CHE TAVAPY

TIEMPO RECOBRADO EN LA NOSTALGIA

Letra y música: FELIPE SANTIAGO MOREL VEGA.

JOSÉ DOLORES VEGA sintió que su sangre le empapaba el cuerpo. Ya los cañones y los fusiles se habían llamado a silencio. El herido escuchaba la risa de los brasileños en Cerro Corá el 1º de marzo de 1870. Cuando lo revisaron, para rematarlo, simuló estar bien muerto.

El combatiente  malherido, abandonó el desolado campo donde se había librado el combate final dé la Guerra Guasu. Agusanado, llegó a Concepción. Manos generosas le cuidaron con paciencia infinita. Y cuando, lleno de cicatrices, recobró su fuerza, volvió a su natal Franco Isla, en las orillas del Lago Ypoá.

Esta es la historia que escuchó el cantante y compositor FELIPE SANTIAGO MOREL VEGA -nacido en Tavapy, hoy Roque González de Santacruz, en el departamento de Paraguarí, el 1 de mayo de 1935- acerca de su abuelo. "Era poeta y fue el padre de mi madre así como el de mis tíos Anselmo y José Pío Vega, músicos. Esa escena de su resurrección siempre me impresionó. No tuve la suerte de conocerlo, pero me solían contar que venía de Franco Isla a la fiesta patronal de Tavapy donde yo, a los tres años, con una guitarra de juguete, ya cantaba en medio de la gente. Pienso que el amor al arte me viene de mi abuelo y de mis tíos incluyendo también a dos hermanos de mi padre, Venancio y Marcos Morel", recuerda Morel Vega quien hoy alterna el oficio del canto con el de la sastrería.

"Mi pasión siempre fue cantar. FIDELINO CASTRO CHAMORRO, el gran guitarrista que brilló en Buenos Aires al lado de TEÓFILO NOGUERA ÁVALOS, era de Tavapy. Fidelino me llevó a Buenos Aires y me hizo actuar por primera vez allí. Estuve diez años en la Argentina. Volví en 1971. Estudié también canto con SOFÍA MENDOZA y con EMILIO BOBADILLA CÁCERES", relata.

A los 15 años había venido de su tierra a Asunción. En la casa de su hermana, ancló en un barrio de músicos: Pinozá. Vicente Fernández lo inició en el arte de hacer trajes a la medida.

"En 1994 más o menos compuse una canción para mi valle. Recordaba escenas de mi infancia. Chinita Montiel, cuando yo estaba en el primer grado y ella en el tercero, era la estrella de todos nosotros. Con el tiempo se casaría con JUAN ALFONSO RAMÍREZ, recorriendo el mundo con su conjunto. En la poesía voy pintando algunos rasgos históricos de mi pueblo: por ejemplo que allí, tras una batalla, había capitulado José de Antequera y Castro en tiempos de la Colonia española", cuenta el autor de CHE TAVAPY.

"Además de Fidelino, nuestro gran guitarrista, había en el pueblo un personaje muy particular: le llamábamos TARÚKE, pero en realidad su nombre era Eugenio. Su apellido ya no recuerdo. Su apodo provenía del hecho de que tomaba caña y siempre decía “erúke" de lo cual se sacó Tarúke. Era un músico popular por excelencia. Tocaba el clarinete en la banda local. También el bandoneón y cualquier instrumento que cayera en sus manos. A él, nombrándolo, le rindo un homenaje", concluye el autor de la letra y la música de la canción que él mismo grabó.

CHE TAVAPY

Al volar yo de mi pueblo quedó un dulce pukavy

un amor de adolescente e inocente en Tavapy

la escuelita que me diera el abc oĩ mombyry

maestra, la primera, hi'ãite ahecha jevy.

Pedacito de la historia de Antequera fue trinchera

el espejo allá a lo lejos omimbi Lago Ypoá

niño obrero, bronceado cosechero de algodón

y la lucha por la vida y por un tiempo mejor.

Tarúke, su clarinete, el jinete y su corcel

Fidelino el guitarrero y Chinita Montiel

en una noche serenata musitando un trovador:

no te olvides pueblo mío, soy tu hijo y tu cantor.

Letra y música: Felipe Santiago Morel Vega.