TUS MONOS, MIS MONOS, SUS MONOS...

 Por LUIS BAREIRO

lbareiro@uhora.com.py

A Cartes se le está armando un embrollo jodido a raíz de un error imperdonable en alguien que se supone entiende las reglas básicas de la economía; argumentado una pretendida sensibilidad social usó el dinero que aportamos todos para pagar la deuda de unos pocos. Ahora hay muchos (cada vez son más) exigiendo el mismo trato.

El presidente olvidó que el populismo tiende a reproducirse con pasmosa facilidad, y que, a menudo, termina por comerse a quienes, consciente o inconscientemente, lo fomentaron.

Vayamos al caso. La primera gran metida de pata cartista fue usar 15.000 millones de guaraníes del aporte de los contribuyentes para pagarles a los acreedores de la Azucarera Iturbe, un ingenio privado al borde de la quiebra.

El Gobierno esgrime en defensa de su acto de generosidad con nuestra plata que los beneficiarios son los cañicultores que entregaron su producción a la empresa y nunca cobraron, y los empleados a quienes jamás les abonaron el sueldo.

Cartes les pagó con dinero público y convirtió al Estado en acreedor de la azucarera. Sus subalternos le dijeron que no hay de qué preocuparse porque la empresa tiene bienes contra los que se puede accionar judicialmente para recuperar el dinero.

Los subalternos no le dijeron que a una acción como esa sobrevendría una fuerte reacción de los demás deudores morosos, grandes y pequeños. Si el Estado salva a uno, por qué no salvaría a todos.

La bomba reventó en el norte. Miles de productores, acicateados por políticos oportunistas y pillos devenidos en presuntos líderes sociales, salieron a las calles a exigir que el Estado condone todas sus deudas –ya sean estas con bancos privados o públicos– les borre del registro de los morosos (el siempre temido Informconf) y de yapa les entregue 500 dólares en efectivo a cada uno.

Su argumento es que se arriesgaron en plantar chía porque el ministro de Agricultura les alentó a hacerlo y hoy el precio de las semillas no es el que se esperaba, y por lo tanto no tienen cómo afrontar sus compromisos financieros.

Lo curioso es que en todo el país el total de morosos del Crédito Agrícola de Habilitación (CAH), principal financista de los pequeños productores, no llega ni a 700. Y, sin embargo, en las listas de los manifestantes están anotados hasta ahora como presuntos productores de chía con deudas impagas más de 20.000.

Está claro que la chía es apenas un pretexto para exigirle a Cartes que les regale plata (nuestra plata, no la de él) como sienten que hizo con los propietarios de la azucarera. Y si lo consiguen luego tendremos a los sesameros y a los tomateros y a los orfebres, y a los mariachis y a los motopancheros... y así, hasta que usted, amigo lector, decida acompañarme también a cerrar alguna calle para que alguien se haga cargo de nuestros monos.

Y el último, que apague la luz.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

Sección OPINIÓN

Domingo, 07 de Diciembre de 2014, 02:00

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