CÁNDIDO VASCONSELLOS

Hijo de Antonio Cándido Vasconsellos y Fernanda López, nació en Paraguarí en 1894. Hizo el bachillerato en el Colegio Nacional de la Capital, y se recibió de Dr. en Medicina y Cirugía en la Universidad de Roma, en 1920. Aún estudiante prestó servicios en la Sanidad italiana y continuó ya graduado, durante una grave emergencia sanitaria; por todo ello le fue discernido un diploma Honor al Mérito, signado por el Rey, Víctor Manuel III.

De vuelta al país, y desatada la guerra, se incorporó a  la Sanidad Militar con jerarquía de Mayor, en razón de su calidad de Profesor universitario. Tuvo destacadísima actuación en la defensa de Nanawa y desempeñó con gran solvencia la jefatura del servicio Médico del I CE cuando la gran maniobra Zenteno-Gondra, por cuyos méritos fue ascendido a Tte. Coronel de Sanidad.

En abril de 1934, se le confió la Dirección de la Sanidad en Campaña Dinámico y ejecutivo, de su actuación se recuerda como de positivo efecto, la decisión de reducir el número de médicos regimentarios, de precario rendimiento por escasez de medios, para en cambio fortalecer los Hospitales frontales, y la ubicación en las jefaturas médicas a profesionales de reconocida calificación, con prescindencia de la condición de médico militar en servicio activo. El Dr. Vasconsellos, General de Sanidad, falleció en Buenos Aires en 1955.

Con palabras de un ex combatiente, "...Cándido Vasconsellos es una de las figuras representativas de aquel conjunto de patriotas, una elevación del terreno que obliga a levantar la vista para mirarlo...

Hace toda la guerra, permanece Mil días en el Chaco, se niega a acogerse a los beneficios de la rotación de servicios. Sólo regresa a la capital cuando el armisticio restablece la paz con Bolivia. . . El Chaco le brindó el vasto campo que necesitaba su admirable dinamismo, la guerra fue la circunstancia requerida para que su figura sobresaliera con tintes inolvidables. Su carácter, labrado en acero, su patriotismo sin mácula, su capacidad organizativa se convirtieron en pasión -sagrada pasión- al contacto con ese hecho tremendo que es la guerra... Su ejemplo contagió, inspiró, hizo caminar a quienes amenazaban con detenerse, levantó a los desmoralizados, dio fuerza a los débiles... Fue un digno jefe del extraordinario lote de médicos que revistaron en la Sanidad en Campaña... Tal vez éste sea el mejor elogio que podamos hacerle. Su figura se empinó por sobre figuras de estatura excepcional. . . " (Trinchera, junio/1973).

Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)