PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
ANDREW NICKSON

  EL PROGRAMA DE COLONIZACIÓN DE LOS GRANJEROS DE LINCOLNSHIRE A PARAGUAY EN 1872: UNA DESESPERADA BÚSQUEDA DE EMIGRANTES PARA RESPALDAR UN PRÉSTAMO INTERNACIONAL - Por MARY GODWARD Y ANDREW NICKSON - Año 2021


EL PROGRAMA DE COLONIZACIÓN DE LOS GRANJEROS DE LINCOLNSHIRE A PARAGUAY EN 1872: UNA DESESPERADA BÚSQUEDA DE EMIGRANTES PARA RESPALDAR UN PRÉSTAMO INTERNACIONAL - Por MARY GODWARD Y ANDREW NICKSON - Año 2021

EL PROGRAMA DE COLONIZACIÓN DE LOS GRANJEROS DE LINCOLNSHIRE A PARAGUAY EN 1872:

UNA DESESPERADA BÚSQUEDA DE EMIGRANTES PARA RESPALDAR UN PRÉSTAMO INTERNACIONAL

 

Por MARY GODWARD Y ANDREW NICKSON

 

En unos sofocantes días de calor de diciembre de 1872 y enero de 1873 unos 762 hombres, mujeres y niños de Inglaterra llegaron a tierras pantanosas en las afueras del pequeño poblado rural de Itapé. Poco después, otras 130 llegaron a las cercanías de Itá. En total 892 “colonos”, incluyendo unos 360 niños, fueron trasladados a Paraguay, constituyéndose en el programa más numeroso del país hasta el arribo de los Menonitas al Chaco en 1926. Estos colonos pasarían a la historia como los desafortunados “Granjeros de Lincolnshire”. La historia de cómo llegaron es una grave imputación sobre la manera en que financistas internacionales y políticos corruptos eran capaces de empeñar a la clase trabajadora urbana durante el período victoriano.

 

 

 

Paraguay acababa de ser derrotada en la Guerra de la Triple Alianza (1865-70), la guerra más sangrienta en la historia de América Latina, luchando contra las fuerzas conjuntas de Argentina, Brasil y Uruguay, aún en la actualidad descrita por historiadores como un genocidio. La población de Paraguay se desmoronó de 525.000 personas a unas 220.000, de los cuales solo 28.000 eran hombres adultos.[i] Un ejército de ocupación, compuesto en buena parte por tropas brasileras, aún controlaba el país en ruinas. Era el peor momento y lugar para un programa de emigración, menos aun proviniendo del Reino Unido ya que no contaba con representación diplomática en el país.


[i]Una tasa de mortalidad aún más alta figura en Thomas Whigham y Barbara Potthast, “The Paraguayan rosetta stone: new insights into the demographics of the Paraguayan war, 1864-1870.Latin American Research Review 34.1 (1999): 174-86.

 

Madre paraguaya llevando a su hijo muerto a la tumba[2]

 

El engaño se originó durante los gobiernos de los presidentes Cirilo Rivarola y Juan Salvador Jovellanos, impuestos en Asunción por los aliados victoriosos en 1870. Jovellanos y Rivarola buscaron generar fondos para la reconstrucción de posguerra, emitiendo bonos en el entonces boyante mercado de capitales de Londres. Máximo Terrero, el yerno de Juan Manuel de Rosas (ex gobernador de la provincia de Buenos Aires) y agente financiero del gobierno de Rivarola en Londres, se confabuló con un consorcio liderado por los banqueros Waring Brothers para emitir un bono en noviembre de 1871. Contrataron a los agentes Robinson, Fleming & Co. para comercializar los bonos, los cuales se emitieron con un valor nominal de £1.000.000. Pero con una cotización al momento de su emisión de £80 con una tasa de interés del 8%, Warings solo debía rendir £64 por cada £100 en bonos. El grupo usó este margen para readquirir los bonos.  Estas compras fraudulentas constituían una práctica habitual en la burbuja especulativa de los bonos latinoamericanos en ese período y llevarían a una posterior investigación oficial en 1875. El consorcio obtuvo una ganancia de £128.465, de las cuales Waring Brothers se llevó la tajada del león (£60.205). Sólo £400.000 fueron enviadas a Paraguay, para desvanecerse en los bolsillos de políticos corruptos.[i] Terrero fue premiado por Jovellanos con el nombramiento de Cónsul General de Paraguay en Londres.


