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APOLONIA FLORES
17 de Abril de 1967
 
APOLONIA FLORES


Datos biográficos:

APOLONIA FLORES : Era el 17 de abril de 1967 cuando nació Apolonia Flores Rotela, en un humilde rancho campesino, en Misiones. Su padre se sentía conforme, pues como el embarazo de la esposa había presentado algunas complicaciones, esperaba que la hija tuviese algún problema; peno no, todo salió perfectamente, todo normal.

La familia vivía en Santa Rosa, Departamento de Misiones, y estaba vinculada a la organización campesina que se formara desde comienzos de los años 60 con el apoyo de la Iglesia, las Ligas Agrarias Cristianas. La experiencia era interesante, pues se apostaba a recuperar la agricultura tradicional, que priorizaría los cultivos de autoconsumo, por una parte, y la solidaridad entre semejantes, por otra parte, valor profundamente cristiano, que se estaba dejando de lado.

Desde una perspectiva general habrá que destacar que el período en cuestión era de cierta flexibilidad política: ese año 1967 se reunió la Asamblea Nacional Constituyente para elaborar una nueva Carta Magna; los partidos políticos de oposición democrática habían participado del proceso y anunciaban su interés en participar de las elecciones generales al año siguiente.

No todos los sectores acompañaban estas posturas, por supuesto, y ese era el caso de los socialcristianos, a los que estaban vinculados los padres de Apolonia, que más bien asumían posiciones de frontal oposición al stronismo: durante la primera mitad de los años 60 se había impulsado la creación de la Central de Trabajadores Cristianos, para el sector urbano, de la Juventud Obrera Cristiana, para los jóvenes, y de las Ligas Agrarias Cristianas, para el sector rural. A nivel político, concretamente, se había fundado el Partido Demócrata Cristiano.

Pero la década del 70 fue de especial adversidad para las Ligas Agrarias Cristianas, pues se procedió a expulsar del país a los sacerdotes jesuitas que colaboraban con los campesinos y a proscribir las actividades de las Ligas; en un enfrentamiento realizado en Caaguazú, terminaron apresando a uno de los principales referentes campesinos del país, Victoriano Centurión.

De acuerdo con testimonios de Victoriano Centurión, como muchos campesinos carecían de tierras para cultivar, varios dirigentes, bajo su liderazgo, habían mantenido un encuentro con el ministro del Interior del general Alfredo Stroessner, Sabino Augusto Montanaro. Este les prometió una parcela de tierra para colonizar, la que resultó ser la que después de denominaría Acaray-mí, en Alto Paraná.

Hasta esa colonia trasladaron a campesinos de diversas regiones, pero Victoriano Centurión se desvinculó forzosamente del proyecto, debido a su detención. No obstante, habrá que dejar constancia sobre que el proceso de poblamiento de la colonia prosiguió y es en ese contexto, justamente, que la familia Flores Rotela, incluyendo a Apolonia, se trasladó de Misiones hasta allá.

Apolonia, al igual que muchos de sus pares, tuvo una baja escolaridad, apenas hasta el segundo grado de la educación primaria. Como muchos de sus pares, niños y niñas, estaba condenada a sobrevivir en condiciones muy precarias, siendo su única posibilidad de evadir ese terrible círculo vicioso sumarse al flujo de migrantes, que buscaban mejores condiciones fuera de su país, sobre todo en Argentina.

COLONIA BAJO ACOSO

Pero la suerte de la Colonia Acaray-mí no fue de las mejores, sino a la inversa, sobre todo porque por su privilegiada ubicación estuvo sometida a un acoso doble, sin que sus pobladores siquiera comprendiesen las razones del por qué.

La cuestión fue la siguiente: desde comienzos de los años 70, y más claramente desde que se iniciara la construcción de la hidroeléctrica de Itaipú, en 1974, la región de Alto Paraná fue progresivamente invadida por colonos brasileños, en el marco de una política expansionista aplicada desde el poderoso país vecino, conforme lo había explicado abiertamente el principal asesor de los regímenes militares del Brasil, Golbery de Couto e Silva.

La penetración brasileña –que por cierto se extendió a todos los Departamentos fronterizos– privilegió la zona de Alto Paraná debido a las claras ventajas que ofrecía la región en términos de infraestructura. Por allí pasaba una ruta fundamental, que unía la capital paraguaya, Asunción, con la ciudad fronteriza de Puerto Presidente Stroessner, frente a la localidad brasileña de Foz de Iguazú.

