Cuando JUAN ALBERTO HERMOSILLA -poeta nacido el 30 de marzo de 1929 en la compañía Tacuarembó, Yuty, departamento de Caazapá estuvo internado en el Sanatorio Bella Vista, los días eran terriblemente aburridos y lentos.
Su madre le había obligado a recluirse en el centro médico destinado a tuberculosos ubicado sobre la calle Venezuela porque esa enfermedad lo había reducido a piel y huesos.
Anclado en medio de un tiempo que parecía haberse detenido en el techo del hospital, los inquietos casi 20 años de Juan Alberto querían encontrar un entretenimiento que le ocupara la mente. Fue así como la poesía-a la que se había aproximado por primera vez con un acróstico escrito en Encarnación, ciudad en la que había recalado su familia- le acompañó para hacer más llevaderas sus horas de enfermo.
"Fue más o menos allá por 1947 que escribí EPÁY CHE KAMBA que iba a convertirse en mi primera obra exitosa. Como yo, estaba internado un muchacho de apellido Benegas. Su hermana venía siempre a visitarle. Por ahí fue que nació un amorío de juventud. Ya no recuerdo su nombre, pero le escribí unos versos planteados como para una serenata", rememora don Juan Alberto, quien como comerciante, había creado los famosos caramelos Culturales.
Después de la segunda internación, el joven quedó completamente curado. Desaparecieron la tos y los demás síntomas que lo habían aquejado durante algunos años.
Cierto día, ya por 1952, se encontró con el músico y compositor DIONISIO VALIENTE -oriundo del barrio Trinidad de Asunción donde nació el 3 de octubre de 1932 y fallecido el 24 de octubre de 1986 en Asunción-, quien le pidió Epáy che kamba para musicalizar.
-Eme’ẽna chéve tamomúsica (dame voy a ponerle una música)-, le solicitó Dionisio a Juan Alberto.
-Eraha, ereko nemba'erã (lleva, te regalo)-, le respondió el poeta. "Para mí era una obra sin relevancia ya porque en esa época había entrado en los dominios de la preceptiva literaria y me pareció que no estaba dentro de ese ámbito. Pasaron los meses y me encontré con Valiente quien me pidió que me fuera a Autores Paraguayos Asociados (APA) a firmar como autor de la letra. Che nafirmaséi chaño (no quiero atribuirme la autoría completa), me dijo. La polca se grabó en el estudio Guarania, pero se terminó en Buenos Aires.", agrega el poeta.
El primer disco del dúo QUINTANA-ESCALANTE fue el que popularizó la canción. "Ellos grabaron para el sello Odeón y la composición fue un éxito inmediato. Ya después quedaría en el acetato Rosa blanca que también hace alusión a una historia que viví en el sanatorio 'Juan Max Boettner' cuando estuve internado", precisa JUAN ALBERTO.
"Después de musicalizarse y grabarse, ya no le pude llevar a ella la serenata. Nunca la volví a ver", redondea Hermosilla.