[i]Harris Gaylord Warren, “The golden fleecing: the Paraguayan loans of 1871 and 1872”.Inter-American Economic Affairs 26 (1) (Summer 1972): 3-24.

 

Henry Luke Robinson (1828-1880), socio de Robinson, Fleming & Co.,

cuyo hijo viajó a Paraguay en el Kepler con los colonos

 

Entusiasmado con el aparente éxito de este primer préstamo, en marzo de 1872 el presidente Jovellanos aprobó una segunda emisión de bonos en Londres. Como en 1871, el consorcio publicó un elogioso prospecto sobre Paraguay con fecha 1° de junio. Con la intención de sostener el precio de los bonos, una vez más se involucraron en especulación bursátil, operando de forma fraudulenta para dar la falsa impresión que la emisión había generado una sobre suscripción.

Pocas semanas después, hacia fines de junio, la burbuja especulativa de los bonos latinoamericanos había estallado, asustando a potenciales tenedores de bonos, y no se pudieron colocar más bonos de la emisión de 1872. La emisión se estancó en £562.200, apenas un cuarto de los £2.000.000 inicialmente planeados. La suma pagadera a Paraguay era de tan solo £410.406, mientras que el consorcio percibió una cuantiosa comisión de £67.464.[i]

En respuesta a la crisis, Terrero y el consorcio buscaron vincular de forma explícita esta emisión de bonos a un programa de emigración a Paraguay, utilizando parte de los fondos recaudados en la venta de bonos para financiarlo. Tenían la expectativa que la publicidad sobre el emprendimiento – insinuando que Paraguay era un excelente lugar para la colonización británica – estimularía la compra de bonos y sostendría su cotización. A pesar de la crítica situación de la economía paraguaya, los agentes Robinson, Fleming & Co. nuevamente publicaron un resplandeciente prospecto en The Times el 25 de junio de 1872. En nombre de una llamada Agencia de Emigración Paraguaya describían al país en términos exagerados como un destino ideal para la emigración europea. Terrero incluso nombró a John y George Fleming como Cónsul y Vicecónsul de Paraguay, respectivamente, en Londres.

John William Billiatt fue contratado como agente de reclutamiento por Robinson, Fleming & Co. En su oficina londinense despejaba dudas y brindaba información sobre los “Términos y Condiciones para Emigrantes a Paraguay, emitido bajo el sello del Gobierno de Paraguay”.[ii] Estos términos incluían un cargo por el pasaje de £25 por cada adulto (£5 por niño) pagadero a seis años, después de lo cual los títulos de propiedad de la tierra (40 acres por familia y 20 acres adicionales por cada hijo mayor a 14 años) serían entregados a cada colono. Garantizaban raciones gratuitas por dos semanas con posterioridad a la entrega de tierras, luego de lo cual serían provistas al costo. Animales (vacas, cerdos y bueyes) e implementos agrarios serían provistos también al costo, pagaderos con un interés del 5%. Como era práctica habitual en la época, el agente de reclutamiento recibiría £5 por cada cabeza de familia que reclutaba.



[i]Warren, ibid.

[ii]Stephen King Collection, State Library of South Australia


 

 

“Términos y Condiciones para Emigrantes a Paraguay”, 1872

 

No queda del todo claro como estos colonos llegaron a ser conocidos como los Granjeros de Lincolnshire. Probablemente tuvo su origen en que Billiatt provenía de esa zona fértil del país y que en agosto él organizó presentaciones sobre el programa de colonización en Lincolnshire (Grantham, Sleaford, Melton Mowbray y Lincoln).

