“JERAR”
Por LUIS BAREIRO
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Algo que hasta nuestros políticos están aprendiendo a fuerza de escraches, pérdida de investidura e incluso prisión es que el gran partido político del siglo XXI, el que sostiene o hunde una candidatura o una administración, es la opinión pública, esa cosa grande, amorfa e impredecible que se alimenta de percepciones emocionales y se reproduce en las redes sociales.
Nadie puede jactarse de controlar a la opinión pública, ni los medios. El héroe de hoy puede devenir en villano en cuestión de horas. Lo único seguro es que con una opinión pública mayoritariamente en contra, un político, un funcionario e incluso un periodista tiene poquísimas probabilidades de éxito.
Quizás quien más depende hoy de este ogro voluble es el presidente de la República. Es muy difícil que la clase política se anime a trabar los proyectos de un mandatario con altos niveles de popularidad, así como es terriblemente complicado que el que ha perdido respaldo de la opinión pública consiga llevar adelante cualquier política pública.
El presidente Mario Abdo dice querer iniciar, cuanto menos, tres grandes reformas: la del Poder Judicial, la del sistema de salud pública y la de la educación. Cada una supone un desafío sin precedentes que requerirá destrozar privilegios de las élites políticas y económicas y enfrentar a la burocracia pública sindicalizada. Cualquier paso que dé hacia esos cambios requerirá, como requisito previo, de complejísimos acuerdos políticos, pero, principalmente, de un sólido respaldo popular.
Y el presidente ya está cometiendo errores graves en ese sentido. Hace bien en dar la cara ante la prensa y responder a todos los cuestionamientos. Nunca debe caer en la tentación de la soberbia que llevó a su antecesor a desconectarse de la gente, pero Abdo tiene que saber que siempre que hable estará jugándose el respaldo de un pueblo harto de las viejas prácticas de su clase.
A nadie le importa que el ex senador Julio César Velázquez haya decidido apoyarlo en el último tramo de las presidenciales, luego de haber formado parte de los amotinados contra la Constitución y de mancillar su profesión de médico defendiendo los intereses de tabacaleros en contra de la salud pública. Cuando el mandatario reconoce que premia ese postrer apoyo con un cargo en IPS pagado por los aportantes nos insulta a todos.
No importa que los medios faranduleros del ex presidente Horacio Cartes se hayan cebado en el pasado de la consorte del senador que acompañó a Marito en su visita al Vaticano, el mandatario debe limitarse a explicar quién pagó el viaje de cada quién, por qué y qué beneficios reportó para los contribuyentes.
Cartes seguirá tirándole piedras desde sus medios o desde donde sea porque él necesita convertirse en su contraparte. Es Marito quien no necesita convertir en némesis a su antecesor, para él lo único importante hoy es ganarse y mantener la confianza de la gente. Y eso se consigue con la acción y respondiendo todos los cuestionamientos, vengan de donde vengan.
Las elecciones ya fueron, hay que superar la resaca (“jerar”), le decía Marito a su antecesor. Es cierto, pero él es el primero que debe darse cuenta de ello.
Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)
Sección OPINIÓN
Domingo, 11 de Noviembre de 2018
