LOS PELIGROSOS “ZURDOS”

Por LUIS BAREIRO

lbareiro@uhora.com.py

En términos ideológicos soy liberal y capitalista. Creo que esa combinación de libertades públicas e iniciativa privada ha producido el mayor incremento en la calidad de vida del ser humano en más de 13.000 años de vida gregaria. Reconozco, sin embargo, que el modelo genera efectos colaterales perturbadores como la concentración de la riqueza y daños irreversibles al medioambiente. Necesariamente, tenemos que encontrar la forma de neutralizar o paliar esos efectos.

Curiosamente, los países en donde mejor funciona el capitalismo como una fuerza de desarrollo económico y social es en aquellos donde el Estado es más eficiente. La eficiencia, por supuesto, no tiene que ver con el tamaño, sino con la fortaleza y efectividad de sus instituciones.

El capitalismo mejora notablemente la calidad de vida de las personas cuando existe una mayor competencia. Y la competencia solo se da cuando todos parten de una misma línea de salida, y se respetan las reglas del juego. Esto es, cuando la mayoría ha recibido buena alimentación, buena educación y goza de oportunidades similares; y todos compiten bajo el imperio de la misma ley.

No hay peor enemigo para el capitalismo que el Estado ineficiente; un Estado que no puede garantizar a los contribuyentes las condiciones básicas para competir (salud y educación de calidad), y que permite la violación de las normas de la competencia favoreciendo a unos pocos.

Un Estado ineficaz no contrata a las personas con la capacidad e idoneidad para ejecutar las políticas públicas, las contrata para otorgarles un salario público. Un Estado inútil no nombra jueces y fiscales porque sean probos y eficientes, sino porque son funcionales a los poderes económicos y políticos de turno.

Un Estado enemigo del capitalismo no es uno que fomenta la creación de sindicatos –para que los trabajadores organizados negocien con los empleadores las condiciones de trabajo–; es un Estado cuyos administradores burócratas y políticos son comprados por el crimen organizado, cuando no son directamente miembros de la organización.

La sindicalización nunca fue un obstáculo para la libre competencia en los países ricos. El crimen organizado, por su parte, ha destrozado cualquier posibilidad de instalar un modelo de competencia capitalista en las naciones donde cooptaron a las instituciones, empezando con los partidos políticos.

Estas son las razones por las que en Paraguay nunca hemos podido construir un modelo capitalista liberal. Nuestro problema nunca fueron los detractores ideológicos del modelo. En nuestro país la izquierda jamás tuvo fuerza electoral y no pasó de unos pocos representantes en el Congreso.

El estatismo paraguayo no tiene nada que ver con el marxismo ni con sus versiones más edulcoradas. El estatismo paraguayo es producto del prebendarismo político capitaneado desde hace casi un siglo por el Partido Colorado, y secundado vergonzosamente por el Partido Liberal.

Nuestro problema nunca fue una izquierda que no existe. Nuestro drama son los clanes familiares colgados como garrapatas del presupuesto público; son los políticos de turno y sus correligionarios cebados en las binacionales; son las licitaciones públicas amañadas para los amigos; son las espantosas políticas educativas y de salud pública que convirtieron a la mediocridad en un sello distintivo de nacionalidad, y a la salud en un artículo de lujo. Quienes destruyen cualquier posibilidad de desarrollar un modelo capitalista y liberal son los integrantes de la narcopolítica y los patrones del mercado negro que necesitan de una justicia ramera y de un ministerio público sicario para seguir sobreviviendo.

Quienes no creemos que haya alternativa a la libre competencia, a las libertades públicas y a un capitalismo racional para mejorar la calidad de vida de la gente sabemos que los enemigos no son fantasmas de la guerra fría, ni espías de película agazapados en la frontera. Son los delincuentes de siempre. Los que se ponen pañuelo al cuello, hacen hurras al padrino de turno y cobran su zoquete a fin de mes. Esos son los peligrosos “zurdos”.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Domingo, 08 de Agosto de 2021

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