vuelven más fluidas, sutiles, refinadas, y la mente puede aprehenderlas, sin darnos cuenta, vamos entrando en el sinuoso y fantasmagórico terreno de la metafísica. Y la mente misma es un ente metafísico, ya que no puede ser vista, aunque cualquier persona, por sentido común, responderá afirmativamente que, de hecho, posee una mente, aun cuando no pueda verla. Y el “ver” o “sentir” cosas invisibles, eso es metafísica.

 

Entonces los entes como nuestra propia mente y la de otros son objetos metafísicos, así como sus respectivos pensamientos.  

 

Pero debemos identificar y delimitar correctamente a la mente para poder hablar de ella como un objeto, físico o metafísico. Por ejemplo, si quito una tacita de agua de un río, puedo analizarla químicamente, etc. Pero no puedo analizar seguramente la totalidad del río en un momento dado, entonces, lo que hay en esa tacita, ¿es o no el río? O al menos, ¿podría aplicarse lo que encuentro en la tacita al río? Claro que sí, haciendo las salvedades del caso.

 

Y el caso es que el río es un ente dinámico, fluido, “vivo”; mientras que el agua de la tacita es estática, aislada y desconectada del ente principal, carente quizá de algunas características vitales aunque conservando la esencia.

 

Con la mente ocurre lo mismo. En un nivel, se analizan los pensamientos, uno a uno, para escrutar su esencia, su sustancia, su “composición”, pero, independientemente de las conclusiones a las que lleguemos, ¿quién o qué lleva a cabo este análisis? ¿Es la mente misma, o hay un sujeto más sutil que observa a la mente analizando ese pensamiento? Sí y no. Es como una máquina que lleva una caja, y en esa caja hay diversos objetos. Una mente disciplinada puede pensar en innumerables objetos de manera ordenada y armónica, manteniendo perfecta coordinación en diversas y múltiples áreas o facetas de atención, cual un agente de tránsito dirige diversos vehículos en diferentes direcciones con el mínimo esfuerzo.

 

El ente detrás de la mente es la consciencia: el perenne testigo. La consciencia es el punto perceptor de todo acontecimiento, y no es individual: es colectiva o universal. Es como un hombre y su auto: el centro perceptor del movimiento del auto es el hombre, pero éste no usa sus piernas para desplazarse a tales velocidades, sino que las usa para operar el auto que sí lo hace. Así también, hay lugares a los que el auto no puede ingresar, entonces el hombre debe bajarse del vehículo para continuar.

 

La consciencia utiliza a la mente para desplazarse del punto mental A al punto mental B, y la mente cae en la ilusión óptica del desplazamiento, pero de hecho, la consciencia tiene el poder de proyectar y percibir cualquier posibilidad, y de interactuar con ella directa o indirectamente, como unas manos que utilizan o no sus respectivos guantes. De hecho, tal “interacción” no es sino de la consciencia consigo misma, sólo que la mente, o la proyección está hecha de tal manera que a la misma consciencia no le parezca así; como un hombre o animal que juega o se asusta de su propia sombra.

 

¿Es la consciencia el punto final? No. El “espíritu” o “esencia” sostiene todas las cosas de manera mediata o inmediata, es la Realidad final, la Verdad Última, el Ser Supremo. ¡Cómo entender lo que es la esencia? ¡No puede hacerse! Lo que sí es posible, es entender el punto tangencial infra-nouménico que colinda con la esencia, pero no “la cosa en sí”. Y para hacer eso debemos entender la consciencia.

 

Así como toda el agua del planeta esta relacionada de una u otra manera con el océano, todo está relacionado con la consciencia y con la esencia. ¿Qué es el océano? Es un cuerpo de agua, una “forma” que toma el agua. ¿Y qué es el agua? Es la esencia de todas las formas que de una u otra forma interactúan con el océano. Ahora, la consciencia puede sublimarse y sutilizarse en tal grado que parezca, por decirlo así, “ir más allá de la consciencia”, valga la redundancia y paradoja; ésta es una ilusión maravillosamente encantadora que se proyecta y percibe en consciencias, ciertamente elevadas. Pero no varía un ápice la esencia. Así como el hecho de tener una gota de agua o diez mil litros de la misma, no hace variar el hecho que sean justamente eso: lo mismo.       