Los colonos brasileños que en masa se instalaron en el Alto Paraná se centraron en el cultivo de granos, sobre todo de soja, una oleaginosa, y de trigo, con buen desempeño por las condiciones climáticas de la zona. El proceso de entrada de los que rápidamente fueron llamados de “brasiguayos” se acompañó con un acelerado ritmo de mecanización de la agricultura; tractores, trilladoras, cosechadoras,…, dieron una nueva faz a la agricultura paraguaya, hasta entonces motorizada con el tradicional “arado-yvyrá” (Arado de madera).

Las tierras del Alto Paraná pasaron a adquirir un valor inmenso, con respecto a los valores anteriores, por lo que se dio una disputa interna muy fuerte por poseer los títulos de propiedad de las mismas. No todos las ambicionaban para usarlas productivamente, sino para mercar con ellas.

Ese fue el caso, también, que afectó a la Colonia Acaray-mí, en que la esposa de un jerarca militar del stronismo, del general Ramos Giménez, reclamaba para sí la propiedad sobre las tierras ocupadas por los campesinos.

Esto instaló una situación muy especial, pues los habitantes de la Colonia recibieron el doble acoso de colonizadores brasileños, que pretendían las fértiles parcelas, y de la esposa del general Ramos Giménez, que enviaba con frecuencia pequeñas patrullas de soldados para presionar a los campesinos, pidiéndoles abandonar el lugar. La resistencia ganó fuerza desde fines de los 70, debido a que Victoriano Centurión, convencido de la necesidad de impulsar la lucha armada contra Stroessner, utilizó la Colonia como punto de apoyo clave.

RADICALIZACIÓN CAMPESINA

La Colonia Acaray-mí era básicamente una Colonia postergada, como muchas otras, pero desde finales de los 70, 1979, vivió un proceso muy especial, pues el carismático dirigente campesino Victoriano Centurión había instalado en ella una suerte de “Base de Operaciones” para un proyecto de desarrollo de una lucha guerrillera contra el stronismo.

Muy esquemáticamente, el proceso fue el siguiente:

1. En setiembre de 1979 se había organizado tres encuentros juveniles en el local del Partido Febrerista, la “Casa del Pueblo”. Promovió la realización de los mismos la Juventud del partido, y consistió en un encuentro de jóvenes estudiantes, otro de obreros y otro de campesinos.

2. Del encuentro de jóvenes campesinos participaron personas como Victoriano Centurión y Gumercindo Britez Coronel, que no precisamente eran jóvenes. Pero al margen de este detalle, lo cierto es que muchos dirigentes campesinos cuestionaron las posturas radicales de Centurión, con el argumentos de “Habría que estar con las bases…”. Centurión vivía en San Lorenzo, Gran Asunción, no en el campo.

3. Centurión aceptó el desafío de “bajar a las bases” y desde octubre, en compañía de Gumercindo Britez Coronel (Un ex preso político y miembro del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo “pro-chino”) se trasladó al campo, primero al Departamento de Caaguazú, de donde era oriundo Centurión; después a la Colonia Acaray-mí, Alto Paraná.

4. En noviembre, Centurión y Britez ya estaban resolviendo conflictos campesinos a través del empleo directo de la fuerza, como abrir caminos vecinales arrancando alambradas, o carneando ganado para alimentar a las personas que estaban pasando hambre.

5. Desde finales de 1979, y más concretamente desde comienzos de 1980, ambos líderes, ya en la Colonia Acaray-mí, comienzan a preparar una eventual columna guerrillera, que comenzaría una lucha a la que se acoplarían otros dirigentes y activistas, en otras regiones del país, de acuerdo con las especulaciones de Victoriano Centurión.

6. En el marco de un último debate, en febrero de 1980, con referentes de la capital, los líderes campesinos se reafirman en sus intenciones, pese a que acordaron esperar hasta que el 15 de marzo de 1980 se realice un encuentro conjunto para ver cómo proseguir.

Pese a los acuerdos, en la noche del 7 de marzo una columna de 20 campesinos armados avanzan en dirección al kilómetro 37 de la ruta que llega a Puerto Presidente Stroessner. La columna estaba integrada por 18 varones y dos mujeres: Apolonia Flores y Apolinaria González.

