LA PIEDAD
Serie 2 - VIRGEN
COLECCIÓN MANUEL A. DUARTE PALLARÉS - PILAR BURRÓ DE DUARTE
ASUNCIÓN - PARAGUAY
PIEZA ROBADA - ENERO, 2012
ENLACE A COLECCIÓN DE IMÁGENES DE ARTE SACRO ROBADAS
Madera tallada
Medida: 50 cm. (Aproximadamente)
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EL ROBO DE UNA PRUEBA DE LA ORIGINALIDAD ARTÍSTICA GUARANÍ
Estas piezas son muy importantes, ya que prueban la originalidad de los escultores guaraníes, a quienes los mismos jesuitas creían simples copistas, y que en este caso tallaron iconografías inexistentes en Europa.
Por DARKO SUSTERSIC
Investigador
Como autor del libro Imágenes Guaraní-Jesuíticas, Paraguay, Argentina y Brasil, publicado recientemente por el Museo del Barro, me siento consternado por la pérdida que significa la desaparición de parte de la Colección Duarte-Burró del Paraguay. Pero ese sentimiento no es solamente resultado de que en mi libro figuran varias piezas desaparecidas en el robo de la noche del 14 a 15 de enero último. Mi enorme preocupación y tristeza son consecuencia de que han desaparecido piezas de gran valor artístico y también afectivo, cuya calidad e importancia las vuelven irreemplazables, tanto para el corpus del patrimonio cultural paraguayo en general, como de la familia Duarte-Burró en particular, además de ser fundamentales para el estudio de la Historia de Arte de ese patrimonio y de los talleres donde esas obras se gestaron. Un ejemplo que ilustra esta afirmación es el de la bella Piedad del siglo XVII, donde la Virgen sostiene en sus brazos al Cristo Muerto y en cuya expresión de dolor contenido no hay vestigios de la retórica barroca que más tarde caracterizaría a buena parte de las imágenes misioneras jesuíticas del siglo XVIII. Tan notable como su sobria gestualidad es su estilo de pliegues típicos, que documenta el paso de los pliegues verticales y paralelos de las primitivas "estatuas horcones" a otras combinaciones, como son los pliegues horizontales paralelos que nos dan la sorpresa de la presencia de un estilo similar al de las "estatuas columnas" del arte arcaico griego, distante dos milenios de estas expresiones, entre las más auténticas de la cultura y estética guaraníes, en ambas versiones, la franciscana y la jesuítica. Otro valioso ejemplar es el Niño Jesús envuelto, que en la mencionada colección se exhibían dos y que parece se han salvado ambos.
ORIGINALIDAD DEL ARTE GUARANÍ
Estas piezas son muy importantes, ya que prueban la originalidad de los escultores guaraníes, a quienes los mismos jesuitas creían simples copistas, y que en este caso tallaron iconografías inexistentes en Europa en el periodo barroco. Uno de estos Niños Jesús envueltos causó una grata conmoción en Buenos Aires, cuando fue publicado en un reciente reportaje del diario La Nación, del día 29 de noviembre del 2011, con el título: "Los guaraníes tenían un arte propio, no copiaban". Para la demostración de mi tesis de un arte guaraní auténtico, han sido fundamentales las piezas rarísimas y casi desconocidas de estos Niños Jesús. En el libro Imágenes Guaraní-Jesuíticas, Paraguay, Argentina y Brasil se exhiben las fotografías, una en blanco y negro y tres en color en el CD que acompaña el libro. Dos pertenecen a la Colección Duarte-Burró, salvados del robo, y uno más, muy parecido, de la Colección Chase de Asunción.