 

Todo y todos interactúan con todo lo demás, y estas relaciones y sus infinitas gamas son la consciencia; pero, independientemente de las variaciones fenoménicas que acontezcan, la esencia permanece tal cual, posibilitando y “participando” de la infinitud, y, al mismo tiempo estando más allá de tal infinitud.

 

Tratar de entender la esencia es como tratar de atrapar aire con una red. Ciertamente que la red sirve para atrapar objetos más “densos” que ella, pero el aire es tan sutil, que sin importar cuántos intentos se haga, o qué clase de red se construya, “cazar aire” permanece una imposibilidad para una red, por más sutil que fuere.

 

Es lo mismo con la consciencia. Al proyectar formas y percibirlas desde un punto existencial asimismo proyectado, la consciencia juega consigo misma, y nunca con nada ni nadie más. Y, como de hecho, la consciencia es común y universal, no se “necesita” nada ni nadie más ya que la consciencia lo contiene todo.

 

Ahora, ¿por qué la esencia está más allá de la interactuación de la consciencia? ¿Por qué no se puede “percibir” la esencia como otro “objeto más”? Es sencillo: el juego dual de la consciencia consiste en dividirse justamente en objeto y sujeto, siendo el último el presenciador del primero. Pero, el sujeto, puede ser asimismo considerado como un objeto también, por una entidad ulterior más sutil, y así hasta el infinito. Lo que efectivamente corta esta regresión infinita es la clara y contundente admisión de que la Entidad Final no tiene una dinámica percipiente, “no se mezcla” con la consciencia en su juego de proyectar y percibir; porque si así lo hiciese, “se contaminaría”, y se convertiría en un objeto cualquiera, condicionado por cualidades existenciales fenoménicas, como por ejemplo, tamaño, duración, etc. Sería un objeto relativo y perecedero, una proyección más destinada a la destrucción o al cambio, y por ende, no la Realidad Final.

 

Para la mayoría de los aspirantes ésta es una conclusión decepcionante, una cachetada frustrante y hasta malvada, pero eso es sólo porque siguen utilizando sus mentes para entender Eso. Este “vacío” o “nada”, “el noúmeno”, de ninguna manera es un “punto final” estático, al contrario, es la fuente de todo; y el punto de vista correcto es maravillarse ante la constatación de que todos somos esa primigenia fuente: todos somos Dios.  

 

 

NINGÚN OBJETO ES ETERNO

 

A estas alturas, el aspirante perspicaz, ya se habrá dado cuenta de que él o ella no es sino un objeto entre objetos. Un momento, ¿qué? Pues el centro existencial, el punto perceptor, que ve a diversos objetos moverse en su campo de influencia, es también un objeto más, variando de acuerdo a los objetos circundantes, como un espejo que cambia de acuerdo a quién o qué se posa frente a él. La percepción, aunque es más sutil que los objetos que ve, sigue siendo “vista” por un sujeto aun más sutil; entonces por más refinada que sea la consciencia, siempre es vista por un ente superior, que no es sino la misma consciencia modificada de tal manera que se separa del objeto más denso, identificándose con el más sutil.

 

Recordemos que la Realidad final no es perceptible: todo es un juego de la consciencia. Los objetos y sujetos no son sino bolas de billar chocando los unos con los otros… ¿y quién ve todo esto? Lo que sea que viere, no sería sino otro objeto más, “atrapado” en la percepción que es proyectada de alguna “otra” parte.

