EL 2011 VA A SER UN BUEN AÑO
Escrito por: MANUEL FERREIRA BRUSQUETTI
Octubre 2010
EL 2011 VA A SER UN BUEN AÑO
Después de las primeras conjeturas, me animo a afirmar lo que sostiene el título del artículo: el año que viene va a ser un buen año. ¿En qué se basan estas proyecciones?
Después de las primeras conjeturas, me animo a afirmar lo que sostiene el título del artículo: el año que viene va a ser un buen año. ¿En qué se basan estas proyecciones?
En primer lugar, el clima lo dice. Y en un país donde el clima es más importante que el Estado, buen clima implica buena agricultura, y buena agricultura implica buen crecimiento. La agricultura paraguaya demostró que su capacidad de generar riqueza no comienza ni termina en la finca. Cuando la agricultura frena o arranca afecta todo: el comercio, las importaciones, el transporte, la inversión. Lo notamos en el frenazo del 2009 y lo volvimos a notar en la aceleración del 2010.
El 2011 se presenta con buenas proyecciones para los cultivos de verano. El mayor de todos, la soja, a pesar de las buenas proyecciones climáticas que la afectan, difícilmente supere un brillante 2010. Sin embargo, los precios se mantienen firmes y los costos ajustados con lo que los agricultores podrán generar utilidades interesantes.
El verano agrícola 2011 también será bueno para el pequeño productor. Primero, porque gran parte de estos pequeños ya cultivan soja: dos tercios de los productores sojeros tienen menos de 20 has. Segundo, porque también los productos tradicionales de la agricultura familiar campesina como el algodón o el sésamo van a andar bien. Un buen año para la agricultura familiar campesina impulsa el consumo en las zonas minifundiarias y ayuda a hacer frente a las obligaciones financieras.
La duda agrícola está en los cultivos de media estación como el maíz zafriña o los de invierno como el trigo. Acá es donde realmente va estar difícil alcanzar el rendimiento del 2010 ya que este año fue fantástico para estos cultivos. Hoy, sólo podemos jugarnos al promedio que es menor a lo producido en 2010.
El agricultor va a andar bien el año que viene y esto va a impactar en toda la economía.
Pero la cosa no se acaba allí.
Vamos a seguir creciendo en construcción. Mientras siga la malaria en el norte del mundo y los capitales sigan sin negocio, lo que duraría un tiempito más, va a seguir viniendo dinero a Paraguay para construir. Y los bancos, a los que también les cuesta conseguir negocio en el resto del mundo, ven más atractivo a nuestro país y están dispuestos a financiar con capital propio la compra de las viviendas que están siendo construidas.
Y el negocio de la carne, sostenido y robusto, aporta su cuota al crecimiento.
La volatilidad del clima, después del susto inicial, va empujar, sumada a la construcción, el crecimiento para el año que viene. Pero falta un toque mágico para garantizar este crecimiento, y el único que lo puede dar es el Estado.
Por un lado, existen varios proyectos a impulsar. Los de corto plazo están ligados al desarrollo de infraestructura. El 2011 sería un año clave para darle impulso a las concesiones, a pesar del primer trancón que le acaba de poner el Parlamento. Imagínense, tener aeropuertos, rutas, hidrovía, sin que el Estado tenga que invertir.
Por el lado del crédito, el estímulo que se está dando es también importante. Además, el crecimiento que vamos a experimentar el año que viene hace que el impacto del crecimiento del crédito en los precios sea mucho menos probable. El Banco Central debería preocuparse mucho menos en subir las tasas.
En pocas palabras, nuevamente la naturaleza nos bendice con un clima que nos va a ayudar a producir más. Ahora depende de nosotros que aprovechemos el viento de cola y trabajemos en que ese impulso sea más fuerte. De esta manera, vamos a conseguir que más gente se vaya integrando a esta bondad económica.
Fuente: http://www.dende.org.py
(Registro: Junio 2011)
