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THOMAS OTTER
  MIRAR HACIA DELANTE Y RAZONAR HACIA ATRÁS. ALGUNAS IDEAS CONCEPTUALES SOBRE ESTRATEGIAS ELECTORALES (THOMAS OTTER)


MIRAR HACIA DELANTE Y RAZONAR HACIA ATRÁS. ALGUNAS IDEAS CONCEPTUALES SOBRE ESTRATEGIAS ELECTORALES (THOMAS OTTER)

MIRAR HACIA DELANTE Y RAZONAR HACIA ATRÁS.

ALGUNAS IDEAS CONCEPTUALES SOBRE ESTRATEGIAS ELECTORALES
 
THOMAS OTTER


 

En su libro "Pensar Estratégicamente - un arma decisiva en los negocios, la política y la vida diaria" (Barcelona 1999), los autores Avinash Dixit y Barry Nalebuff nos presentan algunas ideas útiles acerca de estrategias en busca de mayorías (equilibrios) que resultan ser interesantes en vista de la próximas elecciones del 27 de abril, o en vista de su análisis posterior. Al leer este artículo debe tomarse en cuenta de que fue escrito antes de las elecciones del 27 de abril.

 

¿DÓNDE POSICIONARSE?

 

Imagínese que dos partidos políticos intentan situarse en el espectro ideológico izquierda-derecha. Primero se define el partido en la oposición y después responde el partido en el poder.

Supongamos que los votantes se distribuyen uniformemente a lo largo del espectro. Para ser más concretos, numeremos las posiciones políticas entre 0 y 100, donde el 0 representa la extrema izquierda y el 100 la extrema derecha. Si el partido en la oposición elige una posición como la 48, un poco más a la izquierda del centro, el partido en el gobierno tomará una posición entre esa y el centro - digamos 49. Los votantes con preferencias de 48 hasta cero votarán a la oposición y todos los demás, que son justamente un poco más del 51%, votarán al partido en el gobierno. Ganará el partido en el gobierno.

Si la oposición elige un programa electoral por encima de 50, entonces el partido en el gobierno elegirá una posición entre ese valor y el 50. Y de nuevo esto le otorgará más de la mitad de los votos.

Por el principio de mirar hacia delante y razonar hacia atrás, el partido en la oposición puede calcular que su mejor apuesta es colocarse justo en el medio (1).

En esta posición, las fuerzas que tiran hacia posiciones más de izquierda o de derecha tienen e mismo número. Lo mejor que puede hacer el partido en el gobierno es imitar a la oposición. Ambos partidos adoptan posiciones idénticas, de forma que cada uno se queda con el 50% de los votos, si es que los programas electorales son lo único que cuenta. Los perdedores en este proceso son los votantes, que tienen un eco en lugar de una elección.

En la práctica, los partidos no toman posiciones idénticas e inflexibles, sino que difuminan su posición en torno al centro. Harold Hotteling, economista de la Universidad de Colombia (EE.UU), fue el primero, en 1929, en darse cuenta de este fenómeno. Señaló otros ejemplos parecidos en asuntos sociales y económicos: "Nuestras ciudades se hacen antieconómicamente grandes, y sus distritos financieros están demasiado concentrados. Las iglesias Metodista y Presbieteriana son demasiado homogéneo."

 

SISTEMA CON TRES PARTIDOS

 

¿Se mantendría la excesiva homogeneidad si hubiese tres partidos? Supongamos que los partidos se turnan para elegir y revisar sus programas electorales y que no tienen bagaje ideológico alguno que los ate. Un partido situado en un extremo se aproximará a su vecino para ver si puede quitarle algo del apoyo que tiene. Esto apretuja tanto al partido del centro, que cuando le llegue el turno querrá salir de ahí y adquirir una base nueva y mayor de votantes. Este proceso se irá repitiendo y no habrá ningún equilibrio. En la práctica, los partidos tienen suficiente bagaje ideológico y los votantes suficiente lealtad a un partido como para que no se produzcan cambios tan rápidos.

En otros casos, la localización no será fija. Consideramos por ejemplo tres personas intentando tomar un taxi en cualquier ciudad. La persona que esté más al norte tomará el taxi que vaya en dirección sur, y la que esté más al sur tomará el primer taxi que vaya en dirección norte. La persona que está en el medio se queda atrapada, le quitan los taxis que vienen de arriba y los taxis que vienen de abajo, así que le tocará esperar. Si no está dispuesta a esperar, se dirigirá a una d las posiciones extremas. Hasta que no llegue un taxi, puede no haber equilibrio, porque ningún individuo está conforme con quedarse atrapado en el medio. He aquí otro ejemplo, bien diferente, de fracaso de unas decisiones que no están coordinadas y que pueden no tener un resultado determinado. En semejantes situaciones, la sociedad tiene que encontrar una forma diferente y coordinada de llegar a un resultado estable.

 

DEMOCRACIA COMPETITIVA

 

En épocas electorales se construyen las bases para la competitividad de futuras constelaciones de gobierno que deben ser competitivo. Democracia no es votar cada cierto tiempo o cada cinco años, como en el caso de Paraguay, sino construir de manera competitiva para cada problema y en cada caso mayorías viables para la ejecución de políticas sostenibles. Esta construcción de mayorías viables es lo que algunos llaman gobernabilidad y esa gobernabilidad es mucho más que un pacto de gobernabilidad firmado al inicio de un periodo de gobierno. Es más bien la construcción permanente de las condiciones necesarias para hacer funcionar la democracia.

Pero al pensar en mayorías democráticas estamos hablando de dos tipos diferentes de mayorías. En periodos electorales se busca mayorías de votantes. Pero después de las elecciones se busca mayorías en el Congreso y no siempre las mayorías del electorado y las mayorías en el Congreso son las mismas.