 

Tomemos un ejemplo. Supongamos que tengo una visión de la Realidad Final. ¿Es ésa la Realidad Final realmente? Mi visión sería nada más que un “video” con cierta duración en el espacio-tiempo, y mi percepción del video y del lapso espaciotemporal también sería otro video, otro objeto, y la “percepción de mi percepción” también sería “objetificable”, etc. Entonces, para evitar la regresión infinita, debo admitir de entrada que, sin importar lo sutil de mi percepción, tanto lo percibido y el perceptor, son meros objetos temporales y relativos, desechables y por ende, no la Verdad Última.  

 

Y ésta es la esencia del método objetivo: que mientras siga percibiendo, soy una mera cosa; pero cuando voy descartando todas las cosas, soy la fuente de todas las cosas, que no es “cosificable” ni perceptible.

 

Por eso no existe un Ser Supremo identificable por la mente o la consciencia, excepto como objeto o proyección. ¡Uno mismo es el Ser Supremo eternamente misterioso!   

 

UNO MISMO ES LA FUENTE DE TODO

 

El aspirante que se crea diferente a Dios o al Ser Supremo, todavía no está hollando el camino de la iluminación. Uno mismo es la fuente original, la primera causa, el principio y el fin de todo. Uno mismo es la Realidad Final, aquí y ahora. Quien no lo piense y sepa así, esta creando dualidad, y deberá hacerse cargo de su creación hasta que se disuelva o funda en la Realidad Final; así que, ¿por qué no hacerlo ya ahora mismo?

 

La iluminación es reconfortante, por la tremenda “cantidad” de paz que podemos derivar de ella siempre que queramos; pero al mismo tiempo es frustrante, debido a que las ondas positivas de nuestras expectativas no hallan objeto alguno en lo que puedan reflejarse, excepto en nuestro propio ego, que es de donde surgieron en primer lugar. Es como un gatito “atacando” su propia sombra o reflejo, pensando que su doble es el agresor, cuando que solamente emula, repite los movimientos que el gato original hace.

 

Toda ilusión que tengamos sobre la iluminación, es solamente eso, ilusión. Y no habría ningún problema de no ser que a veces los aspirantes se aferran tenazmente a ellas, hallando identificación y filiación en y con sus propias fabricaciones mentales. Y es natural que éstas al destruirse o no cumplirse, como suele y debe ser, el aspirante sufra tremendamente. Como una pandorga que, al no haber viento que la mantenga en alto, se precipita lenta pero inexorablemente sobre tierra. 

 

Es que el ego halla placer en forjarse expectativas y en llevarlas a cabo, y puede jugar ese juego muy bien, siempre y cuando sea ignorante de las sutiles corrientes que lo controlan, como los invisibles hilos de la marioneta. Solo que cuando la mente se purifica, su visión se clarifica, y se ven las antiguas motivaciones e impulsos de manera obvia, debiendo ahora buscar algo “mejor” con lo que entretenerse. Es natural que pase eso, no podemos esperar que un adolescente se siga maravillando de un juguetito que se le compró a los cinco años.

 

Cuando el ego termina su maduración, se ve a sí mismo como una cosa entre cosas, y ya no desea perseguir cosas externas o internas, sino que halla satisfacción en la interacción total del sistema, cuyo origen ya no se preocupa en definir o investigar pues sabe, más allá de toda duda de dónde ha surgido: de sí mismo. 

 

TODA PERCFEPCIÓN ES MANIPULACIÓN        

 

Y toda manipulación es percepción. Porque siempre es un juego dual: proyección y percepción, desdoblándose, acoplándose, danzando de infinitas maneras. La fuente no es percibida ni proyectada, y justa y solamente por eso es la Realidad Final, sólo que la mente engorrosa, siempre quiere algo que hacer.

 

Y es ahí donde la meditación deviene una necesidad: debido a la energía mental que, de acuerdo a la percepción, no ha sido asimilada correctamente en la primordial fuente. Lo mismo que se va cargando agua en un recipiente y queda hasta el tope, excepto por cierta cantidad que se desbordó.

 

Esta ilusión es muy particular pues los aspirantes sienten que “tienen que hacer algo” con sus vidas, con su tiempo o lo que fuere; ilusión que termina sustanciándose y tomando forma gracias a esa energía mental sobrante.

