EL VASO MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO DE CARTES

  Por LUIS BAREIRO

lbareiro@uhora.com.py

Este primer año de Cartes nos deja frente a un vaso con el agua a la mitad, lo podemos considerar medio lleno o medio vacío, según el humor con el que nos pille la observación y el ángulo desde donde decidamos mirarlo.

Podemos mirarlo desde la óptica optimista y resaltar, por ejemplo, que es la primera vez en más de medio siglo que no hay un solo caso que nos haga suponer que el presidente se llevó al bolsillo algún guaraní público. Es cierto que sus bolsillos jamás estuvieron vacíos, pero que logre resistirse a esa antiquísima tentación de confundir el patrimonio público con el propio no es poca cosa.

Podemos sospechar además que sus principales colaboradores se están manejando, por de pronto, bajo la misma abstinencia financiera. Cuanto menos, ningún escándalo de corrupción reventó aún.

Podemos celebrar el apoyo de Cartes a la publicación de las bochornosas nóminas de la función pública, incluyendo las impúdicas remuneraciones de las binacionales y del Congreso. Podemos incluso escuchar con moderado optimismo los anuncios de que estos entuertos empezarán a corregirse en el presupuesto del año próximo.

Por supuesto, ver para creer.

Lamentablemente, también podemos ser pesimistas y decir que el conservadurismo de Cartes frenó los proyectos de reforma fiscal que suponían, cuanto menos, el inicio de un proceso de conversión del injusto modelo tributario que hoy sigue vigente en el país, y que se sustenta en los impuestos que se pagan por consumo.

Hablamos de un modelo que hace que los más pobres que destinan prácticamente todos sus recursos al consumo (comida y servicios) paguen proporcionalmente más impuestos que los más ricos que solo destinan al mismo fin una porción infinitamente menor de sus ingresos.

Esa misma actitud conservadora evitó que se graven con tasas más altas la venta de alcohol, cigarrillos y productos de lujo, o que se apliquen impuestos progresivos a la tenencia de las tierras, por ejemplo.

Hubo un endeudamiento importante y se pretende invertirlos recursos obtenidos en infraestructura vial, lo que, por supuesto, tendrá una enorme relevancia económica; pero, no hay pistas de lo que se pretende hacer con los proyectos urgentes de educación, por ejemplo, que requieren de una duplicación del presupuesto del área solo para empezar.

Tampoco se habla del terrible déficit del sistema de saneamiento ambiental (agua potable y alcantarillado sanitario) que solo para reponer las áreas que colapsan por vencimiento de su vida útil necesita de más de 1.400 millones de dólares.

Cartes demuestra tener voluntad para corregir a esa fiera obesa e ineficiente que llamamos Estado y parece querer eliminar a las garrapatas partidarias que se alimentan de su sangre; pero, hasta ahora no demostró tener una visión política que suponga revertir el angustioso modelo de exclusión social que deja hoy a la gran mayoría de la población sin educación pública de calidad, sin cobertura mínima de salud y sin seguridad como para poder competir siquiera con esa minoría parasitaria que controla los puestos públicos, el mercado y básicamente todas las oportunidades.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

Sección OPINIÓN

Domingo, 17 de Agosto de 2014, 01:00

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