Para el músico, poeta y compositor RAMÓN RIQUELME -oriundo del barrio Loma Clavel, de Santa Elena, departamento de La Cordillera donde nació el 31 de agosto de 1950- el canto tiene una función social. Para él, no son solo las bellezas de la letra y la melodía los ingredientes esenciales de una composición sino también una fuerza que llega al espíritu para provocar cambios entre las personas y en el país.
Por eso, su afán es también pedagógico, para mostrar caminos no explorados o expresar una nueva visión acerca de realidades cotidianas y una de las vertientes de su inspiración como compositor es la ecología.
Desde esa perspectiva es posible entender la creación de la polca saraki KUARAHY RENDY. La obra aborda el tema del calor del sol desde un punto de vista infrecuente: su utilidad energética en la vida cotidiana, más allá de los lugares comunes a los que habitualmente se recurre cuando se habla del astro que acompaña buena parte del día. El ojo de fuego se abre a utilidades que solo en los últimos años han aparecido en el escenario, la cocción de alimentos -por ejemplo- a partir de los paneles solares que almacenan una riqueza desperdiciada durante siglos.
"Yo había conversado con Martín Almada, quien además de defensor de los derechos humanos es promotor del uso doméstico de la energía solar. Me habló acerca de sus beneficios, la forma en que con una tecnología sencilla se captura el calor que luego se transforma en energía como la electricidad o el gas. También investigué por mi cuenta y de a poco fui teniendo una idea más completa para mi trabajo", recuerda Ramón.
De la toma de conciencia, Riquelme pasó a la acción.
"El 13 de enero de 2003, en Santa Elena, en un fresco yvyraguy, tomé la guitarra y fui componiendo simultáneamente la letra y la música de KUARAHY RENDY. Le puse como ritmo la polca saraki porque me parece que su vivacidad es más atractiva sobre todo para los jóvenes. Upe árape ajapopaite voi (ese día completé la obra)", sigue contando.
Como es habitual en su tarea de creador musical, la primera que escucha sus inspiraciones es su esposa AURORA MONTIEL -quien, junto a su hijo DAVID ULISES RIQUELME MONTIEL (arpista), conforma con Ramón el grupo musical "Los corales"-, cantante y de bien educada sensibilidad para apreciar lo que se pone a su consideración para que opine.
"Ella hace el papel de público. Dice lo que normalmente podría manifestar quienes escuchan una composición. Si a ella le gusta, significa que voy por buen camino. Si no, es porque algo no funciona. Esta vez a ella le encantó por su contenido y por el tetia'e (entusiasmo) que provoca su ritmo alegre. Las repeticiones sirven como para meter la idea con mayor fuerza", explica.
El estreno oficial fue en el lanzamiento del disco "ÑANDEREKOHA", de "LOS CORALES" en el 2004 en el Centro Paraguayo-Japonés. En ese material grabado junto a obras como la que da nombre a la producción, Y, YSOINDY, ARASY ÑE’Ẽ, JAHAYHUVE LA NATURALEZA, NUESTRO HÁBITAT y otras, todas de claro contenido ecológico-educativo- se percibe una clara opción por transitar con un haz de composiciones un espacio casi no frecuentado en la música paraguaya.