LÍNEA TELEGRÁFICA NANAWA – ORIHUELA
ANOTACIONES DEL TENIENTE FULGENCIO YEGROS GIROLA
LÍNEA TELEGRÁFICA NANAWA – ORIHUELA
Dicha misión fue encomendada al entonces Teniente Fulgencio Yegros, para la construcción de una línea telegráfica entre los fortines Nanawa y Comandante Orihuela.
En 1928 el Teniente Fulgencio Yegros (más tarde Gral. Div.), estaba acantonado en el Regimiento de Infantería Nº 1 “2 de Mayo”, con asiento en Concepción, en el cual era el Comandante de la Batería de Artillería. En dicha circunstancia recibió la misión de viajar al Chaco, por orden del Mayor Manuel García de Zúñiga, Comandante del RI 1.
El objeto era dar cumplimiento a una disposición originada en el Ministerio de Guerra y Marina, en la que este, hacia suya la preocupación de los mandos superiores del ejército, debido a los numerosos inconvenientes registrados en las comunicaciones entre Nanawa y Concepción, razón por la cual, eran del criterio que debían construir una línea telefónica entre los fortines Orihuela y Nanawa, la cual debía iniciarse lo mas rápido posible. En consecuencia, dado que el Fortín Orihuela esta ubicado en el punto medio de Nanawa y Puerto Militar, frente a Concepción, se aprovechó esta magnifica circunstancia, para enlazar los fortines intermedios, con la base del Comando del RI 1 en Concepción, que en ese momento estaba aislada de ellos, por falta de una línea de comunicación.
El grupo de trabajo fue conformado por el Tte. Yegros, quien fue comisionado a la línea de fortines Nanawa – Orihuela, desde el 18 de enero de 1928 hasta el 20 de septiembre del mismo año, por el Comandante del Regimiento "2 de Mayo" de Infantería Nº 1, para construir una línea telegráfica entre los mencionados fortines, según reza la orden firmada por el Mayor García de Zúñiga. Contaba en su equipo, con el valioso apoyo del Telegrafista Heriberto Duarte más tarde Tte. 2º, como asistente técnico encargado de la obra, un Sargento encargado de las tropas, un Dragoneante y 19 soldados.
Sobre el punto comenta el Capitán Trans. Juan E. Melgarejo (h) en el II Tomo de su libro “Transmisiones en la Guerra del Chaco”, pág. 269, donde se refiere a la biografía del Teniente Duarte…. “La tarea que lo esperaba en esta zona salvaje desértica, era extremadamente dura, no precisamente por la naturaleza del trabajo a efectuar, sino por la del terreno y las características que presentaba en aquella época, totalmente inundada hasta el fortín Cabeza de Tigre, cercano ya a Nanawa.”…
”Trabajaban la mayor parte del tiempo metidos en el agua fangosa hasta cerca de la cintura, constantemente expuestos a los ataques de las alimañas que pululaban por el lugar, los mosquitos, tábanos y lo más temible, las fieras”…
”Sin embargo y pese a todo, la construcción de la línea continuaba penosa y lentamente. Su principal herramienta consistía en un pesado mazo construido con trozos de quebracho, que lo usaban para golpear los “tacos” o estacas, hechas también de quebracho, urundey o palo santo, cuya longitud variaba según la profundidad del agua en el lugar donde debían clavar la estaca o “taco” para, posteriormente y una vez obtenida que la vara quedara fija rígidamente en el suelo a mazazo limpio, se ataba a él el poste, sobre la superficie del agua”…
”Si esta tarea, que recordaban tiempos primitivos era lenta y extenuadora, los tábanos y los mosquitos hacían insoportable todos los minutos del día y la noche, succionando Inmisericordemente la sangre de los infelices obreros, llenándolos de ronchas la piel, que escocían terriblemente”…
Ya hacia fines de septiembre de 1928, el Teniente Fulgencio Yegros se presentaba a la Escuela Militar, para asumir una nueva misión como oficial de planta de la citada institución de enseñanza militar, casi en la misma época el Teniente Duarte tuvo que ser evacuado a la capital, gravemente enfermo, quedando trunco el trabajo. Sin embargo, pese a todos los inconvenientes señalados, figura en su libreta haber alcanzado el Km. 75, el 12 de junio de 1928.
En cuanto al trabajo propiamente dicho, anota el Teniente Yegros que una vez marcado el rumbo, partiendo del Fortín Comandante Orihuela, procedieron a abrir una picada, que por ser nuevos en el Chaco y por haberse descuidado perdieron el rumbo y anduvieron girando sin rumbo durante dos días hasta que al atardecer del 2º día pudieron encontrar nuevamente el rumbo y lo rectificaron, estos inconvenientes sucedían porque carecían de mapas de orientación, en síntesis, todo tuvieron que hacerlo sobre la marcha y a pleno pulmón.
En medio de estas peripecias, debían presentar “partes al Comando”, en los que debían informar sobre el avance de los trabajos, en efecto, las tareas diarias consistían, en la prolongación de los piques en la selva, corte y preparación de postes, excavación de pozos, colocación de aisladores y afirmado de postes. Paralelamente a ello debían ocuparse del suministro y transporte de víveres y el material pesado los desplazaban en carretas tiradas por bueyes.
