ASUNCIÓN 201

Por PEDRO GÓMEZ SILGUEIRA

Mientras el fervor de los festejos del Bicentenario sigue en nuestras mentes como si hubieran sido ayer, ya estamos en pleno mes de celebraciones por los 201 años de independencia nacional.

Los asuncenos han recuperado bastante la autoestima, pero no por ello se creen viviendo en un termo.
Es cierto, Asunción -con justicia histórica- ha sido calificada a nivel mundial como una de las ocho ciudades maravillosas de Latinoamérica y es considerada Capital Mundial de la Paz. En breve tendrá su World Trade Center y esperamos que pronto concluya su avenida Costanera.

Asunción podría ser considerada una “capital verde”, como Curitiba, por el verdor que se puede apreciar en toda su extensión. Enormes árboles siguen dando sombra y oxígeno en los patios, plazas y avenidas. Desde el aire, todo es vegetación y resaltan las inmensas copas entre los tejados.

En nuestra capital se pueden ver todavía casas y no una verdadera selva de cemento como en otras urbes de la región. En Europa ni qué decir, bloques y más bloques de edificios contaminan el paisaje y asfixian a los barrios.
Afortunadamente, esta semana la Junta Municipal decidió poner límites a las moles de varios pisos para mantener algunas avenidas con su genuino carácter residencial. De este modo, todavía se podrá apreciar en Asunción un paisaje característico de señoriales casas con jardines, patios y arboledas.
El desarrollo urbanístico no es sinónimo de llenar las avenidas de edificios en altura, sino de distribuirlos adecuadamente hacia las zonas correspondientes.

Sin embargo, hay que tener en claro que los méritos y las virtudes con que Dios y la naturaleza dotaron a Asunción no son suficientes para tapar los baches ni mantener las calles como alfombras.
Asunción sigue siendo una ciudad donde los habitantes se sienten frustrados con sus gobernantes, sean intendentes o concejales. Los proyectos que se dan a conocer con bombos y platillos entusiasman, pero luego producen una gran decepción.

El Parque del Bicentenario todavía está lejos de ser una realidad, pues la zona sigue atestada de viviendas precarias, aun con la crecida que debiera ser aprovechada como una oportunidad para las relocalizaciones. Los bajos del Viejo Cabildo, donde se proyecta un parque hasta el río, todavía presentan un panorama desolador.
El cablerío que se entreteje como un ñandutí, y que nos habían dicho que se volverían subterráneos en tres meses, había sido era más complejo de lo que se esperaba y, a un año de la fecha establecida para su conclusión, sigue siendo una promesa.

Muchas fachadas del Centro Histórico siguen enmohecidas, descascaradas y llenas del hollín despedido por los caños de escape. ¿No las iban a pintar todas?
Las veredas siguen rotosas y manteniendo a los transeúntes a los tumbos.
Pero a decir del director de Comunicación de la Municipalidad de Asunción, Alfredo Andrés Benítez, “la Administración Samaniego busca la manera más efectiva de hacer cumplir las ordenanzas municipales para que los vecinos mantengan en buen estado las aceras y que también estén despejadas para el uso exclusivo de los peatones”.

Pasaron casi 16 meses de gestión de la nueva administración comunal y todavía no definieron cómo hacer para que las ordenanzas se cumplan.

Fuente:  ABC Color (Online)

Sección OPINIÓN

Domingo, 06 de Mayo de 2012

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