CLAVES PARA CONSTRUIR FUTURO
Las relaciones internacionales y los instrumentos legales de la cooperación cultural son algunas de las herramientas con las que contamos para estimular el desarrollo sostenible y fortalecer las capacidades locales.
En Paraguay, la firma de acuerdos de cooperación bilateral y la adhesión del país a los convenios internacionales multilaterales es muy desigual y no se ve una orientación estratégica clara y sostenida. El Mercosur no acaba de funcionar en términos comerciales y económicos, las declaraciones culturales no salen del ámbito de la retórica, sin percibirse beneficios efectivos para la ciudadanía.
Analizando los contenidos, los textos no responden a un formato más o menos estándar con objetivos y áreas prioritarias de cooperación. Tampoco contemplan un anexo económico o rubro en el presupuesto de la nación, con lo cual para su puesta en marcha no se cuenta con recursos económicos.
Observando la acción cultural exterior gubernamental, la firma de acuerdos culturales no implica la realización de proyectos de cooperación cultural, ni una ágil gestión cultural de programas por parte de los funcionarios de Relaciones Exteriores, dentro y fuera de la República. Estas actividades se desarrollan más bien por la buena voluntad o vocación personal de algunos funcionarios que por un plan de internacionalización, de diplomacia cultural o de proyectos culturales itinerantes concretos y, casi nunca, por expertos o profesionales en estos temas. En la práctica no se articula lo cultural como elemento de desarrollo, acaso como actividades que dan buena prensa pero para las cuáles no hay rubros previstos.

arte indígena contemporáneo
cántarillas de cerámica decoradas
paraguay, siglo XX.
colección: cav/mdb
En las relaciones bilaterales hay firmados 43 convenios culturales y sus ajustes. Siguen vigentes muchos acuerdos pre-constitucionales, de la época de Stroessner, con alguna modificación o actualización parcial reciente. Las comisiones mixtas oficiales se realizan, en el caso que se realicen sistemáticamente, cada 2 o 4 años, sin observadores externos ni participación de la sociedad civil organizada, con lo cual los programas no siempre responden a las necesidades o posibilidades sociales y culturales. En América, el país tiene firmados convenios culturales con Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, México y Cuba. En Europa existen convenios culturales con Alemania, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Portugal, Rumania, Rusia y Suiza. En Asia los socios son Taiwán y Corea del Sur e Israel en Oriente Medio. En África existen convenios de intercambio cultural con Marruecos y Sudáfrica.
El perfil de los convenios está centrado en un modelo de cultura urbana, de las bellas artes, de actividades de difusión fundamentalmente, algunas hablan de cooperación interinstitucional con museos, archivos o bibliotecas. Con los países de la región andina hay suscriptos convenios culturales vinculados a la educación bilingüe y a la cooperación en el control del expolio de patrimonio. En Latinoamérica, pese a los convenios, seguimos siendo “vecinos desconocidos” por la gran diversidad, la dificultad de distribución, la extensión geográfica y los débiles canales de comunicación institucionales.
Considerando los convenios, en términos geopolíticos estratégicos no se observa una política activa de asociación y cooperación sistemática con la mayoría de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde 1961 hasta hoy, siendo Paraguay un país receptor de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Se han firmado convenios de cooperación cultural con 10 de los 30 países miembros de la OCDE. Y sólo 3 de ellos incluyen el componente de educación, contradictorio teniendo hoy un jefe de estado que ha sido Ministro de Educación y Cultura durante dos legislaturas, con las presidencias de Wasmosy y la de González Macchi.
En las relaciones multilaterales con varios países o en organismos internacionales, son recientes las adhesiones a numerosos convenios de la UNESCO, con la ex Ministra Leila Rachid. Aún no se ven los resultados concretos de estas adhesiones, sobre todo en el caso de acuerdos que protegen Bienes Culturales del expolio y los vinculados a la Diversidad Cultural y Patrimonio Inmaterial. El Defensor del Pueblo y la Contraloría ya nos dirán de su eficacia, eficiencia y pertinencia. Dicen que “obras son amores” y es lo que precisa el país para salir adelante, no sólo palabras muertas y ruido.
por Susana Salerno, investigadora
susalerno@paraguaycultural.info
publicado el sábado 8 de marzo de 2008 en la
Revista Correo Semanal del Diario Última Hora,
Asunción, Paraguay
Asunción, Paraguay.
Fuente digital:
http://www.paraguaycultural.info/
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REPRESA Y MUSGOS

Fotografía de FERNANDO ALLEN