Se toma por asalto un ómnibus de la empresa Rápido Caaguazú y al no responder positivamente ante el pedido del personal que se encargaba de una unidad de represión al contrabando, se produjo un breve tiroteo entre los guerrilleros y los agentes. Más adelante, a la altura del denominado Campo 9, los ocupantes abandonan el ómnibus y se internan en el monte. La reacción del Gobierno de Stroessner fue inmediata y desproporcionada; se estimaba, en ese entonces, que había movilizado más de 5.000 hombres, entre personal de las Fuerzas Armadas, la Policía y milicianos del Partido Colorado.

Al frente de las operaciones represivas se designó al general Benito Guanes Serrano, Jefe de Inteligencia Militar. Los efectivos militares montaron su Cuartel de Operaciones en la sede de la embotelladora de la bebida Coca Cola. Cuatro días después, el 11 de marzo, las fuerzas represivas se encontraron con diversos grupos de la columna guerrillera. Ocurría que se habían dispersado en grupos e cuatro integrantes, por lo que los encuentros se dieron por separado.

Apolonia Flores, así como Apolinaria González, quedaron con Victoriano Centurión y Mariano Martínez.

Como resultado general de los enfrentamientos se tuvo: 10 muertos, 6 detenidos y 4 prófugos. En el marco de los combates, Apolonia Flores Rotela, de apenas 12 años, resultó herida con cinco (5) impactos de bala. Conforme algunos comentarios posteriores, ella habría sido ametrallada en las dos piernas.

ENCUENTRO CON STROESSNER

Apolonia había quedado tendida en el suelo, consciente, pero sin poder moverse. En un principio nadie le prestó mucha atención, pues pensaban que se había muerto; de hecho, ella pensó en un primer momento que lo mejor sería fingir que había fallecido. Pero un grupo de militares se aproximó a ella, la desnudaron y comenzaron a tocarla en sus partes íntimas, cuando ella reaccionó protestando.

En un comienzo, le hicieron fogosos interrogatorios, con la finalidad de saber dónde estaban los demás miembros de la columna guerrillera, hacía dónde habían huido. Ella nada sabía, por lo que les decía eso, al tiempo en que les comentaba que tenía dolores muy fuertes. Haciendo caso omiso de las quejas de la niña-prisionera, la misma fue abusada sexualmente, siendo abandonada después en el mismo lugar.

Cuando un grupo de oficiales fue informado sobre el caso, se ordenó el traslado de la misma al Puesto de Salud de la ciudad de Caaguazú, donde se le prestó los primeros auxilios. Después la llevaron al Policlínico Policial “Rigoberto Caballero”, en Asunción, donde se procedió a operarla de las heridas.

Por una cuestión de seguridad, de acuerdo con las enfermeras, la tenían amarrada a la cama. Un día, se anunció la presencia en el Sanatorio del propio presidente de la República, el general Alfredo Stroessner.

Mantuvo con la joven combatiente una breve conversación, pues la mayor parte de las preguntas del presidente, ella no respondió. De todos modos, demostró ser una persona con convicciones bastante firmes, pues antes que ponerse de rodillas ante el enemigo, justificó sus actuaciones, diciéndole al presidente que solamente había estudiado hasta el segundo grado de la primaria y que vivía en condiciones de pobreza extrema.

Stroessner le prometió ayudarla. Le dijo que le haría estudiar “Corte y Confección” y que le asistiría para que prosiguiera sus estudios, además de asegurarle un nivel razonable de vida. Ella nada respondió.

Días después, una de las enfermeras que había escuchado la conversación entre ambos, le insistió a Apolonia sobre la necesidad de que aceptara la oferta: “No seas tonta, además de recuperar con rapidez tu libertad, tendrás un futuro asegurado”. Apolonia entendía que la enfermera no actuaba de mala fe, pero también sabía que de aceptar las condiciones que el dictador le ofreciera, estaría deshonrando a sus compañeros, sobre todo a quienes habían perdido la vida en las selvas de Caaguazú.

Poco tiempo después, Stroessner volvió a pasar por el Policlínico Policial y mantuvo una corta charla con la detenida. Básicamente, le reiteró su ofrecimiento, y ante la negativa de la precoz combatiente, el dictador se irritó y dispuso su inmediato traslado a la Cárcel de Mujeres del Buen Pastor.

