«Romaña clavélmiva ojuehe», recuerda el músico y compositor PABLO BARRIOS -nacido el 25 de enero de 1936 en Alfonso Central, Caraguatay, departamento de La Cordillera- al contar cómo nació de su inspiración una polca dedicada a la rosarina que sería su compañera de toda la vida.
«Maña clavel» es una expresión ya casi desconocida en el habla popular. Hay varias miradas -maña sayke, maña hatâ, maña tindy, maña juky, maña porã, maña vai, maña ñemboki, maña pukavy, maña sagua’a, maña sarory, maña mombyry-, pero ésta es rara y particularmente dulce con el agregado del vocablo español. Es un «maña jegusta», una declaración de amor con la vista. Corre por cuenta del destinatario o destinataria de la mirada descifrar su alcance. Si los cuatro ojos encienden el mismo fervor, no hay más que dejarse quemar por el fuego compartido.
Lo cierto es que de esa poética manera de declararse, PABLO BARRIOS y ROSA ÉLIDA CANDIA revelaron su mutuo sentimiento antes de que intervinieran las palabras para reiterar lo que ellos ya de sobra sabían.
«Ella era de Villa del Rosario, del departamento de San Pedro. En el barrio Tembetary, de Asunción, mi hermano tenía su casa. Y yo, cuando no estaba actuando, vivía con él. Estoy hablando de finales de 1964. Mamá venía de nuestro valle a vernos. Cerca de ahí estaba una amiga suya que le visitaba cuando sabía de su presencia. La hija de esa señora era Rosa Élida. Nos miramos y pensamos que éramos eluno para el otro. ROMAÑA CLAVÉLMI OJUEHE. Salimos por primera vez el 8 de diciembre y, con el tiempo, nos casamos», relata el que junto a QUEMIL YAMBAY fundó el conjunto «Los Alfonsinos» en 1962.
«Éramos todos alfonsinos. YAMBAY, de ALFONSO TRANQUERA; yo, de ALFONSO CENTRAL; CIRILO ORTEGA, el contrabajista, y GREGORIO MARTÍNEZ, el acordeonista, de ALFONSO LOMA. El dúo era BARRIOS-YAMBAY. Después se sumarían el arpista FRANCISCO IGLESIAS, de solo 11 años y el también arpista ALFONSO GONZÁLEZ. Canté con Quemil durante ocho años seguidos. Después yo formé mi propio conjunto, con mi nombre», rememora.
Como músico, se inició en 1951 en la Banda de Policía. Su instrumento inicial fue el yeni. «Aprendí también la guitarra y cantaba», acota.
Barrios formaba parte de «LOS ALFONSINOS» cuando conoció a la que fue la madre de sus hijos CÉVER, PABLITO y MARÍA MERCEDES, todos músicos como él.
«Lo que me llamó la atención de ella era su belleza y su extraordinaria blancura. MOROTĨ ASY (completamente blanca). Eso me inspiró para escribir la letra de DIOSA BLANCA apenas nuestro romance se hizo realidad. Le decía que no me importaba detener mi 'bagaje de bohemio' porque yo andaba de aquí para allá. Y así fue: me quedé a su lado. Luego le puse la melodía a los versos que hice y la grabamos en Buenos Aires. A ella le llegó el disco el 20 de enero de 1965 y allí encontró, para su sorpresa, la obra que yo había hecho para ella, que era mi 'diosa blanca'. Hace poco falleció», concluye quien hoy hace dúo con VIDAL CABAÑAS SALDÍVAR (JONHY WALKER).