EL RESCATE DE LA MEMORIA EN LAS FOTOS DE KLAUS HENNING
Por JESÚS RUIZ NESTOSA
Si bien la muestra atrajo a un buen número de visitantes, fue una pena que la noche de la inauguración se vieran allí pocos fotógrafos. Quizá no más de tres. Es que el nombre de Klaus Henning se fue diluyendo desde que cerró su librería “Universal” (Palma casi 14 de Mayo) donde los libros alternaban con productos fotográficos.
Una importante colección de fotografías de Henning se están exponiendo en la Sala Goya del Centro Cultural Español Juan de Salazar. En la apertura, la Camerata Miranda interpretó obras de Mozart y Bartok. Dos nietos del fotógrafo forman parte de ella. Pero, por otro lado, fue recuperar un tanto la idea de que la inauguración de una muestra constituye, antes que nada, un hecho cultural y no social.
UN PAISAJE EN FUGA
Aunque hay fotografías de naturaleza, la obra de Henning es esencialmente urbana. En los años cincuenta y sesenta, el centro neurálgico de la ciudad se encontraba sobre las calles Palma y Estrella, desde México a Colón. El sitio en que trabajaba el fotógrafo estaba, a su vez, en el centro mismo de ese corazón: Palma casi 14 de Mayo. El edificio aún existe, pero la división de los locales de entonces se ha borrado bajo los carteles publicitarios y las nuevas divisiones de los comercios actuales.
Esta proximidad, este estar sumergido en la actividad urbana, le llevó a retratar esa vida. Gracias a ello podemos verificar el proceso de notable deterioro que ha sufrido nuestro antiguo centro comercial por causa de la desidia, el desprolijo tratamiento que se le ha dado a lo que tendría que formar parte de nuestro patrimonio arquitectónico y por la destrucción de edificios que tendrían que haber sido emblemáticos, para ser sustituidos por obras no muy felices.
En ese proceso de destrucción pueden figurar el antiguo Club Nacional, hoy convertido en el Banco de la Nación Argentina. El edificio de lo que fue Copacar, convertido hoy en edificio del City Bank; la cuadra de Palma entre Independencia Nacional y Nuestra Señora de la Asunción que mostraba una admirable homogeneidad y fue “posmodernizada” en un lamentable gesto.
VISIÓN SIN NOSTALGIA
La visión que nos ofrece Henning es una visión sin nostalgia (la misma que tantas veces constituye una resta importante en el logro de una obra). Es que él mismo no tenía intenciones de ver nostálgicamente la ciudad que le rodeaba, sino simplemente buscaba retratar tal cual era su entorno. En una buena cantidad de veces, sus fotografías servían de tema a las tarjetas postales, a las pocas series de postales que en aquel entonces existían.
No hay que olvidar que las únicas visiones que tenemos de Asunción en las dos primeras décadas del siglo veinte, son a través de postales de anónimos fotógrafos. Esas mismas postales que hoy los coleccionistas buscan afanosamente no sólo aquí, sino incluso en el mercado de pulgas que se instala todos los domingos en la plaza Dorrego de San Telmo, en Buenos Aires.
El montaje de la exposición es un tanto elemental si bien busca introducir algún orden en las fotografías al reunirlas por temas. De este modo se rescatan visiones curiosas, como el “negocio” que hacían los chicos de la calle de entonces, montando un “puente levadizo” sobre el enorme raudal que se formaba sobre Nuestra Señora de la Asunción en los días de lluvia.
También figuran los desfiles del Día de la Primavera, antes que turbas de muchachones marginales e inadaptados protagonizaran actos de vandalismo como la destrucción de las carrozas, acoso a las jovencitas y hasta se habló de casos de violaciones.
Hay otras tomas que lastimosamente -desconocemos el criterio seguido- no fueron incluidas en la muestra. Por ejemplo: aquellas que recogían la tradicional costumbre de “la palmeada”. El sábado por la mañana se volcaban los jóvenes a la calle Palma que se volvía peatonal. Era el punto obligado de encuentro. Henning tiene fotografías -lastimosamente no las expone- en las que registra la moda de la época.