La enfermera llamó la atención de los médicos sobre la imposibilidad de llevarla al Buen Pastor en esas condiciones: “Será muy difícil que se recupere, si ni siquiera puede ahora caminar”. Sin embargo, nadie quiso escuchar excusas; la orden del presidente se cumplió tal cual, siendo trasladada la niña-prisionera a la Cárcel del Buen Pastor.

Para asombro de propios y extraños, Apolonia se recuperó de manera razonable, si bien las profundas y numerosas heridas dejaron secuelas. Durante un año estuvo en prisión, saliendo de la misma con menos de 14 años.

Los hechos que tuvieron entre sus protagonistas centrales a Apolonia Flores Rotela, entre otros, se basaron en la sospecha de que en el marco de una inestabilidad política severa, el cambio del general Alfredo Stroessner se daría de inmediato. Así, tanto Victoriano Centurión como Gumercindo Britez, sostenían que el Brasil no aceptaría el desarrollo de una lucha guerrillera en la región.

La situación era compleja, pues el Brasil soportaba fuertes presiones internas por la democratización, sobre todo las que derivaban de las crecientes movilizaciones sociales, obreras. El líder sindical del “ABC Paulista”, Luiz Inacio “Lula” Da Silva, había surgido como fuerte referente de contestación en ese entonces; nadie podía sospechar siquiera, que ese líder sindical se convertiría alguna vez no solamente en presidente del Brasil, sino en el presidente más prestigioso de la historia del Brasil.

LA CONTINUIDAD DE LA LUCHA

Pero la historia política de Apolonia Flores Rotela no se agotó en esas recias jornadas de 1980. Ella siguió militando en diversas esferas, apostando a favorecer el derrocamiento de la dictadura.

Así, en 1980 se había iniciado el trabajo de reorganización campesina. Sobre todo se mostraba dinámico el Movimiento Campesino Paraguayo, MCP, cuyo máximo referente, Gabriel García, mantenía frecuentes contactos con exiliados políticos radicados en Brasil. Apolonia, desde la perspectiva gremial, apostó y se jugó por el crecimiento del Movimiento Campesino Paraguayo, MCP. Y lo hizo de manera oportuna, pues en ese período de los 80, justamente, es que se instaló con fuerza el tema de los “sin tierra” en el país, cuando simultáneamente se daba el proceso de enajenación progresiva de fértiles campos a favor de los denominados “brasiguayos”.

Desde la perspectiva estrictamente política, Apolonia simpatizó con todas las iniciativas de izquierda, facilitando a los dirigentes y activistas de las diferentes experiencias, el acceso a las bases campesinas, que se mostraban ávidas por conocer más de las propuestas que se hacían llamar “progresistas” o “de izquierda”. Colaboró con el Movimiento Democrático Popular, MDP, como con el Movimiento Paraguayo de Liberación, MOPALI, como con grupos trotskistas.

Después de producirse el derrocamiento del general Stroessner, la precoz combatiente del 80, ya más despierta, entendió que la lucha debía proseguir, pues la simple vigencia de las libertades públicas no equivalía a superación de la pobreza. Por supuesto que valoraba lo que se había alcanzado en términos políticos, pero hasta hoy, con 44 años de edad, y siempre militante, piensa que la democratización tiene que ser general, abarcando todos los aspectos, no un fenómeno que se restrinja a lo meramente político.

Se alzó en armas contra una dictadura y para nada se arrepiente de haberlo hecho. “Creo que de darse las mismas circunstancias, lo volvería a hacer, aunque tal vez con mayor eficiencia. Me hubiese gustado volver a tener 12 años, con este nivel de conciencia y esta experiencia acumulada”.

Obs. : Retrato corresponde al artista FEDERICO CABALLERO

Fuente : REBELDES POR LA PATRIA, por ROBERTO PAREDES . SECRETARÍA DE LA MUJER DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA ( www.mujer.gov.py ). Comité de género de la ITAIPU BINACIONAL. COLECCIÓN KUÑA REKO. Editorial SERVILIBRO. E-mail: servilibro@gmail.com / Web: www.servilibro.com.py. Asunción, Paraguay, 2011.





 

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