El Teniente Yegros cita en su libreta, que el 11 de mayo de 1928 llegaban a la estancia Pozo Colorado del Norteamericano George Lohmann y anota que con ello estaban completando 27 Km. de tendido; seguidamente menciona que informa a su Comando en Concepción, que el exceso de agua dificulta la marcha del trabajo. El 17 de mayo, cruzan el Río 7 Puntas y alcanzan el km. 32; este dato es importante, porque permite medir el ritmo de avance diario del tendido telefónico, resultando con que progresaban a razón de de 0,8 Km./día, en este caso es un parámetro valido para un terreno arcilloso inundado.
Otro asunto que hay que mencionar, es que los postes del tendido no siempre eran de madera dura, pues el desplazamiento en la maraña de la selva, así como en los pajonales inundados del chaco, dificultaban la obtención de postes de madera buena, además en la zona escaseaban postes de maderas adecuadas, de manera que tenían que vérselas para intercalar con otro tipo de material, aunque sea de menor calidad, como el caso de los postes de caranday, que eran extraídos de los matorrales aledaños y transportados hasta el sitio de colocación, a pulso, sobre el hombro de los soldados.
Día 27 de mayo, estando en el Fortín Orihuela llegó una carreta procedente de Concepción con destino a Nanawa, por lo que se deduce de las anotaciones, el Comandante del Fortín, era el entonces Capitán Paulino Antola (más tarde Gral. Div.), quien le entrega al Teniente Yegros una carta de su padre y le facilita una valiosa ayuda, consistente en el suministro de 19 aisladores telegráficos y 2 paquetes de clavos de 1’’.
En medio del trabajo y las penurias, estos heroicos soldados se las ingeniaban para divertirse y para encontrar la forma sencilla y barata de satisfacer sus pequeños lujos, por ejemplo, en una de sus anotaciones, dice el Teniente Yegros que decidieron cambiar un cuero de vaca, por 5 kilos de tabaco y 2 kilos de azúcar, con dos misioneros y tres indios llegados al campamento.
El día 30 de mayo, la línea completa 55 Km. Posteriormente comenta el Teniente que llovió toda la noche, que hace tres días que llueve sin parar. Al día siguiente amanece un buen tiempo y decidimos proseguir viaje, llegamos a un pozo distante 2,5 leguas de Juan de Ayolas, instalamos un campamento, luego contactamos con una carreta que venia de Nanawa y seguía hacia Orihuela, en ella viajaba el Teniente Russo Padin. Al día siguiente llega una carreta con víveres; destaco un personal a Pozo Colorado en busca de una vaca para carnear; se registra que la construcción.
Día 8 de junio, amanece un buen día, pero frío, sopla viento sur, proseguimos nuestro camino, nos trasladamos hasta un pozo distante 2 leguas de Corá la Patria, acampamos y rápidamente nos disponemos a trabajar para continuar prolongando nuestra línea, al fin de la jornada completamos 70 Km. Este punto es nuevamente importante porque lo mismo que el anterior, permite elaborar otro parámetro del ritmo de avance diario; en efecto, partiendo del Km. 27 alcanzado el 11 de mayo, a esta fecha hay una diferencia de 28 días y una distancia de 43 Km., lo cual indica, que se estaba progresando a razón de 1,53 Km./día, este índice es válido para medir la progresión en tierra seca.
El día 12 de junio, completamos 75 Km. Seguidamente comenta que llega una carreta al campamento, con la orden de hacerse cargo del Fortín Mariscal López, acto seguido escribe en su libreta: informo a mis compañeros de tareas el texto de la orden, posteriormente encargo la tropa al Sargento y la prosecución de la línea al telegrafista Duarte y finalmente dispongo mi desplazamiento inmediato. Después del almuerzo, siendo las 12:30 horas, salimos hacia el Fortín Nanawa, a la tarde llegamos al Fortín Cabeza de Tigre, donde pasamos la noche, desayunamos al amanecer y proseguimos nuestro viaje, salimos del fortín a las 5 de la mañana, pasamos por Pozo Mbeyú a las 6:30, a las 8 llegamos a Pozo blanco, donde decidimos descansar un rato, a las 9:20 nos ponemos nuevamente en marcha y por fin llegamos al Fortín Nanawa, siendo las 12:30 horas.
El día 23 de junio, salimos del Fortín Nanawa a las 9 de la mañana con destino al Fortín Mariscal López, llevamos una carreta con víveres y una dotación de 20 reclutas, llegamos a Mariscal López a las 7 de la tarde, apenas llegamos nos pusimos a limpiar el rancherío, posteriormente se ubicó la topa, por ultimo rancheamos y nos fuimos a dormir. El Fortín dista 26 Km. de Nanawa y su emplazamiento esta en la margen derecha del brazo sur del riacho “Monte Lindo”.
Fuente:
Libreta de anotaciones y documentaciones personales sueltas del General Yegros.
Libro del Capitán Transmisión Juan E. Melgarejo (h) - II Tomo
Fuente digital: http://generalyegros.com (Registro: Agosto 2011)
