TRANSCULTURACIÓN
ArtÃculo de LUIS VERÓN
Como ninguna otra comarca del paÃs, el departamento de la Cordillera tiene el más rico tesoro de arte sacro del patrimonio cultural paraguayo.
Retablo de la Iglesia de Piribebuy.
Antigua comarca. Fue, durante mucho tiempo, el lÃmite del territorio paraguayo, derivada de la presencia karió, cuyo territorio estaba delimitado por accidentes naturales, como el rÃo epónimo al Oeste, el rÃo Te’yïkuary –más conocido como Tebicuary– al Sur, el rÃo Manduvirá al Norte y las serranÃas que dieron nombre al departamento.
Fue el territorio de los pueblos aborÃgenes que tempranamente fueron contactados por los españoles desde mediados del siglo XVI. Asà también, fueron los grupos indÃgenas que más tempranamente fueron privados de sus propios valores culturales ancestrales y transculturados, imponiéndoseles una nueva cultura, la dominante.
La presencia del grabado bovino en la zona fue el origen de constantes problemas entre españoles y aborÃgenes. Era la expresión de la constante lucha entre ganaderos y agricultores. Los indÃgenas guaranÃes eran agricultores y los españoles, ganaderos. Los guaranÃes tenÃan chacras y los españoles, vacas. Las vacas invadÃan terrenos y, consecuentemente, las chacras guaranÃticas y eso fue motivo de constantes querellas.
Esas querellas llevaron a la fundación de los primeros pueblos de la comarca, en parte para solucionar los conflictos y, en parte, para tener suficientes indÃgenas reunidos en un mismo lugar, para controlarlos mejor y para aprovechar su fuerza productiva en favor de los colonos españoles.
Importante papel tuvo la iglesia en todos estos trabajos. Para hacer más efectiva la tarea de los misioneros, estos construyeron templos caracterizados por su magnificencia, según los recursos y materiales locales. Ejemplos de ello aún podemos ver en la imaginerÃa religiosa –estatuaria y retablÃstica– como los casos de las ciudades de origen franciscano o de la época colonial española como Altos, Emboscada, Piribebuy, Valenzuela, etc., con advocaciones como las de San Lorenzo, San AgustÃn, Ñandejára Guasu, San José, etcétera.
Tanto la imaginerÃa religiosa como los retablos de estas iglesias son dignos ejemplos del trabajo de aquellos esforzados misioneros y de la mano de obra indÃgena, en muchos casos, de excelente factura, algunos, como el de Valenzuela, de fino acabado, que se supone fue obra del gran maestro portugués Souza Cavadas.
Visitar estos lugares no solo es una actividad turÃstica, sino oportunidades para aprender y estar en contacto con expresiones culturales de honda raigambre paraguaya. Â
Fuente: SUPLEMENTO CULTURAL
Diario ABC COLOR
Domingo, 11 de Diciembre de 2011
Fuente digital: www.abc.com.py |