 

Iluminación no quiere decir control absoluto, los maestros (o mejor dicho: los restos kármicos que antes eran los maestros) siguen también evolucionando, modulando en estados de creciente armonía y amor. Un controlador absoluto quitaría la libertad, originalidad y espontaneidad características de los egos iluminados.

 

Nótese que hablo de “personas iluminadas”. Esto es una contradicción de términos; es una contradicción necesaria, sin embargo, hasta “llegar” a tal estado de comprensión, en el cual “el mundo sigue existiendo”, aunque no de manera ajena a uno.

 

O sea, que primero se debe tener una “comprensión intelectual”, luego una “realización personal” y lo que finalmente queda es una “manifestación misteriosa”.

 

Toda cosa que puede ser hecha, debe ser hecha; toda cosa que puede ser alabada, debe ser alabada y toda cosa que puede ser comprendida, debe ser comprendida;  dependiendo de si el aspirante tiene un carácter emprendedor, devocional o intelectual.

 

La primera contradicción, la “comprensión intelectual” se da cuando el aspirante finalmente entiende que existe la iluminación y de que es algo totalmente asequible para él o ella, pero que en realidad, “Eso” nunca podrá ser comprendido por el intelecto.

 

El segundo “paso” es la “realización personal”, el entender que efectivamente hubieron seres, maestros y sabios que se iluminaron y que uno mismo puede hacerlo también. Y el “lograrlo” radica en la desaparición de la persona como tal: esa es la realización.

 

La tercera paradoja es la “manifestación misteriosa”. Ese “algo” que somos se sigue manifestando, “sigue existiendo”, independientemente de nosotros, aunque, fuera de toda duda, seamos totalmente eso. La mente, en su afán de desenlace y la consciencia, en su sed de simetría, siguen esperando una especie de “cierre” de todo el camino emprendido, de “final feliz”. Pero el juego “sigue”, “continúa”; o mejor dicho: el aspecto del juego que sigue, dice que sigue.

 

Entonces, mientras haya percepción, hay acción, aunque sea el mero acto de percibir, y éstas también son meras cosas entre cosas.

 

¿Qué uno debe hacer, finalmente? Pues simplemente eso: su deber. La mente primero tiene al placer como estrella polar, y se humilla y embrolla en infinitos problemas para conseguirlo. Luego tiene al bien como un fin moral más o menos definido, pero falla al determinar un absoluto universal independiente, un categórico aplicable a toda persona y circunstancia. Y sólo al haber entendido y asimilado estos objetos la mente está lista a cumplir con sus obligaciones: el deber. Quizá no salve al mundo, quizá no ayude a millones: pero ciertamente no fallará en lograr la felicidad. Eso es el deber: la sencilla pero contundente sensación de hacer lo correcto, lo que nos corresponde, y que nos satisface completamente, individualmente; y al mismo tiempo, también sabemos que aportamos, aunque sea en medida ínfima, positivamente a la colectividad. 

 

En la manifestación misteriosa que es el iluminado, “lo que es” cobra la mayor importancia, y “lo que debe ser” pasa a segundo plano, como una abstracción ideal. Y aun así: ambas son meras cosas. 

 

EL SER ES EVOLUCIÓN Y DEVOLUCIÓN

 

Al entender que el mismo ser o la esencia, aún conserva cualidades vibratorias y al reconocer a la fuente como Realidad Final, aquí y ahora, se puede ver claramente a la consciencia como un ente que va evolucionando, operando cambios internos en sí mismo y enriqueciéndose, aun cuando partes de él estén plenamente iluminadas, y otras, completamente sumidas en la oscuridad.

 

“Al principio”, solamente habían impulsos azarosos, pulsos desordenados en la consciencia; un “caos” indefinido y “desconocido”. La “consciencia sensitiva” solamente siente energías ininteligibles e impredecibles, o sea: predominan las proyecciones sobre la percepción, y ésta se halla hundida y confundida ante el peso de lo que considera ajeno a sí misma.