LO QUE YA NO EXISTE
Por otro lado, Henning se preocupó en fotografiar preferentemente cómo era el campo en un radio de cien kilómetros alrededor de Asunción. Entre otras cosas, los cerros de Tobatí, los saltos del Piraretá, el pequeño oratorio en lo alto de una piedra gigantesca sobre la que se levanta un árbol cerca de Piribebuy. Y yendo más lejos, las ruinas de Trinidad ocupadas por la maleza y los árboles creciendo entre las antiguas piedras sin olvidar lo que era una de las grandes maravillas del mundo: los Saltos del Guairá que desaparecieron a causa del embalse de Itaipú.
De todos estos sitios, los cerros de Tobatí apenas se ven a causa de las olerías que se instalaron al pie de los mismos. Y el sitio que quedó libre, un sitio desde donde podíamos apreciar esas curiosas formaciones rocosas, fue llenado con unas horribles cabezas de indígenas a causa de un criterio erróneo de embellecimiento del lugar y promoción turística. La gigantesca piedra con el árbol y el oratorio ya no llama la atención de nadie.
Los caminos de entonces, casi todos de tierra o de ripio, avanzando a la sombra de enormes árboles y una vegetación tupida, nos sirven de referencia a los bosques que fueron talados sin ninguna piedad.
¿Y el parque Caballero? Aparecen sus caminos bordeados de altos eucaliptos y su piscina de forma irregular con enormes planterones decorativos. Así era antes que el lugar se convirtiera en refugio de asaltantes, ladrones y asesinos.
QUIEN ES HENNING
Klaus Henning nació el 14 de julio de 1921 en Alemania. Este año, pues, cumplirá ochenta y cuatro años. Se mantiene muy lúcido y erguido. Sólo necesita de un bastón para apoyarse cuando camina.
Llegó a Paraguay con sólo 13 años de edad, en 1934, cuando emigró con toda su familia. Se establecieron en la colonia Carlos Pfannel donde tuvo que aprender los duros oficios del campo. Pero ocho años después, a los 21, decidió establecerse en Asunción.
Desde entonces, hasta 1987 trabajó en la librería “Universal”, primero como dependiente y luego llegó a ser su propietario. El lugar era conocido por su excelente selección de libros no sólo en castellano, sino en inglés, alemán, francés e italiano. Su afición por la fotografía le llevó a ampliar el negocio de los libros, sumándole óptica (fotografía, teodolitos, telescopios, largavistas) y música (instrumentos naturales y electrónicos). Es que Henning también ea músico. Interpretaba la armónica, la flauta traversa y la trompeta.
“De la trompeta me dejé -me dijo un día- porque para tocar bien hay que apretar el instrumento contra los labios y a mi edad ya no puedo hacerlo”.
Actualmente, su archivo consta de sesenta mil negativos, cuatro mil ampliaciones y veinte mil diapositivas. Este acervo no se tendría que dejar perder o que se deteriore a causa de nuestro clima (altas temperaturas, altísimo índice de humedad) tal como sucedió con otros archivos como los de Fratta, Volrath, Mass, Friedrich, Brudner y otros.
Miembro de la Photographic Society of America, publicó dos libros fotográficos: “Yaguarón” con prólogo de Reinaldo Montefilpo Carvallo (El Gallo, serie Paraguay en Fotos, Asunción, 1964), impreso en Alemania. y también “Paraguay pictórico” con texto de José Luis Appleyard “El Gallo, serie Paraguay en Fotos, Asunción, 1970), impreso en los Estados Unidos de Norteamérica.
Durante su larga trayectoria de más de cincuenta años como fotógrafo, ganó numerosas distinciones y expuso sus obras en varias ocasiones. Fotografías suyas figuran en publicaciones internacionales y nacionales.