 

 

The Grantham Journal, 10 August 1872

 

Aún antes de partir habían aparecido informes críticos tanto en la prensa de Buenos Aires como la de Londres y en correspondencia diplomática. Aludían a los colonos en términos muy despectivos, como “mendigos urbanos” reclutados en las “calles londinenses”. Esta distorsión probablemente refleja un fuerte prejuicio clasista de la época. La realidad era más compleja. Nuevos datos arrojados por nuestra investigación muestran que la mayoríade los emigrantes eran artesanos urbanos con una diversidad de experiencia, tales como zapateros, sastres, carpinteros, cocineros y mozos, albañiles, herreros, cerrajeros y barberos. Había “sirvientes de caballeros” así como un fotógrafo y hasta un ingeniero. Un matrimonio incluso viajó con su propia sirvienta y otro era hermano de un tenedor de bonos. La existencia de cartas al Reino Unido describiendo su situación confirma que muchos de ellos sabían leer y escribir. Los colonos eran también un grupo multinacional. Había un contingente numeroso de 178 alemanes,[i] miembros de una comunidad de refinadores de azúcar y zapateros de Londres. De cualquier manera, no más del 10% eran agricultores y solo el 15% era de Lincolnshire.

Cuando Hugh MacDonnell, el Cónsul Británico en Buenos Aires, vio el aviso publicado por Robinson, Fleming & Co., se comunicó con la cancillería británica para informarles que las afirmaciones sobre la salubridad del clima, el estado pacífico del país y la seguridad de los colonos “no guardan relación con la realidad”.[ii] Tanto llegó a preocupar esta publicidad al gobierno de William Gladstone, que el Consejo de Emigración emitió una advertencia pública el 24 de octubre de 1872 diciendo que “no podía recomendar la emigración a Paraguay para personas de las clases trabajadoras.” Este fue el primero de varios comunicados puntualizando que Paraguay aún se encontraba sumida en la pobreza y apenas sobrellevando las penurias de la posguerra de un conflicto devastador que había diezmado su población.

 


[i]Förster, B. Deutsche Colonien in dem oberem La Plata—Gebiete mit besonderer Berücksichtigung von Paraguay. Leipzig, 1886, zweite Auflage citado por  Herken Krauer, J.C. (2019) La inmigración en el Paraguay de posguerra: el caso de los “Lincolnshire Farmers”(1872-1873), Handbook of Latin American Studies, Vol. 46.

[ii]Carta fechada 2 de agosto de 1872 de Hugh MacDonell a Earl Granville, FO 59/35 ff.20-25.

 

Advertencia pública del 24 de octubre de 1872,

publicada por The Grantham Journal, Lincolnshire

 

Rydal Hall (1871)[8]

 

Desafortunadamente esta advertencia se concretó tres semanas después de la partida del primer grupo de 370 colonos, quienes habían zarpado de Liverpool el 2 de octubre de 1872 a bordo del Kepler. The Times informó que viajaban “300 emigrantes agricultores seleccionados”. El Consejo de Emigración, un ente estatal que promocionaba la emigración, fue testigo de la partida del Rydal Hall y usó términos muy diferentes para describir a los emigrantes. Informaba que “muchas de estas familias eran desesperantemente pobres, mal alimentadas y de aspecto aletargado”.  Como una fuerte premonición de lo que ocurriría, decía, “Mirando al pasaje del Rydal Hall como a un grupo de pioneros, hay grandes dudas si muchos de ellos, especialmente los niños, no sucumbirán al cambio de clima, alimento y circunstancias ligadas a integrarse a la clase trabajadora en Paraguay”.[i] El 25 de octubre, el día después de la publicación del aviso oficial, el Rydal Hall partió de Londres con otros 392 emigrantes a bordo con destino a Paraguay.

Con fecha 12 de diciembre, el Vanguard zarpó de Liverpool con otros 130 colonos, llevando nuestra estimación del total a 892. Este total incluía unos 360 niños, una proporción llamativamente alta para un programa de emigración rural. El 13 de febrero de 1873 el Consejo de Emigración emitió un segundo y más serio comunicado. La distribución de 15,000 copias en carteleras de Londres y las principales ciudades inglesas frenó el programa de emigración. En respuesta, el representante del gobierno paraguayo en Gran Bretaña reaccionó, diciendo que, dada la importancia global de Londres, el gobierno británico estaba efectivamente negándole a Paraguay la oportunidad de la emigración europea. Desde el mismo momento en que partieron los colonos, el programa de emigración generaría muchísima cobertura en la prensa inglesa.  

