EXPOSICIÓN ENTROPIA, 2012
Obras de JORGE OCAMPOS
CASA MAYOR GALERÍA DE ARTE
Asunción - Paraguay
Verónica Torres y Jorge Ocampos Roa
El 6 de septiembre se inauguró la muestra “Entropía” de Jorge Ocampos en Casa Mayor Galería de Arte (Malutín 263 casi Mcal. López). La muestra está compuesta de 10 obras realizadas en acrílico y textura sobre tela. El acceso es libre y gratuito.
Detalle
CUERPOS Y PINCELES EN BUSCA DE ENTROPÍA
Por ÁNGEL LUIS CARMONA
La exposición de Jorge Ocampos que exhibe Casa Mayor, me ha hecho recordar las enormes dificultades que tenía el profesor de física de mi época de colegio para evitar que sus alumnos simplificáramos el concepto de entropía identificándolo con la idea de destrucción… Si entonces no la hubiera entendido, esta muestra me habría dejado perfectamente clara la diferencia.
La entropía quizás deteriora, pero nunca destruye; sino que transforma, reorganiza, vuelve brumoso lo nítido, apagado lo brillante, fugitivo lo estático. Eso es exactamente lo que se ha propuesto Jorge Ocampos en esta serie de cuadros que, con una técnica tan ingeniosa como impecable, juega con la descomposición, con el desdibujo y con la decoloración.
Basta una primera mirada a las obras que integran la exposición (esencialmente cuerpos y específicamente cuerpos femeninos) para notar que están sometidas a una secuencia temporal en la que esas figuras van, literalmente, desdibujándose o, por así decirlo, desprendiéndose cada vez más de la inercia y cediendo paso a paso a la fuerza de la entropía.
Más allá de la calidad individual de cada obra, esta es una de esas muestras que, por tener una potencia cronológica tan poderosa, adquieren su verdadera fuerza expresiva como conjunto, como secuencia, como camino en el que se perciben los pasos sucesivos de desarticulación de los cuerpos y descomposición de las formas.
Esa metamorfosis se plasma en los cuadros siguiendo una línea temporal que va desde una referencia del cuerpo femenino tan clásica como “Las Tres Gracias”, perfectamente reconocibles y apenas enmascaradas por los surcos lineales que desvanecen sus rostros, hasta un desmembramiento que separa la figura humana como en piezas de un rompecabezas imposible.
La exposición en sí misma es un ejercicio de descomposición paulatina. Primero los rostros se ocultan, se vuelven brumosos, se esconden, dejan de ser rostros para convertirse en rastros, a medias camuflados a medias disueltos, por surcos lineales.
Después, los cuerpos se dislocan, las posturas se vuelven tan complejas que es difícil identificar sus partes y sus formas hasta llegar a fragmentarse como rompecabezas o a recomponerse y reorganizarse, casi en forma de esculturas inconclusas o en una abigarrada superposición.
Resulta especialmente interesante que un autor que se ha caracterizado, a lo largo de su trayectoria, por la precisión de las formas, la terminación de las figuras, el gusto por el juego del color y la presencia nítida del dibujo, se haya decidido en estos trabajos a desdibujar, decolorar y deformar. Así la ejecución de las obras también rompe la inercia y se sumerge en la entropía.
Pero quizás lo más sorprendente, posiblemente el mayor logro de esta muestra, haya sido la finura, la delicadeza de perseguir y mostrar, en todo su dramatismo, una desestructuración del cuerpo sin ninguna agresividad, sin ningún efectismo, sin ninguna concesión a lo grotesco.
Yuki Hayashi, Jorge Ocampos y Eneide Boneu
Fotos: Gentileza del artista
Registro en el Portalguarani.com: Marzo 2013
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