 

MAYORIAS ELECTORALES

 

Las negociaciones acerca de posibles alianzas electorales y acerca de diferentes estrategias de marketing político acerca de donde buscar las mayorías del electorado necesario para la victoria, fueron múltiples. Durante mucho tiempo se esperaba una alianza libero-oviedista, ante el supuesto que tradicionalmente el PLRA sería la segunda fuerza electoral en el país.

Según lo expuesto más arriba, las mayorías electorales se construyen sobre el centro del continuo de los electores. Veremos en números si esta estrategia u otra parecía ser la más adecuada.

Para las elecciones del 27 de abril de 2003 el TSJE habilitó 2.405.109 personas para votar. Unos 170.000 de ellos tienen den entre 18 y 24 años de edad y casi en su totalidad todavía no habían votado en las últimas elecciones generales de 1998. Ellos constituyen 170.000 votos "inocentes" y todavía no comprometidos con un u otro partido en forma definitiva. En términos electorales los partidos deben competir principalmente para ganar estos votos nuevos.

 

HISTORIA ELECTORAL

 

La pugna electoral en el 2003 se fue desarrollando sin duda entre la ANR, el PLRA y el MPQ (Movimiento Patria Querida). Vale la pena fijarse en la evolución de los resultados electorales históricos en números absolutos, los que indican cuantos votos realmente fueron ganados por los partidos en cada elección.

 

 

 

La tabla muestra que el potencial electoral de la ANR se ubicaría aproximadamente en el medio entre los resultados obtenidos en 1993 y 1998 y que el potencial electoral del PLRA estaría aproximadamente en el nivel de 1993. En otras palabras, los partidos tradicionales o no han crecido o han crecido poco en el potencial de captar votos, a lo largo de los últimos 10 años. Sin embargo, la cantidad de ciudadanos habilitados para votar subió en más de 700.000 personas, de 1.698.984 personas en 1993 a 2.405.109 personas en el 2003.

Esa incapacidad de ganar nuevos votos en una población mayoritariamente joven que año por año provea al espectro político en promedio 70.000 potenciales votantes, es una clara señal de decadencia de los partidos tradicionales.

Las encuestas acerca de la intención de voto por grupo de edad además muestran claramente capacidades diferentes de los partidos tradicionales en aprovechar en algo ese potencial disponible. Mientras que para la ANR fueron reportado intenciones de voto alrededor del 30%, de parte de los votantes entre 18 y 24 años, el PLRA registraba apenas la mitad. Al mismo tiempo la intención de voto para el MPQ de la mencionada franja de edad superó ampliamente los 40%.

Al mismo tiempo, en los grupos mayores a 45 años las intenciones de votos se mantuvieron con más fuerza a favor de los partidos tradicionales ANR y PLRA. Si se mantienen estas mismas tendencias a lo largo de los próximos 10 años y los partidos tradicionales no encuentran respuestas atractivas para el electorado joven, su potencial electoral morirá en el sentido más literal de la palabra.

 

ESTRATEGIAS

 

Ante el panorama descrito replanteamos ahora una vez más la pregunta acerca de dónde buscar mayorías. Con el intento de crear una alianza libero-oviedista el PLRA hubiese alcanzado en el mejor de los casos 100.000 votos adicionales, insuficientes para ganar las elecciones.

La otra alternativa hubiese sido buscar de ganar todos aquellos votos jóvenes no comprometidos con el coloradismo, un potencial de 120.000 votos, posiblemente suficiente para una victoria, considerando además que de ser así hubiese habido lugar una transferencia de actuales intenciones de voto a favor del MPQ hacia el PLRA.

 

CONCLUSIONES

 

Si bien en términos estratégicos la búsqueda de una posición ideológica ubicada en el centro pareciera ser el enfoque más válido, para las elecciones 2003 la estrategia ganadora parece consistir en la conquista del voto joven. Para ello la PLRA no ofreció contenido. Pareciera ser que casi "cualquier" partido con "cualquier" ideología estaba en condiciones de ganar estos votos jóvenes, siempre y cuando tuviera una propuesta por lo menos consistente.

Sin embargo, para las elecciones 2008 habrá otros 300.000 electores nuevos. Sumando ellos a los 700.000 nuevos electores desde 1993, ya serán un millón de votantes que solo en forma limitada habrán sido absorbidos por los partidos tradicionales. Para la ya en aquel entonces importante masa crítica de electores no comprometidos, para el 2008 los partidos tendrán que tener una respuesta ideológica y la estrategia de posicionarse en el centro del continuo ideológico para ganar las elecciones debería ser mucho más importante que hoy, mirando hacia delante y razonando hacia delante.
 

 

     

NOTAS

 

1. La posición que es justo en el medio es la mediana. Cuando las preferencias de los votantes no son necesariamente uniformes, la oposición se coloca en la que el 50% de los votantes están situados a su izquierda y el 50% a su derecha. Esta mediana no es necesariamente la posición media. La posición mediana se encuentra en donde hay el mismo número de votos a cada lado, mientras que la media sopesa la distancia a la que están los votos.

NOVAPOLIS – REVISTA DE ESTUDIOS POLÍTICOS CONTEMPORÁNEOS

EDICIÓN Nº 3 – AGOSTO DE 2003

SISTEMA ELECTORAL EN PARAGUAY

APUNTES SUELTOS PARA EL DEBATE

 

 

Fuente: http://www.novapolis.pyglobal.com

(Registro: Setiembre 2011)





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NOVAPOLIS,
NOVAPOLIS, REVISTA PARAGUAYA DE ESTUDIOS POL



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