 


[i]Carta fechada 26 de octubre de 1872 del Captain Foster al Assistant Secretary Immigration Board, CO 318/267 ff. 355-356.

 

 

Ni bien llegaron a Asunción, los “Granjeros de Lincolnshire” fueron repudiados por el gobierno de Jovellanos, quien negó siquiera saber que venían o que tuviera alguna obligación hacia ellos. De cualquier manera, el entusiasmo por la llegada de los colonos había aparecido en la prensa paraguaya tres meses antes de su llegada, como lo ilustra este artículo publicado en El Orden del 4 de agosto de 1872.

 

 

 

La empresa Robinson, Fleming & Co. también empezó a desentenderse de los emigrantes. El mismo agente de la compañía en Asunción, Walter Seymour, los describió como “mendigos, principalmente de grandes ciudades, y totalmente incapaces de vivir en el campo – sastres, zapateros, relojeros, fabricantes de bastones y toda clase de oficios excepto agricultores.”[i]


[i]Walter R Seymour a St. John, Asuncion, 1 de junio de 1873, F.O. 59/35, citado en Harris Gaylord Warren (1965), "The Lincolnshire Farmers: an abortive emigration scheme 1872-1873," The Americas, Vol. 21/3, 243-269.


 

La llegada abordo del vapor Cisne del primer grupo de los ‘Granjeros de Lincolnshire’

al puerto de Asunción el 6 de diciembre de 1872, pintado por Charles Sansom, uno de los colonos.

© Christie's Images Limited, 2011

 

Después de pasar dos días en Asunción, el grupo del Kepler fue enviado a Paraguarí, a unos 60 km al sudeste de la capital, donde fueron hospedados en la estación del ferrocarril que aún no tenía techo. Desde allí los colonos se trasladaron en carretas tiradas por bueyes al poblado de Itapé, a unos 130 km de Asunción, y el día de Navidad de 1862 sortearon los lotes de terreno. Durante la estadía en Paraguarí del segundo grupo, el del Rydal Hall, murieron 11 niños y el Conde D’Amelot, Encargado de Negocios de Francia en Buenos Aires, quien casualmente pasaba por el lugar, comentó que nunca había visto tanta miseria.[i]El tercer grupo de 130 que llegó en el Vanguard fue trasladado a otra localidad cerca del poblado de Itá. En el interín, aquellos que ya se encontraban en Itapé experimentaron condiciones atroces. Hospedados en carpas ubicadas en una “zona baja parcialmente inundada cuando llovía”, estaban expuestos al sofocante verano paraguayo cuando las temperaturas usualmente llegan a los 40°C. 

Mientras tanto, el 13 de septiembre de 1872 y dos semanas antes de la partida del Kepler, Gregorio Benites, un Ministro Plenipotenciario de Paraguay con mayor jerarquía que Terrero, había llegado a Londres para reemplazarlo como Cónsul. Benites escribió al diario The Times diciendo que el programa de emigración nunca había sido aprobado por el gobierno paraguayo, llamándolo una “especulación industrial”.[ii] Terrero respondió desmintiendo sus afirmaciones. Pero Benites no hizo nada para frenar la partida de los emigrantes. En cambio, le pidió a Robinson, Fleming & Co. que le adelantara fondos del segundo préstamo supuestamente para “asuntos no incluidos en el contrato”, que la empresa se negó a hacer. Esta negación trajo aparejada varias acciones judiciales. Esta disputa legal llevó a Robinson, Fleming & Co a rechazar la posibilidad de liberar fondos de la emisión de bonos a su propio agente, Walter Seymour. Robinson, Fleming & Co. se lavó las manos de cualquier responsabilidad hacia los colonos, incluso comunicándole a Billiatt, quien había acompañado a los colonos a Paraguay, que en adelante debería dirigir sus pedidos al gobierno paraguayo.  