JUSTO PASTOR LEIVA
Fuente: ABC COLOR, Domingo, 20 de Marzo de 2005
Fuente digital: www.abc.com.py
KLAUS HENNING 1921-2008 - EL FOTÓGRAFO DE LA ALDEA QUE SE CONVIRTIÓ EN CIUDAD
El pasado lunes 21 (Julio, 2008) falleció el fotógrafo Klaus Henning, quien entre los años cincuenta y setenta retrató el centro de Asunción, falleció a los 87 años. Henning fue retratando la evolución de la ciudad, y de otras localidades del país.
Las “palmeadas”, los raudales del centro, los negocios y edificios están retratados en las fotografías de Henning, quien tenía una librería en Palma y 14 de Mayo, donde no solo vendía libros, sino también artículos para fotografía. Henning solía dejar el mostrador para salir a caminar con su cámara en las cuadras cercanas y retratar la ciudad que iba cambiando.
Entre los años cincuenta y setenta, el centro neurálgico de la ciudad se encontraba sobre las calles Palma y Estrella, desde México a Colón y la librería estaba en el centro mismo de ese corazón.
Gracias a sus fotografías se puede apreciar el cambio que ha sufrido la ciudad en ese tiempo, no siempre favorable con la belleza arquitectónica de la ciudad
En sus fotos se puede ver el antiguo Club Nacional, que luego fue reemplazado por el edificio del Banco de la Nación Argentina; el edificio de lo que fue Copacar, convertido hoy en el edificio del Banco Regional.
El fotógrafo también recorría el interior del país y realizaba fotografías paisajísticas que luego imprimía en postales, las cuales hoy son muy requeridas por los coleccionistas.
Klaus Henning nació el 14 de julio de 1921 en Alemania. Llegó a Paraguay con solo 13 años de edad, en 1934, cuando emigró con toda su familia. Se establecieron en la colonia Carlos Pfannl donde tuvo que aprender los duros oficios del campo. Pero ocho años después, a los 21, se estableció en Asunción.
Desde entonces hasta 1987 trabajó en la librería “Universal”, primero como dependiente y luego llegó a ser su propietario. Su afición por la fotografía le llevó a ampliar el negocio de los libros a la fotografía.
En 1945 empezó a estudiar fotografía de forma independiente, leyendo y experimentando con la cámara y el laboratorio. Necesitaba equipos de mayor calidad. Prestó la Rolleyflex de un amigo y con ella empezó a realizar las postales que se convertirían en un gran negocio. En las décadas de 1940 y 50 realizó a mano sus tarjetas postales, sumando entre 180.000 y 200.000, lo que permitió adquirir un mejor equipo.
Luego tuvo que enfrentarse a las trabas de la Dirección de Turismo que prohibió la venta de postales que no tuvieran su aprobación. Exigía que solo podían aparecer edificios monumentales y modernos, nada de ranchitos, ni de burreritas y gente descalza.
Desde 1960 Klaus Henning mandó imprimir tarjetas postales en colores en Alemania y en Estados Unidos. Dejó de realizar postales hacia 1980. En 35 años produjo aproximadamente un millón de postales; 700 mil en colores y 300 mil en blanco y negro, conocidas como fotopostales. El motivo más reiterado y exitoso fue el Hotel Guaraní.
Como legado ha dejado un archivo de sesenta mil negativos, cuatro mil ampliaciones y veinte mil diapositivas. En marzo de 2005, en el Centro Juan de Salazar se realizó una muestra sobre su obra.
El año pasado la revista Wild publicó algunas de sus fotos de las “palmeadas”. Allí aparecían las primeras minifaldas, una multitud de jóvenes esperando que se abra un negocio donde había una liquidación de pantalones vaqueros.
Henning era miembro de la Photographic Society of America. Publicó dos libros fotográficos: “Yaguarón” con prólogo de Reinaldo Montefilpo Carvallo (El Gallo, serie Paraguay en Fotos, Asunción, 1964), impreso en Alemania. y también “Paraguay pictórico” con texto de José Luis Appleyard “El Gallo, serie Paraguay en Fotos, Asunción, 1970), impreso en los Estados Unidos de América.
Fuente: ABC COLOR DIGITAL
Edición impresa: ABC COLOR, Domingo, 27 de Julio de 2008
Fuente digital: www.abc.com.py
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CLAUS HENNING