Una sustracción de obras de arte constituye siempre una gran pérdida para el patrimonio de una nación, que en el caso del que nos ocupamos, es una verdadera tragedia. En este caso especial de una colección del arte de las Misiones Jesuíticas y franciscanas, la pérdida no es solo para el Paraguay, sino para el arte de las Misiones, que comprende además a la Argentina y al Brasil. En el robo han desaparecido obras tan importantes, como la Piedad descrita, entre muchas otras piezas que atestiguan la existencia de un estilo autóctono misionero-guaraní, antes de la irrupción de la reforma barroca de José Brasanelli, del siglo XVIII. Por ello, la pérdida no es solo nacional, sino de impacto universal incalculable. No se trata solamente de la desaparición de más de un centenar de imágenes, resultantes de la adición de adquisiciones procedentes de los mercados de antigüedades de Asunción, sino de compras que, en muchos casos, han sido llevadas a cabo sobre el terreno de las Misiones, donde cada pieza adquirida implica el conocimiento de su entorno, a veces de sus dueños y de sus antepasados, con sus historias y anécdotas. Se trata de un proceso de búsqueda y selección personal que han llevado a cabo el matrimonio de Manuel A. Duarte Pallarés y Pilar Burró de Duarte. Por tratarse de operaciones de compra que podríamos denominar casi artesanales, una de sus principales virtudes es la autenticidad, ya que excluyen prácticamente la posibilidad de falsificaciones. Muchas veces los mercados de arte y antigüedades, de los que Asunción tampoco queda exceptuada, están muy contaminados de réplicas y falsificaciones que un coleccionista o un comprador eventual poco avezado difícilmente logra distinguir, y menos cuando la pieza, ya restaurada, oculta su origen y antigüedad bajo los modernos repintados. En estos casos, solamente un cuidadoso análisis estilístico, apoyado en rigurosa metodología científica y la experiencia necesaria para esos reconocimientos, puede separar el trigo de la cizaña. Por eso el robo de la Colección Duarte-Burró constituye una pérdida incalculable, no solamente por el número de las piezas perdidas, sino porque ellas constituían, por su autenticidad y pocas y muy cuidadosas restauraciones, una referencia, como un testigo del estilo misionero auténtico contra la deformación del criterio y del gusto del público por la interferencia constante de las réplicas, falsificaciones y malas políticas de restauración.
ASIGNATURA PENDIENTE DE LOS MUSEOS Y DE LAS COLECCIONES PRIVADAS
Esperemos y confiemos en que, si no todas, muchas de estas piezas importantes sean recuperadas por la Policía paraguaya y la Interpol, aunque la falta de suficientes inventarios razonados dificulta las tareas de la búsqueda. Se trata de una asignatura pendiente de los museos y de las colecciones privadas del Paraguay, en la que Brasil, con su inventario de las obras de las Misiones Jesuíticas de Río Grande do Sul, y la Argentina, con los inventarios de la Academia de Bellas Artes, nos llevan considerable delantera, aunque no cuenten ni con la cantidad ni con la calidad del patrimonio paraguayo. El inventario de su propia Colección del Museo del Barro, llevado a cabo por el actual ministro de Cultura de la Nación, Ticio Escobar, y el libro Imágenes Guaraní-Jesuíticas: Paraguay, Argentina y Brasil, de Sustersic, publicado por el mismo Museo en 2010 y por la Universidad de Buenos Aires en 2011, con la primera historia evolutiva del arte guaraní de la Gran Provincia de las antiguas Misiones, sin divisiones de fronteras, son contribuciones fundamentales para un mejor conocimiento de este patrimonio nacional y universal del arte guaraní-misionero. Faltaría una mejor concientización del público y de muchos coleccionistas sobre la necesaria colaboración en esta difícil y gran tarea, que, o la llevamos a cabo entre todos, o permanecerá siempre en manos de especuladores, delincuentes y traficantes ilegales de bienes artísticos.
Un inventario exhaustivo a nivel nacional sería una tarea ciclópea de difícil realización, que exigiría cuantiosos recursos. Pero un registro de la propiedad cultural donde cada coleccionista inscribiría las piezas, cuidadosamente inventariadas, de su colección, dificultaría enormemente el tráfico ilegal de bienes artísticos, y en casos de robos, como el que nos acongoja, facilitaría la tarea de la búsqueda y la recuperación de las obras de arte sustraídas.
Publicado en el diario ULTIMA HORA
Viernes, 3 de Febrero de 2012
Fuente digital: http://www.ultimahora.com