Este congelamiento de fondos se dio en un momento trágico para los desesperados colonos. El invierno paraguayo no había traído ningún alivio, dado que la mayoría de ellos ya estaban débiles por enfermedades, sus cosechas habían fracasado y carecían de apoyo de Robinson, Fleming & Co. Adicionalmente, enfrentaban peligros por el desorden y la inseguridad causadas por la anarquía política de ese momento con una revolución contra el gobierno de Jovellanos. Bandas merodeaban la zona y atacaban los hogares, como lo muestra este aviso de El Fénix del 11 de mayo de 1873 luego del asesinato de dos colonos, Owen y Elizabeth Newman.[iii]

 


[i]St John a Granville, No. 7, Buenos Aires, 2 de abril de 1873, y No. 31, 9 de junio de 1873, F.O. 59/35 citado por Harris Gaylord Warren (1965) en "The Lincolnshire Farmers: an abortive emigration scheme 1872-1873," The Americas, Vol. 21/3, 243-269.

[ii]Carta de Gregorio Benites al diario The Times del 4 de octubre de 1873, en The Standard (Buenos Aires), 12 de diciembre de 1873, Universidad de San Andrés.

[iii]La noticia de la recompensa apareció en seis ediciones del diario durante mayo de 1873, aunque siempre con el año incorrecto de 1872.


 

 

Pero en muchas instancias los ingleses pudieron contar con la generosidad y amabilidad de familias paraguayas. Annie Kennett, de ocho años, cuenta en su diario que, luego de una fuerte tormenta que obligó a su familia a buscar refugio, “Las mujeres nativas tienen un gran corazón. Nos albergaron y dieron sus camas hasta que conseguimos otra carpa”.[i] Y en una carta desde Itá, Emma Edwards escribió, “Son todos iguales. Todos cultivan lo que comen y no son como los ingleses. Lo que tengan para comer te lo darán si pasas por sus casas”.[ii]


[i]Annie Elizabeth Kennett, “The Lincolnshire farmers in Paraguay”, en Peter Lambert y Andrew Nickson (2013) The Paraguay Reader. Duke University Press, p. 140.      

[ii]Carta de Emma Edwards a su familia, 1874. Disponible en http://www.argbrit.org/Lincolnshire_Farmers/LF_Edwards.htm

 

Annie Kennett, unos años después de llegar a Rosario, Argentina

 

Las enfermedades y la desnutrición empezaron a cobrarse un precio en Itapé. A principios de agosto una delegación de tres hombres desesperadamente buscó ayuda del Cónsul italiano, Rodrigo Assensio y Ximenes. En una carta que le escribieron decían, “…no hay provisiones de ningún tipo ahora en la colonia …permanecen en la colonia niños que han perdido madres y padre…Los hombres han trabajado, cuando su salud se los ha permitido, la chacra que les tocó, pero ni bien empezaron a crecer sus cultivos, han sido devorados por alimañas”. También condenaba al consorcio: “Asimismo declaramos que el contrato entre Robinson, Fleming & Co. y nosotros se ha desmoronado, ya que no han cumplido con sus compromisos” y rogaban que todos “sean rápidamente trasladados de la colonia de Itapé a Buenos Aires o de vuelta a Inglaterra, antes de vernos reducidos a una temida y terrible hambruna.”[i]

Para cuando Assensio y Ximenes visitó Itapé en septiembre de 1873 la situación era tan crítica que dijo, “el número de tumbas iguala al número de carpas”.[ii] A pesar de la presión de Robinson, Fleming & Co. por permanecer allí, las familias abandonaban la coloniaa medida que su situación se deterioraba. Emprendían una odisea de siete días en carreta para trasladarse a la estación de Paraguarí y luego a Asunción, donde mendigaban en las calles y vendían sus últimas pertenencias para sobrevivir. Un grupo numeroso que no podía pagar el costo de las carretas a Paraguarí cubrió el trayecto caminando mientras que otro grupo más reducido caminó hacia el sudeste, a la frontera con Argentina.  