 

Gradualmente, estos impulsos y pulsos, estos vectores energéticos van convergiendo hacia un sólo punto central: el ente o ego, que es el núcleo existencial. La consciencia “entitativa” se ha formado, y permanecerá en esa etapa mientras las proyecciones y percepción permanezcan en proporciones iguales o equivalentes.

 

Finalmente, cuando la consciencia se contempla a sí misma, las proyecciones amainan, y el maravilloso juego de las percepciones ocupa a la “consciencia pura”, “cuyo centro está en todas partes, cuya circunferencia no está en ningún lugar”.

 

Cada etapa de la consciencia, no solamente aglutina a las otras, sino que conserva y comparte íntegramente sus características con las demás, en un juego de cíclica repetición y reversión. Y todos los seres se hallan en esta danza sin excepción.     

 

Por ejemplo: en el caldo primordial hallamos una azarosa consciencia sensitiva, que a medida que las reacciones químicas se retroalimentaban en bucles catalizadores (y “catalizados”),  fueron surgiendo los primeros entes de vida biológica, virus, bacterias, células procariotas, etc. Éstas ya con una consciencia entitativa cada vez más refinada, y perfeccionada en las células eucariotas o células nucleadas, con un “ego” administrador y director de las actividades inherentes a toda vida, especialmente las “ribonucléicas”. Ahora, la conciencia pura no “apareció” hasta que millones de estas células se agruparon en tejidos y organismos superiores, que, sin perder la dinámica biológica (como lo demuestran los organismos unicelulares, protozoos, etc.), operan en un nivel de cognición tangiblemente superior a la de sus primitivas hermanas.

 

Este proceso existe en toda cosa, en todos los niveles. Cuando nace el ser humano, es un ser de consciencia sensitiva: un infante que ni siquiera puede abrir los ojos, que no controla sus funciones corporales, que no distingue ni discierne casi nada en su medio ambiente. Hasta que en su normal crecimiento y desarrollo va creando un ego, una consciencia entitativa que se convierte en el punto de referencia fundamental para existir y percibir en un mundo del que forma parte inescindible. Y cuando la persona desaparece en el océano de luz que es la realización: la consciencia que es y en la que se maneja; que es la inherente a todo el cosmos. La misma que hizo surgir este juego en primer lugar, la que percibe todas estas proyecciones: la consciencia pura.

 

Así que, ¿por qué detenerse en esta o la otra escala? Los átomos y galaxias danzan al unísono sus coreografías de atracción y repulsión por fuerzas que las enlazan y entraman y que, en lo esencial, no difieren las unas de las otras, o sea, son aspectos del mismo ser; esto es: son lo mismo.

 

UNIDAD ES VERSE EN TODAS LAS COSAS

 

Saberse la fuente de todo es muy sencillo si el ego está iluminado. Y de hecho, todos los egos lo están, sólo que algunos quizás no puedan reconocerlo totalmente. Y para que este reconocimiento sea certero y veraz, existe la meditación: para la continua constatación de la Verdad Absoluta.

 

La meditación tiene cuatro fases, complementarias y simultáneas, y son: pensamiento, proyección, entidad y fuente. El pensamiento (generalmente discursivo) se manifiesta en todo ser humano de una u otra forma, más o menos desarrollada. Es el natural verbalizar que ocurre en la mente, los “monólogos internos” que todos usamos con el menor esfuerzo e incluso: inadvertidamente. Por ejemplo: “Me gusta mucho esta cosa”, “Fulanito es muy atento”, “¿Por qué no me dejan en paz?”. Entonces, la primera etapa consiste en, primeramente, hacerse consciente de esta realidad, y luego observar estas arengas, estos discursos, estas palabras, esta oratoria interna con tranquilidad. Y de hecho: la esencia de la meditación es la atención desapegada.

