Y EL VIRUS LLEGÓ A LA CORONA
Por ALBA ACOSTA
alba.acosta@abc.com.py
Foto: Gentileza
William Paats Martínez es uno de los artistas que ha podido direccionar el difícil momento de la pandemia para convertirlo en inspiración para el arte. Con el virus como disparador, presenta su más reciente trabajo.
El lenguaje que utiliza William Paats para expresar su arte es variado, desde la pintura o el collage hasta las intervenciones, instalaciones o videoinstalaciones. Sus obras se caracterizan siempre por nacer de –o provocar– una reflexión sobre problemáticas actuales, como la deforestación, el dilema del agua, entre otros tópicos ambientalistas. Hoy su musa es el covid-19.
“Empecé a analizar la palabra coronavirus. Supe que el príncipe Carlos de Inglaterra estaba infectado, también Alberto de Mónaco; la reina Isabel debió permanecer aislada por precaución, Felipe de España y las infantas se han realizado el test, entre un montón de noticias sobre personalidades de la realeza. Esto hizo un clic en mí y empecé a interesarme en el juego de palabras, por eso esta serie se denomina Y el virus llegó a la corona, ya que es algo que a todos nos afecta, sin distinción alguna”, explica.
Sus obras en formato pequeño están hechas mediante dibujo, pintura y collage. Todo está plasmado sobre papel, ya que como les sucede a muchos en esta circunstancia no cuenta con suficiente material en este momento y está apelando a lo que tiene a mano como soporte.
“Creo que los barbijos son como un símbolo de esta situación. En una de las obras sitúo los tapabocas abajo, representando al pueblo, y arriba se ve a la infanta, también con protector facial; en otra se observan dos ventanas de la corte, pero sus personajes están con tapabocas y forzados al distanciamiento físico; en otra, la menina va con una toalla en la mano, a lavársela, y aquí recurro a una antigua obra de mi autoría llamada La última gota, en la que se ve una canilla que despide una sola gota de agua”, va relatando al destacar que apela a la ironía en la construcción de todas estas obras.
Saturación
La creación de Paats nace de la necesidad “terrible, ni lo llamaría inspiración, es más bien un apuro por expresar todo lo que uno lleva dentro. Estas obras son el producto de un proceso que yo llamo de saturación, resultado del momento que estamos viviendo, sobrepasados de información negativa y que nos mantiene atentos como en una guerra ante nuevos casos, nuevos decesos. Este estrés se fue acumulando y me rebasó”.
Esta es una de las razones que lo llevó a Paats a apelar a las artes visuales para liberar eso que llevaba dentro: “En este proceso de explosión interna utilizo el juego, lo lúdico como un escape para protegerme emocionalmente”.
Por ahora, William Paats no se ha planteado una exposición una vez que pase la pandemia. Por eso el mecanismo de mostrar su producción artística nueva es ir subiendo las fotos de las obras que va produciendo en su cuenta de Instagram. “Tenía programada una muestra grande sobre otro tema para junio, pero quedó pospuesta. De momento, estoy enfocado a esto, no con la intención de exponer, sino de expresarme, pero más adelante ya veremos qué pasa”.
Retos virales de museos
Los retos virales lanzados por los museos para que la gente recree con los materiales que tiene a su alcance alguna obra de su colección en sus casas y que hizo que la creatividad del público se disparara no es extraño para Paats.
Él tiene una explicación para ello: “La creatividad se suele dar en momentos de mucha presión. Uno la despierta muchas veces cuando se ve forzado a resolver un problema, con pocos elementos, y eso es lo que nos está pasando. El arte es un recurso importantísimo. Veo músicos que ofrecen conciertos en línea, recitadores que citan versos de los clásicos, y claro que en las artes visuales sucede lo mismo. Creo que es un momento interesante para el arte, a pesar de la situación que estamos viviendo”.
Sobre los cambios que podrían darse en el camino del arte “poscovidizado”, sostiene que muchos jóvenes ya venían utilizando sus redes sociales desde hace mucho, inclusive para vender sus obras. “Para los de mi generación, que no estábamos tan insertos en este mundo de la tecnología, es un gran desafío, porque es otro medio para llegar al público. Es un reto que tendremos que ir superando mientras no vuelvan las formas tradicionales de exposición”.
Amplia trayectoria
Oriundo de la ciudad de Coronel Oviedo, Caaguazú, William Paats tiene amplia trayectoria en el círculo artístico local e internacional. Participó en muestras en Chile, México, Brasil, Perú, Bolivia, Argentina, Estados Unidos, España e, inclusive, en la prestigiosa Bienal de Venecia (Italia) en el 2007. Actualmente se desempeña como Coordinador de Cultura de la FADA-UNA, y como docente de la carrera de Artes Visuales y, también, en Diseño de Indumentaria, en materias como dibujo, taller experimental, y taller de máscaras y accesorios, y tiene un canal de YouTube a través del cual imparte sus clases virtuales de dibujo.
Actualmente trabaja con Gente de Arte, grupo en el cual se desempeña como copresidente, con el cual tenía planeada una exposición sobre temas ambientalistas, que de alguna u otra manera tiene alguna relación con lo provocado por el virus, entiéndase la aparente recuperación del planeta en muchos aspectos. Además accedió a un colectivo –a través del artista Enrique Espínola– en el que se dedican a pintar tapabocas.
No es novedad que de los tiempos más oscuros se generen manifestaciones artísticas de todo tipo; son momentos de reflexión y catarsis que la sensibilidad de artista convierte en algo tangible y, quizás, esperanzador.
Catarsis del pan
Como ocurrió con muchos otros, el artista comenta que una de las actividades a las que se dedicó durante el aislamiento sanitario es la elaboración del pan. “Lo hice después de 40 años, y es como una forma de volver a mis raíces, pues yo nací en una panadería, no en un hospital”.
La panadería era su casa y pertenecía a su bisabuelo William Paats, dirigente deportivo y fundador del Club Olimpia. De pequeño, el artista se pasaba haciendo “formitas” con los panes que preparaban los maestros panaderos del lugar. Ahora lo retomó con mucho entusiasmo y la recomienda como medio de liberación para el estrés.
Fuente: Revista Dominical de ABC Color
