BATMAN Y LAS EMPANADAS DE FELIPA
Por LUIS BAREIRO
lbareiro@uhora.com.py
Debe ser una verdadera pesadilla asesorar al presidente Horacio Cartes; sobre todo, en lo que se refiere a imagen. Es muy incómodo decirle al cliente que el principal problema es él. Y esa incomodidad se convierte en pesadilla cuando se debe enfrentar el dilema en plena campaña electoral.
Pasa que la absoluta carencia de empatía de HC provoca una alquimia reversa, como un Rey Midas invertido que lo que toca lo convierte en plomo. No importa cuán relevante sea la obra inaugurada, su participación hace que la celebración devenga en material de memes.
Convengamos en que los asesores tampoco ayudan mucho. El barrio San Francisco es un claro ejemplo de ambas cosas. Una obra portentosa que probablemente tendrá un impacto duradero en no menos de cuatro mil personas. Una muestra de cómo se debieron invertir siempre los réditos marginales de Itaipú.
Bien presentada, dejando los elogios exclusivamente en boca de la gente, la construcción de este barrio de mil viviendas habría sido un muy buen golpe de márketing para el vapuleado Gobierno. Pero a los asesores del presidente no se les ocurrió mejor idea que plagiar una campaña vecina; no una de Holanda o de Singapur, sino una de acá cerquita, del presidente Mauricio Macri, para ser más precisos, como si los paraguayos no viviéramos pendientes de los avatares de nuestros primos argentinos.
Sumémosle al plagio notorio y de mal gusto las dotes histriónicas del presidente –o restémosle, porque en realidad carece de ellas (a Macri tampoco es que le haya salido para un Oscar, pero, porteño al fin, pasó con un dos)–.
Imaginarnos a Cartes, a esta altura de las circunstancias, en una pretendida charla informal con la buena de Felipa para elogiarle las empanadas es una clara invitación a la chanza. Así las cosas, las bondades de la moderna solución habitacional se diluyeron bajo una lluvia de memes.
Una catástrofe comunicacional. Y quien carga con la amarga cosecha es el aspirante oficialista a la presidencia, el siempre sonriente Santiago Peña, quien sería un postulante de vanguardia, un verdadero fenómeno en la historia política del país (por currículo académico y juventud) si no tuviera que defender públicamente a su mentor, sin cuya personalísima decisión jamás sería el candidato.
El problema de Cartes y sus asesores es querer vender un Cartes que no es. Cartes no es simpático, no es carismático y no es alguien interesado en las empanadas de una respetable señora del arrabal. Y no tiene por qué serlo. Quienes lo votaron no lo hicieron por eso.
No se puede revertir una imagen en treinta días. Deberían concentrar energías en separar en el imaginario colectivo a Peña de su mentor, si no quieren que siga apareciendo como un mero apéndice, una suerte de Joven Maravilla, siempre detrás de un Batman gordito que parece parodiarse a sí mismo, como aquel que inmortalizó Adam West en los 70.
Un funcionario del entorno me dijo que soy yo quien no entiende nada de comunicación y que la campaña del barrio San Francisco es un éxito. Puede ser, a lo mejor Felipa vende hoy más empanadas que nunca.
Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)
Sección OPINIÓN
Domingo, 12 de Noviembre de 2017