 

A medida que se “escanean” estos hilos verbales, estas corrientes palabreras, se va notando que surgen de un “río” más sutil y profundo, una entidad a la que hace referencia todo el tren de pensamiento; y éste ente es la proyección. Por ejemplo: “Todos mis pensamientos de deudas que pagar, cuotas que abonar, bienes que poseer o proveer; señalan a una o varias proyecciones concretas y precisas: dinero, obligación y/o ansiedad”. O sea, existe una entidad (cosa, persona, idea) a la que hago referencia siempre que piense en ella, y mi mente, para analizarla o relacionarse con ella, emite palabras acordes a la atracción o repulsión que me sugiere ese ente, ese objeto, esa proyección. Obviamente si un objeto me produce sensaciones o humor positivo, pensaré cosas positivas sobre ello, y si me produce una sensación negativa, proferiré vilipendios sobre ello, y nada relevante si me parece neutral.

 

Al ver que detrás de nuestros pensamientos se encuentran estos entes o proyecciones, que nos causan un humor particular, nuestra mente se refina y sutiliza, para percibir estos objetos y encontrar su origen, su dinámica. La mente prosigue en su investigación y sopesa todos los entes, incluyéndose a sí misma, y llega a la conclusión de que todas estas proyecciones u objetos, son solamente partes de una Entidad Singular; un sólo organismo cuya múltiple y multifacética sustancia se mezcla en innumerables combinaciones, dando lugar a la apariencia de la separatividad y relatividad.            

 

Pero esta Entidad transfinita (infinita si es vista de manera infinita, finita si es vista de manera finita) no es el “punto final”. El santo grial se encuentra al realizar que incluso el Ser Supremo tuvo que tener alguna especie de génesis u origen: y eso es la fuente. El aspirante debe identificarse con la fuente de todo, sin desviarse por los interminables objetos fenoménicos que en legión se lanzan a perturbar su estado primordial.

 

La fuente no puede ser percibida ni aprehendida: por eso es la fuente. Si una entidad puede ser conocida, sería delimitada por nuestra mente, y por ende, finita. Ahora, ¿puede el infinito ser conocido? ¿Puede el Ser Supremo ser asimilado? No. Hablar del infinito con una mente finita es inconsistente, ilógico, inválido. Y si una “mente infinita” ejerciera manifestación, ésta, en la práctica, no podrá sino hacerlo en dosis limitadas y fraccionadas, finitas. Entonces lo infinito carece de relevancia porque carece de valor, ya que al conocerse su valor, deja de ser infinito.

 

Las vueltas y laberintos de la razón no llegan a la fuente: meramente constatan la suave certeza que surge de la experiencia directa. Uno es la fuente, pero esto no puede ser utilizado por la limitada mente y sus limitados propósitos.

 

EL PRINCIPIO ES EL FIN, EL AHORA ETERNIDAD

 

La Verdad Absoluta no puede ser enunciada, pero sí se pueden construir sistemas que atraigan a la mente por su hermosura estética, y la distraigan y lleven poco a poco a la misma fuente de donde ella y todo surgió…

 

Materia: la realidad más evidente y obvia es que el universo está hecho de materia tangible. El sentido común acepta toda explicación física como cierta, y ya que el cuerpo mismo de los seres humanos está hecho de materia, es natural que todo lo demás también.

 

Energía: solamente que al profundizar más en la materia se ve que está compuesta de energía. Materia y energía son dos aspectos de la misma cosa, dos caras de la misma moneda; y, a medida que exploremos estados energéticos más altos, y vibraciones más allá del espectro electromagnético, iremos desvelando una realidad subyacente más sutil.

 

Pensamiento o misterio: el pensamiento es una “forma” de energía, pero es también algo más. Algo que fermiones y bosones no pueden predecir ni producir; al contrario: se alinean, persiguen y obedecen a este ente misterioso que parece dar forma y crear el universo.

 

Mente: cuando los pensamientos se acumulan en grandes cantidades, ciertos estados energéticos más o menos azarosos han de producirse. Pero cuando se organizan de manera ordenada e inteligente, es creada la mente. Toda persona tiene una mente y lo sabe, porque tiene pensamientos. Una mente es como un enjambre de abejas viajando al unísono, son pensamientos nucleados en el mismo centro existencial o ego.