En Asunción el expresidente de Argentina Bartolomé Mitre, el cónsul italiano Rodrigo Assensio y Ximenes y otros brindaron ayuda a algunos colonos. Billiatt había partido a Inglaterra el 10 de junio, supuestamente para pedirle ayuda al consorcio que había organizado la emigración, dejando todo en manos del Capitán Henry Cavendish Angelo.A pesar de ser empleado de Robinson, Fleming & Co., Angelo enviaba cartas a los diarios de Buenos Aires describiendo el drama de los colonos. Cuando algunos hombres solteros lograron llegar a Buenos Aires, sus relatos de primera mano sobre la difícil situación de sus compañeros generaron una ola de solidaridad en las comunidades británica y alemana. El 18 de agosto Walter Seymour le escribió al Encargado de Negocios británico en Buenos Aires, rogándole que brinde ayuda. En su carta decía, “La colonia de Itapé se encuentra en estado de anarquía y a pesar de cualquier economía sus provisiones están agotadas…en la colonia de Itá hay hambruna y temo que algunas personas y niños morirán por falta de comida”.[iii] St. John respondió rápidamente, organizando un fondo de emergencia con la colaboración de la comunidad británica y la Sociedad de Beneficencia San Patricio. Una intensa sed por las noticias vinculadas al escándalo contribuyó al éxito de este pedido y en pocas semanas se recolectaron £1.800. Entre octubre y diciembre de 1873 trasladaron a casi todos los sobrevivientes en vapores desde Asunción a Buenos Aires, algunos desembarcando en Rosario. Aproximadamente la mitad de ellos se asentó en Argentina, donde tienen muchos descendientes. Posiblemente el más famoso de ellos sea William Case Morris (ver abajo). Otros re-emigraron o volvieron a Inglaterra. Muy pocos permanecieron en Paraguay. Entre ellos estaban las familias Pattenden, Edwards y Battcock y George Stapley así comovarias familias alemanas y francesas. George Mulhall, uno de los organizadores del rescate, informó que habían fallecido 162 personas, aunque nuestra investigación sugiere que el número era menor, entre 65 y 80. 

 


[i]Carta fechada 6 de agosto de 1873 de los colonos de Itape a Rodrigo Assensio y Ximenes, F.O. 118/150, ff. 204-205.

[ii]Carta fechada 20 de junio de 1873 de Rodrigo Assensio y Ximenes a Frederick St John, F.O.118/150, ff. 197-199.

[iii]Carta fechada 18 de agosto de 1873 de Walter Seymour a Frederick St. John, en The Standard (Buenos Aires), 28 de agosto de 1873, Universidad de San Andrés.

 

William Case Morris fundó una red nacional de hogares para menores, una iglesia y más de treinta escuelas.

Hasta el día de hoy Morris es uno de los pioneros de reforma social más queridos de Argentina.

Gozando de gran estima, hay una estatua suya en Buenos Aires y

varias estaciones ferroviarias y estadios de fútbol llevan su nombre.

 

Heinrich Mangels, vicecónsul alemán en Asunción en 1873, caracterizó al emprendimiento de los Granjeros de Lincolnshire como “una cruel estafa”.[1]La investigación parlamentaria de 1875 sobre los préstamos latinoamericanos absolvió al consorcio de cualquier responsabilidad. Su cabeza visible, Charles Waring, hasta sugirió durante la investigación “que puede resultar conveniente enviar una cañonera a Paraguay” para obligar al gobierno paraguayo a cancelar sus deudas.[2]

El intercambio entre la comisión investigadora y George Fleming ilustra la arrogancia de los financistas.

 “Conocía el estado en que se encontraba Paraguay cuando emitieron su prospecto?”

“Estaba perfectamente pacífico”.

“Si, muy pacífico, ¿usted no sabía que la población había sido prácticamente exterminada?”

“No”.[3]

Como concluyó el reconocido historiador norteamericano Harris Gaylord Warren, “Robinson, Fleming & Co. no hizo nada ilegal, principalmente porque casi no existía legislación por respetar. No existía una adecuada supervisión del gobierno sobre la emisión de bonos y nada que pudiera frenar la promoción de descabellados programas de emigración”. Por su parte, los políticos de Paraguay estaban más que felices de acceder a una importante cantidad de oro que, no sorprende, fue subrepticiamente enviada a cuentas bancarias en Buenos Aires o destinado a inversiones inmobiliarias en Argentina.[4]Unos años después, Walter Seymour resumió el tema en su autobiografía, “al emitir los dos préstamos a Paraguay, se acordó que montos considerables debieran ser empleados en la apertura de un banco, para ferrocarriles, obras públicas y el fomento de la inmigración. Esto fue propuesto en Londres para para estimular el precio de los bonos”.[5]

……..

