APUNTES SOBRE LA TORTUOSA DEMOCRACIA EN EL PARAGUAY
Por JOSÉ NICOLÁS MORÍNIGO A.
Politólogo
Los resultados de las elecciones municipales del domingo 10 de octubre imponen un análisis para conocer hacia dónde se dirige nuestra democracia.
Hace algún tiempo había dicho que nuestra democracia tiene un punto de origen: la caída de la dictadura stronista. A partir de allí empezamos con el cambio –primero de las leyes electorales, después de la Constitución–, para cambiar supuestamente las prácticas electorales. Sin embargo, no solo nos hemos estancado, sino que empezamos a realizar una vuelta hacia nuestro punto de origen. DEL STRONISMO A LA DEMOCRACIA
La política siempre estuvo asociada a la economía. El poder político no es neutral ante el poder económico, pero son dos formas distintas. La dictadura stronista, para engañar sobre su contenido, en un mundo bipolar, con dos superpotencias EEUU y la Unión Soviética, manejó el poder político utilizando al Partido Colorado y a las Fuerzas Armadas, con una ideología sintetizada en la expresión “democracia a lo Paraguay”.
Los EEUU no tuvieron grandes cambios, salvo la comprensión en la necesidad de ampliar el polo, denominado occidental. Es aquí donde se profundiza al disfraz para simular la existencia de procesos democráticos, en sociedades que siguen siendo autocráticas.
EL PASO DE LA PARTIDOCRACIA A LA PLUTOCRACIA
En nuestro país la democracia mal encarada explica por qué hemos pasado de la partidocracia, con un partido hegemónico políticamente, a un sistema controlado por la plutocracia o para que sea más entendible, la “plata – cracia”, el poder de la plata.
Esta situación empezó en el Partido Colorado, en donde ocurrió algo insólito, el modelo se dio primero en la sociedad y después pasó a la política.
La democracia hoy es considerada como una forma de negociación económica, en donde los que tienen poder ofrecen recursos, a cambio de obtener el voto a su favor, en el proceso electoral. Esta concepción está tan generalizada que ni siquiera existe cierta conciencia de la realización de una conducta inmoral, por eso se compra y vende votos en medio de la gente, durante las elecciones.
CAMBIAR LA LEY NO ES CAMBIAR LA REALIDAD
La ley es importante, pero no es todo. La democracia fue un “invento” de los griegos, pero no era una expresión de lo que sucede en la vida social ni en la naturaleza. Lo que sucede es la diferenciación entre los seres humanos, quienes para establecer la diferencia entre “dominantes y dominados” recurrieron a mitos y leyendas. Por eso el más fuerte lo era porque era descendiente de los dioses, después descendiente de los primeros fundadores o conquistadores de las ciudades. El fundamento para dirigir la sociedad se trasladó a los sucesores, así surgieron las familias patricias, que tenían la aceptación para dirigir la ciudad, la comunidad.
En la Edad Media, con el poder de la iglesia, se recurrió a la justificación del poder político, en un mandato divino, que los hombres tenían la obligación de aceptarlo.
El gran cambio histórico se dio con la revolución francesa, que planteó la igualdad en derechos y obligaciones entre los seres humanos. Pero hemos insistido más en los derechos que en las obligaciones, y mucho menos en los derechos y deberes colectivos, que constituyen el centro de nuestros problemas actuales a resolver.
Las sociedades latinoamericanas aceptaron el capitalismo para intentar el desarrollo, pero fue un capitalismo dependiente que permitió la convivencia entre ricos y pobres en sociedades cada vez más pobres.
Como no fuimos capaces de dar respuesta creativa a nuestra realidad, lo que hacemos es simplemente copiar. Si todo fuera igual sería una alternativa, pero en un capitalismo financiero tan amplio y global resulta que aceptar esa posición nos conduce al fortalecimiento del sistema financiero en donde el Banco Mundial y otras entidades juegan un rol de primer orden para convertirnos en satélites sin peso en el orden mundial.
La democracia confundida con las elecciones de “gua’u”.
La democracia es un sistema político que tiene sus reglas de juego que son fundamentales, las cuales si no se cumplen, se desvirtúa y desaparece.
Las elecciones periódicas para elegir a los representantes del pueblo permiten la democracia representativa, pero ¿a quienes representan? No representan al partido, esta confusión llevó a los sistemas totalitarios, en donde el partido se confunde con el Estado. Nuestra democracia dio origen a otra concepción fundamental la nación-partido, con una propuesta que aniquila la democracia, porque la nación, no en su sentido ideológico, sino como un concepto socio – cultural, que expresa los valores, formas de organización y las normas que constituyen sus referencias, se pretende confundir con el partido, que se convierte en un factor autocrático, mucho más parecido a la concepción talibán del poder, que a formas democráticas de Occidente.
Si no se corrigen los partidos cuanto antes, terminarán por ser el fundamento del autoritarismo, que está de acuerdo con las elecciones periódicas, pero que vacía de contenido a las elecciones, que se convierten, al final en ese nuevo esquema de engaño, contrario al desarrollo de la democracia.
Operaciones que facilitan el avance de la democracia falsa
Si las elecciones se realizan sin el objetivo de cumplir con los requerimientos que exige la democracia, este sistema político se vuelve imposible de alcanzar, y solo fortalece la autocracia.
La compra de votos, la compra de cédula para impedir votar, la oferta de empleo a cambio del voto, son operaciones que son instrumentos de las autocracias. En este sentido hace falta un sistema legal que otorgue la capacidad real de impedir las
Si jurídicamente no existen normas específicas para impedir esta realidad, la Justicia Electoral se convierte en un enorme aparato, que tiene todas las características de una institución para garantizar la democracia, pero que en realidad no es más que un aparato útil para continuar con la autocracia mal maquillada.
Las elecciones municipales fueron un montaje para desvirtuar las posibilidades de elecciones limpias y transparentes y constituyen un camino equivocado para vivir en democracia.
El problema es un desafío profundo, que debe empezar a ser discutido seriamente.
Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)
www.ultimahora.com
Sección CORREO SEMANAL
Sábado, 30 de Octubre de 2021