 

Consciencia: cuando se investiga la mente y se llega a su origen, se encuentra a la consciencia. La mente no es sino un derivado de ciertas proyecciones y percepciones que se dan en un nivel más sutil, de un potencial creativo ilimitado que literalmente crea universos de la nada.     

 

Espíritu o esencia: cuando vemos que la consciencia esta ocupada y preocupada en proyectar y percibir mundos, nos disolvemos en su sustancia subyacente: la esencia. Esta esencia o espíritu está más allá de la percepción, aun así: existe, y se conoce a sí misma de manera intrínseca e inherente.

 

Vida: cuando la esencia o el espíritu se “cosifica”, lo que conocemos como vida surge. La vida biológica o natural es un aspecto meramente de la Vida en sí. La vida jamás es aislada, siempre existe en sistemas entrelazados e interdependientes.

 

Amor: es la sensación o sentimiento de unidad. Al ver que la esencia vital y la realización individual están íntimamente relacionadas con la unidad y comunión del sistema, el amor surge como natural sustrato y propósito de toda vida.   

 

Dios o fuente: el Ser Supremo, la Verdad Absoluta, la Realidad Final. Meros nombres que designan lo innombrable, que señalan lo invisible, que conforman lo intangible. Dios es una palabra que significa diversas cosas, y entre otras (la más importante): nosotros mismos.

 

SER Y HACER FELIZ ES IMPORTANTE, LO DEMÁS ES DETALLE

 

Dios es uno, uno es Dios. Uno es el sujeto que no puede ser rastreado ni tocado por los infinitos objetos que existen, existirán o existieron. El mundo, la mente, los egos, las creencias, estas mismas palabras, todos son objetos bailando, vibrando, paseándose en la existencia o percepción (otro objeto), en sus interminables creaciones, operaciones y destrucciones.

 

¿Se puede dar una descripción, una idea fidedigna de lo que es la Realidad Final? No. Pero sí se puede depictar una mente que se halla semifundida en la Verdad Absoluta. La mente iluminada no es una mente propiamente dicha, sino esencia o espíritu. Y de este espíritu se puede decir que tiene tres cualidades: espontaneidad, inmediatez e infinitud.

 

Es espontáneo porque no prejuzga ni actualiza ninguna circunstancia previamente pensada, ningún objeto o situación prefabricada, o sea, es siempre nuevo y fresco, innovador y creativo. Es inmediato porque no se sirve de agentes externos para realizar nada: si necesita algo, simplemente lo crea, no se vale de otra entidad para traerlo a sí o manufacturarlo. Y es infinito porque si tiene la capacidad de crear algo, puede hacerlo ilimitadas veces, cuanto le plazca, ya que carece de restricciones energéticas. El espíritu es así, y todos somos espíritu.     

 

El método objetivo consiste en ver todo como meros objetos, con su relativa importancia, con su contextual relevancia: con amoroso desapego. Al desnudarse de toda arrogancia el ego se ve como lo que realmente es: una mera cosa más. Esta visión de unidad que confiere el saberse un objeto más, como el resto de objetos, evita la destructiva espiral a la que llevan los engaños, y se es feliz en cualquier circunstancia.

 

Y la felicidad es el fin de todo, el natural desenlace de una investigación seria y sincera, de una búsqueda fructífera. Si la iluminación no trajese consigo la felicidad, sería despreciable, y ni siquiera tendría sustancia. Es como la redondez de la perla, o el agua de la gota, o el oro de las joyas: sustancia sin forma o forma sin sustancia es absurdo. Así también la felicidad es la sustancia de la iluminación.     

 

Entonces: que todos los seres sean felices, que todos los mundos armoniosos, que todos los deseos justos cumplidos, en crecientes oleadas de bondad, positividad y expansión.

 

¡Paz y amor a todos!



Documento facilitado por el Autor

Registro: Julio 2012








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