PURAHÉI ÑEMBO'E
El canto de los estacioneros sobrevive
En los días santos el canto de los pocos grupos de estacioneros -término que se usa solo en la capital y sus alrededores y desconocido en regiones como el Guairá, según RAMIRO DOMÍNGUEZ- que sobreviven, es el símbolo de una cultura que, aun herida por el olvido, se resiste a morir.
Los estacioneros son grupos de hombres -a veces también hay mujeres- que en la Semana Santa, sobre todo, salen a cantar en los calvarios de sus comunidades. El repertorio -purahéi ñembo'e, canciones-rezos- rememora diversos episodios vinculados a la historia de Jesucristo, sobre todo los relacionados a su pasión, muerte y resurrección.
LUIS SZARÁN y JOSÉ ANTONIO GÓMEZ PERASSO (1) hablan de los rasgos musicales resaltantes de esta expresión popular religiosa. "Se caracterizan -dicen-, por la frecuencia de arcaismos hispánicos y guaraníes y por un sentido formulístico: repetición terminológica de connotación ritual. La apocopación en el canto, al final de las frases, es ampliamente difundida entre los diversos grupos, aunque no constituye un patrón estricto, al igual que la alteración de los textos, omisión o sustitución aislada, muchas veces, del contenido original".
Casi todo el corpus vivo de las canciones de los estacioneros tiene su raíz en la evangelización franciscana. Habría también algún aporte jesuítico de menor relevancia.
Más que abordar a profundidad lo relacionado al purahéi ñembo'e, la intención es ofrecer aquí, sin intervención, algunos textos compilados de la oralidad por DIEGO MARTÍNEZ, uno de los mayores conocedores del tema. En la iglesia de Ñemby es donde en los ára santo se puede escuchar el más puro canto de los estacioneros.
(1) Szarán, Luis; Gómez-Perasso, José Antonio.
Estacioneros. Arte Nuevo, Asunción.
CRUZ MADERO SANTO (X)
Cruz madero santo
Jesús omano hague
upévare ome’ê ichupe
ko poder tuichaitéva.
Cristianomi orerekópe
rojumi niko nde rópe
roguardávo la potencia
rocumplívo la penitencia.
Néikena kurusumi
errogami ore rehe
ha ore reja nendive
yvápe ore roike.
He’íko kurusumi
reikove pôvâ guive
rogueraháne chendive
yvápe pogueroike.
VIERNES SANTO
En el día de viernes santo
pehecháta enterove
Ñandejára yvatéte
kurusúre ojeclava.
No tengo más que este hijo
no tengo más que esta flor
que me ha criado el tiempo
el tiempo de Salomón.
Más arriba de Belén
cuántas leguas del calvario
de dicha mujer cristiana
todo vestido de blanco.
-No ha visto mi amado hijo
-Sí señora lo he visto,
por aquí pasó señora,
una cruz lleva al hombro.
POR EL RASTRO
Por el rastro de la sangre
que Jesucristo derrama
camina la Magdalena
cruz bendita acompaña.
Señora de bienvenida
señora de bien hallada
no pasaba por aquí
un hijo de mis entrañas.
Por aquí pasó señora
cuando los gallos cantaban
las campanas de Belén
tocando el alba estaban.
Una cruz llevó al hombro
de madero tan pesado
como era madero nuevo
cada paso arrodillaba.
Una soga llevaba al cuello
con eso se tropezaba
una espina de corona
que todo ensangrentaba.
(*) Estas letras fueron copiadas del cancionero de DIEGO MARTÍNEZ.
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