No para describir la manera arrastrada y casi llorosa en que a ratos se manifiesta la música popular campesina sino para menoscabarla y hasta despreciarla se la suele llamar "PURAHÉI JAHE'O". CARLOS RUBÉN OJEDA, profundo conocedor y difusor de la producción de inspiración folklórica de tierra adentro, la llama, con tino, "PURAHÉI OKÁRA". Toda expresión artística necesita ser interpretada en el contexto del espacio y el tiempo. Las condiciones socioculturales determinan la forma y el contenido de la música que arrastra un río de sentimientos en un momento dado de la historia de un pueblo.
Sus autores son hijos legítimos de las circunstancias en las que viven y desarrollan su arte. Vano será, entonces, pretender juzgarlos con parámetros ajenos a los que les son propios y esenciales.
ABDÓN PERALTA BURGOS -músico, poeta y compositor nacido el 18 de octubre de 1940 en el lugar denominado Valle'i, de la compañía Potrero Angelito del distrito de Itacurubí de la Cordillera, a orillas del arroyo Yhaguymi-, es una muestra de cómo el arte popular encuentra las voces que transmiten sus diversos rostros. Con RUFINO PÉREZ BURGOS, su primo hermano, formó el legendario DÚO PÉREZ-PERALTA.
"Su éxito, tanto en nuestro país como en la Argentina -donde era admirado y querido por los Hermanos Cardozo y los Hermanos Barrios, de Corrientes, con quienes actuaban- duró unos diez años, en toda la década de 1970. Ellos vivían en Eusebio Ayala y desde ahí salían para cumplir sus compromisos. Después fueron en picada y ya no hubo caso de recuperarlos", comenta el profesor GREGORIO PÉREZ BURGOS, autor de MI BARQUITO DE ESQUELITA. Abdón tejió en su compañía sus primeras ilusiones musicales hasta que ocupó su lugar su hermano Rufino.
"El conjunto que acompañaba a las dos voces, inicialmente, estuvo integrado por MENELIO PERALTA -primo de Abdón-, y CATALINO GIL, en el acordeón. Ambos se retirarían luego para ceder su lugar a FEDERICO YAHARÍ en el acordeón y SILVIO MORA en el arpa", recuerda Gregorio.
Abdón Peralta tenía un prodigioso don natural para componer música. Como no leía ni escribía, aprendía de memoria sus versos y luego creaba la melodía. Catalino Gil era el que le trascribía las letras que le dictaba.
Alguna vez, andando entre sus amigos que le reclamaban una polka para los cordilleranos, compuso CORDILLERANO KO CHE. Allí menciona cómo su guitarra es para él un vehículo de alegrías, recuerda su casa -que "más que construcción era un timboguy que solo abandona-ban para guarecerse de la lluvia bajo techo", según atestigua Gregorio Pérez Burgos-, se llena de júbilo por el arte que profesa y no se olvida de mencionar a su amada, destinataria de BLANCA ROSA, MI QUERIDA.
Esa fue la mujer de su vida. Se convirtió en su felicidad y su desdicha, en su gloria y en su calvario. Ella se hacía llamar Estela, pero su nombre verdadero es JOSEFINA SAMUDIO. Viviendo en Eusebio Ayala, la conoció en el Bar Ideal. "De allí la llevó y tuvieron dos hijos (Ángel Abdón y Gloria Marlene). Después le abandonó por lo que muchas de sus composiciones le dedicó a la que amaba", acota el docente.
Otras composiciones de este autor son Nde rayhu põrãva, Ko'ãga che roheja, Ndachesuértei anga che, Naimo'ãi che reja, Techaga'u che añua, Ejúna che konsola, Ahechasénte chupe, Jareikuaáma nde rayhuha, Hesénte che ãhóva, Enteroite rayhuha, Che irýrãmi aipota, Gloria Marlene y Entero javy'ase.
A los 49 años, el 2 de abril de 1989, murió Abdón Peralta según la información recogida por el profesor de Guarani CARLOS LUGO BRACHO tras consultar con Catalino Gil, Crecencio Medina y el propio Gregorio Pérez Burgos. Su texto original sirvió de base para escribir esta historia.