En otra calurosa jornada veraniega Andrew Nickson llegó a Itapé, a la búsqueda de algún testimonio oral sobre los “Granjeros de Lincolnshire”. Su primera visita fue al cura párroco, Padre Severiano Vega, quien había establecido en la iglesia una pequeña colección de objetos de valor histórico, como expresión de su afán para promocionar una revalorización de la herencia cultural de la zona. Pero ni él ni el Sr. Albino Ortiz Rotela, Intendente de Itapé, habían escuchado hablar de los “Granjeros de Lincolnshire”. Con un grupo de curiosos cada vez mayor, visitaron a varias personas mayores, pero no sabían nada al respecto, y quizás algunos empezaron a poner en duda la veracidad de la historia. Pero todo cambió repentinamente cuando hablaron con Manuel Vera Duarte, la persona de edad más avanzada del pueblo. Nacido en Itapé, había emigrado a Argentina después de la Guerra del Chaco, y, afortunadamente, había vuelto a Itapé desde Buenos Aires hacía pocos meses para pasar sus últimos días en su pueblo natal. Se le iluminaban los ojos cuando relataba lo que le contaban sus tías Fernanda, Raquel y Balbina Vera Paniagua cuando era niño. "No hay que tocar los jarros – puede ser que los ingleses vuelvan a buscarlos". Explica que aparentemente, al irse de Itapé, los colonos dejaron con sus vecinos paraguayos sus teteras, jarros de porcelana y hasta ‘fuentes para ensalada’. Es posible que estos objetos de manufactura europea habrían sido considerados de lujo en el Itapé de aquel entonces. Luego llevó al grupo al lugar, conocido como Caa'guy Guazú (“gran bosque” en guaraní), a dos kilómetros del pueblo, donde dijo que habían vivido los ingleses. Otros vecinos que aparecieron hablaron de manteles de seda de color rosa (quizás un tanto exagerado) que tenían los colonos. Cuando atardecía, y Nickson se preparaba para volver a Asunción, se le acercó Francisca Ovieda, una señora mayor quien había escuchado comentarios de una vecina sobre su visita. Ella ofreció un dato sorprendente que quizás explica la alta tasa de mortalidad entre los colonos. Contó que, en su infancia, su madre le dijo que la enfermedad que más afectó a los ingleses fue el pique, y que para “curar” la enfermedad ellos tomaron el único remedio que trajeron de Londres: ¡un laxante! [6]

Nuestra base de datos (https://lfparaguay.wordpress.com/) incluye datos de 757 de los “Granjeros de Lincolnshire”, cuyo número total estimamos en 892. La investigación para estudiar a cada una de las familias continúa y la base de datos se actualiza a medida que surgen nuevos datos. Varias familias en Argentina y otros países del mundo han “descubierto” sus raíces paraguayas y se están ultimando planes para una visita grupal.

 


[1]Heinrich Mangels (1904) Wirtschaftliche, naturgeschichtliche und klimatologische Abhandlungen aus Paraguay. München: Verlagsanstalt Dr. Fr. P.Datterer, citado por Jan  M. G. Kleinpenning (2009) Rural Paraguay 1870-1963: A geography of progress, plunder and poverty. Vol. 2. Madrid: Instituto Ibero-Americano, p.150.

[2]Parl. Papers, "Loans," p.204, citado por Carlos Marichal (1989) A century of debt crisis in Latin America: From independence to the great depression, 1820-1930. Princeton University Press, p. 95.

[3]Ibid., p.188.

[4]Harris Gaylord Warren, "The Golden Fleecing: the Paraguayan Loans of 1871 and 1872," Journal of Interamerican Economic Affairs, No.26 (1972), 11-13.

[5]Walter Seymour (1910) Ups and downs of a wandering life. London: John Long, p. 137.

[6]Andrew Nickson, “Los Mendigos de Londres en Itapé: Una sórdida historia de emigración tras la Guerra contra la Triple Alianza”, Correo Semanal, Ultima Hora(Asunción), 22 de julio de 1995.

 

 

 

Fuente: ANDREW NICKSON

Registro: Junio 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
HISTORIA
HISTORIA DEL PARAGUAY (LIBROS, COMPILACIONES,






Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA